A medida que se aproxima el día de las elecciones, crece la presión sobre los partidarios de José Antonio Kast para que voten por Sebastián Piñera y así aseguren un triunfo de este en primera vuelta. El argumento es recurrente: es el único medio para detener a la izquierda en su plan de destruir el país y para desalojarla del poder. Ello, hasta el punto de que votar de inmediato por Piñera aparecería como un deber de patriotismo.
Personalmente, creo que puede haber muy buenos argumentos para votar por Piñera, pero éste al cual nos referimos parece no sólo débil sino contraproducente. Creer que a la izquierda se la detiene y desaloja con una cortina de votos es de una ingenuidad extrema. Desde luego, porque el argumento concede a la votación electoral el poder de legitimar cualquier proyecto futuro para el país, aunque sea descabellado. De tal modo que, si se pierden las elecciones -y en algún momento, se perderán- uno se queda sin argumentos con los cuales tratar de evitar la destrucción del país. En seguida, porque la izquierda es muy hábil para infiltrarse en las distintas capas del tejido social y desde ahí sabotear cualquier esfuerzo sólido que se haga para rescatar al país. La cortina de votos, frente a la izquierda, no vale más que el papel con que están hechos esos votos.
Personalmente, tengo la certeza de que, en nuestro país, para hacer entrar en razón a la izquierda o a cualquiera otra fuerza política, es preciso acudir a los argumentos de fondo que versan sobre la legitimidad de un gobierno. El poder no está para conducir a un país por el sendero de la utopía y de la destrucción, como intentó hacerlo Salvador Allende, sino para ordenar los esfuerzos de todos, sin exclusiones, en orden al bien común. Prudencia y buenos resultados es lo que se pide a un gobierno. De lo contrario cae en la ilegitimidad, como cayó ese régimen marxista de Allende en 1973.
Ganar las elecciones es sin duda muy importante, pero no basta.La capacidad de responder como respondió Chile en aquel crucial momento de su historia es el argumento definitivo para mantener a cualquier fuerza política dentro de los límites de la prudencia y del sentido común. ¿Lo reconoce así Piñera? Mi impresión es que para nada. José Antonio Kast, al revés, lo afirma sin vacilaciones y por eso creo que una alta votación de éste es lo que en concreto puede refrenar a la izquierda en sus afanes de someter al país a uno de esos experimentos en los cuales es especialista
Gonzalo Ibáñez Santa María
Abogado -
FUENTE: http://elmuro.cl/columnas/detener-desalojar-la-izquierda/
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