sábado, 2 de febrero de 2019

Expropiar a los ricos. Por Iván Carrino

Vivimos en tiempos de híper-conectividad. En mi caso personal, me considero casi adicto a Whatsapp, mientras que Twitter está ahí en el borde, entre la adicción y el uso compulsivo. 
Para algunos, el boom de las tecnologías de la información, que redujeron enormemente los costos de comunicarse para el planeta entero, es un problema. Se ven invadidos y eligen opciones “drásticas” como no tener siquiera un celular. 
Aunque hoy, con no tener un Smartphone es suficiente para quedar bien afuera de “lo que pasa en las redes”. 
Otros, en cambio, disfrutan y adoptan las nuevas tecnologías. Hoy en Argentina hay más teléfonos celulares que habitantes, y un 53% de los ciudadanos tiene un “teléfono inteligente”. 
Otra de las innovaciones de este milenio es YouTube, la plataforma donde todo el mundo puede subir sus videos y que lanzó a la fama no solo a estrellas mundialmente conocidas, como Justin Bieber, sino también a una nueva serie de personajes famosos, llamados, no sorprendentemente, “YouTubers”. 
La nota que vas a leer a continuación (y su versión en video, que podés ver acá) nace de la combinación de Twitter y YouTube. 
¿Cómo es eso? 
Es que hace un tiempo, un seguidor de mi cuenta de Twitter me hizo llegar un interesante video, que me dio una idea para analizar la economía de Argentina. 
Hay que expropiar a los ricos
El video en cuestión es protagonizado por Axel Kaiser, un destacado intelectual chileno, quien recientemente visitó la Argentina. 
En esta conferencia grabada en la sede de su “Fundación Para el Progreso”, Kaiser propone el ejercicio de sumar toda la riqueza de las 10 familias más ricas de Chile y compararla contra el gasto del gobierno. 
La suma del patrimonio de estas familias es verdaderamente asombrosa, superando los USD 30.000 millones. Obviamente, al ver este número, muchos se ponen a imaginar cuántos problemas sociales podrían resolverse con él, como la salud, el hambre, la educación y las enfermedades… 
Ahora cuando ese dinero se compara contra el gasto público chileno de un año, ocurre algo sorprendente. 
De acuerdo con Kaiser, el gobierno de Chile gasta USD 60.000 millones por año, con lo que, incluso expropiando toda la riqueza de las 10 familias más ricas del país trasandino, entonces solamente se pueden financiar 6 meses de gasto público. 
6 meses… 
Pasado ese momento, habrá que expropiar a los próximos 10 ricos, obteniendo un monto menor al anterior, y así sucesivamente… 
¿Y por casa?
Sin sorpresas, en Argentina suelen dar vuelta las mismas ideas sobre cómo resolver los problemas del país. Se piensa que si solo se les cobrara más impuestos a los ricos, entonces habría mejor salud, educación, seguridad, y equidad. 
Algunos incluso, como los dirigentes del Partido de los Trabajadores Socialistas proponen “expropiar a los expropiadores”, haciendo alusión a las fortunas más grandes. 
El problema con los redistribucionistas, y con los más radicales, como este tipo de líderes socialistas, es que no les dan los números. 
En la siguiente tabla pueden encontrarse los nombres, el cargo y el patrimonio de quienes, de acuerdo con la internacional Revista Forbes, son las personas o familias más ricas de Argentina. 
Si sumamos la riqueza de las 10 fortunas más grandes de Argentina (que, cabe aclarar, recién comienzan a aparecer en el ránking global a partir del puesto 400), llegamos a un monto total de USD 35.900 millones. 
Como en el caso chileno, esto luce como un patrimonio formidable. Y sin dudas que lo es. Estamos hablando de la suma de la riqueza de los 10 más ricos de un país de 40 millones de habitantes. Es lógico que el monto sea sideral. 
No obstante, ¿qué pasa cuando lo comparamos contra lo que el gobierno, por ejemplo, gasta en un año? 
De acuerdo con el presupuesto 2019, este año el gobierno nacional gastará SAR 4,32 billones entre Gasto Primario e Intereses de Deuda. Pasado a dólares, al tipo de cambio promedio del presupuesto, que es de $ 40,1, llegamos a una cifra de USD 107.600 millones. Es decir, tres veces la fortuna de las 10 familias más ricas. 
O sea que incluso si el gobierno llegara a expropiar toda la riqueza de las 10 familias más ricas del país, solamente se haría de dinero para financiar el 33% de su presupuesto. Es decir, solo le alcanzaría la plata para 4 meses de gasto público. 
Claro que podría usar el dinero para pagar solamente las jubilaciones, por ejemplo. Pero en dicho caso, el dinero expropiado se acabaría a los 8 meses. 
¿Y las tarifas? Hace poco en Twitter algunos pedían seguir sosteniendo los subsidios a la energía que pagamos los hogares y las empresas en argentina cobrándole impuestos “a los ricos”. 
Bueno, muy bien, ahora si quisiéramos mantener las tarifas tal como estaban en 2015 eso implicaría un gasto en subsidios de $AR 389.300 millones de ese entonces. 
Pasado a dólares, al tipo de cambio “paralelo”, son USD 27.000 millones. Y si lo convertimos al tipo de cambio oficial promedio del año, de $9,3, entonces nos vamos a USD 40.000 millones. 
O sea, incluso gastándonos toda la plata de los 10 más ricos del país no podemos siquiera mantener el gasto que Cristina Fernández de Kirchner dedicaba de nuestros impuestos a subsidiar las tarifas energéticas. 
Finalmente, toda esa riqueza, una vez comparada con la máquina de gastar que es el estado argentino, se reduce a tres empanadas. 
¿Y después qué?
Las grandes fortunas no siempre son bien habidas. Existen millonarios que se dedican a actividades ilícitas o bien cuya fortuna deriva del robo, el asesinato o la corrupción. 
Incluso existen líderes nacionales que son multimillonarios y no precisamente por servir a su comunidad, como Fidel Castro o Hugo Chávez. 
Ahora bien, mientras las ganancias de una empresa se deriven de la satisfacción de necesidades de sus clientes, entonces bien hechas están. 
¿Y qué encontramos entre las fortunas más grandes de Argentina? Pues que muchas de ellas son el resultado de empresas que han sido exitosas en este específico menester. 
El Grupo Techint, por ejemplo, es líder mundial en fabricación de tubos para el transporte de energía. Pan American Energy, por otro lado, es dueña de la gasolinera Axion, mientras que Pérez Companc es uno de los dueños más importantes de Molinos, quienes producen alimentos para todo el país y el mundo. 
Por último, también encontramos a Marcos Galperin, de Mercado Libre, en la lista Forbes. Mercado Libre cuenta con más de 50 millones de usuarios en los países donde opera y emplea, en Argentina y Sudamérica, a nada menos que 5.500 empleados. 
Así que viendo estas características de nuestras grandes fortunas: ¿por qué habríamos de expropiarlos, o castigarlos incluso más impositivamente? 
Es evidente que no sería correcto desde un punto de vista moral hacer esto, pero tampoco lo sería desde un punto de vista práctico. 
Es que si toda la riqueza que Marcos Galperín generó por crear Mercado Libre fuera expropiada por el gobierno: ¿qué ganas tendría de seguir emprendiendo? ¿Y las petroleras, las alimenticias, los laboratorios médicos? 
¿Para qué molestarse en seguir produciendo bienes y servicios valorados por la comunidad, si el gobierno tarde o temprano confiscará sus ganancias? Las consecuencias de una medida tal serían devastadoras. 
Pero no menos graves serían las de subir cada vez más los “impuestos a los ricos”. A la postre, la diferencia será solo de grado, pero no de fondo. 
Como conclusión: la idea de que tomando más dinero de los más ricos los problemas del país se resolverían es un mito. 
Incluso expropiándoles toda su fortuna, eso significaría una transferencia de recursos de una sola vez, que no alcanzan ni para cubrir 4 meses de gasto público. Por último, constituye una enorme inmoralidad, y un ataque directo a los incentivos para invertir y producir que, en última instancia, son la base del progreso económico de un país. 
Saludos, 
Iván Carrino 
Para CONTRAECONOMÍA

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