sábado, 12 de enero de 2019

Política monetaria pro-PRO y anti-pueblo

En octubre pasado, la máxima autoridad monetaria anunció un polémico plan monetario-cambiario, que resulta algo reminiscente al nefasto esquema aplicado por Martinez de Hoz hace algunas décadas.
En esta nota te voy a comentar como esto se vincula a lo acontecido durante la semana, en la cual, Sandleris mostró las primeras acciones concretas 
Empecemos...
El tipo de cambio cayó por primera vez fuera de “la banda”
Durante esta semana que ha transcurrido, hemos visto como desde numerosos portales nos advirtieron que el tipo de cambio se encontraba en plena caída, desplomándose a la zona de los ARS 38,20 para el mercado minorista.
Sí, luego de haber visto como el tipo de cambio se depreciaba un 100% en 2018, una apreciación leve parece ser primicia asegurada.
Los principales motivos que encuentro de esta apreciación del peso serían tres:
• Las cuantiosas liquidaciones de las exportaciones de trigo, que implican un shock de oferta de divisas, en un mercado cuya demanda no acompaña;
• Las exorbitantes tasas de interés, que inhiben sobremanera el interés en la compra de moneda extranjera (al menos por el momento).
• Y el “humor financiero” en torno al mercado argentino, que también ha contribuido. No resulta casual que el tipo de cambio se haya apreciado más de un 3% en poco más de 10 días, al tiempo que el mercado de bonos también supo mostrar una importante compresión de spreads, que se ha traducido en una caída de más de 100 bps del riesgo país.
Habiendo dicho esto, cabe mencionar que la relevancia del asunto no se limita solo a la apreciación, sino también a sus implicancias. 
Concretamente, el tipo de cambio cayó por primera vez por debajo de las bandas de “no intervención” dispuestas por el BCRA a principios de octubre pasado.
Veamos este gráfico para que resulte más claro:
Como se puede observar, el tipo de cambio mayorista (línea punteada) se desplomó por debajo de la línea azul oscura (límite inferior de la zona de no intervención cambiaria).
La consecuencia de esto es que el BCRA se ha visto pseudo-obligado a ejecutar una acción al respecto, tal como se comprometió a hacer en su momento.
La intervención de Sandy
Para sintetizarlo, el BCRA tenía varias formas de responder a este fenómeno:
a) O bajaba las tasas de LELIQ, para desincentivar los depósitos y así lograr que parte de los mismos se volcaran al mercado cambiario, añadiendo presión compradora;
b) O se limitaba a comprar divisas, también para mantener la cotización del peso a flote, añadiendo dólares a las arcas del BCRA, que no vienen mal.
La autoridad monetaria, si bien logró hacer un poco de ambas cosas (lo cual es bueno), lo cierto es que se inclinó más por la opción b), sobre todo durante los últimos días.
Concretamente, 
• Por un lado, logró bajar 1p.p. la tasa de LELIQ durante la última semana (pasando de 59,4 a 58,4). Una baja cosmética, dada la magnitud de las tasas que 
• Y por otro, el BCRA intervino el mercado cambiario, haciéndose de unos USD 60 millones en dos ruedas (datos al mediodía del viernes), lo que implicaron las primeras compras en más de 1 año. 
Pensando lo que viene
Sin duda estas son dos grandes noticias. Argentina necesita menos tasas y más dólares, está claro. El asunto es que, si en la mejor quincena financiera de los últimos casi 12 meses sólo logras que tu tasa baje 1p.p., entonces estás en problemas. 
Yendo al grano: creo la urgencia electoral del oficialismo está sobre-penalizando innecesariamente a la actividad económica, y con ello, a la gente común.
¿Por qué digo esto? 
Básicamente, el hecho de que el tipo de cambio esté apreciándose, sumado al hecho de que las tasas de LELIQ están en niveles elevadísimos en términos reales (58% de tasa vs. una inflación esperada en torno al 35%), da cuenta de que hay mucho espacio para que el BCRA acelere la caída en los tipos de interés. 
Esto es absolutamente necesario si se quiere al menos mitigar en parte la sangría que está sufriendo el sector productivo local, a fuerza de recesión, impuestos impagables y tasas prohibitivas.
El asunto es que, de manera deliberada, la autoridad monetaria no responde a los intereses del pueblo. Parecería estar respondiendo a los meros intereses de su partido político; y, como buenos burócratas de carácter político, su variable a maximizar no es el bienestar de la ciudadanía, sino la permanencia en el poder de su agrupación. En este caso el PRO. 
Es por eso que Sandleris tiene sólo en mente el objetivo de pisar el tipo de cambio a cualquier costo, ya que de esa forma (y no de otra) el oficialismo maximiza sus chances de permanecer en el poder.
A esta altura ya sabemos que el dólar es LA variable fundamental que controla el humor social; y su vez, que el humor social controla las urnas.
Habiendo dicho esto, sugiero no caer en la tentación de festejar estos laterales, tal como varios analistas económicos están haciendo. 
Lo que hay que festejar (si ocurre) es la baja sustancial en las tasas, y la baja de impuestos. El resto es cosmético.
Hasta la semana próxima,
Juan I. Fernández
Para CONTRAECONOMÍA

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