domingo, 14 de enero de 2018

¿Por qué el revuelo? Por Joaquín Rodríguez Droguett


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Gran polémica causó que el Economista Jefe del Banco Mundial dijera que el informe de Doing Business, que sirve de guía para empresarios e inversionistas mostrando un índice en base a la legislación y reglamentación existente en los distintos países respecto a empresarialidad y derechos de propiedad, fuera alterado con motivos políticos. Las primeras noticias fueron a cubrir a quien fue el responsable de ese informe, Augusto López-Claros, un economista con un grado en estadísticas matemáticas de la Universidad de Cambridge y con un doctorado en Economía de la Universidad de Duke, profesor emérito la Universidad de Georgetown y profesor durante un tiempo en la Universidad de Chile. Pese a ser una persona que apuesta por el fortalecimiento del sector privado, López-Claros en 2011 no se mostraba reacio a, por ejemplo, un alza en los impuestos a las empresas en Chile. Tiene un enfoque neoclásico y matemático. Y en esto último está el meollo del asunto. Paul Romer, por su parte, es doctor en economía de la Universidad de Chicago y ha sido profesor de la misma y de otras universidades estadounidenses. La pasión conque ataca la economía neo-clásica diciendo que es pseudociencia, y acuñando el concepto de enfermedad matematicista le ha llevado a ganarse el calificativo de activista. Esto nos lleva a reconsiderar enormemente sus actuales acusaciones. ¿El informe de Doing Business efectivamente fue afectado por consideraciones ideológicas que escapen estrictamente a ideas económicas (como ideas filosóficas o políticas) o lo acusa de ideológico porque para Romer la escuela neoclásica lo es? Para juzgar ello, debemos contemplar que los cambios metodológicos que acusa de fraudulentos fueron anunciados y explicados por López-Claros, y para dispersar las ideas conspiracionales en Chile, el Banco Mundial emitió una declaración oficial sobre la polémica indicando que "es importante notar que tratamos a todos los países de igual manera, y los indicadores y metodología de Doing Business están diseñados con ningún país en particular en mente".
Saltaron inmediatamente las críticas a que el Banco Mundial, igual que el Fondo Monetario Internacional, son entidades que comandan al mundo promoviendo una agenda neoliberal. Pero lo cierto es que la tendencia general de estas instituciones poco tiene de capitalista ortodoxa. Constituyen más bien, y ya desde la misma esencia de sus funciones primarias, una suerte de New Deal internacional, en palabras del jurista y analista internacional Aparicio Caicedo. Como ejemplo, recordemos que hace pocos años el Banco Mundial emitió un informe que concluía un efecto redistributivo positivo de la Reforma Tributaria de 2014, y recomendaba tomar esa vía.

Pero ¿por qué tanto revuelo en Chile? ¿Acaso si el informe no incluía una metodología nueva que indirectamente favorecía un relato de derecha se podría decir que el resultado habría sido muy distinto? ¡Pero por favor! ¡Anunciaron pasar una retroexcavadora! La reforma tributaria de 2014 habría sido considerablemente menos dañina si no hubiese alterado la seguridad jurídica tan violentamente, y por dos vías. Alteró la seguridad jurídica de un lado porque la reforma era de plano incomprensible, y del otro porque, a propósito en parte por lo primero, tuvo que ser sistemáticamente re-reformada. Además, de la noche a la mañana se derogó inexplicablemente el Decreto Ley nº 600 de Inversión Extranjera, que daba garantías sólidas para atraerla. Y para coronar este ataque al Orden Público Económico, se anunció el gran circo llamado "proceso constituyente", que prometió con redefinir y relativizar sustantivamente el derecho de propiedad. ¿Cómo no íbamos a caer en el índice? En Chile no hemos experimentado tan sensiblemente estos cambios y hasta creemos injusta la clasificación dada por el Banco Mundial porque afortunadamente la solidez que dan 38 años de Economía Social de Mercado y de Estado de Derecho pudo aguantar 4 años de histeria legislativa-reglamentaria.
Por lo demás, el indicador del Doing Business por lejos no es el más importante en materia económica. La nota crediticia de Chile, que disminuyó seriamente, o la tasa de fracaso en los emprendimientos o la Deuda Pública indican lo pésimo que lo hizo este gobierno y lo urgente de un nuevo rumbo.
La razón del revuelo de la noticia es que la izquierda en Chile ahora tiene un nuevo y quizás mejor chivo expiatorio. Ahora no son los fachos pobres sino el Banco Mundial el "culpable" de que Guillier y la agenda de la facción de gobierno perdiera contra Piñera.
Joaquín Rodríguez Droguett
Círculo Acton de Chile

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