lunes, 28 de septiembre de 2015

Revolución electoral en Brasil busca neutralizar poder económico

Análisis de Mario Osava
Las elecciones en Brasil serán más democráticas a partir de ahora, sin la influencia del poder económico, que se había vuelto decisiva y corruptora. Un fallo del Supremo Tribunal Federal (SFT) del 17 de este mes prohíbe, por inconstitucionales, las donaciones de las compañías a campañas electorales.
La decisión, adoptada por ocho votos a tres, responde a una acción de la Orden de Abogados de Brasil (OAB) contra las leyes que autorizaban y reglamentaban tales donaciones.
Esas normas violan el principio democrático, espina dorsal de la Constitución de 1988, que establece la igualdad política de los ciudadanos, con cada voto valiendo exactamente igual que los demás, argumentó la OAB en su Acción Directa de Inconstitucionalidad (ADI).
El financiamiento empresarial también contradice el principio republicano del primer artículo de la Constitución, que destaca que los representantes elegidos por el pueblo hacen la gestión de la res pública, perteneciente a toda la colectividad y exigiendo separación entre el espacio público y el privado, según la acción acogida por el STF como guardián constitucional.
Las contribuciones de empresas transfieren al campo político la desigualdad característica de la esfera económica, negando la democracia y tendiendo a formar una plutocracia, el gobierno de los ricos, arguyó la OAB, basándose en varios estudios académicos.
El sistema electoral con dinero de empresas conduce a la captura del poder político por el económico, al convertir los candidatos financiados en “deudores” instados a defender “los intereses económicos de sus donadores en la elaboración legislativa, en la confección y ejecución del presupuesto, en la regulación administrativa, licitaciones y contratos públicos”, detalló.
En esa relación promiscua entre el capital y el medio político entran, además ventajas ilícitas, es decir la corrupción, cuyos escándalos, en el área política tienen casi siempre algún vínculo con el financiamiento de campañas electorales.
El gran escándalo actual, que presionó decididamente el fallo del STF, involucra negocios de decenas de miles de millones de la compañía petrolera estatal Petrobras, de donde empresarios y político desviaron por lo menos 6.000 millones de dólares, según estimaciones superficiales.
Más de 30 políticos son acusados de recibir sobornos de grandes empresas que buscaban conquistar contratos, parte del dinero habría financiado candidatos y partidos en las elecciones.
La abolición de las donaciones empresariales traerá también como consecuencia la reducción del desequilibrio de género en la política, evaluó a IPS la socióloga Clara Araujo, investigadora de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro (UERJ).
Las candidatas femeninas reciben pocos recursos electorales de los partidos, pero le fueron destinadas proporciones mayores de donaciones de personas físicas que de empresas, en proporción inversa a la de los hombres, destacó, basada en el estudio “Las mujeres en las elecciones de 2010”, de que es coautora y en datos de 2014.
Las desventajas financieras y en la propaganda, especialmente en la televisión, por discriminaciones partidarias mantienen a las mujeres brasileñas subrepresentadas en el parlamento, donde son solo 10 por ciento de la Cámara de Diputados y 13,6 por ciento del Senado, aunque supongan 52 por ciento del electorado.
“El fallo del Supremo Tribunal es una buena noticia en medio del caos de la crisis política que vive Brasil”, al reequilibrar un juego que les era muy desfavorable a las mujeres, opinó a IPS una de las directoras del Centro Feminista de Estudios y Asesoría, Guacira de Oliveira.
Pero vino en un momento de muchas incertidumbres, en que la crisis tiende a golpear más a las corrientes progresistas, y no altera reglas que sostienen las desigualdades dentro de los partidos y entre ellos.
Los recursos públicos, como los del Fondo Partidario, y los tiempos en la red de radio y televisión para la propaganda elector al, seguirán beneficiando los grandes partidos, al ser distribuidos según el tamaño de la bancada de cada uno, se lamentó Oliveira.
Solo una reforma política profunda, como la propuesta por organizaciones de la sociedad civil, podría democratizar efectivamente el proceso electoral, pero el actual parlamento, dominado por conservadores no la aprobaría. Eso exige una Asamblea Constituyente que quizás se viabilice si se agrava la crisis.
De todos modos, sin el dinero empresarial, “las campañas sufrirán una fuerte reducción de recursos y por ende los candidatos y partidos tendrán que abaratar costos. Internet y redes sociales que ya tenían creciente participación en las elecciones se volverán mucho más importantes”, vaticinó Fernando Lattman-Weltman, profesor de política en la UERJ.
“Pero el capital buscará otros caminos para influir en la política”, matizó. “Se cerró la puerta legal de las donaciones y quedó más difícil la vía ilegal, después de los escándalos y el encarcelamiento e inhabilitación de muchos involucrados en corrupción, pero buscarán brechas en la ley”, recalcó en diálogo con IPS.

En primer plano Gilmar Mendes, uno de los tres magistrados del Supremo Tribunal Federal de Brasil que votó contra la prohibición del financiamiento por las empresas de las campañas electorales. En abril de 2014 paralizó que este fallo se hiciera realidad al pedir más tiempo para examinar el asunto, lo que permitió que las elecciones presidenciales de ese año contasen con los multimillonarios fondos privados. Crédito: Fabio Rodrigues Pozzebom/ Agência Brasil
Las campañas electorales se hicieron muy caras en Brasil en las dos últimas décadas, con el uso intenso de las técnicas de publicidad y comunicación masiva. Expertos en la actividad se convirtieron en guías imprescindibles y cada día más costosos. Algunos se convirtieron en celebridades y trascendieron fronteras.
Tras sus triunfos en Brasil, fueron contratados por decenas de millones de dólares para dirigir campañas en otros países latinoamericanos y africanos.
Equipos numerosos con variados especialistas en aprovechar todos los recursos de la publicidad y los medios masivos de comunicación transformaron las contiendas electorales brasileñas en una guerra mediática entre ejércitos bien remunerados, siguiendo un modelo estadounidense. Encuestas cualitativas casi permanentes orientaban discursos, consignas y presentaciones televisivas.
Ahora habrá que volver a lo más sencillo, al discurso personal, relaciones públicas directas, movilizaciones callejeras y convocación de voluntarios, razonó Lattman-Weltman.
Sin recursos para producir y difundir sus sofisticados servicios de publicidad, “los candidatos tratarán de seducir los medios periodísticos, buscando hacerlos más tendenciosos y partidarizados”, como en Estados Unidos, señaló sobre un peligro colateral del nuevo escenario.
Generar nuevos hechos políticos y creatividad en la campaña también serán factores importantes, acotó.
Sin los recursos millonarios de las empresas, el juego será menos desigual, pero quienes disponen ya de algún poder y son conocidos de la población, como gobernantes y parlamentarios llevan una buena ventaja sobre las nuevas candidaturas, observó Oliveira.
Es una desventaja de las mujeres en general, que empezaron a disputar elecciones más recientemente y son muy pocas en los poderes Ejecutivo y Legislativo, aunque una mujer, Dilma Rousseff, sea la presidenta de este país de 202 millones de personas desde 2011.
Celebridades como presentadores y actores de televisión, futbolistas, junto con sindicalistas y líderes sociales serán probablemente más buscados por los partidos.
Las próximas elecciones, para escoger alcaldes y concejales de los 5.570 municipios brasileños, será una prueba de cómo funcionará el proceso electoral sin los recursos legales e ilegales de los grandes patrocinadores, especialmente en las grandes capitales como São Paulo y Río de Janeiro, con muchos millones de electores.
Los datos del Tribunal Superior Electoral de 2010 y 2014, cuando hubo elecciones presidenciales, estaduales y para el Congreso legislativo, apuntan ”una fuerte relación entre la mayor cantidad de gastos y el triunfo electoral”, realzó Araujo.
De esa forma, sin tener derecho a voto, las empresas se habían convertido en factor decisivo en las elecciones. En otras palabras, “el gran elector era el dinero” según Claudio Weber Abramo, director de Transparencia Brasil, en expresión aprovechada por la OAB en su exitosa acción que llevó al Supremo Tribunal a poner fin a las elecciones dominadas por las finanzas.
http://www.ipsnoticias.net/2015/09/revolucion-electoral-en-brasil-busca-neutralizar-poder-economico/

La Corte Suprema ha legislado contra la Constitución Nacional y la República

Por  el Dr. Juan José Guaresti
Nuestro más Alto Tribunal, en lugar de asumir el rol de último bastión de las libertades argentinas, está demoliendo la división de los tres poderes del gobierno que es su pedestal, arrogándose por primera vez en el itinerario iniciado en 1853, la facultad de legislar.
Juan Jose Guaresti (nieto)El andamiaje de la defensa de la libertad descansa en buena parte en el invento de los constituyentes norteamericanos que crearon en 1776 un novedoso organismo que no tenía precedentes históricos pese a lo mucho trajinado en el devenir de los siglos por los pensadores y doctrinarios que querían resguardar a los ciudadanos de déspotas y tiranos: Crearon un organismo que tenía la “última palabra” en las cuestiones judiciales o sea que en ellas tenía más poder que nadie en el Estado, al que llamaron Suprema Corte. Para conferirle tal preeminencia sobre los otros dos poderes cuyas decisiones podría anular si consideraba que violaban la Constitución, sus atribuciones solamente se ejercitaban en las causas judiciales, o sea donde estaban enfrentadas dos partes con intereses antagónicos. Los constituyentes argentinos quedaron fascinados con este hallazgo y lo incorporaron a nuestra Constitución, inclusive con mayor énfasis que su par norteamericano, porque prohibieron terminantemente al Poder Ejecutivo inmiscuirse en diferendos judiciales.
La razón sobre la cuál descansa la autoridad del Poder Judicial es que no puede estar involucrado en cuestiones políticas, las que pertenecen por esencia a los otros dos poderes: No puede legislar ni reglamentar las leyes ni ejercer funciones administrativas. Se le dio tan importante atribución precisamente por las actividades que se le vedaban.
Esta formidable garantía de las libertades argentinas y de la existencia de la República ha sido literalmente demolida en nuestra Corte Suprema por el elenco que la integraba en 2011, en cuanto ha legislado mediante acordadas, la modificación del recurso extraordinario creado por la ley 48 para poder acudir a la Corte Suprema, estableciendo nimiedades burocráticas que obstaculizan de hecho la interposición de aquel recurso, que es un instrumento decisivo para el ejercicio de las libertades argentinas y la forma de gobierno republicana.
RECIENTEMENTE LA CORTE SUPREMA SE HA PERMITIDO LEGISLAR EN MATERIA PROCESAL LO QUE NUEVAMENTE IMPLICA LESIONAR LA DEFENSA EN JUICIO Y LA DIVISION DE LOS PODERES, PRINCIPALES GARANTIAS CONSTITUCIONALES ARGENTINAS.
Lamentablemente el mundo jurídico argentino dejó pasar sin una protesta generalizada la gravísima trasgresión aludida en el acápite anterior, indiferencia que envalentonó a tan encumbrado Tribunal, para asumir sin cortapisa alguna la reglamentación del Código Procesal Civil y Comercial Nacional en lo que concierne a la gradual implementación de mecanismos digitales, comunicaciones y domicilios constituidos en todos los procesos judiciales y administrativos que se tramitan ante el Poder Judicial dela Nación. Todos estos aspectos están directamente vinculados a la garantía de la defensa en juicio y a la labor de los abogados a quiénes se les ha endilgado no sólo nuevas obligaciones sino riesgos adicionales a los que ya corren en su labor profesional en lo que atañe a responsabilidades frente a sus clientes.
Un calificado abogado local, miembro de la Comisión de Defensa del Abogado del Colegio Público de Abogados de la Capital, el Dr. Héctor Luis Musi sostiene que: “…consideramos a este asunto muy serio, pues afecta nuestro derecho al ejercicio profesional y compromete el derecho de los justiciables y es por eso que nos oponemos a las “acordadas” de la Corte Suprema de Justicia que pretenden imponernos un sistema ilegal, pues para innovar y aplicar al proceso judicial modernas tecnologías (informática) es menester hacerlo actuando con “métodos probados”, y dando el indispensable debate que la cuestión supone, como es la de modificar las normas de los procedimientos judiciales y/o los códigos procesales, “tarea que no es para cualquiera”.
“Entendemos que debió ser el poder de gobierno creado al efecto o sea el Legislativo y no el Judicial quién aborde este tema. Es una cuestión primordial, impuesta por la Constitución Nacional, que las reformas de esta índole se hagan por ley, procedimiento que permite los debates necesarios, con consultas a expertos nacionales e internacionales en sistemas informáticos y su aplicación al proceso judicial y los estudios comparativos de resultados en el resto del mundo, con la necesaria participación de los interesados y operadores del sistema que son los abogados, sus respectivos colegios profesionales, los empleados y magistrados, etc. Es preciso que se realice todo lo que supone debe ser una verdadera tarea legislativa y que en la especie –las cuestionadas acordadas- no luce” Mas adelante expresó: ”Un debate legislativo permitiría informarnos en cuántos países, al menos los de la OCDE, se adoptó y con qué resultados, este sistema Lex100 de expediente judicial digital que la Corte Suprema ha decidido que se utilice. Se ignora si existió o no el debido llamado a licitación nacional e internacional para la elección de un determinado servidor ni el estudio de rigor, y sobre todo cuáles son las salvaguardas y reaseguros para los supuestos de corte de energía, caída y colapso del sistema. Aparentemente no se ha tenido en cuenta la situación de aquellos abogados que ignoran por completo el manejo de la informática, aptitud que no fue considerada indispensable legalmente para su formación y ejercicio profesional. El sistema que se pretende imponer, así como está implementado, directamente los excluye del ejercicio de su profesión para la cual están formados y habilitados, todo esto y algunas otras muchas cotidianas contrariedades no las contempla el mecanismo cibernético que se pretende obligar a utilizar a los profesionales, lo que también se refleja en los justiciables que representamos”

AUSENCIA DEL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA:
Las leyes que “autorizaron” a la Corte Suprema a violar la Constitución Nacional que llevan el número 26.685 y 26.856, dispusieron “genialmente” que el Consejo de la Magistratura, colaborara en la ilegal labor que se atribuyó a la Corte Suprema de modificar el Código Procesal en la forma indicada.
La Corte Suprema ha hecho todo el “trabajo” sin que el Consejo de la Magistratura hiciera el más mínimo aporte. La Corte ha prescindido del “socio” que las mencionadas leyes le asignaron, “socio” que la Constitución no admite porque a aquella le corresponde la “última palabra”. O sea que nuestra Corte Suprema no solamente ha violado la Constitución Nacional sino también las leyes que le encomendaron lo que no debía hacer, y mucho menos con tal compañía. La Corte Suprema debió negarse de plano a obedecer esas normas.

LOS ABOGADOS DEBEMOS UNIRNOS Y ACTUAR PARA DEFENDER LA CONSTITUCIÓN NACIONAL Y LA REPÚBLICA.
A los efectos de atender a los abogados y ciudadanos que quieran adherir a la presentación que se ha efectuado en la Mesa de Entradas de la Corte Suprema de Justicia y que lleva el número 4506/2015, a la que ya han adherido numerosos profesionales solicitando la derogación de las “acordadas” a las que se refiere este trabajo, los abogados Juan José Guaresti (nieto) y Héctor Luis Musi que iniciaron el expediente 4506/2015, estarán presentes el próximo día martes 29 de septiembre entre las 10:30 horas y las 12:30 horas en la calle Lavalle 1220 de la Ciudad de Buenos Aires, donde brindarán las explicaciones que hubiera menester.
ENVIADO POR SU AUTOR

Ricardo Hausman: ¿Es el capitalismo la causa de la pobreza?

CAMBRIDGE – Hoy en día se culpa al capitalismo de muchas cosas: la pobreza, la desigualdad, el desempleo y hasta el calentamiento global. Como lo expresó el Papa Francisco en un discurso que pronunció hace poco tiempo en Bolivia: “Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan los pueblos. Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana madre Tierra como decía San Francisco”.
Pero, ¿son los problemas que preocupan al Papa consecuencia de lo que él llama un capitalismo “desenfrenado”? O, por el contrario, ¿son consecuencia de que el capitalismo no haya logrado implantarse como se esperaba? ¿Debería una agenda para promover la justicia social estar basada en frenar el capitalismo o en eliminar las barreras que impiden su expansión?
La respuesta en América Latina, África, el Oriente Medio y Asia claramente es la segunda opción. Para ver esto, es útil recordar la forma en que Karl Marx imaginaba el futuro.
Para Marx, el papel histórico del capitalismo era reorganizar la producción. Desaparecerían las granjas familiares, los talleres de artesanos y la “nación de tenderos”, como Napoleón burlonamente se refería a Gran Bretaña. Todas estas actividades pequeño-burguesas serían arrasadas por el equivalente a lo que hoy son Zara, Toyota, Airbus o Walmart.
Como resultado, los propietarios de los medios de producción dejarían de ser quienes realizan el trabajo, es decir, los campesinos o los artesanos, para pasar a ser el “capital”. Lo único que los trabajadores podrían poseer sería su propio trabajo, el que se verían obligados a intercambiar por un salario miserable. Sin embargo, serían más afortunados que el “ejército de reserva de los desempleados” – un pool de trabajadores ociosos lo suficientemente grande como para hacer que otros teman perder su empleo, pero suficientemente pequeño como para no desperdiciar la plusvalía que se podría extraer al hacerlos trabajar.
Con todas las clases sociales previas transformadas en la clase trabajadora, y todos los medios de producción en manos de un grupo cada vez más escaso de dueños de “capital”, una revolución proletaria llevaría a la humanidad a un mundo de justicia perfecta: “De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades“, como lo expresara Marx.
Es claro que el poeta y filosofo Paul Valéry tenía razón cuando dijo: “El futuro, como todo lo demás, ya no es lo que era”. Pero no deberíamos burlarnos del conocido error de predicción de Marx. Después de todo, como mordazmente lo señala el físico Niels Bohr, “La predicción es difícil, especialmente en cuanto al futuro”.
Hoy día sabemos que cuando el Manifiesto Comunista recién se terminaba de escribir, los salarios en Europa y Estados Unidos comenzaban 160 años de alza, que tuvieron por consecuencia que los trabajadores pasaran a formar parte de la clase media, con automóviles, créditos hipotecarios, pensiones, y preocupaciones pequeño-burguesas. Los políticos de hoy prometen crear empleo – es decir, más oportunidades para que el capital explote a los trabajadores. No prometen apoderarse de los medios de producción.
El capitalismo logró esta transformación porque la reorganización de la producción permitió un aumento de la productividad sin precedentes. La división del trabajo dentro y entre empresas, que para 1776 Adam Smith ya había concebido como el motor del crecimiento, hizo posible una división de los conocimientos entre individuos que permitió que el conjunto supiera más que las partes y formara redes de intercambio y colaboración cada vez más amplias.
Una empresa moderna cuenta con expertos en producción, diseño, comercialización, ventas, finanzas, contabilidad, gestión de recursos humanos, logística, impuestos, contratos, etc. La producción moderna no es simplemente una acumulación de edificios y de equipo de propiedad de Das Kapital y operada por trabajadores fungibles. Más bien, es una red coordinada de personas que poseen diferentes tipos de Das Human Kapital.En el mundo desarrollado, el capitalismo en realidad transformó a casi todos los individuos en trabajadores asalariados, pero también los sacó de la pobreza y los hizo más prósperos de lo que Marx hubiera imaginado.
Esto no es lo único en lo que Marx se equivocó. Lo más sorprendente es que en el mundo en desarrollo la reorganización capitalista se agotó, cuando la gran mayoría de la fuerza laboral estaba aún fuera de su control. Las cifras son impresionantes. Si bien en Estados Unidos una de nueve personas trabaja por cuenta propia, la proporción en India es 19 de 20. Menos de un quinto de los trabajadores en Perú está empleado por el tipo de empresa privada que Marx tenía en mente. En México lo está alrededor de uno de tres.
Incluso al interior de cada país, las mediciones del bienestar están fuertemente relacionadas con la proporción de la fuerza laboral que trabaja en la producción capitalista. En el estado mexicano de Nuevo León, dos tercios de los trabajadores tienen empleo en empresas privadas, mientras que en Chiapas la proporción es sólo uno de siete. No sorprende, entonces, que el ingreso per cápita sea más de nueve veces más alto en Nuevo León que en Chiapas. En Colombia, el ingreso per cápita es cuatro veces más alto en Bogotá que en Maicao. Tampoco sorprende que la proporción de empleo capitalista sea seis veces más alta en Bogotá.
En la empobrecida Bolivia, el Papa Francisco criticó “la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza”, junto con “una confianza ingenua y burda en la bondad de quienes ostentan el poder económico y en el funcionamiento sacralizado del sistema económico predominante”.
Pero esta explicación del fracaso del capitalismo es bien poco acertada. Las empresas más rentables del mundo no están explotando a Bolivia: simplemente, no se encuentran ahí porque consideran que el país no es rentable. El problema más fundamental del mundo en desarrollo es que el capitalismo no ha reorganizado la producción ni el empleo en los países y regiones más pobres, con lo que la mayor parte de la fuerza laboral ha quedado fuera de su ámbito operacional.
Como lo han demostrado Rafael Di Tella y Robert MacCulloch, los países más pobres del mundo no se caracterizan por tener una confianza ingenua en el capitalismo, sino una completa desconfianza, lo que lleva a fuertes demandas de intervención gubernamental y regulación del comercio. Bajo esas condiciones, el capitalismo no prospera y las economías permanecen pobres.
El Papa Francisco tiene razón en enfocar su atención en la difícil situación de los más pobres del mundo. Sin embargo, el sufrimiento de estos últimos no es consecuencia de un capitalismo desenfrenado, sino de un capitalismo que ha sido frenado de manera equivocada.
http://americanuestra.com/ricardo-hausman-es-el-capitalismo-la-causa-de-la-pobreza/

MÁS DE UN CUARTO DE LA POBLACIÓN VIVE CON $43 POR DÍA

Los datos oficiales señalan que mucha gente vive con ingresos magros. El fenómeno está asociado a que los programas asistenciales no llegan a compensar las consecuencias de la alta inactividad laboral. Esta debilidad alerta sobre los costos sociales de seguir apostando al continuismo del desequilibrio fiscal y la falta de competitividad ya que ambas llevarán a la devaluación y a la aceleración de la inflación. La alternativa es abordar con responsabilidad y profesionalismo una profunda revisión y modernización del sector público.
El INDEC difundió el informe sobre la distribución personal del ingreso. Las series publicadas por el organismo oficial señalan que la desigualdad ha disminuido mucho entre los años 2003 y 2012, momento a partir del cual no se observan progresos importantes. En síntesis, desde hace aproximadamente 3 años la distribución del ingreso está estancada.
Este escenario constituye la base sobre la que se deben analizar los impactos sociales que tendrán las estrategias del próximo gobierno para superar los profundos desequilibrios macroeconómicos acumulados. En especial, las acciones que tomará para morigerar el déficit fiscal y buscar alternativas genuinas de recupero de la competitividad.
En lo que toca a la distribución del ingreso, particularmente relevante es la situación en la que se encuentran los sectores más vulnerables. Según la información publicada por el INDEC referida a población urbana en el 2° trimestre del año 2015, se observa que:
En el 20% de los hogares urbanos más pobres vive el 28% de la población.
Estos hogares declaran disponer de un ingreso promedio mensual por persona de $1.300.
Esto implica que el 28% de la población más pobre vive con apenas $43 por día.
Estos datos oficiales muestran que una gran cantidad de personas declara vivir con recursos monetarios bastante míseros. Esto es consistente con la alta incidencia de la inactividad laboral que lleva a que muchos hogares, aun accediendo a programas asistenciales, sufran severas restricciones de consumo, incluso alimentarios. Que más de un cuarto de la población viva con $43 por día es un dato de la realidad que debería ser tenido en cuenta con especial cuidado a la hora de diseñar las políticas públicas.
En los estudios internacionales se suele adoptar como criterio que una familia con menos de 4 dólares diarios por persona es pobre y con entre 4 y 10 dólares es vulnerable. Con esta metodología y considerando los datos del INDEC y el valor del dólar que se transalegalmente en el mercado de capitales ($13,8), se concluye que el 28% de la población urbana sería pobre y un 42% adicional está en riesgo de caer en la pobreza si sobreviniera una recesión y/o se acelerara la inflación. Sólo un 30% sería clase media con medios para defenderse en una crisis económica.
Que el 70% de la población sea pobre o vulnerable es una fuerte señal de alerta de cara a la necesidad de abordar los desequilibrios macroeconómicos acumulados. Ser desaprensivos con este dato llevará a incurrir en enormes costos sociales como ya ocurrió en el pasado. El oportunismo político en tiempo electoral induce a no sincerar la situación y postular el continuismo, minimizando la relevancia del enorme déficit de las cuentas públicas y la falta de competitividad. Aumenta la alarma la falta de conciencia de la sociedad sobre la inviabilidad de la situación vigente y los costos sociales que acarreará su desenlace.
Si el próximo gobierno apuesta por la continuidad, una fuerte devaluación y la aceleración de la inflación serán las que hagan el “trabajo sucio” de licuar gasto público para encauzar las cuentas fiscales y recomponer la competitividad. Los costos de esta estrategia serán una profundización de la pobreza entre los que ya son pobres y el paso a ella de miles de familias vulnerables. El camino alternativo es tomar conciencia de lo gravoso que resulta posponer reformas que eleven la calidad institucional en el manejo del Estado. En otras palabras, aceptar que es socialmente muy costoso mantener la distribución indiscriminada de empleos públicos, jubilaciones sin aportes y subsidios a los servicios públicos y a las empresas públicas para financiar corrupción e ineficiencias.
PUBLICADO EN IDESA - www.idesa.org - Enviado por mail

Ante la inminente disyuntiva.

Por Alberto Medina Méndez
COLUMNISTA
Queda muy poco tiempo para que la incertidumbre quede atrás. Cuando lo electoral sea superado, se empezará a escribir el capítulo que todos esperan con ansias. El destino de la sociedad depende, en buena medida, de las determinaciones que se tomen en lo político y económico.
Las instituciones se han debilitado y la economía es una bomba de tiempo aunque, en realidad, lo más grave ha sido la creciente crisis moral y la destrucción de los valores. En eso la reconstrucción parece más compleja.
Hablar de lo económico produce escozor a muchos, especialmente a los políticos que intuyen que el dilema está muy próximo, que deberán tomar decisiones de gran impacto y asumir además sus inevitables consecuencias.
Pero también son demasiados los ciudadanos que prefieren evadir el asunto, minimizar la cuestión e ilusionarse con que solo habrá que enfrentar una leve turbulencia insignificante y casi imperceptible. A veces parece mejor ignorar lo que sucede y evitar preocupaciones, utilizando esa dinámica como un mecanismo de defensa. No es una actitud muy racional, ni atinada, pero es demasiado frecuente y eso explica la actualidad.
En poco tiempo habrá que decidir entre el gradualismo y las políticas de shock. El rumbo ya no es parte de la discusión. Solo resta definir los tiempos, las formas y los instrumentos tácticos de una estrategia general compartida aunque siempre repleta de sutiles matices opinables.
El sendero ya está trazado y no precisamente porque se haya debatido lo suficiente, ni por los consensos logrados de la mano del diálogo civilizado. El inocultable desmadre y la inmensa nómina de disparates que forman parte del arsenal de decisiones del pasado, no solo en lo político, sino también en lo económico, conformaron este escenario peligroso obligando a encaminarse en una dirección indiscutible, ya no por las convicciones profundas, ni por las coincidencias, sino por imperio de las circunstancias.
Propios y extraños lo saben. Unos, intentan disimular con discursos ambiguos sus verdaderas impresiones sobre lo ocurrido en el pasado y el contexto que tendrán que administrar si triunfan. Los otros, aprovechan con oportunismo lo que sale a la luz, pero son conscientes que decir la verdad sobre lo que se debe hacer pone en riesgo sus posibilidades electorales.
El presente parece invitar a mentir sistemáticamente y ocultarles a todos la más cruda realidad. Coinciden en sugerir que la salida de este tembladeral será sencilla, casi sin secuelas relevantes y prefieren transmitir optimismo.
Lo cierto es que la fiesta se acabó y no precisamente por una actitud reflexiva, sino porque simplemente se agotó el presupuesto. El despilfarro de estos años ha encontrado un límite, ese que imponen los hechos sin pedir permiso. Las determinaciones desquiciadas han montado este presente del que no será nada fácil salir.
Todo se pudo prever, pero para los que gobernaron era más cómodo seguir con la inercia y hacerse los distraídos. Han conseguido aguantar hasta la finalización de su tiempo en el poder y ahora preparan el relato para asegurarse que el futuro sea absoluta responsabilidad ajena.
Los que aspiran a tomar la posta saben de esta comprometida situación, pero, por ahora, solo les preocupa acceder al poder. Luego diseñarán el discurso para justificar los cambios que precisan hacer y se ocuparán de aclarar que sus decisiones eran totalmente necesarias.
Lo que viene se parece mucho a una tempestad aunque no se pueda dimensionar el tamaño del impacto final. La sociedad debería comprenderlo. No se puede vivir del aire, no es razonable obtener recursos sin esfuerzo y mucho menos subsidiar indefinidamente a una porción significativa de la comunidad, prolongando en el tiempo este disparate.
Esa fantasía tiene un límite. Es posible forzar las cosas durante algún tiempo. Abundan los mecanismos artificiales que permiten hacerlo y extender la vigencia de esa ficción, siempre un poco más. Pero en algún momento todo se desmorona y entonces se debe hacer lo preciso.
Pronto, muy pronto, habrá que tomar decisiones. Lo único que resta explicar es el modo de hacerlo. No se trata de una discusión entre los que prefieren continuidad y los que quieren cambiar. Seguir igual que ahora ya no es una opción. Solo queda saber si la agonía se extenderá por largo tiempo antes de tocar fondo para luego recién volver a arrancar, o si se seleccionará un camino más tortuoso en el corto plazo, con la intención de abordar entonces una recuperación más acelerada.
No existe una fórmula mágica que resuelva este intríngulis. No se sale de semejante lista de errores groseros sin pagar costos importantes. Nada es gratis y es bueno aprender a hacerse cargo de los desaciertos electorales de los ciudadanos. La apatía, la abulia, la indiferencia y el desinterés también tienen un precio y es saludable asumirlo para evitar renovados tropiezos.
El panorama no es auspicioso. Lo que viene no será simple. Los gobernantes tendrán que seleccionar las variantes tácticas, las herramientas y medidas que tomarán para salir de este caos. Queda poco tiempo para que el telón se levante y empiece un nuevo ciclo. El final de esta historia sigue siendo un gran misterio. Lo cierto es que se agotó el plazo y que se avecinan tiempos de definiciones. Ya no se puede ocultar que la sociedad está ante la inminente disyuntiva.
Sobre el autor: www.existeotrocamino.com

LOS ESTADOS NACIÓN, LOS NACIONALISMOS Y EL ODIO A LOS INMIGRANTES

Por el Dr Gabriel Zanotti
Cual marciano recién aterrizado, pero basándome en Ludwig von Mises (¿habrá sido él uno de ellos? :-)) ) insistí muchas veces en las ventajas económicas de la libre entrada y salida de capitales y de personas. Por supuesto que Donald Trump está equivocado en creer que la economía norteamericana se resentirá por la libre entrada de mexicanos, por supuesto que la Unión Europea está totalmente equivocada en su política de fronteras cerradas, porque pierden desarrollo y productividad; por supuesto que con una economía libre, cada persona es una fuente de producción, no un problema, y por supuesto que los estados providencia no han hecho más que agudizar el problema, al establecer una torta fija de redistribución que, por supuesto, es un juego de suma cero, como mucho: más para uno, menos para otro.
He señalado muchas veces, también, la contradicción de los que son partidarios de esas políticas intervencionistas y estatistas y luego reclaman solidaridad para inmigrantes y refugiados, al no darse cuenta de que producen precisamente las causas por los cuales todas esas personas quedan excluidas de la sociedad que intentan habitar.
Por supuesto que todo esto es difícil de entender y que además hay grupos de presión que no tienen ningún interés de entender nada, entre los cuales empresarios y sindicalistas son los peores.
Pero hay un problema más grave.
Después de la creación constructivista de los estados-nación del iluminismo, se produce (pocos los han visto, entre ellos, autores tan dispares como Feyerabend y Fromm (1)) una vuelta de campana con respecto a lo sagrado y fundamental en las sociedades. El problema de la cristiandad medieval no fue lo sagrado de la religión, como el problema del agua no es la humedad: el problema fue la relación casi solamente instrumental del “príncipe secular” a la autoridad religiosa. Pero, cuando después de siglos agitados se impone la secularización de la Revolución Francesa, el problema es peor. Como medios para lograr la unidad nacional bajo la secularización, se crean los símbolos nacionales: las banderas, los himnos, y toda la liturgia secularizada que los acompaña. Y a todo ello se lo “sacraliza”: se lo hace intocable. El pecado mortal, ahora, es no respetar esos símbolos que cumplen ahora el rol que cumplía antes la unidad religiosa. Claro, que la religión sea sagrada es, como dijimos, que el agua sea mojada, pero que esos símbolos NO religiosos sean sociológicamente sagrados no fue precisamente una evolución.
Muchos de estos estados-nación intentan superar la diversidad racial, pero no lo logran, y eso es gravísimo. A los símbolos nacionales, a la lengua nacional, a la salud y educación públicas y obligatorias, se agrega, más a-sistemáticamente, una unidad relativamente racial. Los blancos caucásicos son la mayoría de los estados nación europeos, y a pesar de que algunos estados-nación latinoamericanos, como la Argentina, tienen un porcentaje fundamental de inmigración europea, esa es la “sociológicamente aceptada”. Si, Argentina será una nación de inmigrantes, pero europeos. El típico nieto o bisnieto de españoles e italianos NO es “el otro”: esos son ya “nosotros”. El otro es el de los países limítrofes, ese sí es “el extraño” para el cual se practica un racismo vergonzante y escondido. Pero ese racismo no es fruto de la malicia, es fruto de que los horizontes culturales antiguos –herederos de las monarquías nacionales- juntan sus razas originarias con los nuevos estados-nación en una mezcolanza que escapa a la planificación del mundo feliz iluminista, produciendo en todo el mundo un racismo incorporado como parte del horizonte cultural.
Estados Unidos fue un caso único en la historia. Primero porque es el único caso en la historia donde la dicotomía laicista y racionalista entre lo estatal-secular y lo religioso-privado NO sucede: es una “nación” donde lo religioso tiene (¿tuvo?...) unadimensión pública NO estatal, cuestión muy difícil de entender para europeos y latinoamericanos. Segundo, porque es la única “nación” cuyo pacto fundacional NO está en orígenes nacionales-europeos comunes (por eso es una “nación” entre comillas) sino en la adhesión al pacto constitucional. Lo que constituye (¿o constituía?) a un norteamericano como tal es su adhesión a la Constitución, a la Declaración de Independencia y al Bill of Rights. No era la lengua, la raza, el aspecto, la religión, la cosmovisión: era el trabajar juntos bajo los mismos derechos. Y Maritain dijo muy claramente que el racismo contra el negro era una espina contradictoria clavada en la historia de los EEUU que debían superar o perecer. Pueden burlarse de Maritain, pero juzguen por ustedes mismos la historia posterior.
¿Demasiado bueno para ser verdad? Si, tal vez. El blanco, americano y protestante como bandera era una deformación mental tal vez inevitable luego del pecado original, es el Caín presente en medio del Abel Constitucional. Pero más evitables eran, tal vez, las políticas estatistas que fueron convirtiendo a los Estados Unidos en todo aquello contra lo cual Estados Unidos fue Estados Unidos. Ya sé que los rothbard-boys me van a decir que el problema estaba en la Constitución Federal; respeto esa opinión pero no me termina de convencer. De la Constitución Federal no derivaban (ni tenían que necesariamente derivar) el Welfare State, la Reserva Federal, los impuestos a la renta, la CIA o ser la policía del mundo. Pero todo ello sí que generó el muro que Donald Trump quiere levantar.
Aún hay esperanzas, tal vez. El afro-americano es ya un norteamericano. No está fuera de su casa, no es extranjero, es “afro” americano. Pero el racismo sigue presente, de un modo sutil e invisible. En los los wasp, por supuesto, y es visible, PERO fundamentalmente en aquellos que se consideran a sí mismos “latinos”. Es la línea argumental de la películaSpanglish, la más racista de toda la historia del cine, donde la identidad de la protagonista es “ser hija de” su madre latina. Si yo me hiciera ciudadano de los EEUU, me molestaría que me llamaran “latino”: no, sería norteamericano, porque lo que me identificaría como tal es el juramento a la Constitución, en relación al cual mi raza es TOTALMENTE contingente. Pero los primeros ofendidos por mi postura serían la mayor parte de los argentinos.
El problema de la inmigración es, pues, este curioso racismo cultural, que Mises, cual profeta en un desierto, como siempre, trató de evitar en su gran libro Nation, State and Economy, de 1919. Pero parece que es imposible luchar contra el Caín que llevamos dentro. Los argentinos nietos y bisnietos de inmigrantes europeos se resisten por lo bajo a que cambie su raíz genética. No lo dicen, pero el no-europeo es para ellos inferior y “no argentino”. ¿Qué sucedería si recibiéramos una inmigración latinoamericana, negra y asiática en un 80 o 90 % que superara a “nuestros” genes europeos? Claro que en el dificilísimo caso de que tuviéramos una economía de mercado, ellos serían la solución económica, no el problema, pero el racismo biliar que nos constituye saldría por las orejas de modo vergonzante, precisamente porque creeríamos que “nuestra nación” está en peligro………….. Y es lo mismo que ahora sienten muchos norteamericanos y europeos. Claro, los Trump y etc no hacen más que ser re-transmisores, repetidoras culturales de todo ese odio inconsciente. Si, tal vez se necesiten más Gandhis, más Mandelas y más Luther Kings pero………… ¿Debemos fundar nuestras esperanzas en la rara aparición de esos cristos seculares?
El liberalismo clásico, la economía de mercado, no es una nación, precisamente. Es tal vez lo único que puede generar otras creencias con respecto al “extranjero”: en un “país” liberal no hay extranjeros, todos los que pisan el territorio y adhieren a la Constitución son ipso facto miembros de la comunidad política.
¿Pero no será el liberalismo clásico sólo el contrapeso de la historia de Caín? ¿No será por ello que el liberalismo clásico, el respeto al individuo, donde el otro es un par constitucional, sólo pudo emerger en una cultura judeo-cristiana? Pero si es así, ¿no será que su realización práctica será siempre muy imperfecta e inestable, porque sólo es la resistencia ante los poderosos muros del odio que nos constituye luego de la expulsión del paraíso?
Puede ser, pero ese no es motivo de desaliento: al contrario, es el ideal regulativo que debemos seguir defendiendo para evitar el infierno total, hasta que la segunda venida de Cristo nos libere para siempre de Caín.
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(1) ".........El nacionalismo es nuestra forma de incesto, es nuestra idolatría, es nuestra locura. Su culto es el "patriotismo". No es necesario decir que por patriotismo entiendo la actitud que pone a la nación propia por encima de la humanidad, por encima de los principios de la verdad y la justicia, y no el interés amoroso por la nación de uno, que es interés por el espíritu de la nación tanto como por su bienestar material, pero no por su poderío sobre otras naciones. Así como el amor por un individuo que excluye el amor por todos los demás no es amor, el amor por el país propio que no forma parte del amor por la humanidad no es amor, sino culto idolátrico.
El carácter idolátrico del sentimiento nacional puede advertirse en la reacción contra las violaciones de los símbolos del clan, reacción muy diferente de la que se produce contra la violación de los símbolos religiosos o morales. Figurémonos que un individuo pisotea en medio de la calle, en una ciudad del mundo occidental y a la vista de las gentes, la bandera de su país. Muy afortunado tendría que ser para no morir linchado. Casi todo el mundo experimentaría un sentimiento de indignación furiosa, que no permite pensar objetivamente. El individuo que había mancillado la bandera habría hecho algo indecible, habría cometido un crimen que no es un crimen como los demás, sino el crimen, el único crimen imperdonable. No tan enérgica, pero, no obstante, cualitativamente igual, sería la reacción contra el individuo que dijera: "No amo a mi país", o, en el caso de guerra: "No me importa nada que gane mi país." Esas palabras serían un verdadero sacrilegio, y el hombre que las pronunciara se convertiría en un monstruo, en un forajido, a los ojos de sus compatriotas. Para comprender la cualidad particular del sentimiento que esas cosas suscitan, podemos comparar esa reacción con la que tendría efecto si un individuo dijera: "Soy partidario de matar a todos los negros, o a todos los judíos; soy partidario de emprender una guerra para conquistar nuevos territorios." Indudablemente, la mayor parte de la gente pensaría que era aquélla una opinión inmoral, inhumana; pero lo esencial es que no se produciría el especial sentimiento de una indignación profunda e indominable. Esa opinión es, desde luego, "mala", pero no es un sacrilegio, no es un ataque a "lo sagrado". Aun cuando un individuo hablara despectivamente de Dios, no despertaría el mismo sentimiento de indignación que se produce contra el crimen, contra el sacrilegio que es la violación de los símbolos del país. Es fácil racionalizar la reacción contra la violación de los símbolos nacionales diciendo que el individuo que no respeta a su país revela falta de solidaridad humana y de sentimiento social; pero, ¿no es eso igualmente cierto del individuo que defiende la guerra, o la matanza de gentes inocentes, o que explota a otros en su propio provecho? Indudablemente, la falta de interés por el país propio es una expresión de falta de responsabilidad social y de solidaridad humana, lo mismo que los otros actos que hemos mencionado; pero la reacción contra la violación de la bandera es fundamentalmente distinta de la reacción contra la carencia de responsabilidad social en todos los demás aspectos. Una de las cosas es "sagrada", es un símbolo del culto del clan, y las otras no lo son. Como las grandes revoluciones europeas de los siglos XVII y XIX no consiguieron transformar "la libertad de" en "libertad para", el nacionalismo y el culto del estado se convirtieron en síntomas de una regresión a la fijación incestuosa. Sólo cuando el hombre logre desarrollar su razón y su amor más que hasta ahora, sólo cuando pueda organizar un mundo a base de solidaridad humana y de justicia, sólo cuando pueda sentirse enraizado en un sentimiento de fraternidad universal, habrá encontrado una forma nueva y humana de arraigo, habrá transformado su mundo en una patria verdaderamente humana" (Fromm, E.: Psicoanlàlisis de la sociedad contemporànea, FCE, 1992 2da edición, pp. 55-56).

http://gzanotti.blogspot.com.ar/2015/09/los-estados-nacion-los-nacionalismos-y.html
PUBLICADO CON LA AUTORIZACIÓN DE SU AUTOR

Cicatrices en las Axilas

clip_image002Por el Dr Enrique Guillermo Avogadro
"Quien hace gárgaras, algo traga". Jorge Asís

Las recientes medidas adoptadas por Axel Kiciloff y un tal Sergio Girard, Presidente de la Comisión Nacional de Valores, al disponer que las carteras de los fondos de inversión se valorizarán por la cotización del dólar oficial, en lugar de a precios de mercado, significaron para los pequeños ahorristas una pérdida instantánea del orden de los US$ 4.000 millones, para los accionistas de YPF un perjuicio del 50%, y suscitaron en el mercado financiero una unánime certeza: quienes conocían las nuevas normas con anticipación y, sobre todo, las turbulencias que acarrearían, han hecho un pingüe negocio y concretado un robo de enorme magnitud. Si el nuestro fuera un país serio, ya habría una investigación abierta para determinar cuántos y quiénes se beneficiaron con esta "inside information", y muchos terminarían presos.
Pero como estamos en éste -que, sin inmutarse, se entera de los millones que Máximo Kirchner declara sin vergüenza alguna- sólo nos queda inquirir, respecto a sus consecuencias, si se trató simplemente de una nueva prueba de la profunda ignorancia y torpeza con que se conduce la economía argentina, que produjo los efectos contrarios a los buscados, o si estos funcionarios de pacotilla nos están avisando que, una vez más, los ahorros privados en divisas fuertes serán pesificados en el corto plazo.
Las leyes que bloquean la venta de los paquetes accionarios de empresas privadas de propiedad de la ANSES y que impiden la negociación con los "fondos buitres", tanto como el déficit energético, la incontrolable inflación, el gasto público que no cesa de crecer, la desaparición de las reservas internacionales, la desaforada emisión, el atraso cambiario y el dibujado presupuesto nacional que se encuentra en tratamiento en el Congreso serán los instrumentos que dificultarán enormemente la salida de la inevitable crisis que deberá enfrentar quien se siente a continuación en el incómodo sillón. Derogarlas requerirá de mayorías especiales que será muy difícil obtener, y sólo quedará el recurso de pedir a la Corte Suprema la declaración de inconstitucionalidad de algunas normas.
Al régimen "gobbeliano" que nos hemos dado le quedan menos de noventa días y, al ver con qué entusiasmo están rascando el fondo de la lata, aún a riesgo de lastimarse las axilas, me convenzo que la Presidente y sus cómplices también lo creen. Si no fuera así, ¿para qué estarían pergeñando tantas arenas movedizas para intentar que su sucesor se hunda sin remedio? Ante ese cúmulo de hechos -que son sagrados, como decía el Dr. Fayt- surge una pregunta fundamental: ¿por qué querría la noble viuda, en realidad, que Daniel Scioli ganara las elecciones? Como no tengo una respuesta clara, le propongo pensar juntos.
La deserción de Daniel Scioli del debate presidencial, que él mismo había aceptado y consensuado antes, muestra el pavor que lo invade cuando tiene que confrontar su adhesión rastrera al desastroso rumbo económico y su incapacidad para rebelarse contra los deseos de la reina; tengo para mí que el faltazo obedeció a una nueva retaliación de su intención de voto, ordenada por Cristina.
Por lo demás, si don Lancha quedara a cargo de la futura administración, todas las bombas sembradas le explotarían y, dada la presencia del Chino Zannini y el programa de continuidad de las políticas actuales que ha anunciado, sería quien estaría en peores condiciones para corregir la imagen del país en el exterior y enderezar este barco que la Presidente y su Ministro de Economía han apuntado hacia el iceberg, y aceleran cada día. ¿Qué quedaría, entonces, del sueño de "Cristina eterna", enunciado por la inefable Estela Carlotto y la Araña Diana Conti?
Nuestra emperatriz conoce como nadie la naturaleza del movimiento que hoy encabeza, y sabe de su vocación por el poder, al precio que sea y, en especial, de su necesidad de un comando único. En él, no existen lealtades -si no me cree, pregúntele a Eduardo Duhalde- sino el más desembozado pragmatismo y, siempre que lo necesita, sale a buscar a quien echar la culpa de los males que genera. ¿Habría, entonces, alguien mejor que la actual Presidente para encarnar el rol de responsable, como lo fue Carlos Menem, cuando perdió el poder, para sus más íntimos admiradores, como Néstor Kirchner (q.e.p.d.) o el propio Scioli?
Desde otro ángulo, ¿permitiría nuestra abogada exitosa que alguien se hiciera con el comando de un PJ unido, respaldado por los gobernadores y los "barones"?; porque es obvio que, si así fuera, a la señora de Kirchner sólo le quedaría refugiarse en Calafate -su "lugar en el mundo"- y defenderse, como pudiera, en las innumerables causas penales que la involucran, ya que aparecería como la única y más obvia causante de la inevitable crisis. También sabe de los infinitos dobleces de la personalidad de Lancha, a quien ha humillado hasta la extenuación y a quien todos identifican como el político más perverso entre quienes ocupan el escenario presente; ¿por qué pondría su futuro y el de sus hijos y cómplices en la mano de quien seguramente disfrutará la venganza?
Precisamente a esa inquietud atribuyo la permanente imposición de actitudes indignas a su teórico candidato, obligado a una constante genuflexión ante el trono y, peor aún, a abrazarse y aplaudir los disparates que todos los días el Gobierno produce, aunque éstos tengan el efecto del impacto de un torpedo bajo la línea de flotación de su candidatura. Scioli, a quien la realidad y las encuestas le exigen buscar el voto independiente, ve así extinguida esa posibilidad por el collar de melones que implica la presencia permanente de Cristina, el Chino, Anímal, Sanatella y Kiciloff en la campaña electoral a través de las reiteradas cadenas nacionales y los primeros planos que las cámaras oficiales les dedican.
En cambio, si Mauricio Macri fuera el elegido en noviembre, obviamente ella continuaría ejerciendo la jefatura del peronismo -que no perdona a sus "mariscales de la derrota"- y podría esperar con tranquilidad, con las bancadas parlamentarias que le seguirían siendo fieles y con la administración ya colonizada por militantes rentados, el estallido de esas bombas y trabar cualquier programa razonable de gobierno que su sucesor quisiera encarar para sacar al país del pozo en que lo han sumergido ella misma y su finado marido. Podría negociar, entonces, su apoyo a ciertas medidas a cambio de impunidad personal, para evitar tener que recorrer, en lo inmediato, los pasillos de Comodoro Py. Por lo demás, si aún así su sucesor no pudiera domar el potro salvaje en el que la noble viuda y Axel han convertido a la economía, podría recurrir a la vieja fórmula peronista -"¿vieron?, conmigo esto no pasaba"- y reflotar la posibilidad de su anhelado regreso triunfal.
Para terminar, un comentario menor referido a la histórica visita de SS Francisco a los Estados Unidos. Mientras le escuchaba hablar ante la Asamblea de las Naciones Unidas, como el día anterior lo había hecho ante el Congreso, siendo aplaudido unánimemente de pie por los presentes, imaginé cómo se debía sentir nuestra arquitecta egipcia, que ha pontificado ante foros internacionales vacíos o intentando, por años, ser recibida por Obama. Ver al Papa argentino abrazarse con el Presidente cuando éste fue a esperarlo a la Base Andrews o desfilar por la Quinta Avenida en olor de multitudes, debe haberle generado un odio y una envidia descomunales, en especial porque quien era merecedor de tantos halagos, que a ella le son negados, es el mismo al cual privó de toda consideración cuando era el Arzobispo de Buenos Aires y que hoy ha devenido en el líder espiritual y político más importante del mundo.
Bs.As., 27 Sep 15
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
ENVIADO POR SU AUTOR

domingo, 27 de septiembre de 2015

Una nueva crisis de crédito acecha​​ por Bill Bonner

Hasta ahora sólo hemos visto la cara amable de la financiación barata. Pero dentro de poco empezaremos a ver el lado menos amable de la política de tasas de interés bajas llevada a cabo por la Reserva Federal de Estados Unidos.
Image¿Estamos en un mercado alcista o bajista? Por supuesto, nadie lo sabe. Pero a nosotros nos parece como si todo estuviera a punto de estallar.
Hasta el momento, la corrección ha reducido el valor de los mercados de valores mundiales en US$12,5 billones. Hay razones para pensar que las acciones pueden volver a subir… y muchas razones para creer que podrían caer aún más.
La crisis de 2008 estuvo marcada por el crédito hipotecario. Había demasiado dinero que no pudo ser reembolsado. Cuando el valor de las viviendas cayó, la burbuja estalló. Hoy en día, los hogares estadounidenses tienen aproximadamente la misma cantidad de deuda que entonces. Pero ahora los excesos están en préstamos para comprar automóviles y en créditos para los estudiantes.
El volumen total de créditos para comprar un vehículo se situaba en 2007 en unos US$781 mil millones; ahora está en US$ 1 billón. Y los préstamos estudiantiles se han duplicado hasta llegar a US$1,3 billones. Una vez más, los “avales” están perdiendo valor. Los precios de los autos usados están cayendo porque está aumentando su número en el mercado.
En cuanto a los créditos de los estudiantes, el “aval” se basa en la capacidad del prestatario para obtener ingresos. Y aquí tenemos una muestra de lo que está sucediendo. Según el Centro de Estudio de Inmigración, todas las ganancias netas de empleo desde 2007 se han ido a los inmigrantes, tanto legales como ilegales. La mayor parte de los puestos de trabajo se han creado en el sector de la hostelería (de bajos salarios). Es por este motivo que las tasas de morosidad de los préstamos estudiantiles se han disparado.
Los “avales” no son tan buenos como los prestamistas pensaban.
Ahora echemos un vistazo a la deuda corporativa, que pasó de US$3,2 billones en 2007 a US$5,2 billones hoy en día.
Los altos ejecutivos de las empresas se han aprovechado de las tasas de interés ultra-bajas de la Reserva Federal para pedir dinero prestado, recomprar sus propias acciones, y así pagarse buenos incentivos a medida que las acciones restantes subían de precio (cuando las empresas recompran acciones, las cancelan. Esto aumenta las ganancias por acción de las acciones en circulación). Pero esta estafa podría estar a punto de llegar a su fin. Esto es lo que dice el Financial Times:
Con una montaña de deuda de US$ 4 billones con vencimiento en los próximos 5 años, la dependencia de las empresas estadounidenses del dinero barato está a punto de ponerse a prueba. Las compañías se han apresurado a bloquear su deuda en créditos baratos ante la tan esperada alza de tasas, refinanciando más de US$1 billón al año entre 2012 y 2014, según Standard & Poor’s.
Las condiciones de crédito más estrictas marcarán un punto de inflexión. Las empresas han tenido acceso fácil al dinero en efectivo y así han firmado cheques para realizar adquisiciones por valor de miles de millones de dólares, para financiar recompras y dividendos; todo bien recibido por los inversores porque las acciones subían desde sus puntos más bajos en 2009.
Pero a medida que los tipos vuelven a la normalidad, los inversores comienzan a ver la otra cara de la financiación barata. Los analistas advierten de que el número de compañías morosas se va a disparar, en particular en el sector energético, que se encuentran en primera línea de fuego porque los precios de las materias primas se reducen.
Escucharás decir a las cabezas parlantes que las empresas de Estados Unidos nunca han estado en mejor forma. Pero, como ocurre con un durazno, la fruta tiene muy buena pinta hasta que comienza a pudrirse.
Esto es lo que realmente está pasando. Gracias a la generosidad de la Fed, que comenzó cuando estalló la crisis financiera, las empresas han podido pedir prestado a tasa de interés bajas. Ese dinero prestado lo utilizaron para aumentar los precios de sus acciones a través de recompras.
Los precios de las acciones subieron. Y así es como consiguieron que la relación de deuda y patrimonio mejorara; ésta muestra que una cantidad de deuda de una empresa se está utilizando para financiar sus activos en relación con la cantidad de valor representado en accionistas.
Es decir, las empresas pueden tener más deuda, pero tienen un precio por acción más alto que lo justifica.
Cuando la burbuja de la deuda hipotecaria estalló en 2007, fue el segmento más débil, el subprime, el que detonó primero. En el sector empresarial no será diferente. Según FT:
Moody’s y S&P advierten de que es probable que los impagos aumenten en los próximos años porque los tipos de interés suben. Los analistas de S&P esperan que los impagos entre las empresas estadounidenses calificadas con bono basura lleguen a 2,9% en junio de 2016, casi el doble de la tasa de 2013. La lista de Moody’s con empresas calificadas B3 con perspectiva negativa o a la baja llegó a las 200 empresas por primera vez desde julio de 2010.
Las ganancias corporativas han comenzado a estabilizarse. Los precios de las acciones están subiendo ya de manera irregular. ¿Qué sucede cuando los prestamistas ya no están dispuestos a conceder crédito a las corporaciones? Tu y yo sabemos exactamente lo que pasa, y ya ocurrió dos veces antes en este siglo.
En el período previo a los máximos bursátiles de 2000 y 2008, los precios de las acciones subieron, y la fruta tenía mejor aspecto que nunca. Después el crédito se derrumbó, el precio de las acciones se desplomó, y las cosas se dirigieron a una nueva situación algo más normal, hasta que los miembros de la Fed decidieron tomar cartas en el asunto.
Un consejo: cómete el durazno ahora.
Saludos, Bill Bonner
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Tres activos para aprovechar un rebote bursátil​ por Diego Martínez Burzaco

Rumores y especulaciones con gran sesgo negativo es lo que prima en los mercados desde mediados de agosto. La volatilidad dio un salto, pero quizás detrás de este escenario haya oportunidades de corto plazo. Hoy le acerco tres ideas en este sentido.
Actualmente las bolsas se han vuelto más impredecibles que de costumbre. Y esto tiene mucha vinculación con la psicología del inversor.
Durante las últimas semanas los inversores se habían mostrado extremadamente escépticos con la posibilidad de que Janet Yellen subiera la tasa de interés en su reunión de Política Monetaria del 18 de septiembre. Por esta razón (más el caso China), las bolsas entraron en el modo “corrección”.
Sin embargo, la titular de la Fed no hizo movimiento alguno. Dejó sus tasas de interés inalteradas en el nivel cercano al 0%.
¿Qué pasó con los mercados?
No, no subieron. No hubo ningún tipo de festejo. Por el contrario, iniciaron un espiral bajista que continúa por estos días.
¿Pero no era que el gran temor era la suba de la tasa de interés que finalmente no ocurrió? Sí, pero la psicología cambia a una velocidad asombrosa. Y el costo del dinero ya no importaba, sino que el sesgo de lo importante se trasladó a los temores de la economía China y su impacto en el crecimiento mundial.
Esto suele ocurrir con mucha frecuencia en los mercados. Cuando cambia el ánimo de manera generalizada, y los inversores se sienten decepcionados, las mala noticias tienen una influencia mucho mayor que las buenas, por más que éstas sean realmente importantes.
Explicar esta psicología de los inversores ocupó una parte importante de miworkshop en nuestra Conferencia de Inversiones en Colonia, Uruguay.

Sin embargo, por más explicación que tratemos de encontrar, el mejor camino que podemos seguir es el de interpretar los hechos. De nada sirve decir lamentarse porque las cosas no se dieron cómo lo esperábamos.
De hecho, al momento de escribir esta columna los mercados subían con fuerza apoyados en los dichos de la propia Yellen de que subirán la tasa de interés antes de fin de año.
¿Acaso se hubiera imaginado que los inversores festejen una suba del costo del dinero?
Realmente uno puede terminar descolocado.
Por eso lo invito a ver los hechos y no quedarse en lo que podría haber sido, sino en lo que es.
Sacar provecho de un posible rebote
Si uno busca ganancias de corto plazo en el mercado, una de las máximas para lograrlo es “seguir la tendencia”. El gran problema es cuando nos encontramos sin una bien definida.
Y fíjense lo que ha venido ocurriendo con el índice S&P 500 en las últimas semanas:

Como le mencioné anteriormente, la psicología del inversor es muy cambiante. Y hoy una suba de la tasa de interés de la Fed sería bien recibida. Esto implícitamente podría leerse como que la economía estadounidense estaría levantando vuelo y que los riesgos de desaceleración del crecimiento global estarían más contenidos.
Si esto ocurre, podríamos estar ante la presencia de un driver para quebrar el reciente movimiento lateral en el que se ha venido comportando el mercado, según muestra el gráfico.
Así, se podrían dar algunas oportunidades de corto plazo para sacar ganancias. Y la forma en poder potenciar las mismas podría ser con los ETFs apalancados.
A continuación le dejo tres ideas de inversión:
ETF SPXL: Este fondo replica la evolución del índice S&P 500, el más importante en Estados Unidos, pero multiplicando por tres esa performance. Esto quiere decir que si sube 1% el índice, el ETF en cuestión avanza un 3%. Lo mismo para la baja. Si esperamos un rebote del mercado, puede ser una apuesta que paga en forma muy redituable.
ETF FAS: Uno de los sectores que más beneficiados se ven en los períodos de suba de tasas de interés es el de servicios de los Estados Unidos. Básicamente por el hecho de que tienen la capacidad de trasladar las mayores tasas de interés a la intermediación financiera de una manera más directa sin resentir la demanda de préstamos significativamente. El FAS no solo replica al sector financiero estadounidense y sino que multiplica por tres su evolución.
ETF EDC: Este es otro fondo de los que replica uno de los sectores más castigados por la crisis actual: los mercados emergentes. Paradójica y contra intuitivamente una suba de la tasa de interés en Estados Unidos en estos momentos podría ser bien recibida por este tipo de mercados ya que le daría un voto de confianza sobre un eventual rebote de la actividad en esos países. El ETF EDC multiplica por 3 veces el índice MSCI de mercados emergentes.
Como le expliqué anteriormente, estos tres fondos que le recomendé apalancan tanto las ganancias como las pérdidas por lo que es indispensable que aplique unstop loss (que permita limitar las caídas) en el caso de que no se den los resultados esperados inicialmente.
Tengo en cuenta todos los consejos y elija el mejor momento para actuar.
A su lado en los mercados.
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Colombia y Venezuela: definiciones en la frontera

Análisis de Constanza VieiraEn el cubrimiento de la guerra colombiana -de origen social, pero cruzada por el narcotráfico y financiada por él-, se aprende que una “ruta de la droga” es una cadena de funcionarios corruptos, civiles o uniformados, que permiten pasar narcóticos por puestos de control o territorios que están bajo su responsabilidad.
Lo mismo aplica para el contrabando.
Según cifras venezolanas, 35 por ciento de la gasolina que produce Venezuela llega subrepticiamente a Colombia. Los márgenes de ganancia son fabulosos para los grandes contrabandistas.
El economista colombiano Santiago Montenegro escribió en estos días que Colombia era la que menos debía reaccionar ante esta situación, pues no se protesta ante un regalo gratis.
Aunque no era tema de debate público, a más tardar en 2005 quedó claro que la ultrabarata gasolina de la Venezuela del izquierdista presidente Hugo Chávez (1999-2013) estaba contribuyendo a financiar el paramilitarismo de ultraderecha en Colombia. El mandatario se abstuvo de actuar.
¿Por qué? Seguramente por gobernabilidad. Chávez necesitó, aducen conocedores de la situación interna de su gobierno, canjear la lealtad de altos mandos venezolanos a cambio de permitirles el contrabando de combustible y otros bienes.
Durante los tensos años de gobierno colombiano de extrema derecha de Álvaro Uribe (2002-2010), las peleas entre este y Chávez eran frecuentes. Se llegó hasta la ruptura de relaciones y hubo vientos de guerra.
Rafael Samudio Molina, un general colombiano retirado, se dirigió el 20 de julio de 2010 a la tropa a través de la Emisora del Ejército para afirmar que nunca las Fuerzas Armadas colombianas aceptarían una guerra en la frontera, mientras mantiene otra con un enemigo interno (la guerrilla) aliado ideológico, además, del gobierno de Caracas.
“Ustedes sigan concentrados en la guerra contra el enemigo interno nuestro, que son las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)”, exhortó el general, palabras más o menos.
Pero incluso este calibre de los enfrentamientos no importaba a ese tercer país que constituyen los habitantes de la frontera común, con nexos siameses de familia y de supervivencia. Lo que temían en serio era que les cerraran la frontera.
En la fronteriza ciudad colombiana de Cúcuta campean el desempleo y la pobreza. Los desplazados por la guerra, y muchos de los más pobres de Colombia, se agolparon en esa capital del departamento colombiano de Norte de Santander apenas el chavismo subió al poder.
Según la jurisdicción especial de Justicia y Paz para paramilitares desmovilizados, desde 1996 se desarrollaba la ofensiva paramilitar, que dejó, solo en tierras del Norte de Santander, más de 11.000 asesinados, y más de 5.000 solo en Cúcuta. Numerosos cadáveres fueron desaparecidos en hornos crematorios para no afectar las estadísticas de seguridad de la Policía. La guerrilla se replegó.
Al tiempo, a los sin tierra colombianos, incluidos los expulsados de sus fincas, se les hacía la boca agua ver las tierras sin cultivar en el país vecino, que desde los años 70 importa más víveres que produce.
En ese “sueño venezolano” había estudio y salud gratis y, con suerte, vivienda y trabajo: aquello que no tenían en Colombia, incluida una vida en paz.
Desde 2004, las campañas de cedulación (registro) en Venezuela comenzaron a regularizar a los extranjeros que iban encontrando. La voz se corrió como pólvora en Colombia: los regularizados superan el millón.
En 2012, las filas de colombianos paupérrimos en el andén del consulado colombiano en la ciudad fronteriza venezolana de San Antonio del Táchira comenzaban temprano: a las 10 de la noche del día anterior, ya le daban la vuelta a la manzana. Diariamente, desde las ocho de la mañana, el consulado les proporcionaba una constancia, con fecha, de su presencia en Venezuela.

Venta informal de gasolina venezolana en el lado colombiano de la viva frontera binacional. El gran contrabando del combustible se trasiega y comercia de manera muy diferente por redes ilícitas de los dos países. Crédito: Humberto Márquez/IPS
Con el documento, entre 500 y 600 colombianos diarios se adentraban en Venezuela a mejorar su suerte. Según Caracas, 16 por ciento de su población es colombiana. El gobierno de Bogotá ignora cuántos colombianos han huido o migrado al exterior en los últimos decenios.
En todo caso, una cosa era compartir cuando el petróleo estaba a más de 100 dólares el barril y otra cosa es ahora, cuando está en torno a 40.
Argumentando que Venezuela no aguanta más, Nicolás Maduro, el sucesor de Chávez tras su fallecimiento, se atrevió, el 21 de agosto, a cerrar indefinidamente la frontera con Colombia, de 2.219 kilómetros de extensión continua.
Cerró primero los pasos por Cúcuta, posteriormente Paraguachón, el paso fronterizo de la península de La Guajira, territorio wayúu (pueblo indígena binacional), y más tarde los pasos frente a las ciudades de Arauca y Arauquita, en el departamento colombiano de Arauca.
Pero Maduro lo hizo mal.
Unos 1.400 deportados colombianos fueron víctimas de desmanes por parte de militares venezolanos que atropellaron sus derechos, luego de que Maduro los estigmatizó como “paramilitares”.
La crisis provocó el regreso a Colombia de más de 20.000 personas que, ahora, necesitan del gobierno colombiano “soluciones a largo plazo”, como ha urgido la Organización de las Naciones Unidas, conocedora del abandono estatal en Norte de Santander y La Guajira.
Arauca, departamento petrolero colombiano, no se queda atrás. La gente pide “independizarse” de Venezuela, pues las carreteras colombianas están en mal estado.
Sus nexos económicos, familiares y de estudios son con Cúcuta y a través de una magnífica autopista venezolana que los llevaba en cinco horas.
La alternativa “para ir a Colombia”, como dicen en Arauca, es que el gobierno por fin invierta en carreteras. Estas atraviesan forzosamente zonas que hasta ahora han sido de guerra. Los gastos bélicos originaron un retraso de 30 años en infraestructura vial, según la Sociedad Colombiana de Ingenieros.
Igual que a Cúcuta o a La Guajira, Colombia tampoco suministraba gasolina a Arauca. Los araucanos claman por abaratar los billetes aéreos y aumentar la frecuencia de los vuelos.
Los abusos a los deportados produjeron una fuerte reacción del gobierno de Colombia, que incluyó –nuevamente- llamado a consultas de su embajador.
El caso fue llevado por el presidente colombiano Juan Manuel Santos el lunes 21 a una cumbre en Quito con su homólogo venezolano, propiciada por la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) y Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), como primer paso para la reconciliación.
Los presentes en el palacio presidencial ecuatoriano aplaudieron el primer punto, que para los habitantes de frontera no significa nada: los dos países decidieron el retorno inmediato de los respectivos embajadores.
El miércoles 23 se iniciaron en Caracas las reuniones a nivel de ministros, que negocian la “normalización progresiva” de la frontera: suena muy lejos y sin forma para quienes viven allí el día a día.
Ahora viene un periodo de definiciones. Colombia y Venezuela tienen que combatir la corrupción fronteriza. Esta financia, en parte, las bandas criminales paramilitares colombianas, que persisten y amenazan los pactos de paz de Santos con la guerrilla, que deben culminar en seis meses.
Maduro tiene que garantizar los suministros en su territorio y la única vena rota no es la frontera colombiana. Aún mayor es el megacontrabando por Brasil, Guyana y el mar Caribe. Deberían venir destituciones y encausamientos de figuras poderosas en el estado venezolano, incluidos oficiales de la Marina y la Aviación venezolanas.
Mientras tanto, en Cúcuta han visto descargar vehículos grandes con mercancía venezolana. En La Fría, ciudad venezolana al noreste de San Cristóbal, capital del estado fronterizo venezolano de Táchira, volvieron las filas para comprar gasolina.
El contrabando se recompone, y los nombres de los máximos beneficiados nada que se conocen. Mientras, los repatriados y deportados colombianos recibirán tres meses de ayuda estatal.
http://www.ipsnoticias.net/2015/09/colombia-y-venezuela-definiciones-en-la-frontera/

Los limites del "estado"

Por el Dr. Gabriel Boragina 
COLUMNISTA
http://www.atlas.org.ar/images/autores/14.jpg
Un debate siempre abierto consiste en responder a la pregunta ¿cuáles son las funciones de un gobierno o -formulada de otra manera- ¿para qué se necesita un gobierno? Los pensadores de todos los tiempos, desde la filosofía, la política, el derecho, la economía y -en general- desde lo que se denominan las ciencias sociales, siempre han tratado de dar respuesta a esta pregunta y, por supuesto, no todas las veces (o quizás la mayoría de las veces) han podido ponerse de acuerdo. De esta manera, se ha introducido en el debate si los gobiernos tienen o no funciones propias o básicas o si estas son esenciales o no. Desde nuestro punto de vista, uno de los pensadores que mas en claro han tenido este tema ha sido el prócer argentino Juan Bautista Alberdi:
“¿Qué exige la riqueza de parte de la ley para producirse y crearse? Lo que Diógenes le exigía a Alejandro, que no le haga sombra” (Opus cit., p. y en la tercera se lee que “Si los derechos civiles del hombre pudiesen mantenerse por sí mismos al abrigo de todo ataque, es decir, si nadie atentara contra nuestra vida, persona, propiedad, libre acción, el gobierno del Estado sería inútil, su institución no tendría razón de existir” (“El proyecto de Código Civil para la República Argentina” en Obras Completas, Buenos Aires, Imprenta de la Tribuna Nacional, 1868/1887, tomo VII, p. 90). Estas dos referencias apuntan a las funciones del gobierno en una sociedad abierta."[1]
Un punto clave cuando se considera que el "estado" tiene (o debería tener) funciones "propias" es la referida al financiamiento de las mismas. Nosotros ya en otra oportunidad nos hemos expedido al respecto, centrando el debate en cuanto a dos puntos: 1) la cuantía de los recursos mediante los cuales se pretende costear las llamadas funciones "propias", y 2) la idoneidad o pericia con la cual esos dineros son administrados. Si la cantidad excede un determinado porcentaje de la renta nacional, y para peor tal enorme cantidad de fondos son mal o peor administrados, resulta evidente que se está produciendo un grave perjuicio a los contribuyentes, que son los que siempre -y en última instancia- costean el gasto estatal (o menos precisamente, denominado "publico"). El aumento del gasto público es una de las tentaciones más grandes de todo gobierno, y se han ofrecido varias y muy interesantes propuestas para solucionarlo:
"quisiera concentrar ahora mi atención en un análisis completamente distinto para reducir drásticamente el gasto público. Se trata de recurrir a la competencia también para este propósito. Esto puede lograrse muy eficientemente a través de un genuino federalismo transfiriendo prácticamente todas las funciones del gobierno central a las provincias o estados miembros. Si esta medida se adoptara, inmediatamente aparecerían potentes incentivos a través de la competencia para reducir gastos puesto que allí donde los impuestos resulten más gravosos hará que la gente se traslade o haga operaciones comerciales en otros estados lo cual también guiará a las inversiones en general. Al derivar las funciones del gobierno central a las distintas jurisdicciones antes referidas se obligará a los gobiernos locales a usar su imaginación y esforzarse en retener clientela al efecto del consiguiente rédito electoral y para preservar la existencia misma de la política en ese ámbito. La preocupación de limitar el poder a través del federalismo data de muy antiguo pero fue expuesta sistemáticamente por vez primera en el siglo XVIII a través de los llamados Papeles Antifederalistas (paradójicamente más federalistas que los propios Federalistas)."[2]
Por supuesto que suscribimos esta propuesta, al mismo tiempo que, luce como de difícil materialización, no por otras razones que por la falta de voluntad política de los actores que deberían impulsarla, y no porque la misma fuera inviable desde el punto de vista teórico ni practico (que son la misma cosa, al final de cuentas). La tendencia mundial es exactamente la opuesta a lo que el profesor Alberto Benegas Lynch (h) sugiere en la cita anterior. Por desgracia, existe una mayor concentración de los poderes centrales, y en consecuencia la tendencia es hacia la centralización y no hacia su contraria. También anotamos (sobre todo en los países latinoamericanos y -en particular- es muy notorio en un país como Argentina) la predilección de los gobiernos provinciales a hacerse proveer de fondos por el gobierno central, en lugar de elegir la competencia entre distintas jurisdicciones. Es cierto que el sistema legal propende al centralismo e imposibilita, de todos modos, la práctica de un federalismo genuino y sano como el que sugiere el Dr. Alberto Benegas Lynch (h), pero también lo es que las distintas provincias (unas mas, otras menos) prefieren competir por las migajas que el gobierno central les conceda a través del nefasto mecanismo de la "coparticipación", que optar por un régimen de competencia entre las diferentes provincias. Como sucede en el ámbito empresarial de los sistemas intervencionistas, muchos gobernadores se comportan como aquellos pseudo-empresarios que, en lugar de competir por el favor del consumidor, escogen "competir" por ser atendidos en forma preferencial por aquellos burócratas que están en condiciones de ofrecerles algún privilegio o prebenda para su empresa o actividad.
Otra arista del debate (de especial discusión entre los liberales o libertarios) es la función del gobierno en definir los derechos de propiedad. Discusión que se enmarca -en realidad- dentro del origen del derecho de propiedad. Un sector de aquellos sugiere que el derecho de propiedad sólo puede ser definido a partir del "estado":
"Algunos libertarios intentan resolver el problema afirmando que quienquiera que el gobierno existente decrete que tiene el título de propiedad debería ser considerado el justo dueño de la propiedad. En este punto, aún no hemos ahondado lo suficiente en la naturaleza del gobierno, pero aquí la anomalía debería ser muy notable, porque con seguridad resulta extraño encontrar que un grupo siempre receloso de prácticamente cada una y todas las funciones del gobierno de buenas a primeras le permita a éste definir y aplicar el precioso concepto de la propiedad, base y fundamento de todo el orden social. Y particularmente, son los utilitaristas partidarios del laissez-faire los que creen más factible comenzar el nuevo mundo libertario confirmando todos los títulos de propiedad existentes; es decir, los títulos de propiedad y derechos decretados por el mismo gobierno al cual se condena como agresor crónico."[3]
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[1] Alberto Benegas Lynch (h) "Homenaje a Juan Bautista Alberdi". (Discurso pronunciado ante la Academia Nacional de Ciencias). pág.2
[2] Alberto Benegas Lynch (h) "Para bajar el gasto público" p. 1 y 2
[3] Murray N. Rothbard. For a New Liberty: The Libertarian Manifesto. (ISBN 13: 9780020746904). Pág. 42-43

http://www.accionhumana.com/2015/09/los-limites-del-estado.html
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sábado, 26 de septiembre de 2015

#Cuba #EEUU El misterio de Francisco – por Eugenio D’Medina Lora

tristeEn su visita a Cuba y EE.UU., Francisco no enfatizó demasiado la recomposición de relaciones entre ambos países, como anticipaban varios expertos. En vez de eso, decidió ratificar sus posiciones políticas.
Su visita a Cuba sirvió para extender “partida de santidad” al régimen castrista, cuidándose de saludar primero a Fidel y oficiando una multitudinaria misa en la Plaza de la Revolución, con el “Che” Guevara de figura de culto haciendo compañía al crucifijo cristiano. Y, por supuesto, precaviendo no empañar sus buenas relaciones con Raúl evitando a los disidentes cubanos y tocar siquiera tangencialmente la problemática de los derechos humanos en la isla, maltratados por medio siglo. Pero en EE.UU. la cosa no fue menos cargada de espectacularidad. Su apoteósico discurso en el Congreso estadounidense hizo especial énfasis en la defensa de la tesis de que EE.UU. debe aceptar a todos los inmigrantes y arrancó aplausos nutridos, incluso de los republicanos. Si hasta parecía, por momentos, que había estructurado su discurso pensando en hacerle contracampaña a Donald Trump.
Interesante presentación, que sin embargo me dejó cosas en qué pensar. El mismo Papa que denuncia los excesos del capitalismo, ¿no notó los excesos del socialismo en Cuba? Quien dijo no encontrar “ningún tipo de justificación social, moral o del tipo que fuese” para rechazar inmigrantes, ¿encontró alguna justificación al régimen que por décadas mantuvo cautivo a un pueblo entero, obligándolo a escapar en balsas arriesgando la vida de miles? Y algo más: Francisco dice que le hace feliz que EE.UU. siga siendo la tierra donde la gente puede aún realizar sus sueños, pero deplora al capitalismo que, precisamente, es el sistema que permite a esas mismas personas realizar esos sueños. Más complejo de encontrarle la lógica que al mismísimo Misterio de la Santísima Trinidad.
Fuente: Diario Correo (Perú)
http://www.hacer.org/latam/cuba-eeuu-el-misterio-de-francisco-por-eugenio-dmedia-lora/
ENVIADO POR ENEAS BIGLIONE

Una idea para la CNV: Cerrarla por Iván Carrino

El mercado de capitales en Argentina es insignificante a nivel mundial. Medidas como las tomadas por la Comisión Nacional de Valores el martes ayudan a comprender el por qué de esta situación.
ImageLos mercados de capitales son un elemento clave de cualquier país desarrollado.
Allí se ponen de acuerdo los que tienen ahorros y quieren invertirlos para generar una rentabilidad, y los que tienen proyectos productivos pero les falta el capital para poder emprenderlos.
La forma en la que funcionan los mercados bursátiles es fácil de entender: a cambio de una parte de ese ahorro, las empresas ofrecen una participación en las ganancias futuras que generarán sus proyectos productivos.
Si todo sale como se espera, el resultado es que todos ganan.
El ahorrista se transforma en accionista, la empresa genera ganancias, y la población en general puede gozar de nuevos y mejores productos y servicios que mejorarán su calidad de vida.
Si la empresa fracasa, entonces el ahorrista perderá su inversión, motivo por el cual se recomienda diversificar y “no poner todos los huevos en la misma canasta”.
Ahora bien, a pesar de que haya numerosas empresas que no logran cumplir con los objetivos, lo cierto es que los casos de éxito son abrumadores.
Las empresas más conocidas de la actualidad cotizan en alguna bolsa de valores y la gran mayoría de los ahorristas del mundo tiene la posibilidad de ser dueño de, aunque sea, una parte de ellas.
Facebook, Twitter, Google, Apple, Microsoft, son algunos ejemplos que muestran la importancia que los mercados de capitales tienen en la vida diaria de las personas.
En Argentina no comprendemos esta realidad. Décadas de destrucción monetaria, intervencionismo y falta de respeto por la seguridad jurídica convirtieron a nuestro mercado de capitales en algo verdaderamente insignificante a nivel mundial.
En el gráfico de abajo puede verse el tamaño de los países del mundo si éste reflejase la capitalización bursátil de su mercado de capitales. Como decíamos, Argentina directamente no existe

No contentos con este resultado, y a solo tres meses de dejar el poder, el gobierno sigue tomando decisiones que conspiran contra el desarrollo de la bolsa. El martes, una resolución de la Comisión Nacional de Valores, que obliga a los fondos comunes de inversión a valuar al tipo de cambio oficial sus activos denominados en dólares, desató una ola de ventas que hizo caer el Merval un 6,1%, dejándolo un 20,3% abajo del valor que tenía hace un año atrás.
Según los funcionarios, la medida se toma “para evitar que haya distorsiones y se tomen otros precios para registrar el valor de esos activos”, como afirmó el presidente de la CNV, Christian Girard, y para que los fondos reflejen " el verdadero valor del bono y no las oscilaciones que tiene el mercado”, como afirmó el viceministro de economía, Emmanuel Álvarez Agis.
Las justificaciones son tan disparatadas que uno no sabe por dónde empezar.
Los títulos públicos denominados en dólares estaban valuados por los fondos comunes de inversión al tipo de cambio llamado “contado con liquidación” (hasta el martes a $ 14,15 por dólar). Ahora, cuando el gobierno dice que hay que contabilizarlos al tipo de cambio oficial para evitar distorsiones, olvida que la principal distorsión es, precisamente, el tipo de cambio oficial.
Cualquier estudiante de primer año de la facultad que asiste a una clase de Economía se entera de que los controles de precios generan un desequilibrio entre oferta y demanda que deriva en una situación de escasez. Para resolver esta escasez es que aparecen los mercados paralelos.
Así, la primera distorsión no es el mercado del contado con liquidación, que muestra con mayor transparencia el equilibrio que surgiría de la oferta y la demanda del mercado, sino el mercado del dólar oficial, que reprime el verdadero precio de la divisa e intenta sustituirlo, sin éxito, por el que dictamina el capricho del burócrata de turno.
La otra justificación desconoce el rol que tienen las oscilaciones de los precios en la economía. Es que la suba y la baja de los precios son las señales que tienen los mercados para orientar la producción. Cuando sube el precio de un bien, indica que allí ese bien se volvió escaso y que se necesita producir más.
Cuando cae, la señal es que se debe comenzar a invertir en otros sectores. Así, buscar evitar las oscilaciones de los precios no es otra cosa que buscar evitar el funcionamiento del mercado y, con eso, detener los incentivos para producir.
Según consta en la página web oficial del organismo en cuestión, la razón de ser de la Comisión Nacional de Valores es “el resguardo de los intereses de los inversionistas y de los accionistas de las empresas”.
Sin embargo, en sus 78 años de historia no logró que se consolide un mercado de capitales de importancia y ahora nos sorprende con una medida que está muy lejos de resguardar el interés de los inversionistas.
Por eso una idea para tener en cuenta a futuro es cerrar la Comisión Nacional de Valores y probar con un mercado desregulado.
En definitiva, no son los papeles que firman los burócratas los que enriquecen a la sociedad, sino el comercio y los mercados libres.
Un saludo, Iván
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La nueva gran estafa (al inversor minorista) por Diego Martínez Burzaco

Una vez más el inversor argentino quedó al desamparo tras una insólita medida de la Comisión Nacional de Valores. Crónica de un nuevo “robo” contra los ahorristas más pequeños.​
Una vez más lo hicieron.
No sabemos si por incompetencia, falta de astucia o con una intencionalidad política manifiesta, pero lo hicieron.
Los encargados de transmitir seguridad y dar certidumbre a los inversores no hicieron otra cosa que exactamente lo contrario. Es inentendible las cosas que ocurren en Argentina, pero la consecuencia es bien clara: un mercado de capitales cada vez más pequeño y alejado de las necesidades reales de financiamiento que tiene el país para lograr un desarrollo sustentable.
Hace exactamente dos meses, el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunciaba una suba de tasas de interés de los plazos fijos para “fomentar el ahorro en pesos”. Quienes confiaron y abonaron esa tesis, nuevamente fueron engañados.
Insólitamente, el día martes, la Comisión Nacional de Valores (CNV) emitió un comunicado por el cual los Fondos Comunes de Inversión debían comenzar valuar sus tenencias de activos en dólares utilizando el tipo de cambio oficial informado por el Banco Nación en vez de tomar directamente el precio del mercado, el cual tiene un tipo de cambio implícito de contado con liquidación.
Pasando en limpio, para la CNV el único dólar válido es el oficial, el cual es inaccesible para gran parte del universo inversor. No le interesa el dólar blanco que surge de la libre interacción de la oferta y la demanda en el mercado de capitales.
El impacto para los Fondos Comunes de Inversión (FCI) es devastador en términos contables. Todas las tenencias de activos nominados en dólares que tienen implícito un dólar de $ 14 deben valuarlas a un dólar de $ 9,30. Eso es lisa y llanamente, un 34% menos.
No se trata de un asiento contable solamente, sino de una verdadera gran estafa.
¿Quién es el principal damnificado?
Sí, adivinó: el inversor minorista.
Aquel que confió no solo en el ahorro en pesos, a través de un FCI, sino en el Gobierno comprando una cartera que invierte en títulos públicos, es el principal perjudicado.
Generalmente la primera aproximación del ahorrista al mercado de capitales se da a través de FCI por varias razones:
- Rapidez para abrir una cuenta comitente a través del banco.
- El inversor tiene una gran oferta de fondos que le ofrece la entidad bancaria donde tiene radicada la cuenta.
- Se obtiene acceso a una cartera administrada por expertos a partir de montos de inversión iniciales relativamente pequeños.
- Se diversifican los riesgos al invertir en una cartera de activos y no en uno individual.
Por estos motivos, gran proporción de los inversores en FCI son minoristas, como usted o yo.
Claro está que esto poco parece importarle a la CNV, ya que en su justificación señala que “la medida se tomó como forma de proteger al inversor”.
Si bien la normativa no entró en vigencia porque no fue publicada en el Boletín Oficial aun, la medida tuvo un efecto riqueza negativo devastador.
Los principales FCI expuestos ante la normativa se anticiparon y salieron a vender fuertemente las posiciones en bonos en dólares, provocando caídas significativas en el valor de las cuotapartes:

Pero no solamente el efecto negativo se limitó a los inversores que tenían este tipo de FCI, sino que la sangre también llegó al resto de los activos.
La Bolsa de Comercio de Buenos Aires retrocedió un 6% y golpeó fuertemente a los FCI que invierten en acciones, amplificando las pérdidas para el pequeño inversor:

Todo esto confluyó a mayor incertidumbre e inestabilidad. Justo en el peor momento, cuando el mundo financiero externo está en un grave estado.
Para hacerle más difícil la vida al inversor argentino, la CNV innovó esta nueva herramienta. Y no es la primera vez que ocurre…
Hace dos años limitó la inversión de los FCI en activos extranjeros hasta el 25% de su cartera, dejando al inversor sin la chance de invertir en los mercados globales con pesos argentinos.
Lamentablemente, los dirigentes no tienen ni la menor intención de hacer crecer y desarrollar el mercado de capitales. Por el contrario, los cambios permanentes de las reglas de juego conspiran contra el inversor y fomentan la dolarización.
Todos juntos debemos seguir trabajando duro para que esto no ocurra.
A su lado en los mercados,
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