sábado, 4 de julio de 2015

Llegó la hora de bailar samba por Diego Martínez Burzaco

ImageEl panorama de esta economía es sombrío y eso puede representar una oportunidad interesante para el inversor. En estos momentos se requiere agallas, paciencia y tolerancia al riesgo. Si carece de alguna de ellas, no considere esta recomendación.
En las bolsas, uno de los indicadores más importantes que ofrecen una verdadera señal de compra es un escenario que bien está descripto por la siguiente frase:
“Compre cuando la sangre llegue a la calle, aun cuando sea su propia sangre…”
Detrás de esto hay mucho de realidad…
Uno nunca puede descifrar con total certeza cuándo se puede comprar un activo financiero al precio más bajo posible, pero sí es posible saber cuál es el contexto más favorable para llevar a cabo una inversión.
Precisamente se da cuando la situación luce oscura, sombría e incierta. Sí, el mejor momento para comprar es cuando hay crisis, pánico y desconfianza. El principal problema es que justo en ese instante es cuando a uno, como inversor, la cabeza se le llena de dudas y el comportamiento racional no aparece.
Un caso muy paradigmático es lo que ocurre con las economías emergentes en la actualidad. Estos mercados son totalmente ignorados y parte de esto responde a la magra performance económica de estos países en los últimos años.

Como se observa desde 2010 a la fecha estas economías vienen desacelerando su ritmo de crecimiento anual significativamente desde el 7,4% al 4,3% actual. Sin dudas que no es un dato menor, aun cuando dichas tasas son ampliamente más elevadas que las del mundo desarrollado, como se visualiza en la ilustración.
Es precisamente la desaceleración de la economía la que viene alejando continuamente a los inversores de estos mercados.
Recuerdo claramente que antes de la crisis inmobiliaria en Estados Unidos (en 2008) e incluso los primeros años después, los mercados emergentes, y especialmente los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), fueron las vedettes en las recomendaciones de los analistas de Wall Street.
No existía reporte de inversiones que no hablaran de ellos.
Sin embargo, todo cambió…
Entiendo claramente que estas son las reglas de juego, pero también mi experiencia en este rubro me hace recordar siempre un concepto fundamental:Hoy rara vez se los mencionan. Y cuando lo hacen no es precisamente para recomendarlos sino todo lo contrario. Se describen los difíciles panoramas que están afrontando y más si se tiene en consideración que la Reserva Federal podría subir el costo del dinero hacia fin de año.
“Los mercados van por delante de los hechos económicos…”
Considerando esto, hoy le voy a proponer una idea de inversión arriesgada, pero que puede ser redituable en los próximos 18 meses.
Como mencioné, se requiere paciencia y tener una coraza para soportar momentos de gran volatilidad.
Avancemos entonces….
Inversiones con sabor a caipirinha
Hace exactamente 12 meses atrás, Brasil perdía por un catastrófico 7 a 1 la semifinal de su Mundial de fútbol con Alemania. Lo que se suponía que sería una fiesta sin igual y, a su vez, el impulsor del crecimiento económico, resultó ser lo contrario.
No hubo ni alegría deportiva ni económica…
A partir de este evento se suscitaron una gran cantidad de malas noticias en torno a la séptima economía más grande del mundo por tamaño del PBI:
Se denunció un sobrecosto muy importante sobre el armado de la infraestructura para el mencionado Mundial de fútbol.
Emergió con fuerza los escándalos de corrupción en torno al emblema brasileño y otrora impulsor del crecimiento pasado como fue Petrobras Brasil.
La economía cayó en una recesión económica la cual perdura hasta estos días y que recién se lograría sortear en la segunda mitad del año 2016 según las proyecciones privadas y públicas.
La actividad industrial se contrajo más del 8% en el último mes.
El sector de servicios cedió al peor ritmo de los últimos seis años.
La inflación se aceleró y está muy por encima, casi el doble, del 4,5% estimado inicialmente por el Banco Central.
Finalmente, la imagen de aprobación de Dilma está sólo en el 9%.
Todo esto luce muy pero muy mal y hace que las expectativas de la economía brasileña sean realmente desafiantes en el corto plazo.
Pero la pregunta que debe hacerse es, ¿cuánta de esta mala información ya está contenida en el precio de los activos financieros?
Observando el ETF de acciones brasileña, EWZ, parecería que bastante:

El castigo para este activo ha sido considerable en los 2 años. Sin embargo, desde comienzos de año ha dejado de caer bruscamente y se encuentra lateralizando. La zona de US$ 30 es un soporte de importancia, mientras que si quiebra los US$ 37 el camino alcista estará allanado.
¿En qué baso mi buena percepción para este mercado en el futuro?
Dilma no tuvo otro remedio que aplicar medidas ortodoxas para enderezar el rumbo económico: subió la tasa de interés para contener la inflación, disminuyó el gasto público para recortar el déficit fiscal y dejó deslizar el tipo de cambio para que sus exportaciones ganen competitividad.
Todo esto sienta las bases para atraer el capital a Brasil y dinamizar la actividad aún en un contexto global adverso.
Por este motivo, creo que Brasil puede ser una gran alegría para el inversor en el futuro.
A su lado en los mercados, Diego Martínez Burzaco
FUENTE: Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal - enviado por mail

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