Buenos Aires, Argentina ––– –Durante las últimas semanas estuvimos hablando sobre la oportunidad del dinero digital, específicamente del Bitcoin y las Criptomonedas.
En cambio, hoy vamos a hablar de las amenazas del dinero digital.
Pero no nos vamos a referir a las nuevas monedas como el Bitcoin, sino que nos vamos a focalizar en la transformación del dinero físico a lo digital.
Es decir, vamos a hablar de las promesas que están haciendo los gobiernos de muchos países, incluida la Argentina, de ir hacia la eliminación de los billetes físicos para pasar a un sistema 100% digital.
Un sistema donde no existan los billetes y todo el dinero esté en las computadoras, en los teléfonos.
Sí, ya sé, todos pensamos que es mucho más cómodo usar dinero digital que tener billetes en la billetera.
Sin ir más lejos, este fin de semana la abuela de mi mujer, una fiel seguidora de nuestro contenido, me planteó con cierto enojo el tema.
Ella que a sus 90 años usa internet, tarjetas de crédito y celulares, me dijo que para ella era mucho más cómodo no manejar efectivo. Que no entendía porque yo decía que la desaparición del efectivo era peligrosa.
Así que con un té y unas masas de por medio, le expliqué mi punto de vista de la forma más clara y menos técnica posible. Mi primera aclaración fue que no estoy en contra del dinero digital, de lo que estoy en contra es de la prohibición del dinero en efectivo. No tengo problemas con que convivan ambas formas de pago. En definitiva, que la gente tenga el poder de elegir.
Con lo que no estoy de acuerdo es con que la gente no pueda elegir, que nos obliguen a usar dinero digital sin la opción de usar o guardar billetes físicos es peligroso. ¿Por qué me asusta esta prohibición?
Por las siguientes cuatro razones:
1 – Pérdida de independencia y libertad
El escritor ruso Fiódor Dostoyevsky decía “El dinero acuña la libertad”. Si se elimina la posibilidad de usar billetes físicos para pagar y proteger nuestros ahorros perderemos independencia, ya que dependeremos de un Banco Central y de una entidad financiera para acceder al dinero. Y perderemos libertad porque no podremos hacer lo que queramos con nuestro dinero “virtual”, que no está en nuestras manos sino solo en una pantalla de una computadora o un celular.
Dependeremos de terceros para acceder a lo que es nuestro. Y si el tercero se vuelve loco… nuestro dinero desaparece. No hay peor sometimiento que ése.
La única forma de protegerlo es mediante el dinero que no dependa de nadie. El dinero físico, billetes o monedas, es una forma mucho mas elevada de libertad e independencia.
No total por supuesto, pero mucho mas poderosa que el dinero digital.
2 – Pérdida de privacidad y seguridad
Con los pagos electrónicos, gobiernos y bancos podrán controlar todas las transacciones y compras que realice cada ciudadano. Pero, además, ese rastro podrán seguirlo también hackers, personas y organizaciones con fines criminales.
Entonces, no sólo estamos en manos del gobierno sino también de los criminales que trabajen dentro y fuera del gobierno. No tendremos ni un poco de privacidad. Y nuestra seguridad estará totalmente reducida.
En todo momento el gobierno podrá saber dónde estamos, qué hacemos, con quién estamos. Control total sobre nuestras vidas. Mientras que las autoridades sean honestas no habrá problema, ¿pero qué pasa si no son honestas?
¿Qué pasará si nuestra actividad implica hacer o decir algo que al gobierno de turno no le gusta? ¿Qué pasará con los periodistas que investigan casos de corrupción? Todo estará controlado, un “Gran Hermano” permanente…
3 – Alta vulnerabilidad a las fallas
Ayer me llama mi hermana que vive en las afueras de la Ciudad de Buenos Aires. No tenían ni gas ni electricidad, se había cortado el servicio en toda la zona. Y se fueron a dormir sin que los servicios hayan vuelto. ¿Qué pasaría en ese caso si mi hermana por ejemplo tiene que comprar algo con dinero digital al que no puede acceder?
Sí, por unas horas las baterías de los celulares aguantan. ¿Pero luego? Si el dinero físico no existiese estaríamos totalmente vulnerables a servicios como la electricidad o Internet, dos servicios que por lo menos en un país como la Argentina no son fiables.
Peor, habría otros problemas muy importantes si se dieran fallos informáticos o errores al realizar operaciones –que podrían hacer desaparecer fondos. En todas estas situaciones límite perderíamos acceso a nuestro dinero.
4 – Sin protección frente a los políticos
Éste es tal vez uno de los riesgos mayores. Se da de dos maneras. El primero es mediante la inflación y el segundo mediante las tasas de interés negativas.
Tradicionalmente, cuando hay alta inflación uno tiene la libertad de comprar otra moneda. ¿Pero qué pasaría, cuando sólo haya dinero digital, si el gobernante de turno me prohibiera esta posibilidad? Mi dinero perderá valor automáticamente sin poder hacer nada, salvo consumir.
Lo mismo pasa con las tasas de interés negativas, si no consumo mi dinero pierde valor todos los años. Si no puedo recurrir al dinero físico no me quedaría otra que dejarlo en el banco perdiendo dinero todos los años, o consumirlo.
Y esto es justo lo que quieren los políticos actuales: gastar mucho dinero para sus propios intereses y financiar esos gastos sacándonos dinero a nosotros al mismo tiempo que nos obligan a consumir. Con el dinero digital, quedamos 100% en sus manos.
Conclusión, es fundamental ir preparándonos para esta amenaza. ¿Cómo?
Simple, diversificándonos. Entendiendo cada día mejor las nuevas alternativas de monedas, la tecnología, las innovaciones financieras. Porque más pronto que tarde, ésas pueden ser nuestras mejores aliadas.
Te deseo una excelente semana de inversiones,
Federico Tessore
Director
Tessore Research
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