Reportando desde San Pablo, BrasilTodos los argentinos le pagamos a Axel Kicillof un sueldo de $ 87.000 mensuales por su trabajo como de ministro de Economía. Si llevamos esta cifra a dólares tomando el precio del informal, $ 13,50, nos da que el sueldo del ministro es de US$ 6.400 mensuales. Nada mal para una Argentina en recesión y alta inflación, pero muy mal si comparamos el sueldo del ministro con los que se pagan en algunas de las regiones más productivas del mundo.
Silicon Valley es una de ellas. Ubicada en la zona sur de la Bahía de San Francisco, en el norte de California, en Estados Unidos, aloja a algunas de las compañías tecnológicas más innovadoras del mundo. Entre ellas a empresas como Facebook, Apple, Google o Microsoft. Esta semana, el diario La Nación publicó una nota donde revela cuáles son los sueldos iniciales de los pasantes que contratan estas empresas. Es decir, cuánto cobran los jóvenes de 20 años que recién entran al mercado laboral. Ésta es la lista:
Quora: US$ 8.250 mensuales y US$ 1.500 para vivienda
Dropbox: US$ 8.500 de salario + US$ 5.000 para vivienda
Google: US$ 7.000 por mes más vivienda.
LinkedIn: US$ 44 por hora (alrededor de US$ 7.600 mensuales) + un solo pago de US$ 5.000 para mudanza
Amazon: US$ 7.500 de salario + US$ 3.500 mensual para vivienda
Apple: US$ 6.000 mensuales y US$ 3.500 por mes para vivienda (US$ 9.500)
Facebook: US$ 6.800 por mes y US$ 1.000 mensual para vivienda o espacio en una vivienda corporativa
Microsoft: US$ 7.500 mensuales + US$ 2.500 para vivienda + US$ 5.000 como bono para pasantes
Zynga: US$ 8.000 mensuales
¿Qué está pasando en el mundo que el ministro de Economía de la Argentina cobra menos que un joven de 20 años en Silicon Valley? ¿Por qué un joven argentino que recién entra al mercado laboral puede aspirar a -con suerte- obtener unos 500 dólares mensuales mientras que un joven que vive en Silicon Valley cobra diez veces más?
Teóricamente, el ministro Kicillof es una persona mucho más capaz que el joven que recién entra a trabajar, ¿no? Y, por otro lado, seguramente el joven argentino recién egresado de la facultad es tan capaz como el joven estadounidense recién egresado de la facultad. Si esto es así, ¿por qué tantas diferencias?
La respuesta la podemos encontrar entendiendo un poco mejor por qué las empresas que están ubicadas en Silicon Valley son tan rentables, tienen ingresos tan altos y, más importante, cómo hacen estas empresas para pagar sueldos iniciales en torno a los US$ 10.000 mensuales sin fundirse. Porque recuerde que estamos hablando de empresas privadas que tienen que generar su propios ingresos para subsistir.
Por lo tanto, si están dispuestas a pagar esas altas cifras a sus pasantes es porque tienen negocios muy rentables que les brindan muchos dólares todos los meses. Sin ir mas lejos, si Inversor Global tuviese que pagar esos sueldos iniciales ya estaríamos fundidos hace tiempo. Nuestro negocio no es tan rentable como el de Facebook o el de Google. Nuestros números no soportarían sueldos tan altos.
¿Por qué Inversor Global no podría pagar esos sueldos y Facebook sí? Simplemente porque Facebook es mucho más eficiente e innovadora y se las arregló para crear un negocio hiperrentable y en crecimiento. Y las razones por las cuales Facebook pudo nacer y crecer son una mezcla entre la inmensa capacidad de sus fundadores, pero también de la fascinante dinámica de distribución de conocimientos que se da en Silicon Valley.
Esta área nuclea algunas de las universidades mas importantes y relevantes del mundo del conocimiento y la innovación, con algunos de los fondos de inversión más poderosos que existen, con algunos de los innovadores y emprendedores más dinámicos de nuestra tierra. Todos están cerca, se reúnen, comparten eventos, conferencias, estudios, negocios. Se potencian uno con otros. Y de la interacción de estas variables surgen algunas de las empresas más innovadoras y rentables del mundo.
Por eso, justamente por eso, es que Facebook elige quedarse con su oficina principal en Silicon Valley y pagar sueldos diez veces más altos que los de cualquier otra parte del mundo: porque sabe que el solo hecho de estar en esa zona justifica el pago de mayores remuneraciones. Porque de la interacción y el acceso al conocimiento se alimenta el crecimiento de su empresa.
Mientras esto ocurre en Silicon Valley, nuestro ministro de Economía hizo la siguiente declaración la semana pasada según reproduce el diario El Cronista:
"Yo quisiera que esos que fueron a comprar (blue) y ahora encuentran que cayó 30%, vayan a protestarle al que le recomendó", indicó el ministro en diálogo con Cronista.com.
En este sentido, el ministro de Economía aseguró que muchos están interesados por sembrar un mal clima de negocios para perjudicar a ciertos sectores de la economía. "Como pasó ahora, con gente que –guiada por estos pronósticos tremendos– salió a actuar en el sector financiero y tuvo pérdidas formidables", dijo.
"El otro día revisaba las estimaciones de los cráneos financieros sobre cómo veían el dólar oficial a fin de año y dicen que ahora hay una cuestión policíaca", agregó Kicillof.
Estamos ante un ministro orgulloso porque pudo hacer bajar el dólar blue algunas semanas. Un ministro de un gobierno que provocó una devaluación superior al 200% durante los últimos tres años, un país con sueldos cada vez más bajos, con cada vez menos empleos, con cada vez menos empresas, con cada vez peor calidad de vida. Me pregunto, en vez de estar orgulloso de una baja temporal, ¿no tendría que estar mirando a Silicon Valley el ministro de Economía?
Se imaginará mi respuesta, no tengo dudas de que allí tendría que estar mirando el ministro de Economía de un país como la Argentina. Kicillof se tendría que ir a vivir algunos meses a Silicon Valley y estudiar en profundidad cómo se puede replicar este fenómeno en nuestro país. Por supuesto que si lo hace, no va a ser el primero. Hay funcionarios de todo el mundo y de todo Estados Unidos que están allí, intentando armar otros Silicon Valleys en sus áreas. Por lo menos estará dando un primer paso en acercarse al crecimiento sustentable y explosivo que necesita nuestro país.
En vez de gastarse más de medio millón de dólares para ir en avión privado a Australia a la reunión del grupo de los 20 países más importantes del mundo, la mayoría peleados con el país, ¿por qué no se gastó ese mismo dinero en aprender de Facebook y Google e intentar replicar el mismo modelo en la Argentina?
En realidad, el tema de fondo es que estamos ante un ministro de Economía que poco le importa el mundo de la producción, de la eficiencia, de la innovación, del progreso. Estamos ante un ministro, ante un Gobierno que no representa a los argentinos productivos sino que representa a aquellos improductivos. A aquellos que no tienen ganas de poner el esfuerzo que implica crear ingresos en este mundo cada vez más competitivo.
Parece que es mucho más cómodo armar luchas imaginarias globales y vivir con el dinero que generan otros que producir por uno mismo. Mientras los argentinos elijamos este tipo de funcionarios para manejar nuestro país, su futuro financiero, nuestro futuro financiero está y estará en peligro.
Producir en la Argentina será una actividad complicada e incierta. Y la única forma de progresar, de lograr seguridad y prosperidad, será lejos, muy lejos de estos macabros personajes.
Algunos pensamientos adicionales…
Voy a pasar algunos días en San Pablo visitando a nuestros amigos de Empiricus Research, una empresa muy semejante a Inversor Global pero en Brasil. Con el equipo de Empiricus compartimos la misma visión de las cosas, el mismo punto de vista acerca de lo que está bien y lo que está mal, sobre lo que puede promover el crecimiento de un país y lo que lo puede destruir.
La visita a San Pablo llega en un momento especial. Dilma Roussef acaba de ganar con muy pocos votos. Casi la mitad de Brasil pedía un cambio a la política cada vez más populista de su gobierno, pero un poco más de la mitad de los brasileros quiso la permanencia. Nuestros amigos de Empiricus ven en Dilma muchos movimientos similares a los de Cristina en la Argentina. Luego de una década en el poder, los escándalos de corrupción están afectando al partido de los trabajadores como nunca antes se dio.
Nadie tiene muy en claro en qué puede desembocar esto. ¿Seguirá Brasil el camino de la Argentina? ¿O Dilma asumirá que casi la mitad de su país quiere cambios y corregirá el rumbo? ¿Será Brasil una nueva tierra invadida por zombis? La semana que viene intentaré darle alguna respuesta…
Le deseo un excelente fin de semana,
Federico Tessore
Silicon Valley es una de ellas. Ubicada en la zona sur de la Bahía de San Francisco, en el norte de California, en Estados Unidos, aloja a algunas de las compañías tecnológicas más innovadoras del mundo. Entre ellas a empresas como Facebook, Apple, Google o Microsoft. Esta semana, el diario La Nación publicó una nota donde revela cuáles son los sueldos iniciales de los pasantes que contratan estas empresas. Es decir, cuánto cobran los jóvenes de 20 años que recién entran al mercado laboral. Ésta es la lista:
Quora: US$ 8.250 mensuales y US$ 1.500 para vivienda
Dropbox: US$ 8.500 de salario + US$ 5.000 para vivienda
Google: US$ 7.000 por mes más vivienda.
LinkedIn: US$ 44 por hora (alrededor de US$ 7.600 mensuales) + un solo pago de US$ 5.000 para mudanza
Amazon: US$ 7.500 de salario + US$ 3.500 mensual para vivienda
Apple: US$ 6.000 mensuales y US$ 3.500 por mes para vivienda (US$ 9.500)
Facebook: US$ 6.800 por mes y US$ 1.000 mensual para vivienda o espacio en una vivienda corporativa
Microsoft: US$ 7.500 mensuales + US$ 2.500 para vivienda + US$ 5.000 como bono para pasantes
Zynga: US$ 8.000 mensuales
¿Qué está pasando en el mundo que el ministro de Economía de la Argentina cobra menos que un joven de 20 años en Silicon Valley? ¿Por qué un joven argentino que recién entra al mercado laboral puede aspirar a -con suerte- obtener unos 500 dólares mensuales mientras que un joven que vive en Silicon Valley cobra diez veces más?
Teóricamente, el ministro Kicillof es una persona mucho más capaz que el joven que recién entra a trabajar, ¿no? Y, por otro lado, seguramente el joven argentino recién egresado de la facultad es tan capaz como el joven estadounidense recién egresado de la facultad. Si esto es así, ¿por qué tantas diferencias?
La respuesta la podemos encontrar entendiendo un poco mejor por qué las empresas que están ubicadas en Silicon Valley son tan rentables, tienen ingresos tan altos y, más importante, cómo hacen estas empresas para pagar sueldos iniciales en torno a los US$ 10.000 mensuales sin fundirse. Porque recuerde que estamos hablando de empresas privadas que tienen que generar su propios ingresos para subsistir.
Por lo tanto, si están dispuestas a pagar esas altas cifras a sus pasantes es porque tienen negocios muy rentables que les brindan muchos dólares todos los meses. Sin ir mas lejos, si Inversor Global tuviese que pagar esos sueldos iniciales ya estaríamos fundidos hace tiempo. Nuestro negocio no es tan rentable como el de Facebook o el de Google. Nuestros números no soportarían sueldos tan altos.
¿Por qué Inversor Global no podría pagar esos sueldos y Facebook sí? Simplemente porque Facebook es mucho más eficiente e innovadora y se las arregló para crear un negocio hiperrentable y en crecimiento. Y las razones por las cuales Facebook pudo nacer y crecer son una mezcla entre la inmensa capacidad de sus fundadores, pero también de la fascinante dinámica de distribución de conocimientos que se da en Silicon Valley.
Esta área nuclea algunas de las universidades mas importantes y relevantes del mundo del conocimiento y la innovación, con algunos de los fondos de inversión más poderosos que existen, con algunos de los innovadores y emprendedores más dinámicos de nuestra tierra. Todos están cerca, se reúnen, comparten eventos, conferencias, estudios, negocios. Se potencian uno con otros. Y de la interacción de estas variables surgen algunas de las empresas más innovadoras y rentables del mundo.
Por eso, justamente por eso, es que Facebook elige quedarse con su oficina principal en Silicon Valley y pagar sueldos diez veces más altos que los de cualquier otra parte del mundo: porque sabe que el solo hecho de estar en esa zona justifica el pago de mayores remuneraciones. Porque de la interacción y el acceso al conocimiento se alimenta el crecimiento de su empresa.
Mientras esto ocurre en Silicon Valley, nuestro ministro de Economía hizo la siguiente declaración la semana pasada según reproduce el diario El Cronista:
"Yo quisiera que esos que fueron a comprar (blue) y ahora encuentran que cayó 30%, vayan a protestarle al que le recomendó", indicó el ministro en diálogo con Cronista.com.
En este sentido, el ministro de Economía aseguró que muchos están interesados por sembrar un mal clima de negocios para perjudicar a ciertos sectores de la economía. "Como pasó ahora, con gente que –guiada por estos pronósticos tremendos– salió a actuar en el sector financiero y tuvo pérdidas formidables", dijo.
"El otro día revisaba las estimaciones de los cráneos financieros sobre cómo veían el dólar oficial a fin de año y dicen que ahora hay una cuestión policíaca", agregó Kicillof.
Estamos ante un ministro orgulloso porque pudo hacer bajar el dólar blue algunas semanas. Un ministro de un gobierno que provocó una devaluación superior al 200% durante los últimos tres años, un país con sueldos cada vez más bajos, con cada vez menos empleos, con cada vez menos empresas, con cada vez peor calidad de vida. Me pregunto, en vez de estar orgulloso de una baja temporal, ¿no tendría que estar mirando a Silicon Valley el ministro de Economía?
Se imaginará mi respuesta, no tengo dudas de que allí tendría que estar mirando el ministro de Economía de un país como la Argentina. Kicillof se tendría que ir a vivir algunos meses a Silicon Valley y estudiar en profundidad cómo se puede replicar este fenómeno en nuestro país. Por supuesto que si lo hace, no va a ser el primero. Hay funcionarios de todo el mundo y de todo Estados Unidos que están allí, intentando armar otros Silicon Valleys en sus áreas. Por lo menos estará dando un primer paso en acercarse al crecimiento sustentable y explosivo que necesita nuestro país.
En vez de gastarse más de medio millón de dólares para ir en avión privado a Australia a la reunión del grupo de los 20 países más importantes del mundo, la mayoría peleados con el país, ¿por qué no se gastó ese mismo dinero en aprender de Facebook y Google e intentar replicar el mismo modelo en la Argentina?
En realidad, el tema de fondo es que estamos ante un ministro de Economía que poco le importa el mundo de la producción, de la eficiencia, de la innovación, del progreso. Estamos ante un ministro, ante un Gobierno que no representa a los argentinos productivos sino que representa a aquellos improductivos. A aquellos que no tienen ganas de poner el esfuerzo que implica crear ingresos en este mundo cada vez más competitivo.
Parece que es mucho más cómodo armar luchas imaginarias globales y vivir con el dinero que generan otros que producir por uno mismo. Mientras los argentinos elijamos este tipo de funcionarios para manejar nuestro país, su futuro financiero, nuestro futuro financiero está y estará en peligro.
Producir en la Argentina será una actividad complicada e incierta. Y la única forma de progresar, de lograr seguridad y prosperidad, será lejos, muy lejos de estos macabros personajes.
Algunos pensamientos adicionales…
Voy a pasar algunos días en San Pablo visitando a nuestros amigos de Empiricus Research, una empresa muy semejante a Inversor Global pero en Brasil. Con el equipo de Empiricus compartimos la misma visión de las cosas, el mismo punto de vista acerca de lo que está bien y lo que está mal, sobre lo que puede promover el crecimiento de un país y lo que lo puede destruir.
La visita a San Pablo llega en un momento especial. Dilma Roussef acaba de ganar con muy pocos votos. Casi la mitad de Brasil pedía un cambio a la política cada vez más populista de su gobierno, pero un poco más de la mitad de los brasileros quiso la permanencia. Nuestros amigos de Empiricus ven en Dilma muchos movimientos similares a los de Cristina en la Argentina. Luego de una década en el poder, los escándalos de corrupción están afectando al partido de los trabajadores como nunca antes se dio.
Nadie tiene muy en claro en qué puede desembocar esto. ¿Seguirá Brasil el camino de la Argentina? ¿O Dilma asumirá que casi la mitad de su país quiere cambios y corregirá el rumbo? ¿Será Brasil una nueva tierra invadida por zombis? La semana que viene intentaré darle alguna respuesta…
Le deseo un excelente fin de semana,
Federico Tessore
FUENTE: Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal - Enviado por mail
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