Desde los mismos inicios de las Provincias Unidas del Río de la Plata, los argentinos han buscado tener un país serio, con el ideal de disfrutar para siempre de un sistema austero para el gobierno y próspero para la sociedad, pero este concepto últimamente se ha tornado ficticio porque se fue desapareciendo la delgada línea que divide la propiedad de los bienes del Estado Nacional y la de funcionarios del gobierno. Asimismo, muchos amigos del actual gobierno son CEOS que ocupan cargos políticos y directorios de sociedades comerciales, y así el Estado tiene funcionarios que juegan el rol de empresarios, y quienes deberían generar riquezas, como es el caso de la industria y el comercio, se sumaron al que produce el gasto, o sea el Estado.
La verdadera función del Estado es proveer la logística y seguridad que permitan la generación de riquezas, asistir a los más necesitados, encargarse de los incapaces, hacer énfasis en la rigidez jurídica, ahondar en la protección de la moneda, de las relaciones comerciales internacionales. Estas son funciones primordiales que no pueden ser evadidas por los gobiernos que administran el Estado Nacional.
Para cumplir con la obligación estatal de asistir a los más necesitados e incapaces, se han creado durante doce años infinidad de "Planes Sociales", que solo sirven para subvencionar la “pereza” y cuyos fondos fueron repartidos a gusto por asociaciones privadas, que guardan buena parte para sí. (Caso Milagro Sala) Los datos de pobreza, tanto del INDEC, como los datos reales, demuestran que haber privatizado la asistencia social es ineficiente y solo configura un artificio para extraviar fondos. La asistencia social ha demostrado ser muy dañina y ha generado más corrupción.
También es bueno recalcar que la parte más notoria del aparato garantista judicial anterior formó un cerrado equipo con los titulares del ex gobierno, haciendo imposible sostener una causa contra algún miembro del oficialismo. Vg.: En solo cuarenta días hábiles el ex presidente Néstor Kirchner fue sobreseído por enriquecimiento ilícito y ninguno de los fiscales apeló la medida. Claramente hubo un privilegio para las cuestiones judiciales de los miembros del entonces gobierno, y, como "privilegio" significa "Ley Privada", es en este orden que también se había privatizado la justicia.
Aquella vieja premisa de un gobierno austero para una sociedad próspera evidentemente quedó muy atrás. La República Argentina se encontró muy al borde de su aniquilación a costas de una ideología pseudo populista que pocos la entendían y que algunos se atrevían a llamarla modelo.
El gobierno nacional pidió a las provincias que bajen los impuestos, también reclamó austeridad y reducir el gasto; fue una respuesta a los gobernadores que habían criticado la reforma tributaria y les pidió la necesidad de compartir el esfuerzo presupuestario.
Pese a todo la buena noticia de estos tiempos es que ha quedado en claro qué la política argentina no se divide solo en dos opciones únicas y excluyentes; quedó claro que los ataques al kirchnerismo en absoluto significan un alineamiento absoluto con el CAMBIEMOS de Mauricio Macri; y que toda crítica al nuevo gobierno tampoco significa una reivindicación a la pobre gestión del gobierno anterior.
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