martes, 25 de agosto de 2015

Las inversiones argentinas más ganadoras del año por Nery Persichini

ImageLe voy a mostrar las apuestas perfectas que merecen una medalla en lo que va de 2015. También verá aquellas inversiones que cumplieron con la difícil tarea de ganarle a la inflación. Y lo mejor es que todas estas oportunidades están a su alcance.
¿Usted sabe cuáles fueron las inversiones más rentables en lo que va de 2015? ¿Conoce que alternativas locales y en pesos le sacaron muchas vueltas a la inflación?
Si está pensando en el dólar blue, tan en boga por estos tiempos, está muy lejos de la respuesta. Es en la Bolsa donde encontramos las apuestas ganadoras.
Los triunfadores absolutos
Se trata de tres acciones del Panel General. El dato de color es que son empresas de sectores muy diferentes. Como suele hacerse, empezamos por el tercer puesto, simplemente para dar curiosidad.
El tercer lugar dentro de las acciones más rentables es para una firma que seguramente usted conozca. Pero no del lado inversor, sino como consumidor de zapatos. Estoy hablando Grimoldi (GRIM).
Grimoldi tiene 120 años de existencia en la industria del calzado. Cuenta con más de 60 locales en todo el país en los que no solo ofrece zapatos propios sino que vende productos de marcas internacionales.
El mercado vio crecer 113% a GRIM en este año. Si usted apostaba por esta inversión, su capital hoy sería de $ 21.300.
La segunda inversión del año, a la fecha, es Colorín (COLO). Esta empresa es líder en la industria de pinturas en los segmentos hogar, obra, automotor y diluyentes.
COLO trepó 129% en lo que va del año. En otras palabras, una inversión de $ 10.000 se habría transformado en $ 22.900.
Finalmente, el podio de mejores de 2015 lo encabeza Caputo (CAPU), una compañía con más de 75 años de experiencia en la construcción de obras de ingeniería civil. Con presencia en Argentina, Uruguay y Paraguay, la empresa también lleva adelante desarrollos inmobiliarios.
En lo que va del año, el papel de CAPU escaló un 161%. En términos monetarios, quien a fines de 2014 hubiera invertido $ 10.000 en esta acción, hoy tendría un capital de $ 26.100.
De esta forma, un portafolio balanceado entre estas tres acciones habría logrado un retorno de 134,3% hasta el 21 de agosto. Si a fines de 2014 esa cartera constaba de $ 10.000, hoy estaría valorizada en $ 23.433.
Claro que este ejercicio de analizar resultados es una mera simplificación y sólo se puede hacer en retrospectiva.
Es más, hay un dato no menor que esos números ocultan: el volumen. Las tres acciones más dinámicas son papeles con poca liquidez. Esto quiere decir que los montos negociados son reducidos al igual que la cantidad de operaciones.
Por este motivo, estas tres “pequeñas” acciones constituyen la inversión idílica, la mejor en términos absolutos, y sirven para el estudio de casos.
Pero como en la vida, no todo es blanco o negro en las inversiones. Hay, en cambio, un mar de grises para analizar. Y esos grises son los rendimientos relativos. O sea, saber cuánto rindió una inversión frente a otra.
En este caso, usaremos como base de comparación el efecto de la inflación.
Quiénes ganaron y quienés perdieron versus la inflación
Miremos los rendimientos de las grandes “familias” de activos que un inversor minorista tiene al alcance de la mano. Nuevamente, supongamos que tiene $ 10.000 a disposición.
Comparemos el promedio de acciones, dos bonos en dólares, un plazo fijo a 30 días (con renovaciones) y los tipos de cambio oficial y blue.​
Después de nuestra platónica terna, el Merval —compuesto por las 11 acciones más líquidas y negociadas del mercado— fue la mejor opción.
El índice más representativo de la Bolsa argentina subió 22,3% en menos de ocho meses. Con este rendimiento no sólo le ganó a la inflación acumulada (cercana al 16%), sino que esa ganancia es casi la misma que la que se obtiene de un plazo fijo a lo largo de todo un año.
Hubo otra inversión que le pisó los talones al Merval: el Boden 2015. Al ser el título público con vencimiento más cercano —3 de octubre—, este bono es el más demandado entre los que quieren dólares. Medido en pesos, este instrumento tuvo un retorno acumulado de 21,7% si incluimos los US$ 3,50 que pagó de cupón en abril pasado.
Los rendimientos de las demás variantes del gráfico quedaron por debajo de la inflación. Esto quiere decir que aquellos que invirtieron en el grupo que está debajo de la línea punteada, incluso con una ganancia nominal, hoy compran menos bienes que a fin del año pasado (esto es válido si asumimos que sale a vender sus posiciones en el mercado).
Dentro de estas alternativas tenemos a un bono a 10 años y dos clásicos del menú argentino: el dólar y el plazo fijo.
Los depósitos a plazo en 2015 rindieron casi 15%, un punto menos que la inflación acumulada. La suba de tasas de interés que impulsó este año el Banco Central ni siquiera alcanzó para compensar el deterioro del poder de compra de la moneda.
En tanto, el bono en dólares a 10 años se valorizó 13% en pesos —incluyendo el pago del cupón semestral. Como tiene vencimiento a mediados de la próxima década y habiendo otros instrumentos de dolarización más rápida, la cotización de este título fue menos dinámica.
Por último, el valor de la divisa norteamericana aumentó 11,3% medida comoblue y 10,8% para el tipo de cambio oficial.
¿Por qué estas últimas apuestas al dólar quedaron por debajo de la inflación y nadie se queja? Porque la demanda de billetes verdes no exige ganancias de corto plazo. Es una elección de cobertura que es paciente y de largo plazo porque apunta a una devaluación.
Pero ese apetito por el dólar, mientras tanto, nos puede privar de realizar ganancias en otros activos como lo son las acciones y ciertos bonos.
Descartar completamente la Bolsa es un error doble porque, por un lado, ese ámbito permite conseguir importantes beneficios en pesos. Y por el otro, ofrece la posibilidad de dolarizar ilimitadamente esa rentabilidad (*).
Obtener abultadas ganancias con acciones como las tres que le comentaba al principio es una tarea reservada para pocos ya que implica grandes dosis de riesgo y de timing.
Lo que usted puede definitivamente hacer, en cambio, es ponerse un simple objetivo: ganarle a la inflación. Tiene todos los medios necesarios en la Bolsa. Allí encontrará instrumentos variados y con riesgo acorde a su perfil inversor.
En definitiva, mirar el balance del año es un ejercicio que sirve para desterrar el mito de que solamente se gana en el micromundo del dólar.
Por una nueva inversión exitosa, Nery
Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal - enviado por mail

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