Los inversores reaccionaron con muchísimo escepticismo.
El mercado hizo una dura interpretación de los comentarios de algunos de los miembros del FOMC, especialmente de los presidentes de las Reservas Federales regionales como Loretta Mester, Esther George y James Bullard. Basándose en ese duro sesgo, los mercados asignaron una probabilidad más alta al aumento de la tasa en junio, el dólar repuntó, el oro cayó y las acciones estaban confusas pero bajaron levemente.
¿Se han revertido repentinamente todas las tendencias desde marzo? ¿Es este el fin del Acuerdo de Shanghái que vengo sosteniendo en mis comunicaciones?
No tan rápido. Respiremos profundo e investiguemos un poco más.
Es verdad que algunos de los presidentes de los bancos regionales han estado hablando de un aumento de las tasas de interés y que hay información sobre que la inflación y el crecimiento están aumentando últimamente. ¿Pero acaso esto es suficiente para sacar a la Reserva Federal de su neutralidad? Probablemente no.
Y esto lo digo a pesar de las recientes declaraciones de muchos de los funcionarios, como por ejemplo James Bullard, que continuaron fogoneando la idea de una inminente suba de las tasas de interés en lo inmediato.
Creo que no habrá tal movimiento alcista como esperan estos funcionarios. No hay razones evidentes para que haya un movimiento en este sentido. Es más, a continuación describo algunos factores importantes que pesan a favor de que no haya una suba en las tasas en junio:
Los presidentes de las Reservas Federales regionales son francos pero no están en control de la situación. El núcleo de Yellen, Fischer y Dudley todavía manejan las riendas (ahora también lo hacen junto a Lael Brainard debido a su liderazgo en conexiones internacionales). Ninguno de ellos ha dicho una palabra dura desde diciembre. El mismo Brainard ha estado pacífico. Esto sugiere que no habrá aumentos de tasa en la reunión de junio.
La próxima reunión de la Reserva Federal es el 15 de junio, tan sólo ocho días antes de que los “Brexit” voten en el Reino Unido. Si el voto de los Brexit es que se vayan (ahora las encuestan están empatadas en que se vayan o que se queden), habrá un terremoto financiero. Le recuerdo que lo que se estará votando aquí es la permanencia o no del Reino Unido en la Unión Europea. No es algo menor, en absoluto, sino que implica un gran riesgo de cara al equilibrio de poderes en el Viejo Continente.
La Reserva Federal no querrá desencadenar un colapso en el mercado (¿recuerdan lo que pasó en enero?) con una suba de las tasas en frente a otro posible colapso como en el caso de Brexit. Poco tiene para ganar la FED si avanza en este sentido y los riesgos son extremadamente altos.
Es un año de elecciones y Yellen es una devota demócrata. Las recesiones en el año eleccionario favorecen al partido que no gobierna. Yellen no quiere ser responsable de que Donald Trump sea elegido y esa es otra razón por la probablemente ella esperará hasta diciembre.
Como ve, desde mi punto de vista hay tres razones fuertes (y lógicas) por la cual no debemos esperar una suba del costo del dinero, al menos, en la reunión del mes de junio.
En este sentido, creo que los mercados se han apresurado a incorporar la expectativa de suba de tasas en los precios de los activos financieros, sobre todo en el caso del oro que ha descendido abruptamente.
Si la semana pasada recomendaba la compra del metal, el actual precio me lleva a ser mucho más convincente en este sentido.
Mi recomendación es comprar oro en la debilidad.
Un saludo cordial, Jim Rickards.
Fuente: Publicado en Inversor Global - enviado por mail
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