La mercadotecnia desde mediados del siglo XX fue una
herramienta eficaz para “la promoción de productos”, ventas y el
posicionamiento de marcas en la mirada
de los consumidores.
Pero con el pase del tiempo, la mercadotecnia comenzó a
transitar el escenario de la política. Así el ciudadano paso a convertirse en
el “consumidor” y el candidato político en el “producto”. Este último logra su cometido al “ofrecerles” al consumidor, desde los programas de televisión, de radio y a los números de seguidores, en las redes sociales, la "venta" de su "producto" (que es el como candidato) con
su mensaje a las masas, de ser la mejor
oferta a la hora de votar.
Hoy la “mercadotecnia política es una rama del conocimiento
integrada a las ciencias de la comunicación y como tal se sustenta en el
andamiaje teórico de las ciencias sociales y las ciencias de la conducta, en la
inteligencia de que al traducirse en una técnica, este se acoge a un orden sistemático y a los lineamientos
metodológicos siempre validables por la
experiencia empírica. Es decir, como esta moderna disciplina ha procreado con gran intensidad y dinamismo, desde especialistas de la mas
alta jerarquía que ocupan lugares destacados en el mundo académico, en despachos
privados de prestigio internacional y en
gabinetes de investigación y asesorías cercanos a los centros de decisión de la administración pública hasta una
caterva de “publicistas habilitados” que
sin escrúpulos alguno han entrado en el mercado político que ahora
está de moda, bajo el supuesto de que por el camino de sus recomendaciones ocupan un lugar dominante en la escena política” [1]
Eso justamente es Joao Santana, el brasileño, experto en campañas presidenciales, dueño de
la empresa Polis-Propaganda y Marketing, y considerado un gurú de la imagen, y
hacedor de presidentes. Su larga experiencia en lograr objetivos en países de
Latinoamérica y África, donde ha construido
estrategias que apelando a lo emotivo fue el motor que empujo al éxito a
políticos como Chavéz y Maduro en
Venezuela, Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil, Ollanta Humala en Perú,
entre otros. En Argentina colaboró en la campaña de De la Sota
y se dice que asesoró a Daniel Scioli para el ballotage del próximo 22
de noviembre por 400.000 dólares.
Santana, se ha convertido en un multimillonario armando
campañas sucias para quien quiera convertirse en presidente. Con Chavéz apeló a
su enfermedad , colocando el cáncer que sufría el venezolano como centro de los
spots de campaña.
Las frases pegadizas, los lemas, los colores brillantes, los
“sentimientos religiosos” son las armas que utiliza para movilizar la emoción
de los votantes. Tal el episodio del
pajarito -que supuestamente- dio un mensaje
a Maduro de parte de Chávez desde “el otro mundo”. Todo fue ideado por
Santana para seducir a los venezolanos.
Así, el elector es manipulado sin límite alguno,
utilizándose las ocurrencias mas disparatadas e incoherentes, como también la
mentira. Todo sirve como recurso idóneo para el objetivo sucio de ganar la
presidencia a cualquier costo. Porque el marketing del miedo “es la
elaboración y uso de estrategias para someter, obligar y/o persuadir a un individuo o a una población a hacer
algo”.
El Plan se instrumenta de la siguiente manera:
1) Se investiga que quiere el elector;
2) Que lo motiva a seguir a determinado candidato, para así
atacar esa cualidad;
3) Segmentan a los electores por grupos, para exponer una
oferta que se adapte cada grupo,
personificando al elector;
4) Atacar al elector definido;
5) Tratar de
convencer a los indecisos;
6) Debilitar al adversario con un ataque preciso desde los
medios y las redes que lo haga
vulnerable frente al elector;
7) Elegir un
spot de campaña que atraiga desde lo
emotivo, y conmueva;
8) Los impactos publicitarios deben ser precisos y en horarios adecuados;
9) Se debe insistir en poner en duda la credibilidad del
contrincante;
10) Los eslogan deben
ser pegadizos y memorizables.
El oficialismo ha comenzado una "campaña sucia" contra
Mauricio Macri, con el propósito de convertir su imagen en algo malo para el país.
Si votamos a Cambiemos abriremos las puertas al
infierno donde el hambre, la desocupación, el congelamiento de sueldos,
la pobreza y el retraso nos sobrevendrá. Ese es el mensaje!
Instalar el miedo en el elector es un mecanismo que se
dispara sobre la atención de los ciudadanos con el propósito de inclinar su voluntad
hacia donde ellos quieren, que es que
gane Daniel Scioli. Para eso, diabolizar la imagen de Macri, es el camino.
Referencias:
[1] Los mercenarios de la imagen: mercadotecnia vs
democracia - De Francisco Xavier Montero
Lozano, Francisco X. Montero Lozano
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