En 2007 la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) evaluó el estado de los Centros de Salud y Acción Comunitaria (CESAC) de la zona sur de la Capital Federal y detectó “deficiencias edilicias y falta de personal”. En 2013 se aprobó un nuevo informe y la situación parece no mejorar: “Las modificaciones implementadas no lograron transformarse en acciones correctivas que dieran respuesta a las observaciones anteriores” y, por ende, a la población.
Es que para el organismo de control los cambios que el Ministerio de Salud porteño realizó en los CESAC no fueron suficientes para mejorar la calidad del servicio de atención primaria de la zona más carenciada de la Capital. De hecho, a nivel general, se evidenció “una disminución de profesionales y horas asistenciales en tocoginecología, gerontología, psiquiatras y psicólogos”.
Una de las recomendaciones del equipo de la AGCBA fue “mejorar la distribución de horas y recursos priorizando las actividades de prevención primaria” porque en algunos casos “no responden al perfil de demanda de cada centro”.
Otra reincidencia hallada fue la de emparchar la falta de personal administrativo con promotores de la salud. Ellos “son el nexo entre la comunidad y el equipo médico de los CESAC y están capacitados para promocionar conductas de auto cuidado y prevención”.
También persiste la presencia de responsables de sector sin designaciones formales: el porcentaje de profesionales que ejercen cargos direccionales pero que no se los retribuye de tal manera es “superior al 80%”. El personal tampoco percibe una retribución económica por su exposición tanto psicológica como física. Para la AGCBA “por trabajar en sitios hostiles debería implementarse un sistema de incentivos”.
Continuando con la falta de recursos humanos, la auditoria de la Ciudad remarcó que “el aumento del uso indebido de drogas exige un abordaje interdisciplinario que el 50% de los Centros no está en condiciones de asumir por la conformación profesional”. Esta observación toma mayor relevancia si se tiene en cuenta que la zona sur de la Ciudad es la de mayor vulnerabilidad social.
Es importante resaltar que para el seguimiento de cada una de las observaciones “se aplicaron las guías de auditoría utilizadas anteriormente actualizando los programas de promoción y prevención vigentes”, para que sean comparables con los indicadores del análisis anterior.
INFRAestructura
En la mayoría de los Centros auditados “el espacio disponible era escaso, aún en los de reciente construcción”, expone el informe. La falta de consultorios, salas de usos múltiples para talleres y un lugar para la espera de los pacientes derivó en la recomendación de “agilizar la ejecución de las obras de remodelación y la construcción de las nuevas sedes licitadas y aprobadas”. Esto ya se había observado en 2007 y nada cambió cuatro años después.
El Centro Nº 7, ubicado en la intersección de 2 de abril y Montiel, “tiene una construcción precaria, bajo un puente peatonal, con serios déficit estructurales como la falta de espacio y privacidad en las consultas, insuficiente ventilación y grietas en las paredes”.
El Nº 16 de Barracas “está debajo de las vías del tren y tiene 24 años de antigüedad, por lo que su situación es de extrema precariedad”. Sin embargo, “no recibió modificaciones estructurales y mantiene los mismos déficit de la anterior auditoría, pese a que se presentaron varios proyectos en los últimos diez años”.
Lógicamente, los reclamos
La Auditoría porteña le pidió mediante una nota a la Defensoría del Pueblo información sobre las denuncias vinculadas a los centros de salud de la zona Sur de la Ciudad. Del análisis de los datos surge que “los reclamos más significativos son por la infraestructura de los CESACs” y la mayoría de ellos “llevan entre cuatro y cinco años de tramitación en organismo”.
Todavía más
En general, la AGCBA también detectó “la inexistencia de un espacio adecuado y seguro para la gestión de residuos patógenos”, hecho que ya se había observado en 2007 y que “representa un potencial riesgo para la salud”.
Sobre los medicamentos el organismo manifestó “la falta de un sistema para monitorear el circuito de pedido, recepción, entrega y control de stock”, además de un “mecanismo de eliminación de remedios vencidos”. Tampoco “hay un equipo informático actualizado y conectado con la red del Hospital”. En consecuencia, “no hay un registro estadístico ni un seguimiento de los pacientes”.
Recursos
Para una Auditoría Legal y Financiera queda la responsabilidad de determinar si “la disminución de créditos destinados a Acciones de Promoción y Prevención en Salud del presupuesto de cada hospital fue derivado hacia otras actividades con el fin de comprar los insumos y medicamentos de manera centralizada”.
FUENTE: Publicado en elauditor.info - http://www.elauditor.info/posts/show/5885
No hay comentarios:
Publicar un comentario