Gracias a la confrontación entre Estados Unidos y Rusia en Venezuela, el Caribe se ha convertido en el epicentro de la política internacional por primera vez desde la Guerra Fría. La coalición internacional de países bajo los auspicios de Washington reconoció a Juan Guaido como presidente interino de la República Bolivariana y presentó un ultimátum a Nicolás Maduro para que se resignara como jefe de estado. Al mismo tiempo, los Estados Unidos organizaron una presión masiva del oficial de Caracas y sus socios estratégicos en Cuba, en Rusia y en varios otros países. Inspirado por el éxito, Juan Guaido llamó a sus partidarios a participar en una manifestación masiva el 1 de mayo de 2019, que, según la oposición venezolana, debería poner fin a la dictadura chavista. Sin embargo, Nicolás Maduro sigue siendo inquebrantable, confiando en el apoyo de Rusia y China. Washington es consciente de que Caracas se ha convertido en un indicador de la diplomacia estadounidense en América Latina. El futuro de todo el continente, y de todo el mundo, depende de cómo se comporte Estados Unidos con respecto a Venezuela. Ya se trate de flujos de refugiados, el predominio de los carteles de la droga y los traficantes de armas o el mundo estará al borde de la estabilidad y la seguridad, todo esto se está decidiendo en la República Bolivariana. La remoción de Nicolas Maduro del poder sería un gran éxito político para Donald Trump. Mientras tanto, Moscú pretende insultar a Washington en Venezuela por la forma en que se hizo en Siria. Por lo tanto, Rusia apoyó al régimen chavista, proporcionándole ayuda humanitaria, armas y expertos militares, con la expectativa de que tal intervención presionaría a la administración de la Casa Blanca. Además, fue una señal muy inequívoca para toda la comunidad internacional, lo que indica que Moscú no tiene la intención de estar en la retaguardia de la política mundial. La victoria en Venezuela podría significar para Donald Trump el triunfo del modelo estadounidense de democracia. Esto atraería especialmente a sus votantes en el estado de Florida, donde viven en su mayoría personas de países latinoamericanos, donde, en su opinión, domina la dictadura. Para ellos, el presidente estadounidense actúa como un "liberador del sufrimiento" y su voto es muy importante para el partido republicano en las elecciones de 2020. A su vez, el fracaso de los Estados Unidos en Venezuela puede arruinar significativamente la imagen de Donald Trump. Esto llevará a la decepción de la mayoría de sus votantes. La Habana tiene una importancia estratégica en la crisis venezolana. El ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, probablemente confió en La Habana para distanciarse de Caracas a través de la cooperación estadounidense-cubana. Sin embargo, esto no sucedió. Para Cuba, Venezuela sigue siendo un símbolo definitivo del legado soviético, donde los ideales de la lucha contra el "imperialismo estadounidense" siguen vivos. Debido a esto, La Habana continúa las relaciones con Caracas, por lo que sigue siendo un ideal socialista, al que Cuba ha buscado en el pasado reciente. Sin embargo, bajo la presión de Washington, las autoridades cubanas todavía acordaron normalizar las relaciones con los Estados Unidos en cierta medida, pero es probable que esta sea una medida puramente formal, ya que La Habana, debido a su naturaleza ideológica, no se consolidará con el "agresor estadounidense" en un futuro previsible. La prolongada crisis en Venezuela indica directamente que Cuba se verá afectada de una manera u otra. Según Washington, este "efecto dominó" es una regularidad, ya que La Habana, durante un largo período bajo Fidel Castro, se posicionó como un enemigo implacable de los Estados Unidos. Y ahora Donald Trump tuvo la oportunidad de recuperarse en Cuba por docenas de años de humillación. La comunidad internacional está al borde de una explosión geopolítica de la presión estadounidense sobre Cuba debido a Venezuela. Muchos jugadores en el escenario mundial están impactados por lo lejos que puede llegar Donald Trump, tratando de suprimir el régimen de Nicolas Maduro. Y si esta política con respecto a la República Bolivariana y, como resultado, Cuba continúa, puede afectar negativamente el desarrollo no solo de América Latina, sino de todo el mundo, en el que Venezuela estará en el mismo epicentro de los acontecimientos.
*ENVIADO POR SU AUTOR DESDE RUSIA.
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