viernes, 16 de octubre de 2015

PARA MUCHOS CIUDADANOS EL VOTO NO SERÁ PARA ELEGIR SINO PARA OPTAR

Un aspecto importante que se omite profundizar en la campaña, fundamentalmente entre los candidatos que aspiran arribar al balotaje, es sobre medidas drásticas que necesariamente en materia económica deberá encarar quien resulte electo presidente.
Por: Aldo Norberto BonaveriEn 11 días los argentinos vamos a la urnas para decidir quienes nos gobernarán los próximos cuatro años, a esta altura estamos atosigados de propaganda, a diario vemos y escuchamos nuevos spots, se difunden encuestas para todos los gustos, abundan las chicanas; los protagonistas y sus principales acólitos se esfuerzan tanto en propagar promesas, como en enfatizar sobre las debilidades de sus oponentes.
A esta altura pocas son las incógnitas a develar, el panorama no difiere demasiado de lo publicado en la Editorial del 23.09. (A SCIOLI LE CUESTA, MACRI ESTANCADO, MASSA AVANZA PERO TODAVÍA ESTÁ LEJOS) http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=7035  . El desarrollo de la campaña evidencia que ninguno de los candidatos entusiasma más allá de a sus partidarios caracterizados. En estos comicios para muchos ciudadanos el voto no será para elegir sino para optar.
Scioli contabilizará todos los votos kirchneristas, no obstante en el núcleo duro de sus adláteres la figura del gobernador bonaerense no es convincente. El acatamiento a la determinación de Cristina obedece exclusivamente al liderazgo que ella ejerce en el Frente para la Victoria, y fundamentalmente en el verticalismo a ultranza que en esa fuerza impera.
En los últimos días han surgido varios chisporroteos dentro del oficialismo, los asesores económicos de Scioli Miguel Bein, Mario Blejer y Miguel Peirano, haciendo piruetas para no contradecir tanto al Gobierno, entre líneas están tratando de dar señales conciliadoras al segmento refractario a las políticas populistas que ejecuta el Gobierno. Más elocuente ha sido el gobernador de Salta, Juan Manuel Urribarri, sobre medidas que deberán adoptarse en reunión con referentes económicos de los EE.UU., lo que le valió descalificación del Jefe de Gabinete y otros funcionarios K. Estas dicotomías presagian que de llegar Scioli a la Casa Rosada, la interna podría tornarse turbulenta y, nada fácil de introducir los cambios que insinúan los sciolistas moderados.
Tanto Macri como Massa ostentan liderazgos genuinos en sus distritos, pero para tener presencia efectiva en todo el territorio nacional, han tenido que recurrir a complejas alianzas, que no necesariamente significan sumatorias automáticas y, en muchos casos están supeditadas a contextos regionales y/o aspiraciones personales. Ambos compiten fuertemente a por capitalizar la voluntad de un importante porcentaje de votos aún no definidos a quien, pues su decisión es optar por quien llegue mejor posicionado a los efectos de impedir el triunfo oficialista.
En materia de propuestas, si bien existen matices y variantes entre las que formulan de Mauricio Macri “Cambiemos” y Sergio Massa “Una” y sus futuros integrantes de gabinete, cabe decir que las diferencias no son insalvables ni las posibles soluciones incompatibles. Daniel Sciloli “Frente para la Victoria” consecuentemente con lo que es su estilo, transmite proposiciones ambiguas, que suenan más a expresiones de deseos, obviando las formas de implementación. Rodríguez Saa “Compromiso Federal” está realizando una campaña intrascendente, en tanto la mayor coherencia se advierte en los discursos de Nicolás Del Caño “Frente de Izquierda”, fiel a las consignas ideológicas de ese sector, como así también de Margarita Stolbizer “Progresistas”, (posiblemente la más respetada por el conjunto de los argentinos), pero que seguramente verá limitado su potencial por la ya comentada prioridad del voto útil.
Un aspecto importante que se omite profundizar en la campaña, fundamentalmente entre los candidatos que aspiran arribar al balotaje, es sobre medidas drásticas que necesariamente en materia económica deberá encarar quien resulte electo presidente y, que además, dada la magnitud de la pesada herencia que recibirá por los desatinos cometidos por la actual administración, será menester consensuar en un congreso que de ante mano se sabe ninguna fuerza tendrá mayoría propia en ninguna de las cámaras.
Resulta previsible que Scioli soslaye expresarse al respecto, no sólo por su característica poco proclive en ahondar temas escabrosos, sino que principalmente para no colisionar con la presidente y demás responsables del descalabro. Al respecto, no es preciso ser demasiado perspicaz para suponerse un futuro conflicto.
Los equipos de Massa y Macri tienen planes y estrategias para introducir una batería medidas correctivas, pero que aun cuando éstas resulten las más adecuadas e indispensables para el futuro del país y quienes lo habitamos, desde ya “nada será gratis”. Es entendible que anticiparlas pueden alentar especulaciones, pero además, dada la idiosincrasia del electorado argentino, otras menos sensibles, explicitarlas se suponen políticamente incorrecto, cuando no se la considera de piantavotos.
Independientemente del resultado de las elecciones y del programa de cada candidato, lo importante es que el electorado tenga en claro los grandes problemas que en opinión del este cronista tiene actualmente el país y, que a continuación se pasan a comentar:
SUBSIDIOS:
Desde la asunción de Néstor Kirchner en 2003, el Gobierno nacional al principio justificadamente por la crisis desatada tras la necesaria salida de la convertibilidad, implementó una serie de subsidios y congelamiento de tarifas. El problema radicó en que los Kirchner se “enamoraron” con una herramienta excepcional y, en lugar de ir reduciéndola gradualmente al compás del crecimiento del país en el período más favorable de nuestros valores de intercambio, la potenciaron a su máxima expresión, causando un gran desequilibrio en las cuentas públicas, al tiempo de desnaturalizar totalmente varios indicadores de la economía, creando además injusticias en desmedro del interior o, favoreciendo a clases más acomodadas con grandes consumos subvencionados.
Para no extender en demasías el análisis, voy a tomar resultados de los últimos años. En 2013 los subsidios energéticos erogados sumaron $ 38.769,41 millones; por el mismo concepto en 2014 la suma ascendió a $ 71.961,22 millones (85% +) Mientras la sangría ocurría las tarifas de generación y distribución permanecían congeladas, verdadera utopía con una inflación en ese lapso del orden del 40% y recomposición salarial en sintonía con ella. No obstante la gravosa carga, esta no compensó a los actores de la cadena energética, que afronta grandes pérdidas, que también deberá subsanar el próximo inquilino de Balcarce 50.
El año pasado la asistencia a las empresas de colectivos totalizó $ 24.706,79 millones, 48% más que en el mismo período del período anterior. En el rubro ferrocarril se destinaron a socorrerlo $ 2.799,41
Aerolíneas Argentinas nos costó a los argentinos en 2014 $ 4848,79 millones, 43% más que el año anterior.
Los datos oficiales disponibles expresan que en el año pasado los Gastos en Servicios Económicos (donde se contemplan los subsidios a la energía, al transporte y a otros embebidos.) contabilizados en 2014 totalizan $ 280.896,64 millones.
Es evidente que este régimen de subsidios debe ser ordenado, no obstante tendrá que realizarse en forma gradual y conforme al desenvolvimiento de la economía en general, ya que un sinceramiento inmediato resultaría imposible de absorber, ni tampoco está en los cálculos de ninguno de los postulantes.
EMPLEADOS PUBLICOS
Un problema mayúsculo que tendrá que afrontar el próximo Gobierno radica en la gigantesca plantilla de empleados públicos, que por estos días la componen 3.440.000 personas, evidenciando un crecimiento inusitado durante los doce años de kirchnerismo. Cabe mencionar que si bien en planta permanente, se registran 1.722.000 agentes, agregando los contratados y otros prestadores de servicios encuadrados como monotribustistas, el gran total asciende a la cifra antes mencionada.
Para dimensionar la situación, corresponde mencionar que el Estado nacional gasta en salarios al el equivalente al 12% del Producto Bruto Interno “PBI”.
Entre 2003, y 2013, la cantidad de puestos en planta permanente creció un 40% y la de contratados coronó 252%, computando monotributistas, tercerizados u otro tipo de régimen laboral precario. En dicho período el 75% de los puestos de trabajos creado en el país corresponden al sector público nacional, provincial y municipal.
En 2006, la planta de empleados de la administración nacional, que era de 266.000 agentes, se incrementó hasta 2014 en 92.000 empleados (34,5%). La estimación para el 2015 prevé llegar a 389.835 agentes, con lo que el incremento del último año rondará en el (8,89%) Conforme con una apreciación de FIEL, basado en datos oficiales del SIPA y al Boletín Oficial, a fin de año habrán 3.487.027 millones de empleados públicos, con lo que durante toda la era kirchnerista se han agregado 1.276.858 trabajadores.
Es dable expresar que las provincias contribuyeron en grande al crecimiento del empleo público. Durante la presidencia de Néstor, el incremento fue de 4,2%, mientras que en los últimos años (2007-2015), el alza del empleo estatal provincial trepó al 3,7 por ciento. En los municipios, en tanto, el promedio de crecimiento del empleo estatal fue de 2,6% en el período 2003-2013. Empero, la cresta se dio principalmente durante primera gestión K.
El problema que recibirá el próximo gobierno no se agota con la desproporcionada cantidad de agentes, puesto que la mayoría de las nuevas designaciones han recaído en caracterizados militantes de la Cámpora, con lo que además del costo económico, la plantilla está impregnada de cuadros políticos en cargos claves de las diferentes administraciones.
GASTO PÚBLICO
El gasto público ha alcanzado a niveles récord y, en consecuencia, la presión impositiva está asfixiando a la población. Ello trae aparejado déficit fiscal, emisión monetaria para financiarlo el déficit fiscal e inflación. Una de las asignaturas que deberá abordar la próxima administración es reducir esta bola de nieve.
El incremento del gasto público es tan elevado que ya no alcanza para cubrirlo con la alta presión tributaria, el consumo de reservas del Banco Central y de la Anses, y la emisión monetaria. Esta realidad el Gobierno resolvió asumirla apelando a emitir deuda en dólares aceptando tasas de interés varias veces superiores a las que pagan los países vecinos. La táctica posiblemente le aporte al Gobierno beneficios electorales, pero a la postre solo es postergar el cuadro de situación agravado, para que se haga cargo el próximo gobierno.
Chequeando datos oficiales del Ministerio de Economía, entre 2004 y 2014 el gasto público nacional pasó del 20% al 33 por ciento% del PB. Posiblemente al lector poco le dice lo que significa un incremento de 13 puntos porcentuales, para comprenderlo mejor concierne expresar que el mencionado aumento equivale al doble de lo que se invierte en la educación pública.
Asimismo resulta interesante saber cómo se financió tamaña erogación, que también se puede rastrear en la misma fuente. La presión impositiva aumentó en 8 puntos porcentuales del PIB, de los cuales la Nación se quedó con 6 puntos, en tanto los otros 2 fueron a las provincias vía coparticipación. Por otra parte, las transferencias del Banco Central, Anses y otros organismos públicos se incrementaron en 2 puntos porcentuales del PBI. El resto, o sea 5 puntos del PIB, fue aumento del déficit fiscal. Para utilizar otro parámetro, cabe consignar que el gasto público nacional se incrementó un 67% por encima de lo que creció la economía.
Ninguno de los países emergentes registra el nivel de Gasto público que Argentina, el que sólo puede compararse al de algunas de las naciones más desarrolladas del planeta.
TIPO DE CAMBIO
El peso argentino es la moneda que más se revaluó en el mundo entre abril de 2014 y presente. Con el dólar oficial estancado y una inflación abultada, nuestro signo monetario se ha apreciado alrededor del 25%. Operando exactamente al revés de lo que acontece en países de la región, quienes han depreciando su moneda, en consonancia con la recuperación ocurrida en la divisa norteamericana a nivel mundial.
El manejo cambiario que hace el Banco Central, no guarda ninguna relación con el comportamiento de los precios domésticos que es de los más altos del mundo, lo que se traduce en que consumir y producir en Argentina es cada vez más caro con relación a otros países y, lo que es peor, ocasiona inflación en dólares, tal como ocurrió en la convertibilidad.
El contrasentido adquiere mayor magnitud sobre nuestra economía, con las devaluaciones aplicadas por Brasil; este contexto hace que las dificultosas exportaciones a nuestro principal socio comercial se vean aún vean aún más obstaculizadas, producto directo de la agudización de la pérdida de competitividad. También la devaluación del yuan en China significa un impacto negativo para el comercio con el gigante asiático.
Como consecuencia de la caída de los precios internacionales los productos agropecuarios han perdido todo tipo de rentabilidad en el actual contexto, las retenciones y el tipo de cambio atrasado conspiran contra la sustentabilidad de la producción agrícola en estas condiciones.
El problema es mayor aún en las economías regionales que están prácticamente destruidas. Las exportaciones del rubro acumulan 23 meses en baja, consecuencia de precios más bajos y menor cantidad embarcado. En la disminución del volumen cobra importancia la asimetría cambiaria con Brasil.
Para los expertos y consultores el retraso del tipo de cambio real oscila sobre el 50%
VARIOS
La nómina de problemas sustanciales que transferirá sin beneficio de inventario el actual Gobierno al próximo no se agota con los ya mencionados. De igual magnitud podemos citar: el creciente DEFICIT FISCAL, la DEPENDENCIA ENERGÉTICA, NARCOTRAFICO, INSEGURIDAD, manejo desmesurado de la PUBLICIDAD, etc.

DESDE PREGON AGROPECUARIO  http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=7128#MymcrLmgLwXqczmM.99

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