INFORMADOR PÚBLICO
“Todo cambia para que nada cambie” es la lección que está escrita en la famosa novela italiana El gatopardo.
Jude Webber / Buenos Aires - FINANCIAL TIMES
Cristina Fernández, la presidente de Argentina reelecta, ha dejado bien en claro que no quiere cambiar el alto crecimiento que su país viene disfrutando -y razón por la cual fue votada abrumadoramente el domingo 23, por casi el 54 por ciento del electorado.
Pero dejar que todo en la Argentina siga igual -incluyendo las políticas fiscales y monetarias laxas, el descontrolado gasto público, los incontables subsidios de toda clase pero sobre todo al transporte y el consumo energético y de petróleo, la ‘tuerta’ alta inflación, y la firme determinación de mantener el tipo de cambio del peso pisado aun a costa de vaciar de reservas al banco central- será una tarea prácticamente imposible para la Sra. Fernández.
En la opinión de Boris Segura, economista de Nomura Securities de Nueva York, “No hacer nada no es una opción”.
El país viene perdiendo competitividad mientras que Brasil -su principal socio comercial y mercado clave para sus productos manufacturados- se ha frenado. Pero Argentina no está en condiciones de efectuar ningún cambio repentino a su tasa de cambio por temor a acelerar más aún la inflación, que se sabe que ya anda por el 25 por ciento anual.
“Pienso que está muy claro que Argentina se dirige de frente hacia un problema con su moneda. Y hay dos maneras de enfrentarlo –acelerar la devaluación o reducir la inflación. Aunque con cualquiera de estas dos formas tendrá problemas”, fue lo que nos dijo un economista de uno de los grupos más conocidos, que nos pidió reserva de nombre. El gobierno ha impuesto fuertes multas a los economistas que se han animado a contradecir al gobierno en las cifras oficiales sobre inflación, desacreditándolas, que muestran un panorama mucho más rosado, feliz.
Los pesimistas prevén una recesión del mercado como una posibilidad cierta durante el nuevo período presidencial de la Sra. Fernández entre 2011-2015, y los Argentinos dueños de un alto poder adquisitivo vienen votando con “los pies”¸comprando dólares y enviándolos al exterior, creando así una hemorrágica fuga de capitales que podría, hacia fin de año, sumar más de 20 billones de dólares -el doble de lo que sumarían los excedentes de la balanza comercial.
Según declaraciones del economista Miguel Kiguel, “No se producirá una crisis, pero sí habrá más turbulencias”. La retracción global, que puso más presión sobre los precios para la Argentina de productos alimenticios y materias primas para exportar, sumado a que se frena el crecimiento en sus socios comerciales claves, como lo son Brasil y China, aumentan aún más los desafíos domésticos que deberá enfrentar.
La victoria electoral de la Sra. Fernández -que ha sido por un margen record en los últimos cuarenta años, además de constituir a nivel nacional un triunfo aplastante- es prueba de que la ciudadanía la ha apoyado para que continúe favoreciendo el crecimiento que ha promediado el 6 por ciento anual durante los últimos cuatro años. Son muchos los que están protegidos contra la inflación por cuanto reciben suculentos aumentos de sueldo. Pero manejar sus expectativas a medida que la economía se vaya enfriando y el peso deba ser revaluado NO será fácil.
Los observadores no esperan poder descifrar a priori cuales serán las políticas futuras. La Sra. Fernández cuenta con un gabinete, pero no lo consulta, y prefiere tomar las decisiones después de discutir los temas con apenas un par de consultores muy cercanos en quienes confía. Tras haber elegido a Amado Boudou, su ministro de economía, para que la acompañe en la fórmula presidencial, resultará clave conocer el nombre de quien lo vaya a reemplazar como ministro -y muy posiblemente no resulte fácil. Hasta el 10 de diciembre no tomarán juramento, cuando ella se hará cargo por cuatro años más.
Sin embargo ya se han olfateado algunos indicios referidos a qué medidas tiene pensado tomar. La tasa de interés Badlar sobre los grandes depósitos de pesos ha subido en las últimas semanas a casi el 20 por ciento, del 11 por ciento que se ofrecía en la primera mitad del corriente año.
Este dato, combinado con la fuerte aceleración de la depreciación a una tasa del 7 por ciento -sugiere que a futuro los precios del mercado rondarán una devaluación gradual del 15 al 20 por ciento- y con esto se tendrá que se producirá un cambio hacia políticas monetarias mucho más controladas y tipo de cambio no tan libre a futuro.
Asimismo, el gobierno tambien ha estado dando señales de terminar con algunos de los fuertes subsidios con los que ha logrado mantener las tarifas de los servicios públicos a más o menos UN TERCIO de lo que cuestan en los países limítrofes, junto al valor que se paga por el transporte público -que es de aproximadamente 0.26 centavos de dólar para un viaje en subterráneo, por ejemplo.
Aunque se frene el crecimiento -igual se espera que la economía se expanda a razón del 4 al 5 por ciento en 2012, después de que este año 2011 será aproximadamente el 8 por ciento- para lograr frenar la inflación, la Sra. Fernández durante su discurso de la victoria ha hecho un llamado a la unidad y el consenso, lo cual podría interpretarse como un mensaje para que los aumentos salariales futuros sean moderados.
Walter Molano, analista de BCP Securities, en una investigación recientemente publicada, ha dicho: “Los enormes aumentos de sueldos y los grandes subsidios públicos fueron posibles mientras se tenían fabulosos ingresos al tesoro producto de los impuestos/retenciones a las exportaciones. Pero pronto esto pasará a ser tan solo un recuerdo distante en la memoria y el gobierno se verá obligado a cambiar sus procederes de libertinaje y/o corrupción”.
La Argentina, que permanece exiliada de los mercados financieros internacionales desde 2001 cuando declaró su default por casi 100 billones de dólares, ha venido financiando el pago de su deuda con las reservas del banco central y los fondos de la agencia nacional de los jubilados. Aun cuando podría seguir actuando de esta manera por algún tiempo más, es muy probable que necesite regresar a los mercados de capital internacionales durante este nuevo período presidencial de la Sra. Fernández. Así opinan los analistas.
Traducción de Irene StancanelliFuente:www.informadorpublico.com
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