martes, 30 de mayo de 2017

Nosotros,…¿no tenemos nada que ver? Por el Ing. Daniel Carlos Besso

Las cosas que le pasa a nuestro país, o mejor dicho: las cosas que nos pasan a todos los argentinos, tomados en conjunto, no son casuales.
Resultado de imagen para carlos bessoConstruimos cada uno de nuestros males y defectos, uno por uno.
Por lo pronto estoy convencido que estas palabras resultarán revulsivas para muchos. Algunos se dirán a sí mismos: “pero si yo no hice otra cosa que trabajar toda la vida”, he remado con el bote atado al muelle y el viento en contra, no creo ser culpable de ningún mal.
Muy probable que en esos casos la responsabilidad no sea tan grande, pero vamos a enumerar una cantidad de actitudes que tenemos o hemos tenido y que sumando al comportamiento del resto, hacen al desorden generalizado.
Por lo pronto, hemos votado mal. O si en otro caso lo hicimos engañados, no tuvimos luego, la presencia de ánimo para reclamar en forma enérgica por la traición o como me gusta decir: haber sido “Estafados en la fe pública”.
Pero no en pocas oportunidades metimos la pata por doblete. Fue por la cuota de la licuadora, por los viajes, por lo que pudiese haber sido. La cuestión es que no todos se pueden amparar en la buena fe “absoluta”.
Hasta la señora Cristina, recibió una muy importante cantidad de votos “del campo”, en su primera elección. Tal vez porque no se entendió en principio que el dinero extra que entraba en ese momento, era por mejora en los precios internacionales, y buenos rindes que mejoraron los ingresos del sector en forma importante.
Tal vez hay sido el Diablo, metiendo la cola. El resultado final es que eligieron a su verdugo.
En la vida nos podemos mover por dos principios: la conveniencia circunstancial o los principios éticos y morales permanentes-
Estos últimos, no suelen ser los más aplicados, frente a los otros.
Solemos justificar nuestras malas acciones, nuestras agachadas, en que son hechos extendidos, aceptados: “todo el mundo lo hace”.
Nuestro modo de conducirnos en el tránsito, es el ejemplo más representativo. El prójimo no cuenta. Y somos nosotros mismos, “los prójimos de los prójimos”. De ese modo transformamos nuestras vidas en un infierno, aquellos que debemos movernos en automóviles o camionetas lo sufrimos cotidianamente. Puede que alguien argumente ciertamente, que es el estado, el encargado de poner orden
Gran verdad,…..pero a quiénes…?
Vamos a escuchar los descargos más inverosímiles.
He escuchado las estupideces más ridículas:
Se debieran prohibir la circulación de vehículos antiguos, pues ocasionan accidentes por ir despacio. Resultando ser que “ir despacio” es marchar a la máxima velocidad permitida.
Pero tengo un auto absolutamente seguro, con control de tracción, frenos ABS, etc., esto como argumento para violar la velocidad máxima permitida.
Lo que sucede en realidad, es que los que circulan a las velocidades permitidas, no ocasionan accidentes, sin importar el año y modelo. He llegado a escuchar: “Bueno, se debería aumentar muchísimo el precio de los combustibles y de ese modo solo circularíamos la gente con disponibilidad económica”.
Nadie de mis conocidos es estatista, pero cuando la mano viene mal, todos recurren a pedir la escupidera a papá estado.
Muy de a poco se nos fue metiendo subliminalmente la idea de que El Estado debe garantizar todo:
Desde la vivienda, el trabajo, la remuneración digna, la educación, la salud, la seguridad alimentaria, una vejez digna, que el agua evacúe rápidamente de las cuencas (cuando no lo hacía ni antes de que los humanos poblaran estas tierras). Etc.
Todos los males de la vida deben ser atajados por el estado.
Es así que hoy el estado, entre otras cosas, se tiene que hacer cargo de los niños que nacen de madres adolescentes, violadas, seducidas o simplemente invitadas a FIESTEAR. Siendo que las dos primeras circunstancias son producto de dos delitos: VIOLACIÓN Y ESTUPRO. Tan fácilmente se naturalizan estas cosas que la policía y asistentes sociales, en los hospitales, ya ni preguntan cómo concibieron y dan por hecho la “PARTENOGÉNESIS”.
Es decir, nadie duda de la abnegada acción de los médicos, parteras, enfermeras, asistentes sociales y policías, pero, ¿será acaso el sistema que NO CUMPLEN TOTALMENTE CON SU TRABAJO?. Puede ser por el hartazgo de que cuando lo han hecho, hayan recibido la reprimenda de sus superiores jerárquicos y autoridades políticas. Pónganle Uds. el nombre que quieran, pero el resultado concreto es que el estado se hace cargo de no “hacerse cargo”. O sea de hacer un seguimiento a los “DONANTES DE SEMEN”, que no responden al rol que le asignaría la ley, dejando como de costumbre a la pobre muchacha, cargar con el fardo.
Pero también suele suceder, que a veces la pobre muchacha no es tal. Año tras año vuelve al hospital a parir nuevamente y sin poder precisar quién es el padre.
Cualquier opinión a este respecto, que signifique una mínima restricción, es acusada de fascista, políticamente incorrecta, inmoral, insensible y hasta criminal. Siendo que nadie repara en la irresponsabilidad de traer a este “valle de lágrimas” a niños inocentes que ya nacen carenciados.
Presten atención al siguiente hecho; quienes más defienden la supuesta libertad de traer niños al mundo, sin contar con los medios para su crianza, suelen ser, supuestamente, los mayores defensores de la naturaleza.
Una gigantesca ignorancia, les permite afirmar tales cosas; cuando la MADRE NATURA, se expresa, lo hace de los modos más brutales. Aquellos seres vivos que no protegen y alimentan a sus crías, las pierden. Se les mueren.
Los seres humanos somos solidarios por naturaleza, eso lo demuestra el apadrinamiento y el amadrinamiento. Nos hacemos cargo de “los huérfanos” o hijos de padres enfermos o disminuidos. Esto fue de algún modo la razón de nuestro éxito como especie y que nos extendimos por todo el planeta.
Esto es un instinto natural, pero no puede ser una imposición desde el estado.
Cuando imponer la ley, propone ganarse la inquina y el fastidio, toda sanción se pospone a momentos más propicios.
Pero sucede que no sancionar a quien tiene una conducta indebida, supone el perjuicio de otro/s ciudadanos.
Por ejemplo: “si NO se multa a un ciudadano por estacionar su vehículo frente a una rampa para discapacitados, se condena a los discapacitados a subir por otro lado lejano, a pedir socorro, a quedar expuestos en la mitad de la calle”.
El no cumplimiento de la ley suele perjudicar a más ciudadanos que a los supuestamente beneficiaría su violación.
Sucede que el estado es manejado por políticos y todos los políticos, buscan la aprobación de la gente.
Buscar la aprobación de los ciudadanos a toda costa, los conduce invariablemente a conductas DEMAGÓGICAS….
Tienen una especie de compulsión a comprarse el amor del pueblo, gastando los dineros públicos. Direccionan el gasto, no ya en el bien común, como lo haría un padre responsable, sino buscando que las encuestas los favorezcan para las siguientes elecciones.
No importan las verdaderas prioridades, sino los éxitos electorales. Su equivalente a nivel familiar, sería: Un padre, permitiendo a sus hijos, faltar al colegio cada vez que a estos se les antoje. Tendrá su amor, pero a costa de destruir su futuro. (Esto no está muy lejos de lo real en sentido estricto).
O…:¿Chicos,…qué quieren para el almuerzo, torta de chocolate o puchero?.
La demagogia es al sistema democrático, como una enfermedad del sistema metabólico al organismo humano.
Además utilizan las desgracias para tirárselas por la cabeza.
Que las inundaciones en la provincia de Buenos aires y Santa Fe se aliviarían con algunas obras de infraestructura, no cabe duda. Pero con diluvios como los que han tenido lugar, no hay obra hidráulica que impida las inundaciones. Las cuencas no tienen pendientes importantes y sin pendientes importantes el agua corre despacio.
A fines del siglo XIX, Florentino Ameghino escribió un tratado sobre las inundaciones en la provincia de Buenos Aires. Llovían 700 mm menos al año, no había desforestaciones, no existía la soja, se cultivaban menos de 800.000 has. Igual se producían inundaciones.
Es cierto que “se patinaron la plata destinadas al plan maestro del manejo del agua”, y eso es un delito (otro que no se pena), pero solo alcanzaría para que la inundación dure algunos días menos, solamente.
Al respecto, se suelen escuchar las ideas más descabelladas: “El estado debería hacer obras para llevar el agua, de donde sobra, a donde falta”…..
Sin pensar en los metros de desnivel que habría que remontar, el tamaño de los ductos…..Todo se puede,….el estado todo lo puede.
Y la verdad es que el estado nunca produce riqueza. La riqueza, la producimos los que trabajamos creándola. El estado solo puede “chuparse la riqueza de un lado y volcarla en otro”, ¿pero crearla?,…..tachame la doble.
De qué tan bien se hace este trabajo, vendrá el progreso. Si se “chupa la riqueza” para mejorar las rutas, los ferrocarriles, los puertos, hospitales, las escuelas y universidades, institutos de investigación, es una cosa……Financiar grupos piqueteros es otra.
Durante los últimos tiempos el país se ha dado al asistencialismo sin medida, sin control. Ha creado una casta de inútiles que no se sirven ni a sí mismos.
El estado en todas sus formas, ha garantizado la estabilidad de los empleos públicos, de modo que ampara en su regazo a gentes que no se esfuerzan en sus trabajos, no cumplen con sus respectivos deberes; salvo honrosas excepciones que no hacen otra cosa que confirmar la regla.
De este modo el costo es doble,….por lo que cobran, y por lo que no hacen.
Todo sobre el lomo del matungo que tira del carro. A él se le reservan los esfuerzos más duros, y se le retacean lo que sería su merecida ración de avena y fardo de alfalfa.
La justicia se burla desfachatadamente en la cara de los ciudadanos que les pagan sus sueldos, amparando delincuentes de todo tipo, en especial del poder y sus amigos.
¿Pero cuál es nuestra cuota de responsabilidad?.....
Si bien el pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes, cuando se harta de ser burlado, pues los mismos mecanismos que debieran poner las cosas en orden desde lo institucional, están verdaderamente podridos, pueden aparecer las “FUENTEOVEJUNAS”.
¿Acaso, terminará siendo que el pueblo, vuelta a vuelta gobierne y señale los rumbos, mediante puebladas?....No es para nada razonable.
Pero la clase política, que es elegida para representar, lo debe hacer cabalmente.
Corresponde que el gobierno, la oposición y especialmente la justicia, tome debida nota.
La congregación multitudinaria que ocurrió en todo el país el 1º de Abril, fue una bisagra. Es como que se tomó conciencia de la responsabilidad ciudadana.
Parecería ser que la clase política no se mueve con premura si no es ante la VERDADERA PRESIÓN POPULAR. Y digo verdadera, pues las manifestaciones populares en las que la gente es movilizada con plata, chori y omnibuses, NO SON VERDADERAS EXPRESIONES POPULARES, Apenas son una “PUESTA EN ESCENA”, como si fueran extras de un film épico.
Si acaso, la clase política, no responde a su mandato en las urnas, y defraudan la fe pública, es natural que ocurran puebladas.
Pero los políticos, están aprendiendo rápidamente. Saben que con el advenimiento de las redes sociales, se les terminó el recurso de la mentira. Los ciudadanos están aprendiendo a distinguir la gestualidad mentirosa. Una capacidad femenina, que se está extendiendo a todos sin importar el género. Aunque debo admitir que los varones somos más incautos.
Ahora va siendo tiempo que los ciudadanos hagamos sentir la presión sobre la justicia “CON PARKINSON”.
Cuando sientan la presión y que sus torres “DE CRISTAL” solo son de vidrio atorrante, y se puedan romper de un simple piedrazo, comenzarán a hacer su trabajo o se irán a sus casas.
Esa, creo, es la parte que hoy nos toca.
Ing. Agr. Daniel Carlos Besso
ENVIADO POR SU AUTOR

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