miércoles, 13 de febrero de 2013

  ¿Por qué se convoca a la asamblea de Pehuajó?
  Por Arturo Navarro
Se tiene que asumir que la situación es de tal gravedad en lo económico y en lo social que no se soluciona con reclamos coyunturales y sectoriales.
Porque están hartos los productores y sus dirigentes de los ninguneos y abusos de todo tipo de los funcionarios de este Gobierno, que lo único que hacen es defender al partido del poder para su propio bienestar personal.
   Así, se olvidan de los problemas de la gente común, entre los que se encuentran la gran mayoría de lo que forma la familia agropecuaria y todo el interior.
   No se dan cuenta estos políticos y funcionarios, que la situación a la que nos va llevando la inflación crónica, cuya culpabilidad exclusiva es del Gobierno, va a provocar cambios económicos que dejarán a mucha más gente en la pobreza y la marginación.
   Estamos convencidos de que el sector agropecuario y agroindustrial tiene la más rápida solución para poder equilibrar la economía, con mayor producción y exportaciones. Sólo se deben cambiar las políticas y dejarlo desplegar toda la capacidad dormida. Es por eso que hay que estar el Pehuajó el 15 de febrero próximo.
   Para comprender mejor porque las entidades convocaron a la asamblea, es necesario repasar algunos datos y hechos.
   Según un trabajo preparado por los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), por cada 100 pesos de ingresos, al productor agropecuario le queda solamente un 20% para atender todos los gastos de siembra, protección y cosecha del cultivo. El 80% restante se lo lleva la carga impositiva que tiene que tributar a nivel nacional, provincial y municipal.
   Por ejemplo, la presión tributaria global y los descuentos comerciales que soporta un campo tipo de Pehuajó, llegan a $ 3.392 por hectárea y se llevan el 84% del resultado económico que se puede obtener en un año promedio.
   En trabajo de CREA enumera la presión tributaria global del caso: impuestos nacionales (retenciones, IVA, Ganancia Mínima Presunta, Bienes Personales, Ganancias, Autónomos, a los Créditos y Débitos, a los Combustibles, Seguridad Social, etcétera); provinciales (Inmobiliario, Sellos, Ingresos Brutos y Patentes) y municipales (Tasa vial).
   Del total de impuestos cobrados, el 93% es recaudado por el Estado nacional, el 5% por la provincia de Buenos Aires y sólo un 2% queda en los municipios. Estos números se agravan con la aprobación de la reforma impositiva en las provincias a partir de esa fecha y demuestran que no existe federalismo fiscal, causa principal de la claudicación política de gobernadores e intendentes al poder central.
   Otros factores que influyeron para el gran malestar que hay en el sector agropecuario, han sido las sequías o inundaciones y las faltas de políticas anticíclicas para atenderlas; las intervenciones en los mercado del trigo y el maíz; el cepo cambiario; la inflación en dólares que tiene que soportar el sector y ahora los nuevos controles de precios.
   Este difícil panorama tendría solución si se cambiaran las políticas para el sector agropecuario en base a las siguientes definiciones:
   1- Definir que el país debe integrase en forma definitiva y permanente a la economía internacional para que vengan las inversiones, generen más y mejores trabajo y aumente las producciones y las exportaciones.
   2- Definir que los productores tienen que trabajar en redes como la vienen haciendo una gran mayoría, lo que permitió pasar de una producción de 30 millones de toneladas en 1993 a 100 millones el ciclo 2010-2011.
   3- Definir que el sector agropecuario debe tener un tratamiento impositivo en igualdad de condiciones con el resto de la economía. No puede ser que el sector tenga que vender su producción a un dólar de 3,40 pesos y compre los insumos a un valor proyectado de 7,5 pesos por dólar, mientras la brecha cambiaria entre el oficial y el BLUE es de más del 60%.
   Si la asamblea de Pehuajó acuerda que las cuatro entidades gremiales deben adherir a estas tres definiciones sería un gran avance para la discusión de las políticas generales y específicas para el sector. Sería la única forma de poder unificar el discurso y llevar al Parlamento propuestas conjuntas para poder concretar las políticas de Estado que necesita el sector.
   La enumeración de las políticas mínimas que necesitan los productores las hice públicas a fin de año en un documento: “Propuesta agropecuaria mínima para el sector agropecuario” que se pueden consultar en www.arturonavarro.com.ar.
   Esperemos que este tiempo de reflexión que se tomó la dirigencia y los productores se corone en la asamblea de Pehuajó con la decisión de reemplazar la protesta por una propuesta general por mayoría para discutir las mismas con el oficialismo en la mesa de diálogo que se está solicitando.
   Se tiene que asumir que la situación es de tal gravedad en lo económico y en lo social que no se soluciona con reclamos coyunturales y sectoriales y mucho menos con decisiones autoritarias por parte del oficialismo.
      Por Arturo Navarro. Consultor Agropecuario.
Enviado por mail por su autor

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