Ellos están golpeando las puertas del viejo mundo. Europa. El más desarrollado. El más cercano y lejano a la vez. No todos volvieron su cabeza. No todos han sido solidarios. No todos levantaron su voz clamando por los refugiados. Sí lo hizo Alemania. Sí lo hizo Austria. Sí lo hizo Francia e Italia y se suma Suecia también. Merecen el reconocimiento y agradecimiento de todo este bendito planeta azul. La Argentina no debe quedar al margen de este acto de amor. No debe estar ausente de este momento histórico. No sólo la Argentina sino toda América Latina debe abrir sus puertas para recibir a sus hermanos refugiados. Vengan de donde vengan. Nuestra condición de personas así lo exige. Ser indiferentes a esta verdadera catástrofe humanitaria nos condenaría al escarnio mundial del cual no regresaríamos indemnes bajo ningún punto de vista.-
Nuestro preámbulo es claro en ese sentido: “…y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia…”. Que así sea.-
(*) Abogado; Dr. en Ciencias Jurídicas y Sociales; Analista Político; Investigador; www.miradoranalitico.blogspot.com.ar e-mail: doctorjorgeyunesfarrud@gmail.com
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