viernes, 10 de julio de 2015

#Bolivia El comunismo: la crucifixión de los pueblos

Por Johnny E. Mogollón E.
Se puede decir que América Latina había tenido un día como todos, con sus luchas, con sus ciudades cansadas, con sus cafecitos a la hora (menos en Venezuela porque no hay), con sus mates, con sus biscochos de grasa y los chimichurris aderezando las carnes (menos en Venezuela porque no hay), con sus panes dulces o salados (menos en Venezuela porque no hay), en fin, con la tranquilidad que da lo cotidiano, y todo fue casi inamovible hasta que el papa Francisco llegó a Bolivia, entonces sucedió lo más estúpido que se le pueda ocurrir a cualquier persona con un coeficiente intelectual por encima del de Nicolás Maduro, que raya en la brutalidad endógena del comunismo, un sacrilegio con el que Evo Morales puso la torta.
El presidente boliviano, que es algo muy parecido a esas personas a las que antiguamente en el estado Nueva Esparta solían llamar hueleverg…, tuvo la desfachatez, no, digamos más bien la desubicación socio-cronológica, de regalar al Sumo Pontífice un mamotreto que en sí ya es una ofensa al arte popular, se trata de un objeto de madera con la forma de la hoz y el martillo, un símbolo tan infame como la esvástica del partido nacionalsocialista alemán, un símbolo que sólo en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas CAUSÓ UN MILLÓN CINCUENTA Y TRES MIL OCHOCIENTAS VEINTINUEVE MUERTES documentadas desde 1934 a 1953 y sólo en el sistema de Gulags establecido por Iósif Stalin, un símbolo de intolerancia, de muerte, el símbolo del comunismo, y sobre aquel ícono de la ignominia, a Cristo, el Señor de señores, el Rey de reyes, Dios hijo encarnado y resucitado, el único y eterno legado de amor y misericordia ¿Puede existir acaso algo más ofensivo para el segmento más grande de la población latinoamericana que es el que profesa la religión católica?
El pontífice llegó a Bolivia hablando de paz, de la opción de la Iglesia por los más pobres, el otro, en cambio, esgrime el único argumento que tiene, es como un loro que repite incansablemente las únicas palabras que sabe.
No es casual, amigos lectores, no fue un derroche de inteligencia, la gente inteligente no actúa de esa manera, y tampoco fue una inocentada producto de la ignorancia, fue la clásica trampa comunista, el jueguito de siempre, el de los fariseos preguntado a Jesús si debían pagar el impuesto al César o si debían o no apedrear a la prostituta, es un juego en el que sólo se busca provocar la ira para que el otro se descomponga y se rebaje a lo banal, a lo salvaje, que es el nivel de quienes idean estas trampas.
Si el Santo Padre hubiese reaccionado de otra manera, ya los regímenes comunistas de la región estuviesen pidiendo la crucifixión para él, por negarse a recibir un “regalo de los pueblos”, estuviesen difundiendo que Francisco viene a Latinoamérica a sembrar división y odio, a imponer las doctrinas del imperio (para los comunistas el imperio es culpable de todo), estuviesen criminalizando la visita, si en cambio lo hubiese recibido con una actitud de aceptación, de gusto, ya estuviesen “confirmando” en sus medios de comunicación, que el papa se ha convertido en Comunista, pero Francisco, un hombre con tanta sabiduría, lo hizo como debía ser, “sin decirle perro pero enseñándole el hueso”, diciendo con la sobriedad de sus actos y su lenguaje no verbal, que acepta el presente aunque no lo comparta.
El muerto sabe a quién le sale
Así dice el refrán popular, y con esto quiero decir que a Morales, al falta de respeto Morales, no se le ocurriría hacer algo así ni por equivocación en otro espacio que no fuese aquel, a buen respaldo, a un hombre con palabras de paz. ¿Por qué no manda a hacer una caricatura insultante sobre el profeta Mahoma y la entrega a sus amigos del Estado Islámico (Isis)? ¿Por qué no una figura insultante de Buda y se la entrega al presidente chino, o mejor, una de Kim Jong-il entregada en persona a Kim Jong Un?
Le salió el tiro por la culata
Este tipo de obsequios públicos se dan con la intención de entregar un mensaje específico, en el caso de Francisco fue una reproducción del mosaico “Salus Populi Romani”, una imagen de la virgen con el niño en brazos, que desde 1611 orna la capilla Paulina ubicada dentro de la Basílica Santa María la Mayor del Vaticano, su mensaje es claro, es un “vengo a reavivar la fe en la virgen María”. En cambio, el mensaje de Evo fue rápidamente rechazado, porque aunque para algunos pocos pueda significar algo ingenioso pero indescifrable, para la mayoría aquel adefesio comunica la más enorme verdad, que EL COMUNISMO ES UNA CRUCIFIXIÓN, LA MUERTE DE LOS JUSTOS, LA CONDENA DE LOS PUEBLOS
* Por Johnny E. Mogollón E.
Fuente: La Cabra Loca (Venezuela)

Vea el video del intercambio de “regalos” que dejó petrificado al Papa Francisco:
Fuente: http://www.hacer.org/latam/bolivia-el-comunismo-la-crucifixion-de-los-pueblos/?utm_content=buffer9a1be&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
ENVIADO POR ENEAS BIGLIONE

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