jueves, 16 de julio de 2015

LA ACTIVIDAD ECONÓMICA DICE - PASO

Lo que viene de afuera, salvo por el menor costo de importar combustibles y por la reciente mejora en los precios de la soja y el maíz, es claramente negativo, Brasil incluido. La actividad económica no repunta, por más que haya una mejor cosecha y la Construcción reviva (por ahora). Las políticas expansivas (fiscal y monetaria) no hacen sino acrecentar los desequilibrios, ya que sólo consiguen aumentar las brechas cambiarias sin mover un pelo a la actividad económica que -cuando lleguen las elecciones- dirá "paso".
Por el Lic. Jorge Ingaramo.
Lo que viene de afuera.
Los precios internacionales han cambiado para mal, en lo que hace a su impacto sobre nuestras exportaciones. Una simple revisión de los valores FOB de las principales commodities de exportación agraria, al 10 de julio pasado, revela que, pese a la reciente mejora producida por el llamado "mercado climático" americano, los valores percibidos por el complejo soja cayeron 20; 15 y 22% interanual, para el poroto, la harina y el aceite, respectivamente. El aceite de girasol bajó 16,7% y el trigo, que sufre restricciones cuantitativas, tiene un valor congelado 34,4% inferior al del año pasado. Solamente el maíz tiene una caída del 1%, porque es el producto escaso, a raíz de la menor siembra de los farmers americanos (en abril pasado, la merma era de un 12%).
La liquidación de divisas comerciales por CIARA - CEC (cerealeras y aceiteras) cayó 18,6%, acumulado anual, al 3 de julio. No es poca cosa: significa en promedio unos MU$S 430 por mes. Por eso, se tardó demasiado en ampliar los cupos de ventas para importaciones automotrices y electrónicas y ello sigue impactando en el nivel de actividad industrial.
En la última semana, el FMI actualizó -para julio- su Informe de actividad económica mundial. Unos pocos cambios nos afectan directamente, en general, para mal: a) Las economías emergentes crecerán, en 2015, apenas 4,2% (revisión a la baja); las de América Latina y el Caribe, en vez de crecer al 0,9; lo harán apenas al 0,5% y Brasil sufrirá una caída de 1,5% en el PBI, en tanto la anterior estimación era de apenas el 1% y b) Los precios de las materias primas, excluidos los combustibles, bajarán 15,6% en 2015 (revisado, para mal, en 1,5 punto porcentual) lo que se suma a la caída del 4,0% en 2014. Lo único que nos favorece es que los precios del petróleo no se modificarían sustantivamente, con lo cual la baja estimada interanual sería del 38,8%. Por ende, la Balanza Comercial de combustibles, en nuestro país, tendría un resultado menos negativo.
El impacto local.
Como no se puede confiar en los datos del INDEC, analizaremos los tres principales indicadores que estima el Estudio de O.J. Ferreres.
- El Índice de Actividad creció en mayo apenas el 0,5% interanual, pero desestacionalizado, cayó 0,1%. Acumula -en los primeros cinco meses del año- una caída del 0,2%. Una simple observación del IGA, revela que desde marzo de 2013 (casualmente coincide con el inicio en la declinación de los precios mundiales de las commodities) el nivel de actividad ha caído 3,3% en 26 meses. Quiere decir que ni siquiera la recuperación de la Construcción, el sorprendente rendimiento de la soja y el maíz y el excelente negocio que está efectuando la intermediación financiera, han logrado un repunte de la actividad. Descompuesto el indicador, en 6 principales indicadores sectoriales, para los cinco primeros meses, tenemos subas del 7,2; 4,9 y 1,9% en Agricultura, Construcción y Minería y caídas del 0,7; 3,1 y 8,0% en la Industria, el Transporte y la Intermediación Financiera.
- El Indicador Industrial que, como se dijo, acumula una merma del 0,7% en los primeros cinco meses, revela una caída del 0,9% en mayo que, desestacionalizada significa una merma de apenas el 0,1%. Llama la atención que el IPI -en los últimos cinco años- tiene un índice medio relativamente estable (estancamiento) en un valor un 0,9% superior al Índice de mayo. Una vez más, si comparamos con marzo de 2013, la caída industrial es del 8,4%. Se repite aquí lo analizado para el caso de la actividad en general. Los sectores vinculados a la Construcción consiguen mejorar el indicador, pero el sector Automotriz sigue impulsando múltiples sectores a la baja. El campo no ayuda, porque no tiene cómo.
- La Inversión Bruta habría crecido en 2,1% en mayo y en 4,2%; en los primeros cinco meses, alcanzando apenas a representar el 19% del PBI (por lo menos 3 puntos por debajo de un nivel considerado normal, para una economía en leve crecimiento). La Construcción mejoró 3,9% en mayo y 5,3% en los primeros cinco meses. Pero el crítico rubro de Maquinarias y Equipos cayó 2,2% en mayo y registra una suba de apenas el 1,6% desde enero, que se explica básicamente por la fuerte mejora que experimentara en marzo, cuando hubo cierto alivio en la provisión de divisas. Así, los Bienes de Capital importados subieron 2% en mayo y 7,2 % en lo que va del año, mientras que los de origen nacional cayeron 6,4 y 4,4%, respectivamente.
En una palabra, no se han corregido con políticas locales los problemas de escasez de divisas comerciales que vienen desde afuera y nadie espera que, aún con la mejora reciente en los precios de la soja y el maíz, tengamos fundamentos reactivadores. Lo de Brasil parece ser difícilmente reversible y queda por examinar lo que podría ocurrir con la actividad económica, considerando la expansión fiscal y monetaria y el impacto de las mejoras salariales paritarias y la percepción del aguinaldo. Todo parece indicar que la actividad económica, hasta por lo menos la primera de las elecciones, seguirá cantando "paso".
La situación fiscal.
Como Hacienda tarda demasiado en publicar sus estimaciones de Caja, solemos recurrir a la Ejecución Presupuestaria que computa aplicadamente la ASAP. Daremos unos pocos indicadores, no demasiado alentadores:
- El Resultado Financiero para los primeros cinco meses es negativo por M$ 70.761; cifra que supera en un 29,4% al Presupuesto vigente para todo el año 2015. Dicho resultado de Hacienda no considera las Transferencias del Central y la ANSES, entre otros, al Tesoro, por M$ 11.901. Con este agregado, se llega a un desequilibrio, bien medido, que equivale al 5% del PBI anualizado. Por su parte, si uno deduce a los Ingresos Corrientes Totales, los que provienen de dichas transferencias, se llega a que el desequilibrio financiero ejecutado es del 17,8% de los Ingresos genuinos. Agregándole las Rentas de la Propiedad, alcanza al 21%; de donde se deduce que 1 de cada 5 pesos gastados no tiene respaldo genuino.
- Mueve a risa pensar que el Resultado Primario de los primeros cinco meses (negativo por M$ 41.493) equivale en su monto al Resultado previsto en el Presupuesto vigente para todo el año. El único problema es que cambia el signo, ya que se espera un superávit anual por M$ 41156 (Presupuesto vigente).
- Las Transferencias Económicas, Corrientes y de Capital, a Empresas Públicas, Fondos Fiduciarios y al Sector Privado, crecieron un 24 % interanual, hasta alcanzar la cifra de M$ 89.408 que, como se ve, supera al Resultado Financiero bien computado, en casi M$ 7.000. La buena noticia es que el crecimiento es menor al 56% observado en 2014. Las de carácter Corriente (subsidios económicos) crecieron 23%, contra 33% del año pasado. Por su parte, las de Capital lo hicieron al 29%. Como se sabe, el grueso de los subsidios va a los sectores de Energía y Transporte y responden a la importación de Combustibles: podemos festejar que al sector energético se le dio un 33% más, contra un 67% de 2014. La pregunta es por qué, si el precio del petróleo cayó casi un 40% y la devaluación fue del 10% tenemos una suba como la mencionada, cuando debería registrarse una caída, en pesos, de al menos un 25%.
Como se ve, la cuestión fiscal obligará a sucesivos ajustes presupuestarios, principalmente cuando llegue la hora de pagar los BODEN 2015, en el próximo mes de octubre.
¿Y la moneda?.
Con la excusa probable de la necesidad de liquidez para pagar aguinaldos, la Base Monetaria se expandió 7,4% en 30 días, medida al 3 de julio (último Informe del BCRA). En lo que va del año, la asistencia al Tesoro, esperemos que provisoria, supera los M$ 42.500 y justifica por sí sola el 88% de la expansión de Base. No es casual que en el último mes (al 10 de julio) los dólares no oficiales hayan experimentado subas muy significativas: 8,9; 11,1 y 13,5% para el blue, el Dólar bolsa y el Contado con liqui, respectivamente.
Se aclaran, así, perfectamente, la razón por la cual se crea liquidez y el destino que esta tiene, que no coincide con la ambición de reactivar la economía. Salta la vista que llegaremos a agosto con una economía estancada.
Para dar una idea de adónde va la plata, en los primeros seis meses del año, los Depósitos Privados crecieron 23,1%, muy por encima de la Base (10,4 % de suba). Pero los Préstamos a dicho sector lo hicieron apenas al 12,0%. Esos más de 10 puntos de diferencia, seguramente fueron absorbidos por las ya permanentes y recurrentes colocaciones de Títulos Públicos en pesos (más de M$ 30.000). Para rematar, las variaciones interanuales de Depósitos y Préstamos privados son de 38,5 y 29,9%, respectivamente. Una vez más, plata que no va a préstamos y que es absorbida por el ogro público, cuyo hambre no se satisface con la elevadísima presión fiscal, que distorsiona precios e incentivos económicos.
Síntesis.
Lo que viene de afuera, salvo por el menor costo de importar combustibles y por la reciente mejora en los precios de la soja y el maíz, es claramente negativo, Brasil incluido. La actividad económica no repunta, por más que haya una mejor cosecha y la Construcción reviva (por ahora). Las políticas expansivas (fiscal y monetaria) no hacen sino acrecentar los desequilibrios, ya que sólo consiguen aumentar las brechas cambiarias, sin mover un pelo a la actividad económica que, cuando lleguen las elecciones, dirá "paso".
ENVIADO POR ARTURO NAVARRO- http://www.arturonavarro.com.ar/

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