No dejo de sorprenderme cada fin de año.
Existen patrones de comportamiento que se repiten una y otra vez. Cualquier reporte de mercado emitido por una entidad contiene una proyección específica del nivel en el que se encontrará el S&P 500 a fin del próximo año.
Siempre me pregunto cuál es el porcentaje de acierto de estas proyecciones, aunque sé que es muy, pero muy bajo.
Pero igual los analistas lo siguen haciendo de manera ininterrumpida…
Entiendo la necesidad de brindar cierto pronóstico al momento de emitir un informe de recomendaciones, pero el mismo debería ser un poco más flexible, otorgando distintos escenarios con probabilidad de ocurrencia.
En particular casi nunca hago este tipo de proyecciones.
No sólo porque no cuento con las herramientas econométricas necesarias para tal fin, sino porque el grado de fiabilidad de ese análisis es bajo al encontrarse fuertemente condicionado.
Por el contrario, me inclino más por otorgar visiones de tendencias de Bolsas o activos de manera más general, basado en los fundamentos para un período de tiempo más lejano al corto plazo.
En mi opinión, de esta manera quien está del otro lado recibiendo la información puede tener un panorama más completo y entender de mejor manera cuáles son los drivers principales que impulsan determinados mercados.
Y, también, entender los riesgos.
Lo que pasó y lo que viene…
2014 deja un claro ganador sobre la mesa: Estados Unidos.
Contra la gran mayoría de los pronósticos y luego de haber crecido más de 30% en 2013, el índice S&P 500 deja una ganancia de dos dígitos nuevamente en 2014. Y no sólo esto. Sino que ese retorno en moneda estadounidense es mayor medido en cualquier otra moneda del mundo.
¿Por qué?
Porque el dólar estadounidense se apreció fuertemente contra el resto de las monedas globales (desarrolladas y emergentes). Esto se debe a la mejora de la actividad económica en ese país, llevando a la Reserva Federal a retirar los estímulos monetarios y poniendo en el escenario una probable suba de tasas de interés en 2015.
[Sobre este tema los invito a leer el reportaje “9 Estrategias para apostarle al “Superdólar”, disponible en la última edición de la Revista Inversor Global.]
Los perdedores han sido los mercados emergentes. Tras un atisbo de recuperación a mediados de 2014, la baja de los precios de las materias primas ha pegado, y fuerte, sobre las expectativas de estos países.
Para 2015 el panorama luce complejo, incierto e inestable. Mientras algunas regiones resurgen, otras se llenan de interrogantes.
En ese contexto, creo que hay oportunidades tanto en la región como en Europa.
Analicemos los tres casos…
Argentina
Ciertamente aquí la macroeconomía tiene problemas. Y muchos. Con una inflación anual que no baja del 35%, con la actividad en caída y los índices sociales en deterioro, pocos inversores globales miran a este país como un destino posible.
Sin embargo, ese panorama desolador es el que permite pensar en una recuperación del mercado bursátil. Mucha de las malas noticias están ya incorporadas en los precios de las acciones y como el mercado se anticipa a los hechos, pensar en los activos argentinos puede representar una buena oportunidad.
Desde ya que hay que asumir el riesgo y saber que se trata de un mercado no apto para inversores conservadores. De hecho, para los grandes bancos de inversión Argentina ni siquiera es un mercado emergente, sino que “de frontera”, como Mongolia o Nigeria.
Si algo le faltaba a este país es que en 2015 habrá elecciones presidenciales. Con la imposibilidad de que la presidenta Cristina Fernández sea reelecta, se pondrá fin a 12 años de gobierno de la actual administración.
Todo cambio político abre expectativas. Y los inversores lo aprovechan.
Considerando los últimos cuatro período en los que hubo elecciones presidenciales, el índice Merval – principal indicador de las acciones argentinas – subió en tres de los cuatro años en donde se produjeron las elecciones presidenciales, promediando una suba anual de 25%.
Para los inversores agresivos, a prestar atención…
España
En la actualidad es una de las economías más dinámicas de la Unión Europea. Claro es que está resurgiendo desde una recesión muy profunda. Pero se comienzan a evidenciar señales positivas.
El “paro”, o desempleo, no sólo ha parado de subir, sino que viene revirtiendo esa tendencia. Tras alcanzar un máximo de 26,9% en el tercer trimestre de 2014 se ubicó en 23,6%, dando muestras de que ciertas políticas económicas están dando sus resultados.
La economía salió de la recesión hace cinco trimestres, registrando en el último (tercer trimestre de 2014) un avance de 0,5% respecto el trimestre previo y de 1,6% respecto el tercer trimestre de 2013.
Asimismo, la baja del euro contra las principales monedas desarrolladas da aire para ganar competitividad en sectores claves para esta economía, como es el turismo.
Por lo anterior, creo que las acciones españolas pueden representar una buena oportunidad.
Existen riesgos, por supuesto. El déficit fiscal todavía es grande (más de 6% del PBI) y la deflación amenaza. Para esto último, el Banco Central Europeo prepara su propio programa de relajamiento monetario.
Y esa inyección de euros impulsará a las acciones.
Por último, si apuesta al IBEX, principal índice español, tenga cuidado. Gran parte de las empresas constituyentes generan una parte importante de sus ingresos en los mercados emergentes, Latinoamérica principalmente. La estabilidad de esta región es imprescindible para el éxito del IBEX.
Alemania
Es la apuesta más conservadora de las tres, pero no por ello la menos atractiva.
Pese a que su economía se desaceleró, sus indicadores macroeconómicos siguen dando confianza. Con equilibrio fiscal y una relación deuda/PBI muy manejable, en niveles de 75%, sigue siendo la economía más sana del Viejo Continente.
Mi apuesta a las acciones alemanas va por el lado de las exportadoras. Combinando tecnología de punta con la mayor competitividad de un euro en US$ 1,22, muchas firmas están en condiciones de expandirse globalmente.
A su vez, su mercado tiene una relación Precio/Ganancia de 16 veces a nivel agregado contra las 19 veces del S&P 500.
El ETF EWG es una buena forma de jugar esta tendencia.
Con esto cierro mi visión de lo que fue el 2014 y de las alternativas más interesantes para 2015 con el panorama actual.
El mundo de las inversiones es dinámico, por lo que mis expectativas sobre estas bolsas también lo pueden ser.
¡Un saludo y Feliz 2015!
Existen patrones de comportamiento que se repiten una y otra vez. Cualquier reporte de mercado emitido por una entidad contiene una proyección específica del nivel en el que se encontrará el S&P 500 a fin del próximo año.
Siempre me pregunto cuál es el porcentaje de acierto de estas proyecciones, aunque sé que es muy, pero muy bajo.
Pero igual los analistas lo siguen haciendo de manera ininterrumpida…
Entiendo la necesidad de brindar cierto pronóstico al momento de emitir un informe de recomendaciones, pero el mismo debería ser un poco más flexible, otorgando distintos escenarios con probabilidad de ocurrencia.
En particular casi nunca hago este tipo de proyecciones.
No sólo porque no cuento con las herramientas econométricas necesarias para tal fin, sino porque el grado de fiabilidad de ese análisis es bajo al encontrarse fuertemente condicionado.
Por el contrario, me inclino más por otorgar visiones de tendencias de Bolsas o activos de manera más general, basado en los fundamentos para un período de tiempo más lejano al corto plazo.
En mi opinión, de esta manera quien está del otro lado recibiendo la información puede tener un panorama más completo y entender de mejor manera cuáles son los drivers principales que impulsan determinados mercados.
Y, también, entender los riesgos.
Lo que pasó y lo que viene…
2014 deja un claro ganador sobre la mesa: Estados Unidos.
Contra la gran mayoría de los pronósticos y luego de haber crecido más de 30% en 2013, el índice S&P 500 deja una ganancia de dos dígitos nuevamente en 2014. Y no sólo esto. Sino que ese retorno en moneda estadounidense es mayor medido en cualquier otra moneda del mundo.
¿Por qué?
Porque el dólar estadounidense se apreció fuertemente contra el resto de las monedas globales (desarrolladas y emergentes). Esto se debe a la mejora de la actividad económica en ese país, llevando a la Reserva Federal a retirar los estímulos monetarios y poniendo en el escenario una probable suba de tasas de interés en 2015.
[Sobre este tema los invito a leer el reportaje “9 Estrategias para apostarle al “Superdólar”, disponible en la última edición de la Revista Inversor Global.]
Los perdedores han sido los mercados emergentes. Tras un atisbo de recuperación a mediados de 2014, la baja de los precios de las materias primas ha pegado, y fuerte, sobre las expectativas de estos países.
Para 2015 el panorama luce complejo, incierto e inestable. Mientras algunas regiones resurgen, otras se llenan de interrogantes.
En ese contexto, creo que hay oportunidades tanto en la región como en Europa.
Analicemos los tres casos…
Argentina
Ciertamente aquí la macroeconomía tiene problemas. Y muchos. Con una inflación anual que no baja del 35%, con la actividad en caída y los índices sociales en deterioro, pocos inversores globales miran a este país como un destino posible.
Sin embargo, ese panorama desolador es el que permite pensar en una recuperación del mercado bursátil. Mucha de las malas noticias están ya incorporadas en los precios de las acciones y como el mercado se anticipa a los hechos, pensar en los activos argentinos puede representar una buena oportunidad.
Desde ya que hay que asumir el riesgo y saber que se trata de un mercado no apto para inversores conservadores. De hecho, para los grandes bancos de inversión Argentina ni siquiera es un mercado emergente, sino que “de frontera”, como Mongolia o Nigeria.
Si algo le faltaba a este país es que en 2015 habrá elecciones presidenciales. Con la imposibilidad de que la presidenta Cristina Fernández sea reelecta, se pondrá fin a 12 años de gobierno de la actual administración.
Todo cambio político abre expectativas. Y los inversores lo aprovechan.
Considerando los últimos cuatro período en los que hubo elecciones presidenciales, el índice Merval – principal indicador de las acciones argentinas – subió en tres de los cuatro años en donde se produjeron las elecciones presidenciales, promediando una suba anual de 25%.
Para los inversores agresivos, a prestar atención…
España
En la actualidad es una de las economías más dinámicas de la Unión Europea. Claro es que está resurgiendo desde una recesión muy profunda. Pero se comienzan a evidenciar señales positivas.
El “paro”, o desempleo, no sólo ha parado de subir, sino que viene revirtiendo esa tendencia. Tras alcanzar un máximo de 26,9% en el tercer trimestre de 2014 se ubicó en 23,6%, dando muestras de que ciertas políticas económicas están dando sus resultados.
La economía salió de la recesión hace cinco trimestres, registrando en el último (tercer trimestre de 2014) un avance de 0,5% respecto el trimestre previo y de 1,6% respecto el tercer trimestre de 2013.
Asimismo, la baja del euro contra las principales monedas desarrolladas da aire para ganar competitividad en sectores claves para esta economía, como es el turismo.
Por lo anterior, creo que las acciones españolas pueden representar una buena oportunidad.
Existen riesgos, por supuesto. El déficit fiscal todavía es grande (más de 6% del PBI) y la deflación amenaza. Para esto último, el Banco Central Europeo prepara su propio programa de relajamiento monetario.
Y esa inyección de euros impulsará a las acciones.
Por último, si apuesta al IBEX, principal índice español, tenga cuidado. Gran parte de las empresas constituyentes generan una parte importante de sus ingresos en los mercados emergentes, Latinoamérica principalmente. La estabilidad de esta región es imprescindible para el éxito del IBEX.
Alemania
Es la apuesta más conservadora de las tres, pero no por ello la menos atractiva.
Pese a que su economía se desaceleró, sus indicadores macroeconómicos siguen dando confianza. Con equilibrio fiscal y una relación deuda/PBI muy manejable, en niveles de 75%, sigue siendo la economía más sana del Viejo Continente.
Mi apuesta a las acciones alemanas va por el lado de las exportadoras. Combinando tecnología de punta con la mayor competitividad de un euro en US$ 1,22, muchas firmas están en condiciones de expandirse globalmente.
A su vez, su mercado tiene una relación Precio/Ganancia de 16 veces a nivel agregado contra las 19 veces del S&P 500.
El ETF EWG es una buena forma de jugar esta tendencia.
Con esto cierro mi visión de lo que fue el 2014 y de las alternativas más interesantes para 2015 con el panorama actual.
El mundo de las inversiones es dinámico, por lo que mis expectativas sobre estas bolsas también lo pueden ser.
¡Un saludo y Feliz 2015!
FUENTE: PUBLICADO EN INVERSOR GLOBAL - Newsletter semanal - enviado por mail
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