miércoles, 6 de septiembre de 2017

Cosas extrañas están pasando con el oro… Por Jim Rickards

FedeLa semana pasada hubo dos noticias sobre el oro que fueron, digamos… inusuales. 
Una extraña y otra realmente insólita. 
Ambas demostraban que el oro no es solo dinero, sino que al mismo tiempo es la forma más politizada de capital que existe. 
También demostraban que los políticos, al tiempo que en público actúan despreciando al oro, tras bambalinas le prestan mucha atención al metal. 
La primera historia, la extraña, viene de Alemania… 
El Deutsche Bundesbank, el banco central alemán, anunció el fin de su proceso de repatriar a Frankfurt el oro que tenía almacenado en bóvedas fuera del país. 
Esta noticia representa el fin de un proceso que inició en el 2013, cuando el banco solicitó por primera vez el retorno de una parte del oro alemán almacenado en París, Londres y en el Federal Reserve Bank de Nueva York. 
Y todo este oro ya fue transferido exitosamente. 
Éste es un tema que traje a colación por primera vez en la introducción de“Guerra de Divisas”, en 2011, y en el que propuse un escenario en el que Estados Unidos, en última instancia, podría congelar y confiscar todo el oro almacenado en su propio territorio nacional. 
Esto sería posible gracias a los poderes que otorgan le otorgan los poderes de la Ley de Emergencia Económica Internacional y la llamada Ley de Comercio con el Enemigo, además de la famosa Ley Patriota de George W. Bush. 
Posteriormente, la agitación que nació del repatriado de oro holandés, alemán y austriaco tornó esto en una situación política a nivel europeo. Los ciudadanos del Viejo Continente estaban deseosos de sacar su oro de suelo estadounidense y guardarlo en la seguridad de sus propias bóvedas nacionales. Y la transferencia alemana terminó antes de lo planeado, ya que estaba programada para finalizar en el 2020. 
Ahora, el banco central alemán en realidad no quiere su oro de regreso, ya que Frankfurt no cuenta con un mercado desarrollado de leasing de oro y además no tienen experiencia en el proceso de leasing bajo ley alemana. 
Entonces… ¿a qué se debe a este comportamiento por parte de Alemania? 
El motor que impulsó los sucesos de 2013, cuando se anunció el inicio de este proceso, y de 2017, cuando culminó, radica en el hecho de que en ambos son años electorales. La posición de Angela Merkel como Canciller Alemana será sometida a votación el 24 de septiembre de este año. Es posible que para seguir en el poder la canciller necesite consolidar alianzas con otros políticos o partidos, y resulta que existe un pequeño partido de asociación nacionalista muy a favor del repatriado del oro alemán. 
Merkel y el Deutsche Bundesbank repatriaron oro dos veces: en 2013 y una vez más esta semana, y en ambas oportunidades con el fin de apaciguar las demandas del mencionado partido nacionalista pequeño y mantener la alianza. Es por esa misma razón que este proceso finalizó tres años antes de lo planeado: la Canciller necesita los votos ahora mismo. 
Ahora bien, la otra historia del oro, la realmente insólita, viene directo desde Estados Unidos… 
Hace poco el Secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, y el Líder de la Mayoría del Senado, Mitch McConnell, fueron a Fort Knox con el fin de echarle un vistazo a las reservas de oro estadounidense. Mnuchin es tan solo el tercer Secretario del Tesoro en la historia que ha visitado el famoso Fort Knox, y ésta fue la primera visita oficial proveniente de Washington, D.C., desde 1974… 
El gobierno estadounidense tiende a hacerle caso omiso al oro, a la vez que intenta mantener la atención del público lejos de éste, pero las visitas oficiales a Fort Knox le dan al metal precioso credibilidad monetaria, misma que los bancos centrales preferirían no tuviera. 
¿A qué viene, entonces, esta visita inesperada de Mnuchin y McConell? ¿Por qué justo ahora? 
Puede que esto se deba a que al Tesoro se le está acabando el capital, sobre todo pensando en que podría quedar en bancarrota para el 29 de septiembre si el Congreso no incrementa el techo de la deuda antes de que eso ocurra. 
Pero resulta que el Tesoro tiene la posibilidad de hacerse con U$S 355.000 millones de la nada, y esto sin incrementar la demanda por oro. Para lograr esto sencillamente tiene que revaluar el oro al precio de mercado (en este momento, los registros del Tesoro tienen una valoración oficial para el oro estadounidense de U$S 42,22 por onza, mientras que el precio de mercado está por sobre los U$S 1,330). 
Una vez que el Tesoro revalúe el oro, entonces podrá emitir más “certificados de oro” para la Fed y demandarle a la misma que imprima más dinero y dirigirlo directo a su propia cuenta, todo esto gracias al Gold Reserve Act de 1934. A raíz de que todo este capital vendría de la revaluación del oro, la deuda nacional no se incrementaría, haciendo innecesario un nuevo debate en el Congreso. 
Este extraño truco del oro, de hecho, fue utilizado por el gobierno de Eisenhower en 1953. 
Es posible que Mnuchin y McConnel solo quisieran asegurarse de que el oro seguía en buenas condiciones antes de ser revaluado para emitir nuevos certificados. 
Sea cual sea la razón, la atención oficial que se le está prestando al oro es tan solo uno más de los factores psicológicos que lo hacen subir de precio, junto a la flexibilidad que ha adquirido la Reserva Federal, la escasez del metal precioso y el voraz volumen de compra por parte de Rusia y China. 
Como te vengo diciendo, este proceso no se puede detener, la cotización actual es sólo el comienzo. 

Saludos, 
Jim Rickards Para El Inversor Diario

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