miércoles, 13 de julio de 2016

Todo bárbaro con el gas pero ¿y la electricidad en el interior del país?

Por Ricardo Bustos
Me parece muy bien que el Gobierno reconozca su tremendo error al cobrar facturas por la provisión de gas que eran inalcanzables para el común de la gente, pero aquí hay algo que le ha quedado a los funcionarios guardado en algún cajón de los escritorios y es el tema de la facturación por servicios de electricidad a todos quienes habitamos el inmenso territorio interior de Argentina. El litoral argentino no posee red domiciliaria de gas y hablo de Formosa, Chaco, Corrientes, Misiones, todas ellas provincias con salarios mucho mas bajos que los que se perciben en los grandes centros de concentración demográfica como Capital Federal o Gran Buenos Aires y a esos Estados, debemos sumarles una infinidad de pueblos de todo el interior. 
Hasta aquí solo se ha buscado solucionar un problema que representa una piedra en el zapato para el gobierno de "Cambiemos" y es el temor que ya venía teniendo la ex casi reina, es decir el clásico "cacerolazo" que siempre anticipa situaciones políticas mas complicadas a la hora de producirse.
¿Que piensa hacer entonces el Gobierno con las tarifas eléctricas? Para quienes vivimos en el Litoral ya se ha convertido en un calvario poder juntar el dinero todos los meses a la hora de pagar los servicios y no se trata de casos aislados. Con salarios mucho mas bajos estamos pagando entre luz y cable mas de $ 1500 y a ello debemos sumarle el agua que no baja de $ 250 y otro tanto el teléfono aunque el celular con abono supera esa cantidad. Como vemos, en el interior si una familia alquila, sumado a los servicios, ya comienza el mes con $6000 a $ 7000 de sus haberes que se van sin chistar, y los sueldos en su gran mayoría no llegan a los $15000 y aún así no en todas las casas trabajan mas de un integrante y si lo hace, generalmente se trata de changas o tareas no muy bien remuneradas.
Creo que este y todos los gobiernos que hemos tenido, solo se dedican a cumplir el mandato que surge de los ciudadanos habitantes de las grandes ciudades porque a ellos temen que les hagan cortes, piquetes, paros y otros tantos actos que siempre están al límite de la violencia. Mientras en Capital Federal se pelean por diez centavos de aumento en el boleto de tren, ómnibus o subtes, en el interior pagamos hace años el triple de esas mismas tarifas y como mucho para elegir no hay, agachamos la cabeza y acatamos lo que resuelven los empresarios entre gallos y medianoche junto a los gobiernos de turno.
Aunque muchos no conocen la situación de quienes vivimos en el interior, bueno es comentarles que nosotros pagamos un kg. de carne a $110 pesos y los productos lácteos o comestibles mas caros porque debemos agregar costo de flete y ni hablar de la nafta que nos sale hasta $5 mas cara que en Buenos Aires.
Los Centros de Salud, generalmente se encuentran a muchos kilómetros de nuestros hogares porque están ubicados en las ciudades grandes mientras que la mayoría de quienes viven en los pueblos (que son muchos) deben viajar varios kilómetros para pedir un turno y con suerte si se encuentra el especialista que necesitamos porque es terrible lo que se sufre con la falta de profesionales.
La grieta no solamente está en la situación política. Hace 200 años que la nación llegó al mundo con una enorme división social y con el tiempo se fué haciendo mayor con todos los vicios de los ciudadanos que con mucho egoísmo, hemos ido creciendo al amparo del cómodo relato de la pobreza, indigencia, falta de solidaridad, conformismo y una absoluta falta de responsabilidad a la hora de resolver el problema de todos y no solamente de algunos.
Argentina está y seguirá dividida con políticas y políticos como los que supimos elegir y no se ve una luz en el fondo del túnel que pueda dar señales de cambio en el futuro inmediato. Seguimos con los mismos vicios de gobiernos anteriores, con feriados puentes, mas planes, mas asistencialismo, mas populismo y una enorme fábrica de vagos a la que deben mantener para que no se convierta en boomerang cuando las cosas no funciones como pensaron en las altas esferas del poder.
El problema no es solamente de las tarifas, los servicios continúan siendo deficientes y no existe un Ente a quien reclamar porque cada trámite tiene un comienzo pero nadie sabe cual es el final. En agosto de 2012 solicité una línea de teléfono a Telecom y aún abonando la factura hace poco me llamaron para informar que el pedido había quedado sin efecto por no existir "caja" cerca de mi domicilio y tampoco me devolvieron el dinero.
Argentina es un hermoso país en su geografía pero sin identidad y eso nos duele mucho a la hora de tener que reconocerlo.

Ricardo Bustos Locutor Nacional Comunicador - Capioví Misiones
Enviado por su autor

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