lunes, 23 de mayo de 2016

El plan de la elite para generar inflación global

La onza de oro está cotizando en US$ 1.245 y si continúa subiendo, como yo pienso, hasta US$5.000 o US$10.000, probablemente estarás muy satisfecho.
Pero esta posibilidad no te cuenta toda la historia. El oro habrá crecido dramáticamente en términos nominales ya que, si una persona compra oro en US$ 1.000 por onza y llega a US$5.000 por onza, el retorno habrá sido del 400%.
Pero la realidad es que si el oro trepa de esta manera, el dólar se habrá devaluado un 80%. Hoy, una devaluación de esta magnitudes de la moneda norteamericana, se traduce en una onza de oro en US$5.000, en una barril de petróleo de US$400 (hoy en US$48) y en un crecimiento exponencial del precio del combustible.
Correcto, si esto ocurre, hay que protegerse comprando oro ya que es la mejor manera para mitigar en brote inflacionario. Estarás en una posición mucho más sólida que aquellos que no poseen oro en sus carteras pero, en realidad, estarás manteniéndote a la par ya que todo lo que comprás también habrán trepado exponencialmente.
Para que quede claro: un precio de la onza de oro mucho más alto, se traduce en un dólar devaluado y esto es exactamente lo que la elite quiere.
Esta estrategia forma parte del plan que tiene la elite para generar una inflación a nivel mundial.
¿Cómo pueden las potencias mundiales ponerse de acuerdo para crear inflación sin generar una guerra de divisas que lo único que hace es mover dinero entre ganadores y perdedores?
La respuesta tiene dos partes y es muy interesante. Pero lo que tenés que saber es que lo que te voy a explicar a continuación pronto ocurrirá.
La primera parte de esta respuesta es simple: recientemente te he explicado cómo las potencias mundiales desean que el precio del oro continúe escalando para generar inflación. Punto. Las pruebas confirman esta hipótesis.
La segunda parte se llama “dinero helicóptero” e ilustra una situación de un helicóptero tirando dinero para que este caiga en la calle. Las personas debajo, agarran estos billetes y salen corriendo al Wal-Mart más cercano y arrasan el local comprando todo lo que encuentren en el camino. Todo gasto termina reflejándose en la inflación. Las economías mundiales no se disponen a tirar dinero en las calles desde un helicóptero, pero solo deseo utilizar este ejemplo para explicarte bien en detalle cómo funciona el dinero helicóptero.
Ahí voy.
El dinero helicóptero (DH) es una combinación de la política fiscal y de la política monetaria de una nación. Los bancos centrales controlan la impresión de los billetes pero no controlan el gasto público. Eso lo hacen los congresos. Los políticos.
Bajo el concepto DH, el banco central trabaja en sintonía con el Congreso. Es decir, las autoridades monetarias trabajan junto a las autoridades fiscales. Cuando el Congreso quiere gastar más dinero, confecciona presupuestos con déficits más abultados. El tesoro de cada país, está obligado a cubrir este déficit y emite títulos de deuda pública. Cuando esto ocurre, la Reserva Federal compra los bonos con el dinero que imprime.
La diferencia entre DH y el estímulo monetario es que en este último, la Reserva Federal solo compra los títulos de deuda pública a los bancos quienes ya los habían adquirido con anterioridad. La Reserva Federal, al comprar estos bonos, deposita dinero en los bancos quienes se dan vuelta y le prestan los fondos a las empresas y al público en general.
Pero las personas, últimamente no quieren gastar dinero y los bancos no quieren prestarlo con tanta facilidad. Lo que está ocurriendo es que los bancos devuelven estos fondos a la Reserva Federal quien, teóricamente, es el banco de los bancos.
El resultado es que infla los resultados trimestrales de las entidades financieras y no ayuda a la economía en general porque el público no la gasta.
El DH evita este paso intermedio y confía que el Congreso gaste el dinero. El DH no le da el dinero al público porque corre el riesgo que estos no lo gasten. Recordá que debe haber gasto para que haya inflación. El Gobierno se ocupa de gastar el DH ya que sabe muy bien cómo hacerlo.
En Estados Unidos, el Partido Demócrata le gusta gastar dinero con planes sociales, programas educativos y salud pública. El Partido Republicano, le gusta gastar dinero con subsidios corporativos, planes de defensa nacional e inteligencia internacional.
De la manera que los demócratas y los republicanos se ponen de acuerdo en aprobar estos gastos es que cada uno aprueba los proyectos de ley del otro. De esta manera, los demócratas tendrán salud pública “gratis” y los republicanos tres nuevos portaviones.
Y aquí aparece el Multiplicador Keynesiano. Este multiplicador dice que si el Gobierno gasta dinero para obras de infraestructura, este debe contratar obreros quienes utilizarán el sueldo para inyectarlo en la economía, comprando lo que les plazca. Los receptores del dinero de los obreros, harán lo mismo y así se multiplicará este gasto activando la economía.
Pero el Multiplicador Keynesiano no es tan efectivo como las elites mundiales piensan. Con una economía saturada con deuda pública como la norteamericana, el multiplicador se quedaría corto en su cometido.
El Congreso de los Estados Unidos, el pasado mes de diciembre aprobó el incremento del techo del endeudamiento norteamericano permitiendo al Gobierno norteamericano transitar en una economía con mayores déficits que serán cubiertos por más deuda. Si la sociedad no gasta el dinero que tiene, el Gobierno lo hará y lo financiará. Eventualmente, generará inflación.
El plan está en la mesa y ya está siendo analizado por las grandes mentes. George Soros es una de estas mentes a cargo de implementar el plan maestro de las elites. Pero estas mentes no piden el DH. Ya lo tienen. Es problema para ellos es cuánto gastar para ponerlo en marcha. Es más, buscan mecanismos sofisticados para esconder sus planes.
Un mecanismo utilizado por las elites para inyectar DH a las economías, es el reciente “Acuerdo Climático”. Para “salvar” el planeta o en nombre de la “justicia climática”, las economías mundiales acordaron inyectar US$ 6 billones para crear planes o programas, activando así el Mutiplicador Keynesiano.
El dinero comenzará a fluir muy pronto. La inflación aparecerá también. Ya sea mediante el DH o mediante un incremento exponencial de la cotización del oro. No ocurrirá de la noche al día, pero el plan ya está en marcha.
La inflación en los Estados Unidos es baja. La Reserva Federal dice que quiere 2% pero en realidad quiere 3%. Si las elites ganan la batalla y logran su cometido, habrá inflación y la mejor herramienta para mitigar este rebrote inflacionario es el oro.
Es momento de comprar oro.
Jim Rickards. Para Inversor Global. - Enviado por mail

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