Con marcada solemnidad, y cumpliendo un riguroso protocolo, luego de 25 años, el Presidente de Israel es recibido en el Palacio Real de España por los Reyes Felipe VI y Doña Letizia.
Reuvén Rivlin, y su esposa Nechama, fueron escoltados por la Guardia Real mientras 21 cañonazos retumbaban alrededor del Palacio. Los himnos de ambas naciones sonaron a un ritmo especial, que emocionó a los presentes, impulsándolos a cantarlo.
Desde el 1986 comenzaron a establecerse las relaciones diplomáticas entre España e Israel.
Mas de 500 años de historia los unía y los separaban desde la expulsión de los judíos de la tierra Ibérica. Este hecho ocurrió a través del "Decreto de la Alhambra o Edicto de Granada promulgados en la Alhambra el 31 de marzo de 1492 por los Reyes Católicos: Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla.
El decreto referente a la Corona de Aragón estuvo en vigor hasta el 15 de julio de 1707, cuando esa zona pasó a regirse por el decreto de Castilla... El decreto de Castilla, que se extendió a Aragón a partir de esa fecha, y a Navarra en 1841, estuvo formalmente en vigor hasta el 21 de diciembre de 1969, cuando el General Franco, lo derogó oficialmente.
En la versión castellana se hace referencia exclusivamente a los motivos religiosos —en la versión aragonesa también se alude a la usura— pues se acusaba a los judíos de la herética pravedad, es decir, de servir de ejemplo y de incitar a los conversos a volver a las prácticas de su antigua religión... En la segunda parte del decreto se detallaban las condiciones de la expulsión:
En la versión castellana se hace referencia exclusivamente a los motivos religiosos —en la versión aragonesa también se alude a la usura— pues se acusaba a los judíos de la herética pravedad, es decir, de servir de ejemplo y de incitar a los conversos a volver a las prácticas de su antigua religión... En la segunda parte del decreto se detallaban las condiciones de la expulsión:
La expulsión de los judíos era definitiva: 'acordamos de mandar salir todos los judíos y judías de nuestros reinos y que jamás tornen ni vuelvan a ellos ni alguno de ellos'.
No había ninguna excepción, ni por razón de edad, residencia o lugar de nacimiento —se incluyen tanto los nacidos en Castilla y Aragón como los venidos de fuera—.
Se daba un plazo de cuatro meses —que después se ampliará diez días más, hasta el 10 de agosto— para que salieran de los dominios de los reyes. Los que no lo hicieran dentro de ese plazo o volvieran después, serían castigados con la pena de muerte y la confiscación de sus bienes. Asimismo los que auxiliaran a los judíos o los ocultaran se exponían a perder 'todos sus bienes, vasallos y fortalezas y otros heredamientos'.
En el plazo fijado de cuatro meses los judíos podrían vender sus bienes inmuebles y llevarse el producto de la venta en forma de letras de cambio —no en moneda acuñada o en oro y plata porque su salida estaba prohibida por la ley— o de mercaderías —siempre que no fueran armas o caballos, cuya exportación también estaba prohibida—.
Aunque en el edicto no se hacía referencia a una posible conversión, esta alternativa estaba implícita. Como ha destacado el historiador Luis Suárez los judíos disponían de 'cuatro meses para tomar la más terrible decisión de su vida: abandonar su fe para integrarse en él [en el reino, en la comunidad política y civil], o salir del territorio a fin de conservarla'.
El 16 de diciembre de 1968 el gobierno del general Francisco Franco declaró el Edicto abolido y fue derogado formalmente el 21 de diciembre de 1969...
En 1992, con motivo del Quinto Centenario del Descubrimiento de América por parte del mundo occidental y de la expulsión de los judíos, se organiza Sefarad 92 para sellar definitivamente la reconciliación y el reencuentro con los judíos en España. El acto principal fue la ceremonia que se celebró el 31 de marzo de 1992, quinientos años después del edicto de expulsión, en la sinagoga de Madrid presidido por el rey Juan Carlos I y su esposa, en el que estuvieron presentes el presidente de Israel, Haim Herzog, el presidente de la comisión Sefarad 92, el israelí sefardí Isaac Navon, y representantes de las organizaciones sefardíes internacionales y de las comunidades judías españolas. Dos años antes se había concedido el premio Príncipe de Asturias de la Concordia a las comunidades sefardíes del mundo.
En marzo de 2014 el gobierno español anunció su intención de modificar el Código Civil para conceder oficialmente la nacionalidad española a los descendientes de los judíos expulsados de la península Ibérica". (Fuente Wikipedia)
En 1992 el presidente Israelí Jaim Herzog pisó suelo español, re-estableciéndose los lazos de amistad. Al año siguiente el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía - padres del actual Rey- visitaron Israel, quien en 2011 lo hizo junto a su esposa la Reina Letizia y que fue correspondida con la visita del presidente Simón Peres a España ese mismo año.
El Rey Felipe dejó en claro que los vinculos permanecen intactos ante la visita de Rivlin: "España reivindica sus vínculos con el pueblo judío ... de caminar junto a quienes encarnan una parte fundamental de nuestra historia".
Con respecto al proceso independentista catalán, Israel considera que es "un asunto interno" que no se va a meter.
Rivlin dijo en Las Cortes que "España es un Estado para nosotros, una única entidad estatal soberana, y todos los problemas con los que está lidiando estos días, son internos... Nuestra relaciones con todos los ciudadanos de España son muy apreciadas y rezamos para que el presente desafío se resuelva a través del entendimiento".
Por su parte el Presidente del Senado Pío García Escudero reconoció que cuando se iniciaron las relaciones diplomáticas, hace 32 años entre Israel y España, ésta consolidaba su régimen de derechos y libertades en pos de la construcción de su Estado autonómico siendo aquí el Senado exponente de ello, y con el tiempo se ha fortalecido para ser hoy una de las democracias de mayor avanzada, con alto niveles de descentralización territorial, legalidad y auto-gobierno en sus comunidades autonómicas.
Dice un dicho que "cuando puedas contar tu historia sin derramar lágrimas, sabrás que por dentro ya te curaste". Cada país guarda sus desgarros, sus horrores y sus lagrimas, pero el tiempo cura y la sangre derramada se transforma en campos verdes y en palabras, donde la paz hace flamear las banderas, y la libertad y la justicia enciende el fuego de la misericordia y la amistad.
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