Más allá de que sonó a aquello de "si no les gusta hagan un partido y ganen las elecciones" -lo que al final del día lo iba a ungir para su actual cargo-, la afirmación del funcionario es una bravata. Nadie como los chacrers de la Segunda Revolución de las Pampas ha sido más eficiente en el ahorro de energía en general y gasoil en particular.
Recordemos. Hace treinta años, se cultivaban 20 millones de hectáreas, se producían 30 millones de toneladas y el campo consumía 4 millones de metros cúbicos de gasoil. Unos 100 gramos por tonelada.
Hoy la superficie sembrada subió un 50% y la producción supera las 100. El consumo tranqueras adentro bajó un 65%. Apenas 30 gramos por tonelada. Parafraseando al marido de Hillary Clinton: Es la siembra directa, estúpido.
Sigamos. Lo que ahora explica dos tercios de la superficie cultivada y la mitad de la cosecha es la soja, que no existía hace treinta años. Bueno, la soja vale el doble, así que ahora no solo gastamos un 65% menos de gasoil, sino que se hacen también más eficientes los fletes. Porque si bien en el transporte no hubo ahorro de energía, lo que ahora viaja tiene más valor agregado. No es lo mismo quemar gasoil para llevar al puerto almidón (maíz, sorgo, trigo) que llevar proteína y aceite (soja). Impacto económico.
Pero también ambiental. Si el aumento en el precio de los combustibles tuviera la misma lógica que el incremento del impuesto a los cigarrillos, jugaría a algo como el polémico "carbon tax".
Es un impuesto a las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero que proponen algunos en el Primer Mundo. Ya tenemos demasiados impuestos y no parece la alternativa más plausible para estimular la transición energética hacia un mundo que funcione sin petróleo, como es claramente la decisión de la humanidad.
Cansada de sus externalidades negativas, no parece interesarle que su precio baje por aumento de la oferta.
Para muestra, un botón: Elon Musk, hace un mes, lanzó el Tesla 3, primer modelo masivo de auto eléctrico de alta gama (35.000 dólares). Vendió 400.000 unidades, la mitad antes de mostrarlo. Va a empezar a entregarlos a fines del año que viene... Los clientes saben que antes de que se acabe el petróleo, se acaba el aire. O nos ahogamos.
Pero lo que se hizo aquí es otra cosa. Simplemente, se alineó a los combustibles con el precio del petróleo, generando margen para las alicaídas refinerías.
Conviene recordar que el petróleo que compran las refinerías está concesionado a un grupo de empresas que hoy reciben, por decisión oficial, un precio un 50% por encima del mercado internacional.
Toda la sociedad está subsidiando este negocio, una rémora de la dudosa apuesta al shale, ahora insostenible. Y particularmente lo está subsidiando el campo, que produce con el gasoil al doble que en los competidores (EEUU, Brasil) y todavía sufre una detracción del 30% en la soja.
Propuesta: fomento de los biocombustibles, haciendo efectiva la ley 26043 que establece beneficios impositivos. Duplicar el corte del gasoil con biodiesel. Incrementar el corte de la nafta con gasoil a niveles brasileños: 27% de piso, como Brasil y poner la mira en una armonización completa en el Mercosur implementando el flex. Transitar del MTBE (que sustituyó al plomo) por ETBE. Impulsar la generación eléctrica con biodiesel, biogás y bioetanol.
Hacer esto sería una pequeña compensación al mayor costo de los combustibles, hoy lisa y llanamente una transferencia de recursos del agro a los sectores de la añosa era del petróleo. Sí, podemos ser más eficientes
Enviado por Arturo Navarro - http://www.arturonavarro.com.ar/
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