Los datos son muchos y confunden al momento de saber qué es lo más conveniente. Ni te digo si estás fuera del país: ¿intentar comprar la moneda del destino, llevar dólares, usar la tarjeta de crédito o la de débito?
Veamos…
Un estudio realizado en 2001, por profesores de negocios de la universidad estadounidense MIT Sloan School of Management Drazen Prelec y Duncan Simester, mostró algo sorprendente. Ante un partido de básquet, con entradas agotadas, organizaron una reventa por subasta: ofrecieron a la mitad la oportunidad de pagar con tarjeta de crédito y pidieron a la otra mitad que lo hiciera en efectivo.
Lo que arrojó este experimento social es que aquellos que podían pagar con tarjeta ofrecieron casi el doble de dinero que los que debían hacerlo en efectivo.
El ejemplo sirve para saber que lo primero que tenemos que hacer es controlar nuestros impulsos al momento de usar el crédito y dejarlo marginado para aquellas situaciones en las que realmente sea negocio.
En ese sentido, la revista Apertura realizó el siguiente ejercicio práctico:
¿Qué descuento en cash le gana al pago en cuotas? Como ejercicio, se propone comparar una compra de $ 12 mil en efectivo con un descuento del 10 % o pagando en 12 cuotas sin interés. La cuenta es fácil: se abonarán $ 10.800 contantes y sonantes o 12 cuotas de $ 1.000 cada una.
¿Cuál es el beneficio real, considerando la inflación, sobre las cuotas? En otras palabras: ¿a cuánto asciende el ahorro final? Dependerá del nivel de inflación esperada: mientras mayor es la tasa, mayor será el beneficio final.
Con una inflación del 30% anual, el beneficio de las 12 cuotas a valor presente será el equivalente a $ 10.283; con un 25%, $10.547; con un 20%, $ 10.822.
Teniendo en cuenta que la inflación –de acuerdo con las consultoras- se ubica entre el 25% y el 30%, el descuento tendrá que ser muy interesante para vencer a las cuotas sin interés de la tarjeta.
Todo esto, pensando siempre que pagamos la totalidad de la tarjeta cuando nos llega el resumen. Es decir, no estamos contando los punitorios de no pagar o de pagar el mínimo (en este caso el Costo Financiero Total o CFT puede dispararse hasta el 90% anual). Es por eso que es clave tener en mente los gastos que voy acumulando en el cierre de este mes.
La fecha de cierre o corte no es la misma que la de vencimiento. Parece básico pero es algo que hay que tener bien claro para evitar sorpresas (puede haber hasta 15 días de diferencia entre una y otra).
¿Qué se compra con tarjeta?
Comprar un pollo en 12 cuotas no parece ser el mejor negocio. Dicho de otra manera, la idea es restringir su uso a la adquisición de bienes durables (cuya utilidad vaya más allá de los meses de pago que requiera) o gastos que por ser tan elevados complicarían nuestro presupuesto mensual: pasajes aéreos por ejemplo.
¿Afuera con qué pago?
Y acá son varios las posibilidades: la moneda del país de destino, dólares, pesos (te los aceptarán si te encontrás en un país de la región), tarjeta de débito o crédito.
Los pesos argentinos suelen ser castigados de sobremanera en el exterior. Losspreads (diferencias entre puntas compradoras y vendedoras, que es lo que gana la casa de cambio) son muy elevados.
En Uruguay, por ejemplo, el peso argentino cotiza a $ 2,45 (venta) y $ 1,45 (compra). Ese casi 70% sólo se explica con una palabra: desconfianza.
Si lográs comprar a través de la AFIP la cantidad de moneda extranjera que deseás (lo dudo mucho), estarías ante el negocio del siglo. Si no corrés con tanta suerte, una alternativa es viajar con dólares ahorro. Hoy está en $ 11,5, un 20% por encima del oficial. Dado el límite mensual que tiene hoy esta compra, deberás ser previsor y empezar a adquirirlos con mucha antelación.
Si no pudiste hacerlo, la disyuntiva se resume a crédito o débito. Por esta vía el dólar hoy te costaría $ 12,95, un 35% por encima del oficial. Pero hay una diferencia clave: en el primer caso la cotización cierra al momento de hacerse la transacción, mientras que con la tarjeta de crédito queda abierta hasta que corte el resumen.
Es decir, en el segundo hay un mayor grado de incertidumbre.
Lo que te quiero decir con todo esto es que el crédito no es malo en sí mismo, pero es una herramienta que hay que conocer bien antes de mazar a utilizarla.
Dejarse convencer porque la cuota mensual queda en un monto muy bajo es el error de la mayoría. Siempre hay que mirar el CFT y cotejar con los beneficios que me ofrezcan pagar en efectivo.
Hasta la semana próxima.
Un fuerte abrazo, Ignacio.
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