Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que más de 150 gobernantes aprobaron el domingo 27 en la ONU al cabo de una reunión cumbre de tres días, son considerados un gran avance para la humanidad.
En la ceremonia de apertura de la cumbre, el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban Ki-moon, dijo que los 17 ODS, que deberán cumplirse para el año 2030 y que sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), son una parte integral de la Agenda de Desarrollo Posterior a 2015 que acabará con la pobreza en todas sus formas.
“La verdadera prueba del compromiso con la Agenda 2030 será su aplicación. Necesitamos la acción de todos, en todas partes. Los 17 ODS son nuestra guía. Son nuestra lista de tareas pendientes para las personas y el planeta, y un plan para el éxito”, declaró Ban.
¿Pero qué hace falta para que los ODS se implementen en los próximos 15 años y el mundo experimente una transformación radical que incluya la erradicación de: la pobreza, el hambre, la discriminación de género, la propagación de enfermedades y la degradación ambiental, todo eso para el año 2030?
¿Voluntad política? ¿Incremento de los recursos nacionales y la asistencia oficial al desarrollo? ¿Más inversiones del sector privado? ¿O todo eso?
El embajador Macharia Kamau, de Kenia, uno de los coordinadores del proceso consultivo intergubernamental de los ODS, dijo a los medios de comunicación que la implementación de la agenda podría llegar a costar entre 3,5 y cinco billones de dólares por año.
Los ODS “son ambiciosos en el papel y podrían tener un impacto histórico. Pretenden ir más allá de las soluciones puntuales para erradicar – y no solo reducir – la pobreza extrema y el hambre en todos los países”, señaló Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional.
“La clave es acoger a las personas más ricas para que entren en contacto con el resto de la sociedad, en lugar de permitirles que existan en los márgenes de privilegio”, agregó.
Leida Rijnhout, directora de Políticas Globales y Sostenibilidad de la Oficina Europea de Medio Ambiente (en Nueva York) dijo que los 17 ODS tienen el potencial de conducir a una mayor coherencia en la formulación de políticas, aunque el objetivo del “crecimiento económico sostenido” podría socavar a los demás.
“Está claro que la capacidad de carga de la Tierra no está aumentando y que algunos países tienen que disminuir sensiblemente el uso de los recursos para lograr una distribución más equitativa… y permitir que otros países se desarrollen y satisfagan sus necesidades básicas”, destacó.
“En Europa estamos consumiendo enormemente en exceso a expensas del clima y el desarrollo de los países más pobres, una tendencia que provoca cada vez más conflictos por recursos cada vez más escasos”, sostuvo.
La Comisión Europea tiene la oportunidad, cuando revise la Estrategia Europa 2020 y la Estrategia de Desarrollo Sostenible de la Unión Europea, de concebir un plan de acción para la implementación de los ODS, explicó Rijnhout.
Zubair Sayed, director de Comunicación de Civicus, la alianza mundial de la sociedad civil, dijo a IPS que los ODS son mucho más amplios que los ODM y también tienen un alcance universal, lo que significa que se aplican tanto a los países industrializados como al Sur en desarrollo.
Pero hay dos elementos a tener en cuenta con respecto a su aplicación, agregó. “¿Los Estados tienen los medios y, lo más importante, la voluntad para ponerlos en práctica?”, se preguntó.
Lo que será común en todos los contextos es que su éxito dependerá de la voluntad política de los gobiernos para tomarlos en serio, incluir metas de transformación en sus planes nacionales de desarrollo, asignarles los recursos necesarios e incluir a los ciudadanos y la sociedad civil en todos sus aspectos de diseño, implementación y supervisión, subrayó.
“También es importante que la comunidad internacional identifique los indicadores relevantes para apoyar los objetivos”, añadió.
Yolanda Kakabadse, presidenta del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), dijo que “lo más importante en los próximos meses es que los países tienen que encontrar la manera de… contribuir a la consecución de estos objetivos, metas e indicadores para que puedan informar sobre sus esfuerzos”.
“Estamos en carrera y por fin podemos ver la línea de meta, pero necesitamos algunos corredores en la línea de salida, si vamos a hacer que esto suceda en 15 años”, comentó.
En marzo, los países acordarán un conjunto clave de indicadores que permitirá a la ONU realizar informes anuales sobre el progreso mundial en los próximos años.
Manish Bapna, director gerente del Instituto de Recursos Mundiales, dijo que los ODS se aplican a todos los países y ponen la sostenibilidad del medio ambiente en su núcleo.
“Los ODS reconocen que no podemos erradicar la pobreza extrema y garantizar un crecimiento económico duradero si no cuidamos también del planeta”, observó.
“Por fortuna, hay un número creciente de ejemplos en los que la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la protección del medio ambiente van de la mano. Esto incluye a la creación de ciudades compactas centradas en las personas, la recuperación de tierras degradadas, la ampliación del acceso a la energía con bajas emisiones de carbono, y mucho más”, dijo.
“No alcanza con tener buenas metas. Ahora le toca a los gobiernos – y otros en el sector privado, las organizaciones internacionales y la sociedad civil – seguir adelante con esta visión. Al fijar políticas inteligentes, fomentar la inversión sostenible y medir el progreso, los países pueden ponernos en el camino para lograr estos objetivos”, aseguró Bapna.
Adriano Campolina, director de ActionAid, dijo a IPS que los ODS son un avance ya que identifican las causas de la pobreza. “Pero si no cambiamos las reglas que rigen el sistema mundial seguirán ganando los mismos jugadores”, advirtió.
“Tenemos que construir un futuro más justo para todas las personas y el planeta, en el cual ya no sea solo el dinero el que hable y las brechas en la sociedad sean más estrechas”, exhortó.
“Las grandes inversiones de las empresas por sí solas no garantizan la reducción de la pobreza y la desigualdad. Los gobiernos deben cambiar las reglas del juego y dejar de mirar al sector corporativo para encontrar las respuestas. Necesitamos con urgencia enfrentar a la desigualdad” para que los ODS prosperen, dijo.
Los ODS, propuestos por un grupo de trabajo que comprende a los 193 Estados miembros de la ONU, son el resultado de un proceso participativo e inclusivo de tres años.
Los 17 ODS y las 169 metas de la nueva agenda serán controlados y revisados mediante un conjunto de indicadores globales. El marco mundial de indicadores será acordado por la Comisión de Estadística de la ONU en marzo de 2016.
En la ceremonia de apertura de la cumbre, el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban Ki-moon, dijo que los 17 ODS, que deberán cumplirse para el año 2030 y que sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), son una parte integral de la Agenda de Desarrollo Posterior a 2015 que acabará con la pobreza en todas sus formas.
“La verdadera prueba del compromiso con la Agenda 2030 será su aplicación. Necesitamos la acción de todos, en todas partes. Los 17 ODS son nuestra guía. Son nuestra lista de tareas pendientes para las personas y el planeta, y un plan para el éxito”, declaró Ban.
¿Pero qué hace falta para que los ODS se implementen en los próximos 15 años y el mundo experimente una transformación radical que incluya la erradicación de: la pobreza, el hambre, la discriminación de género, la propagación de enfermedades y la degradación ambiental, todo eso para el año 2030?
¿Voluntad política? ¿Incremento de los recursos nacionales y la asistencia oficial al desarrollo? ¿Más inversiones del sector privado? ¿O todo eso?
El embajador Macharia Kamau, de Kenia, uno de los coordinadores del proceso consultivo intergubernamental de los ODS, dijo a los medios de comunicación que la implementación de la agenda podría llegar a costar entre 3,5 y cinco billones de dólares por año.
Los ODS “son ambiciosos en el papel y podrían tener un impacto histórico. Pretenden ir más allá de las soluciones puntuales para erradicar – y no solo reducir – la pobreza extrema y el hambre en todos los países”, señaló Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional.
“La clave es acoger a las personas más ricas para que entren en contacto con el resto de la sociedad, en lugar de permitirles que existan en los márgenes de privilegio”, agregó.
Leida Rijnhout, directora de Políticas Globales y Sostenibilidad de la Oficina Europea de Medio Ambiente (en Nueva York) dijo que los 17 ODS tienen el potencial de conducir a una mayor coherencia en la formulación de políticas, aunque el objetivo del “crecimiento económico sostenido” podría socavar a los demás.
“Está claro que la capacidad de carga de la Tierra no está aumentando y que algunos países tienen que disminuir sensiblemente el uso de los recursos para lograr una distribución más equitativa… y permitir que otros países se desarrollen y satisfagan sus necesidades básicas”, destacó.
“En Europa estamos consumiendo enormemente en exceso a expensas del clima y el desarrollo de los países más pobres, una tendencia que provoca cada vez más conflictos por recursos cada vez más escasos”, sostuvo.
La Comisión Europea tiene la oportunidad, cuando revise la Estrategia Europa 2020 y la Estrategia de Desarrollo Sostenible de la Unión Europea, de concebir un plan de acción para la implementación de los ODS, explicó Rijnhout.
Zubair Sayed, director de Comunicación de Civicus, la alianza mundial de la sociedad civil, dijo a IPS que los ODS son mucho más amplios que los ODM y también tienen un alcance universal, lo que significa que se aplican tanto a los países industrializados como al Sur en desarrollo.
Pero hay dos elementos a tener en cuenta con respecto a su aplicación, agregó. “¿Los Estados tienen los medios y, lo más importante, la voluntad para ponerlos en práctica?”, se preguntó.
Lo que será común en todos los contextos es que su éxito dependerá de la voluntad política de los gobiernos para tomarlos en serio, incluir metas de transformación en sus planes nacionales de desarrollo, asignarles los recursos necesarios e incluir a los ciudadanos y la sociedad civil en todos sus aspectos de diseño, implementación y supervisión, subrayó.
“También es importante que la comunidad internacional identifique los indicadores relevantes para apoyar los objetivos”, añadió.
Yolanda Kakabadse, presidenta del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), dijo que “lo más importante en los próximos meses es que los países tienen que encontrar la manera de… contribuir a la consecución de estos objetivos, metas e indicadores para que puedan informar sobre sus esfuerzos”.
“Estamos en carrera y por fin podemos ver la línea de meta, pero necesitamos algunos corredores en la línea de salida, si vamos a hacer que esto suceda en 15 años”, comentó.
En marzo, los países acordarán un conjunto clave de indicadores que permitirá a la ONU realizar informes anuales sobre el progreso mundial en los próximos años.
Manish Bapna, director gerente del Instituto de Recursos Mundiales, dijo que los ODS se aplican a todos los países y ponen la sostenibilidad del medio ambiente en su núcleo.
“Los ODS reconocen que no podemos erradicar la pobreza extrema y garantizar un crecimiento económico duradero si no cuidamos también del planeta”, observó.
“Por fortuna, hay un número creciente de ejemplos en los que la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la protección del medio ambiente van de la mano. Esto incluye a la creación de ciudades compactas centradas en las personas, la recuperación de tierras degradadas, la ampliación del acceso a la energía con bajas emisiones de carbono, y mucho más”, dijo.
“No alcanza con tener buenas metas. Ahora le toca a los gobiernos – y otros en el sector privado, las organizaciones internacionales y la sociedad civil – seguir adelante con esta visión. Al fijar políticas inteligentes, fomentar la inversión sostenible y medir el progreso, los países pueden ponernos en el camino para lograr estos objetivos”, aseguró Bapna.
Adriano Campolina, director de ActionAid, dijo a IPS que los ODS son un avance ya que identifican las causas de la pobreza. “Pero si no cambiamos las reglas que rigen el sistema mundial seguirán ganando los mismos jugadores”, advirtió.
“Tenemos que construir un futuro más justo para todas las personas y el planeta, en el cual ya no sea solo el dinero el que hable y las brechas en la sociedad sean más estrechas”, exhortó.
“Las grandes inversiones de las empresas por sí solas no garantizan la reducción de la pobreza y la desigualdad. Los gobiernos deben cambiar las reglas del juego y dejar de mirar al sector corporativo para encontrar las respuestas. Necesitamos con urgencia enfrentar a la desigualdad” para que los ODS prosperen, dijo.
Los ODS, propuestos por un grupo de trabajo que comprende a los 193 Estados miembros de la ONU, son el resultado de un proceso participativo e inclusivo de tres años.
Los 17 ODS y las 169 metas de la nueva agenda serán controlados y revisados mediante un conjunto de indicadores globales. El marco mundial de indicadores será acordado por la Comisión de Estadística de la ONU en marzo de 2016.
http://www.ipsnoticias.net/2015/09/la-voluntad-politica-es-clave-para-los-nuevos-ods/
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