Y sí, fue un tremendo cachetazo como no lo esperaba nadie. Un tsunami político. Una enorme advertencia. Una gran esperanza. Los resultados que arrojó la elección del domingo 25 de Octubre son la consecuencia directa de doce años de desgobierno. Más de una década de subvertir la República. El Kirchnerismo y sus secuaces se encargaron de ello. Instalaron la corrupción en todos los estamentos del Estado. Se jactaron desvergonzadamente de manejar todas las instituciones, incluso la Justicia adicta. No escatimaron en vomitar soberbia por los cuatro costados. Levantaron la bandera de la arrogancia y el desencuentro entre los connacionales. Pisotearon el diálogo con los distintos referentes de la oposición. Se codearon con el crimen organizado hasta instalar el narcotráfico en la Argentina. Sobornaron las necesidades de un pueblo denigrado. Bastardearon la obra pública. Vendieron nuestros recursos naturales al mejor postor. Minaron la sociedad con planes sociales innecesarios con la única finalidad del voto comprado. Se cansaron de repartir pescado en vez de entregar cañas de pescar. Les faltaron el respeto a los ciudadanos. Insultaron a las instituciones de la República. Se mofaron de la Democracia. Entristecieron con su conducta a la Patria.-
Pero no fue gratis. Con el chori y con la coca no alcanza para embarullar y embaucar a un pueblo. Un pueblo que pacientemente le dijo NO al dislate “K”. Le dijo BASTA a la corrupción institucionalizada, al clientelismo, a la justicia garantista, a la inseguridad, a la narco política, a la inflación, al soborno electoral de los planes sociales, a los cipayos vende patria que remataron nuestros recursos naturales, al patoterismo de un gobierno que está desesperado y desencajado porque sabe que se le viene la noche. Olfatea su final. Y como un animal herido descarga toda su adrenalina y su furia en defenderse. Pero se olvida de algo. Se olvida que somos una Nación. Que somos Familia. Que somos Ciudadanos de una República que finalmente se puso de pie y que con una colosal voluntad, sin prisas pero sin pausas, comienza a gestar un nuevo destino. Un futuro de reconciliación y grandeza. Un ciclo de paz y prosperidad. Que así sea.-
(*) Abogado; Dr. en Ciencias Jurídicas y Sociales; Analista Político; Investigador;www.miradoranalitico.blogspot.com.ar; e-mail: doctorjorgeyunesfarrud@gmail.com; Twitter: @EnriqueYunes; Rosario, Provincia de Santa Fe, República Argentina.-
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