“El poder es dulce, es como una droga y el hábito incrementa el deseo; el poder intoxica”, llegó a decir el filósofo Bertrand Russell (Premio Nobel de Literatura en 1950).
Recordemos que se define a la dictadura como un sistema político en el que una sola persona o un grupo gobierna con poder total, sin someterse a leyes ni límites, impidiendo la intervención de otros y controlando todos los aspectos del Estado y de sus ciudadanos. No reconoce ni respeta la vigencia de la división de poderes y actúa con arbitrariedad. Prescinde del ordenamiento jurídico según sus intereses y busca eliminar a la oposición.
Cualquier semejanza con quien rige los destinos de nuestra nación desde hace ocho años, y hasta el 10 de Diciembre, no parece antojadiza ni exagerada. Los hechos están a la vista y la legitimidad de origen de un gobierno jamás puede avalar el atropello ni el autoritarismo en su ejercicio.
Se la considera con una propensión narcisista al ver su mundo principalmente como un escenario donde ejercitar su poder y buscar la gloria, mediante la presencia infaltable y disciplinada de una CLAQUE OBSECUENTE convocada principalmente para aplaudirla, es un rasgo de arrogancia que históricamente, no solo ella sino muchos líderes han exhibido.
Como con la mentira se puede llegar muy lejos pero sin ninguna posibilidad de retornar, el modelo gastado e imposible de remendarse, inexorablemente se acerca a su final. La necesidad del kirchnerismo de eternizarse en el ejercicio del mando, no tomo en cuenta ninguna regla escrita ni ética. El aumento de la pobreza, para el poder, pareciera ser sólo un hecho no deseado de la dinámica política o un involuntario error de cálculo durante la autodefinida “década ganada”.
Al mejor estilo del ilusionista (MAGIA), la futura ex presidente hizo desaparecer 10 millones de pobres de las estadísticas. Pero ellos siguen estando, sufrientes, como lacerante realidad. Una realidad que el exacerbado ego gobernante arroja a la banquina despreocupadamente. Ellos, la clase media y otros hartos votaron contra todas estas mentiras.
Abogado- Desde Formosa
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