viernes, 20 de noviembre de 2015

Alineamiento indebido de las autoridades de la F.A. U.,B.A.

Por  el  Ing. Agr. Roberto Campi. Enviada por Daniel Besso
Sres. Consejeros,
en los últimos días se ha instalado en el seno de nuestra Facultad un intenso debate en torno al respaldo que varios docentes y el propio decano de la Facultad dieran a la candidatura de Daniel Scioli a la Presidencia de la Nación. Dicho respaldo fue manifestado a través de dos declaraciones públicas, la primera suscripta por un grupo de docentes - incluido al decano - y centrada en la defensa del presupuesto universitario, CONICET y del resto del Sistema de Ciencia y Técnica, y una segunda nota suscripta por el decano a título personal y motivada (según el mismo refiere) por la reciente modificación a la ley 24.521 de Educación Superior, la que establece el ingreso libre e irrestricto a la universidad y la gratuidad de los estudios, así como por las consecuencias que una devaluación del peso tendría sobre la producción industrial y el nivel de empleo en el país. Ambas notas se suman a una reciente resolución del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA en apoyo al mismo candidato para el ballotage del próximo 22 de noviembre.
En vista de ambas iniciativas, y de la preocupación que muchos colegas, tanto docentes como graduados externos de la Facultad, han manifestado por la posibilidad de que este Consejo se manifieste en favor de uno de los candidatos a la presidencia, es que deseamos dar a conocer nuestra opinión, sin ánimo de confrontar con las antedichas, sino para complementarlas y presentar a la sociedad un panorama más completo de la diversidad de opiniones que reina en nuestra facultad. Nos interesa en particular referirnos a tres temas: la reforma a la Ley de Educación Superior, el compromiso social de nuestra Facultad y su rol en el proceso electoral nacional.
En primer lugar, respecto a la reciente reforma de la Ley de Educación Superior, nos preocupa la pasividad con la que la comunidad universitaria aceptó lo que entendemos es un claro avasallamiento de la autonomía universitaria, el que ha sido justificado con entusiasmo por los valores - compartidos por la mayor parte de la comunidad universitaria - que la reforma introduce en la ley, como si se aceptara que el fin justifica los medios. Recordemos que la autonomía y la autarquía universitaria (así como gratuidad de los estudios universitarios) son derechos constitucionales (véase el capítulo IV, art. 75 inc. 19 de la Constitución Nacional) que no pueden ser re-otorgados por ley alguna, ni tampoco limitados, ni redefinidos en modo alguno. Por tal motivo entendemos que la imposición de condiciones de ingreso a las universidades nacionales es inconstitucional y que tal imposición de ningún modo debería ser celebrado como un logro, más allá de que esta reforma avale el sistema de ingreso irrestricto por el que ha optado la Universidad de Buenos Aires. Por otra parte, nos preguntamos, ¿si en el fututo una mayoría circunstancial revirtiera también por ley esta reforma, la aceptaríamos con igual beneplácito? La norma es además perniciosa porque no contempla plazos de adecuación a las nuevas condiciones de ingreso en facultades con examen, ni refuerzos presupuestarios para hacer frente a las necesidades docentes y edilicias que la ley genera.
En segundo lugar, queremos hacer notar que la campaña de apoyos a la candidatura del gobernador Scioli desde la Universidad, sustentada en el incremento presupuestario recibido por algunas universidades en los últimos años, y por el CONICET, desconocen muchos otros aspectos de la actual gestión gobierno en temas de gran importancia social como por ejemplo en reducción de la pobreza, protección del medio ambiente, protección de la agricultura familiar y promoción de la producción agrícola a escala pequeña y mediana, educación pública a nivel primario y secundario, sistema impositivo y financiamiento del Estado, acuerdos comerciales internacionales, etc. Tomando como ejemplo las notas que circularon en la Facultad, es claro que las mismas han sido escritas por docentes/investigadores para docentes/investigadores, asociando el concepto de “buen gobierno” únicamente al incremento del presupuesto universitario y del sistema científico-tecnológico. Esta perspectiva es claramente reduccionista, porque reduce el análisis de un programa de gobierno a la evolución de una sola variable, y es además corporativa, porque la variable elegida se vincula sólo al bienestar económico de un grupo de interés particular. Un análisis tan parcializado, lejos de acercar la universidad a la sociedad, la posiciona como una institución con intereses propios, a veces contrapuestos al interés general, además de opacar la profundidad intelectual que históricamente la caracterizó.
Tercero, un comentario sobre el rol que pretendemos de la Facultad durante un proceso electoral tan trascendente como el actual. Entendemos a la Universidad como un espacio de ideas, y es en este contexto que consideramos que la Facultad debería ser protagonista y facilitador de un espacio de debate y difusión de los distintos programas de gobierno que compiten por la presidencia. Por este motivo, valoramos el espacio abierto por la Facultad de Derecho para el primer debate presidencial del país el 4 de octubre pasado, y para el próximo debate del domingo 15 de este mes. La contracara de esta iniciativa fue la resolución del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales alineando la facultad detrás de uno de los candidatos, sin debate, y con el doble propósito de mostrar a la sociedad cuál es la filiación partidaria de la mayoría de sus directivos, y de aclarar a docentes, nodocentes y alumnos de la propia facultad cuál es la postura política promovida por sus autoridades. Nuestra opinión es que tal actitud es contraria a los valores democráticos impulsados por la Reforma Universitaria de 1918 y al respeto por la diversidad ideológica manifestada en la bases del Estatuto Universitario.
Para concluir, queremos aclarar que las líneas precedentes de ningún modo agotan nuestros puntos de vista sobre la realidad nacional. A través de estas breves líneas deseamos simplemente mostrar que el claustro de graduados de la Facultad de Agronomía es un espacio plural, del mismo modo que el claustro de profesores y de alumnos, y alentar a este Consejo a que los presente a la sociedad como tales mediante manifestación explícita de que todas las opiniones vertidas a través de los medios de comunicación son las opiniones personales de quienes las suscriben en el marco de la más amplia libertad de expresión.

Línea de Egresados Agronomía Independiente 12 de noviembre de 2015. Aula 4, Pabellón de Bioquímica, Facultad de Agronomía, UBA.
ENVIADO POR DANIEL BESSO

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