Siempre tengo presente ese saber popular que dice que “las apariencias engañan”. Es una máxima con la que me obligo a hacer una segunda lectura de los hechos, mucho más fría y sesuda que lo que me da la primera impresión.
Esta premisa es útil en todos los campos de la vida cotidiana en general, y en las inversiones en particular. Un activo puntual que se muestra sumamente atractivo puede esconder muchos riesgos, que sólo con un análisis profundo y reflexivo pueden empezar a salir a la luz.
Algo similar ocurre con los índices y los promedios que se usan en la Bolsa. Pueden ser engañosos porque presentan la información de una manera que no estamos acostumbrados.
El índice Merval no escapa a esta regla.
Si no conoce de qué se trata, a continuación le explico brevemente qué es el Merval.
Es un índice que refleja el valor de mercado de un grupo o cartera de acciones. Las mismas se seleccionan de acuerdo a la participación en la cantidad de transacciones y el monto operado —volumen— en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
La fecha que se toma de base es el 30 de junio de 1986, y el valor base del índice es igual a 0,01 pesos.
Al tratarse de una cartera teórica, hace falta realizar rebalanceos periódicos. El listado de acciones y sus ponderaciones se actualizan trimestralmente, de acuerdo con la participación en el mercado de los últimos seis meses y con la condición necesaria de que hayan sido negociadas en al menos el 80% de las ruedas consideradas.
Con esto presente, avancemos…
El nuevo Merval
Como es habitual al inicio de cada trimestre, la semana pasada hubo novedades en el mercado local, entre los que se destaca un cambio en el índice Merval. A partir del 1° de octubre, las empresas y sus ponderaciones se actualizaron.
Sin detenernos demasiado en los detalles y porcentajes puntuales, hay dos cuestiones fundamentales que nos incumben como inversores y que se esconden atrás de las simples apariencias.
La primera es que el Merval se volvió un índice muy pequeño. Este trimestre Edenor (EDN) se quedó afuera, por lo que el Panel Líder quedó conformado por tan solo 10 acciones, el número más bajo desde 2006.
Que pocos papeles reciban todas las miradas no es bueno para el desarrollo de la Bolsa porque priva a las demás acciones de liquidez. Es decir, con menor cantidad de operaciones y de volumen, es más difícil encontrar compradores y vendedores.
La consecuencia para los activos que están fuera de esa órbita es que se tornan más volátiles y tienen spreads —diferencia entre los precios de compra y venta— mucho más amplios. Así, los riesgos crecen más que proporcionalmente, siendo los más damnificados aquellos inversores que quieren apostar por empresas más chicas y más atractivas que están en el llamado Panel General
En segundo lugar, sin pausa y sin prisa, continuó una tendencia que estamos viendo desde hace tiempo: el Merval quedó más concentrado, independientemente del número de acciones que lo conforman.
Sin temor a exagerar, le podría afirmar que en Buenos Aires tenemos un índice petrolero. Si no me cree, el siguiente gráfico le despejará las dudas.
Las acciones atadas al negocio petrolero representan el 60,4% del Merval. El trimestre pasado, ese porcentaje era de 55,6%.
En este grupo encontramos a Petrobras Brasil (APBR), YPF (YPFD), Tenaris (TS) y Comercial del Plata (COME) —si bien ésta última es un holding, más del 42% de sus ingresos provienen del segmento petrolero.
En este rubro también se dio una particularidad: por primera vez una acción histórica como lo es TS tiene una ponderación menor que COME. Tenaris cayó al quinto lugar del listado (11,05%) y Comercial del Plata trepó al cuarto puesto (11,29%).
El velo del promedio
Como vimos, el Merval es un índice pequeño y concentrado, que puede invitar a la confusión si no entendemos bien qué tiene detrás.
Aunque suele tomarse como proxy del desempeño de los papeles argentinos, mirarlo como un simple promedio puede ser erróneo. La razón es que esconde cómo evolucionaron las acciones por sector.
Si nos atenemos a los fríos números, vemos que en los primeros nueve meses del año, el Merval subió un 14,4%. A pesar de tener una variación positiva, el índice recortó la mayor parte de la ganancia que había acumulado en los primeros meses.
Vale recordar que a fines de abril había acumulado una alza de 40,5%, alimentada en buena parte por el optimismo de un cambio de signo político en diciembre. Ese entusiasmo se fue diluyendo y el mercado ajustó sus expectativas desinflando los precios de las acciones.
¿Cómo le fue a las acciones del Merval en este 2015 si las desglosamos por sector?
Desde este ángulo, la realidad es notablemente diferente. Si usted hubiese invertido $ 10.000 en un portafolio que fuera una copia exacta del Merval a fines de 2014, al 30 de septiembre tendría $ 11.440 —o sea, $ 1.440 más.
Pero si usted hubiera tenido una inclinación por algún sector en particular, los números habrían cambiado. Si invertía en acciones petroleras o industriales, superformance estaría por debajo de la del mercado.
Con el mismo capital de $ 10.000, el sector ligado al crudo rindió solamente $ 25 en nueve meses. Por su parte, las empresas industriales —promedio entre Aluar (ALUA) y Siderar (ERAR)— lograron algo más pero aun así poco: $ 399.
En cambio, los papeles líderes de los segmentos bancario y energético descollaron y le sacaron una amplia diferencia a las cifras del Merval.
Entre las acciones bancarias encontramos al Grupo Financiero Galicia (GGAL), Banco Francés (FRAN) y Banco Macro (BMA). De haber invertido ahí, el promedio de estos papeles habría revalorizado su cartera hasta los $ 12.700 —un 27% de ganancia.
Pero el mayor salto en las cotizaciones se dio en las acciones relacionadas con el rubro energético: Pampa Energía (PAMP) y Edenor (EDN). Una apuesta en ellas a fin del año pasado habría traído una ganancia de 74,6%. Es decir, $ 10.000 invertidos se abrían valorizado hasta $ 17.460.
Estos números son los que me convencen de que el Merval “miente”. Su estructura de ponderaciones esconde la evolución por rama de empresas en la Bolsa.
Si usted puede detectar el potencial de un segmento puntual de la economía, puede aprovechar la Bolsa e invertir en el sector mediante acciones puntuales, sin importar lo que el promedio le “diga”.
A veces es saludable no apostar por los promedios y la diversificación. Y conviene escuchar lo que gurúes como Warren Buffett nos dicen:
“Una diversificación amplia sólo es necesaria cuando los inversores no entienden qué están haciendo”.
Por una nueva inversión exitosa, Nery
Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal - enviado por mail
Esta premisa es útil en todos los campos de la vida cotidiana en general, y en las inversiones en particular. Un activo puntual que se muestra sumamente atractivo puede esconder muchos riesgos, que sólo con un análisis profundo y reflexivo pueden empezar a salir a la luz.
Algo similar ocurre con los índices y los promedios que se usan en la Bolsa. Pueden ser engañosos porque presentan la información de una manera que no estamos acostumbrados.
El índice Merval no escapa a esta regla.
Si no conoce de qué se trata, a continuación le explico brevemente qué es el Merval.
Es un índice que refleja el valor de mercado de un grupo o cartera de acciones. Las mismas se seleccionan de acuerdo a la participación en la cantidad de transacciones y el monto operado —volumen— en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
La fecha que se toma de base es el 30 de junio de 1986, y el valor base del índice es igual a 0,01 pesos.
Al tratarse de una cartera teórica, hace falta realizar rebalanceos periódicos. El listado de acciones y sus ponderaciones se actualizan trimestralmente, de acuerdo con la participación en el mercado de los últimos seis meses y con la condición necesaria de que hayan sido negociadas en al menos el 80% de las ruedas consideradas.
Con esto presente, avancemos…
El nuevo Merval
Como es habitual al inicio de cada trimestre, la semana pasada hubo novedades en el mercado local, entre los que se destaca un cambio en el índice Merval. A partir del 1° de octubre, las empresas y sus ponderaciones se actualizaron.
Sin detenernos demasiado en los detalles y porcentajes puntuales, hay dos cuestiones fundamentales que nos incumben como inversores y que se esconden atrás de las simples apariencias.
La primera es que el Merval se volvió un índice muy pequeño. Este trimestre Edenor (EDN) se quedó afuera, por lo que el Panel Líder quedó conformado por tan solo 10 acciones, el número más bajo desde 2006.
Que pocos papeles reciban todas las miradas no es bueno para el desarrollo de la Bolsa porque priva a las demás acciones de liquidez. Es decir, con menor cantidad de operaciones y de volumen, es más difícil encontrar compradores y vendedores.
La consecuencia para los activos que están fuera de esa órbita es que se tornan más volátiles y tienen spreads —diferencia entre los precios de compra y venta— mucho más amplios. Así, los riesgos crecen más que proporcionalmente, siendo los más damnificados aquellos inversores que quieren apostar por empresas más chicas y más atractivas que están en el llamado Panel General
En segundo lugar, sin pausa y sin prisa, continuó una tendencia que estamos viendo desde hace tiempo: el Merval quedó más concentrado, independientemente del número de acciones que lo conforman.
Sin temor a exagerar, le podría afirmar que en Buenos Aires tenemos un índice petrolero. Si no me cree, el siguiente gráfico le despejará las dudas.
Las acciones atadas al negocio petrolero representan el 60,4% del Merval. El trimestre pasado, ese porcentaje era de 55,6%.
En este grupo encontramos a Petrobras Brasil (APBR), YPF (YPFD), Tenaris (TS) y Comercial del Plata (COME) —si bien ésta última es un holding, más del 42% de sus ingresos provienen del segmento petrolero.
En este rubro también se dio una particularidad: por primera vez una acción histórica como lo es TS tiene una ponderación menor que COME. Tenaris cayó al quinto lugar del listado (11,05%) y Comercial del Plata trepó al cuarto puesto (11,29%).
El velo del promedio
Como vimos, el Merval es un índice pequeño y concentrado, que puede invitar a la confusión si no entendemos bien qué tiene detrás.
Aunque suele tomarse como proxy del desempeño de los papeles argentinos, mirarlo como un simple promedio puede ser erróneo. La razón es que esconde cómo evolucionaron las acciones por sector.
Si nos atenemos a los fríos números, vemos que en los primeros nueve meses del año, el Merval subió un 14,4%. A pesar de tener una variación positiva, el índice recortó la mayor parte de la ganancia que había acumulado en los primeros meses.
Vale recordar que a fines de abril había acumulado una alza de 40,5%, alimentada en buena parte por el optimismo de un cambio de signo político en diciembre. Ese entusiasmo se fue diluyendo y el mercado ajustó sus expectativas desinflando los precios de las acciones.
¿Cómo le fue a las acciones del Merval en este 2015 si las desglosamos por sector?
Desde este ángulo, la realidad es notablemente diferente. Si usted hubiese invertido $ 10.000 en un portafolio que fuera una copia exacta del Merval a fines de 2014, al 30 de septiembre tendría $ 11.440 —o sea, $ 1.440 más.
Pero si usted hubiera tenido una inclinación por algún sector en particular, los números habrían cambiado. Si invertía en acciones petroleras o industriales, superformance estaría por debajo de la del mercado.
Con el mismo capital de $ 10.000, el sector ligado al crudo rindió solamente $ 25 en nueve meses. Por su parte, las empresas industriales —promedio entre Aluar (ALUA) y Siderar (ERAR)— lograron algo más pero aun así poco: $ 399.
En cambio, los papeles líderes de los segmentos bancario y energético descollaron y le sacaron una amplia diferencia a las cifras del Merval.
Entre las acciones bancarias encontramos al Grupo Financiero Galicia (GGAL), Banco Francés (FRAN) y Banco Macro (BMA). De haber invertido ahí, el promedio de estos papeles habría revalorizado su cartera hasta los $ 12.700 —un 27% de ganancia.
Pero el mayor salto en las cotizaciones se dio en las acciones relacionadas con el rubro energético: Pampa Energía (PAMP) y Edenor (EDN). Una apuesta en ellas a fin del año pasado habría traído una ganancia de 74,6%. Es decir, $ 10.000 invertidos se abrían valorizado hasta $ 17.460.
Estos números son los que me convencen de que el Merval “miente”. Su estructura de ponderaciones esconde la evolución por rama de empresas en la Bolsa.
Si usted puede detectar el potencial de un segmento puntual de la economía, puede aprovechar la Bolsa e invertir en el sector mediante acciones puntuales, sin importar lo que el promedio le “diga”.
A veces es saludable no apostar por los promedios y la diversificación. Y conviene escuchar lo que gurúes como Warren Buffett nos dicen:
“Una diversificación amplia sólo es necesaria cuando los inversores no entienden qué están haciendo”.
Por una nueva inversión exitosa, Nery
Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal - enviado por mail
No hay comentarios:
Publicar un comentario