Los frecuentes errores políticos

Por el Dr. Anibal Hardy
Hombres y mujeres, inclusive muchos formados en la fragua de la militancia política, incurren frecuentemente en errores de concepto en expresiones utilizados en la actualidad.
Uno de ellos, y que tuvo amplia repercusión en el slogan “Que se vayan todos”, era el suponer que la política es una gimnasia vinculada al recambio generacional, como si la renovación consistiera en cambiar caras o cambiar las generaciones. Si ello fuera así, no se podría explicar la trascendencia histórica mundial que han tenido hombres como De Gaulle, que era viejo y se puso al frente de la lucha de la transformación de Francia. Churchill, Roosevelt, Stalin, que eran ancianos, nunca hubieran producido hechos que cambiaron el curso de la humanidad con los acuerdos que dieron a la tarea inédita de la coexistencia. Tampoco se podía justificar la presencia y trascendencia que tuvo, a pesar de todo Mao Tse Tung en China. El gran error es confundir política transformadora con recambio generacional a reglamento. El problema no es la edad, sino las ideas. “Sin estudio, toda lucha se frustra, y la lucha sola, sin respaldo del análisis y la experiencia, termina siendo simplemente una forma estéril de activismo, que no sirve más que para tranquilizar los nervios de aquellos que lo practican”. Rogelio Frigerio.
Otra gran confusión, es tender a igualar los concepto de dos fenómenos muy diferentes entre si, “crecimiento” y “desarrollo”. El desarrollo económico genera, sostiene y acrecienta la riqueza de una Nación. Supone la adopción de métodos de producción modernos e integrados, los que permiten el crecimiento efectivo y no aparente, sostenido y no circunstancial, de la riqueza de una Nación. No es una concepción estática, se renueva y actualiza permanentemente para posibilitar el ritmo sostenido y eficaz del crecimiento económico. El crecimiento es solo el incremento cuantitativo de la estructura existente. De allí que si bien el desarrollo extraña crecimiento – en tasas extraordinarias y sostenidas- no todo crecimiento puede ser confundido con desarrollo.
El significado de “globalización”, es el más destacado error de la actualidad. La idea que tienen algunos economistas y dirigentes políticos, es que frente a la globalización, hay que hacer lo que dispone esta, y no lo que quieren algunos nacionalistas nostálgicos. En rigor de verdad, la globalización no es otra cosa que el proceso de concentración económica que es inherente a la economía capitalista. La globalización es lisa y llanamente, una nueva forma del imperialismo. A partir de un determinado nivel el desarrollo capitalista desborda los marcos nacionales y se internacionaliza. La apertura de los mercados, que es fruto de las políticas neoliberales, favoreció este proceso, y se reforzó con la globalización financiera. Así como la gestión imperialista en el pasado tiene que ver con los fusiles y los cañones, hoy esa gestión está íntimamente ligada a los portentosos avances de las comunicaciones. Pero así como las armas no han impedido el avance de las comunidades humanas hacia la condición nacional, tampoco la globalización es un obstáculo para el perfeccionamiento de las nacionalidades, ya que los adelantos en materia comunicativa facilitan el rápido desplazamiento de las diversas formas del capital, deben ser aprovechados para la vigencia de las naciones y no para su desdibujamiento. Si esto no ocurriera en una determinada Nación, es porque su elite política no esta a la altura de las aspiraciones populares. Algún día se llegará a Universalismo o “el mundo uno”, donde las barreras nacionales ya no existirán, pero ese será el resultado de una más grande cohesión entre los seres humanos, y ella deberá manifestarse primero en el seno de la Nación en la medida que ella se vaya perfeccionando.
La lucha por la liberación nacional, adquiere diferentes formas, una menos espectacular, pero de mucha significación teórica y práctica de este momento es la de combatir la confusión que reina en el campo de la política.

Abogado - Desde Formosa
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