martes, 19 de noviembre de 2013

PSR - El gravísimo problema argentino de la droga, "FALOPA S.A."

Adrián Salbuchi y Enrique Romero fundadores del PSR, Proyecto Segunda República refieren este programa a los acontecimientos recientes, también se refieren a: "de eso no se habla" que detalla el grave tema de la droga en la Argentina, los narcos, el poder, las leyes, el apoyo de funcionarios y la complicidad en la muerte de miles de jóvenes argentinos. Los carteles que están operando en la Patria y el dinero lavado que recorre todos los despachos de los funcionarios municipales, provinciales y nacional. Fuente: YouTube- CTLV1º Canal Toda la Verdad Primero
ENVIADO POR SU DIRECTOR Lic. Juan Manuel Soaje Pinto

Capitanich, un presidenciable al frente de los ministros


Cristina Fernández de Kirchner cambió a un jefe de Gabinete de Ministros de origen académico y progresista como Juan Manuel Abal Medina por un político peronista, Jorge Capitanich, que se ha mantenido fiel al kirchnerismo y que ha compartido algo de su visión más de izquierdas, a diferencia de otros que solo están con la presidenta argentina por conveniencia coyuntural. Ante la prohibición constitucional de ser reelegida, Fernández sabe que el candidato peronista kirchnerista más popular es el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, pero el problema es que se sospecha que él no sería un presidente verdaderamente kirchnerista sino más bien conservador. En el peronismo que más comulga con el ideario de la jefa de Estado hay varios otros aspirantes, pero ninguno muy conocido para la mayoría de la población de su país. Uno de ellos es Capitanich, de 48 años. Se supone que el nuevo jefe de Gabinete le dará a ese cargo la robustez y la proyección de imagen de presidenciable de las que carecía Abal Medina.
Tampoco se puede decir que Capitanich es de izquierda. Está más al centro que Fernández. Hasta ahora era gobernador de Chaco, en el pobre noreste de Argentina. Es la décima provincia de su país por población, con un millón de habitantes. Allí se distinguió por su política a favor de la educación de los indígenas, a diferencia de su colega de la vecina Formosa, el también kirchnerista Gildo Insfrán, donde uno de los líderes de la etnia qom, Félix Díaz, sufre una prolongada persecución judicial por su lucha por la tierra. Pero Capitanich también es el gobernador que un día se encontró con los dueños de una de las empresas de software más innovadoras de Argentina, Globant, los puso en un avión de la provincia, los llevó a ver unas oficinas vacías en su capital, Resistencia, y les dio todas las facilidades para que allí instalaran a programadores que exportaran al mundo entero.
Su familia vino de Montenegro al Chaco argentino. Nació en la segunda ciudad de la provincia, Presidencia Roque Sáenz Peña, y estudió para ser contable en la Universidad del Nordeste. Poco antes de graduarse, a sus 23 años, ya era secretario privado del entonces gobernador chaqueño, un peronista, como era costumbre por aquellos pagos. Los que lo conocen admiran su inteligencia, para bien o para mal.
Más tarde se trasladó a Buenos Aires, donde hizo tres maestrías en universidades privadas, la última en la prestigiosa San Andrés: una en Ciencias de la Administración, otra en Economía y Ciencias Políticas y la última en Administración y Políticas Públicas. Entre medio comenzaba sus primeros pasos en la política nacional. En 1994 fue nombrado coordinador de un programa de empleo del Gobierno del peronista neoliberal Carlos Menem (1989-1999). Al año siguiente llegó a subsecretario de Estado en el Ministerio de Desarrollo Social. En octubre de 2001, en plena crisis argentina, fue elegido senador por su provincia, entonces gobernada por la centrista Unión Cívica Radical (UCR).
Tras la caída del Gobierno del radical Fernando de la Rúa, en diciembre de 2001, fue nombrado ministro de Infraestructura por el peronista neoliberal Ramón Puerta, presidente argentino por dos días. En 2002, otro jefe de Estado, un peronista más tradicional como Eduardo Duhalde, lo designó jefe de Gabinete, el mismo cargo que ocupará ahora otra vez. Tenía 37 años y en ese puesto duró solo cuatro meses, la crisis se lo tragó y acabó asumiendo su banca de senador.
En 2003, cuando Néstor Kirchner reemplazó a Duhalde en la presidencia argentina, Capitanich se candidateó por primera vez a gobernador de Chaco y perdió. Siguió como senador, experto en presupuesto, y como tal defendió las políticas económicas del kirchnerismo. También se diferenció entonces del nuevo progresismo reinante en el peronismo al proponer ideas como la de derribar aviones sospechados de narcotráfico. En 2007, Fernández llegó a presidenta y él acabó accediendo a la gobernación chaqueña tras derrotar al radicalismo. Desde entonces, el peronismo se ha vuelto fuerte otra vez en esa provincia del Nordeste argentino y tanto es así que en las últimas elecciones legislativas el kirchnerismo quiso celebrar la victoria al nivel nacional, pese a la derrota en los cinco principales distritos, y en los festejos el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, se comunicó por videoconferencia con Capitanich, donde habían ganado con el 60% de los votos.
El nuevo jefe de Gabinete había dicho que no buscaría una reelección en Chaco en los comicios de 2015, pero había aclarado que tampoco aspiraba a la presidencia argentina. Pero muchos analistas no le creen. Algunos piensan que puede ser un presidenciable kirchnerista que supere a Scioli en unas primarias y a los opositores en las generales siempre y cuando se construya una fama al nivel nacional, algo que aún le falta, y que además sea una buena fama.
Otros contendientes dentro del peronismo más cercano ideológicamente al kirchnerismo podrían ser el ministro del Interior, Florencio Randazzo, cuya popularidad depende de que arregle el paupérrimo sistema de trenes de cercanías con una compras de vagones nuevos que llegarán de China el año próximo; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, otro desconocido para el gran público y de excelente relación con el papa Francisco; y el gobernador de la provincia oriental de Entre Ríos, Sergio Urribarri, que tampoco es famoso fuera de sus pagos y que también sonaba para el cargo que finalmente ocupará Capitanich. El Coqui, como le dicen al chaqueño, tiene ahora su gran oportunidad. Veremos si la aprovecha. Los desafíos económicos de Argentina no son menores, porque el PIB crece, pero la inflación y la pérdida de reservas internacionales acechan. De eso depende la situación social, mientras que la política está en transición hacia un nuevo liderazgo tanto dentro como fuera del kirchnerismo, con la certeza de que la familia Kirchner dejará de gobernar en 2015, después de 12 años en el poder.
Fuente: ElPais.es  http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/19/actualidad/1384830529_062723.html

lunes, 18 de noviembre de 2013

CHILE ALCANZÓ EL MAYOR DESARROLLO DE AMÉRICA LATINA

PBI per cápita en dólares a precios del año 2012La improvisación, el oportunismo y el poco profesionalismo con que se trata un tema de tanta seriedad y trascendencia para el futuro del país, como es el consumo de drogas y el narcotráfico, desnudan el profundo deterioro institucional que sufre la Argentina. Resulta notable el contraste con Chile donde la dinámica política ha logrado colocar al país en una senda de progreso económico y social sostenido. Las estrategias no son directamente trasladables a la Argentina, pero hay mucho para aprender de los éxitos del pequeño país trasandino.  
La oposición liderada por Michelle Bachelet retornará a la presidencia de Chile luego de 4 años de gobierno de Sebastián Piñera. Aunque oficialismo y oposición impulsan planteos ideológicos diferentes comparten el rasgo común de la seriedad con que asumen las elecciones. Como parte del proceso electoral ambos formularon y pusieron a disposición de la sociedad un documento formal con sus respectivas propuestas de gobierno. Allí se describen los planes para educación, salud, adicciones, seguridad y justicia, impuestos, infraestructura, energía, defensa del consumidor, agricultura, pesca, minería, entre otras.
En la Argentina, por el contrario, prevalece un total sometimiento a las directrices que dictan los estudios de imagen. Esto lleva a eludir cualquier tipo de definición que pueda generar rechazos en algún segmento del electorado. Así, la contienda electoral se degrada a planteos con escasa sustancia y con mucha demagogia y descalificaciones a los rivales.
La calidad de los políticos chilenos es el reflejo de una sociedad que ha madurado en sus 23 años de democracia. La competencia no es sólo por imagen y carisma sino también por seriedad de las propuestas. Esto les ha permitido progresar a un ritmo mucho más rápido que el resto de la región. Por ejemplo, según datos de la CEPAL, entre los años 1990 y 2012 se observa que el Producto Bruto Interno (PBI) per cápita tuvo la siguiente evolución:
·  El PBI per cápita en dólares de Argentina creció un 30% pasando de U$S 6.954 a U$S 9.066.
·  El PBI per cápita en dólares de Brasil creció un 82% pasando de U$S 5.922 en el año 1990 a U$S 10.790 en el año 2012.
·  Chile aumentó su PBI per cápita en un 225% pasando de U$S 4.456 a U$S 14.484.
Los datos muestran que Chile pasó de tener un ingreso por habitante en el año 1990 que era entre un tercio y un cuarto inferior a los líderes regionales de aquellos años (Argentina y Brasil) a ser en la actualidad el país con mayor ingreso per cápita de Latinoamérica; casi un 50% superior al de Argentina y más de un tercio superior al de Brasil. Resulta muy sugerente que un país con un territorio estrecho y pequeño, con recursos naturales limitados, haya logrado en un contexto de libertad, democracia y elecciones limpias, superar en apenas un cuarto de siglo a dos países con una gran extensión territorial, diversidad de recursos naturales y beneficiados por el clima y la posición geográfica.
Más relevante aún es que Chile ha alcanzado una posición de liderazgo en materia de progreso social. Según el Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –donde se ponderan variables sociales además de económicas- Chile, en el año 2012, se ubica en el puesto 40°, el más alto para un país latinoamericano; superando a Argentina (puesto 45°) y a Brasil (puesto 85°). Esto demuestra que, aunque Chile tiene una distribución del ingreso muy desigual, el crecimiento económico sostenido ha promovido una intensa y generalizada mejora en la calidad de vida de toda su población.
La construcción de buenas instituciones es la clave de los éxitos y está asociada a la calidad de la política. Un testimonio muy ilustrativo se da con el sistema educativo donde en Chile se viene manifestando mucha disconformidad por parte de los jóvenes. Frente a ello, ambas candidatas presidenciales enfatizan como elemento central de la agenda la calidad educativa, pero no dejan de explicitar sus divergencias en relación a temas sensibles como el fin de lucro en las escuelas subvencionadas por el Estado. Es decir, los candidatos no evaden la discusión ni apelan a la demagogia de armar el discurso exclusivamente a medida de lo que aconsejen los estudios de opinión.
En la Argentina, con problemas educativos no menos graves que los chilenos, los candidatos no superaron, en el mejor de los casos, los planteos genéricos y ambiguos. Ninguno tuvo el coraje de avanzar con propuestas concretas, seguramente por el consejo del asesor de imagen de que esto puede generar rechazos en determinados segmentos de la población, por ejemplo, entre los sindicatos docentes. Algo parecido está ocurriendo en la actualidad con el narcotráfico. En lugar de debatir propuestas con la actitud de construir una política de estado, prevalece un irresponsable oportunismo mediático.
Fuente: IDESA - www.idesa.org  Enviada por mail

TENSIÓN EN EL MERCADO ARGENTINO DE MAÍZ

Hay 1 millón de ha menos sembradas con maíz respecto del año pasado para esta fecha. Es muy posible que la caída interanual del 7% que hoy muestran los guarismos oficiales en superficie maicera se vea superada
.
El volumen de negocios de maíz en el mercado de físico local, orientado mayormente a la exportación, es paupérrimo, con alguna presencia puntual de compradores desde el lado de la exportación. Los valores que se conocieron para el cereal con ese destino estuvieron entre $1.040 y $1.050 durante esta semana, pero siempre respondiendo a un requerimiento puntual de un comprador. El consumo que se conoce en la plaza rosarina cerró en niveles de $ 980 sobre Fortín, en provincia de Córdoba, y $ 1030 sobre Classon, aquí en Santa Fe, aunque abierto a escuchar dependiendo del volumen. Otros consumos tocaron los $1100, lo que estaba en sintonía con los US$ 170 que cotizaba ROFEX para la posición de futuros Diciembre.
Esta clara disminución en el volumen negociado del cereal se percibe en un par de indicadores. En esta semana habrían arribado menos de la mitad de los camiones de la semana pasada a las terminales portuarias del Up River, lo que correspondería a negocios pactados hace algún tiempo. Además, las compras domésticas de la exportación han estado en torno de las 40 mil toneladas semanales en el último mes. El sector lleva comprado 18,86 millones tn de maíz 2012/2013, cuando ha cumplido con el despacho de 16,1 millón de toneladas, lo que significa que tiene un stock de 2,8 millones tn. Por otra parte, no se advierte que ese stock se encuentre comprometido con embarques de maíz cercanos. Si se estudia la programación de carga de buques no está incluido el maíz en los próximos 25 días y las previstas son de cereal de origen paraguayo.
En este momento, el maíz argentino carece de competitividad en el frente externo. Las primas FOB Up River para mercadería de origen paraguayo mostraban puntas de 85 y 75 centavos de dólar por bushel, vendedor y comprador, para el embarque en diciembre. Mientras tanto, el maíz argentino mostraba puntas de 120 y 80 para el embarque en los últimos 10 días de noviembre, y no se conocían ofertas de venta para el resto de las posiciones de embarque de la presente cosecha.
La tensión en los precios del maíz argentino no hace más que responder a los problemas de la demanda doméstica por conseguir maíz, que no parece encontrarse en volúmenes importantes en manos de productores o acopios. Considerando que las distintas industrias pueden llevar adquirido unos 5,8 millones tn de maíz, les restaría comprar algo menos de 3 millones de toneladas para cerrar el ciclo comercial.
Esta firmeza de precios de la vieja cosecha argentina, teniendo enfrente el último trimestre de la campaña, se da en un entorno de cotizaciones de Chicago relativamente flojas. Mientras que la cosecha vieja continúa divorciada del entorno externo, la nueva se ve influenciada por la incertidumbre en cuanto al resultado de la nueva campaña. Los valores a cosecha del maíz quedaron en US$ 155 para entrega en marzo/abril, mientras que para la tira marzo/mayo quedaron en US$ 150. También hubo valores de US$ 158 descarga en marzo en Lima. La presión sobre un final de campaña con ajustado volumen de maíz se nota en los valores más elevados cuando la entrega es más temprana.
Con la última serie de precipitaciones disminuyó el déficit hídrico que exhibían los suelos en buena parte de la región pampeana. Las expectativas son algo más optimistas para los cultivos de verano, particularmente porque, para los próximos días, los pronósticos siguen incluyendo condiciones favorables para la evolución de los cultivos. Las condiciones imperantes permitieron que la siembra de maíz se reactivara en determinadas regiones, aunque en la zona núcleo los planes ya viraron a la implantación de maíces tardíos o de segunda, o pasar directamente al cultivo de soja.
De acuerdo con información oficial, se habría cubierto el 40% del área de intención contra un 54% del ciclo pasado y un 66% de promedio histórico para las últimas cinco temporadas. Siempre con los datos oficiales, hay 1 millón de ha menos sembradas con maíz respecto del año pasado para esta fecha. Por otra parte, es importante el área cuya ventana de tiempo para el maíz de primera se habría cerrado. Es muy posible, entonces, que la caída interanual del 7% que hoy muestran los guarismos oficiales en superficie maicera se vea superada y más acorde con lo que percibe el mercado.
Mientras tanto, en Estados Unidos se está llegando al final de la etapa de cosecha para la campaña 2013/14. Según el USDA, ya se ha recolectado alrededor del 84% de una cosecha que se convertirá en el nuevo récord estadounidense.
En el Mercado de Chicago, la posición de futuros de maíz más cercana ha cerrado la semana a u$s 166,14/ton, un 1% por debajo del viernes anterior. Esta caída fue consecuencia de una mayor oferta por la amplia disponibilidad del cereal en EEUU y las previsiones de una menor demanda luego de conocerse una propuesta de la administración de Barak Obama de reducir el corte con biocombustibles para el año 2014.
En efecto, se ha propuesto reducir el objetivo de uso de biocombustible para el próximo año a 15.210 millón de galones, por debajo de los 18.150 millones estipulados en la ley aprobada en el 2007, aunque la Agencia de Protección Medioambiental no especificó el volumen que se produciría con maíz específicamente. Considerado que el uso para etanol representa el 38% de la demanda estadounidense total que el USDA estimó para la actual campaña, esta noticia ha tenido un fuerte impacto en el mercado.
En el escenario actual, el debilitamiento de la demanda del cereal genera una seria preocupación en el mercado ya que éste ha perdido un alto porcentaje de su valor respecto al año pasado. De momento el mercado apuntaba a que la fuerte subvaluación del maíz respecto a cultivos alternativos como la soja debería corregirse en el mediano plazo, sea mediante una suba del primero o una caída del segundo. Sin embargo, si merma la utilización del grano resulta incierto hasta qué punto éste debe recuperar atractivo para motivar el repunte de las siembras el próximo año.
Fuente: BOLSA DE COMERCIO DE ROSARIO
ENVIADA POR PREGON AGROPECUARIO www.pregonagropecuario.com.ar

domingo, 17 de noviembre de 2013

¡Vacíen los anaqueles!

- ElPais.es
Como el desabastecimiento y la carestía estaban haciendo estragos en Venezuela y aumentando el descontento popular, el presidente Nicolás Maduro, que no sabrá mucho de economía pero es hombre de pelo en pecho y bravuconerías, decidió resolver el problema en un dos por tres. Explicó a su pueblo que la alta inflación que padece el país (57%, la más alta de América Latina) es producto de una conjura maquinada por los Estados Unidos, los empresarios y comerciantes acaparadores y los partidos de oposición para destruir la revolución bolivariana o “el socialismo del siglo XXI”. Y, de un plumazo, ordenó bajar los precios de los alimentos y productos electrodomésticos en 50 y hasta 70%, a la vez que mandaba soldados y cuerpos de choque a ocupar los establecimientos comerciales y enviaba a la cárcel a buen número de “conspiradores”, es decir, los dueños de tiendas y almacenes.
La campaña fue lanzada por el presidente Maduro con la consigna de: “¡Vacíen los anaqueles!”. La orden fue entendida por buen número de despistados como una carta blanca para el saqueo y, sobre todo en Valencia, pero también en Caracas y otras ciudades, se produjeron asaltos y pillajes en medio de una soberbia confusión. Era patético escuchar a las sufridas amas de casa venezolanas, explicando a los reporteros de la televisión oficial lo felices que estaban con esas espectaculares rebajas que les permitirían, en adelante, renovar sus neveras y cocinas y asegurar dos comidas diarias para la familia.
Al mismo tiempo que derrotaba la inflación de un puñetazo en la mesa, es decir, subastando y confiscando cadenas de productos alimenticios y electrodomésticos, el presidente Maduro, mediante la aprobación de la Ley Habilitante, se aseguraba los poderes absolutos que durante un año le permitirán gobernar sin leyes, de la manera cómoda y expeditiva de los dictadores. Para conseguir este atributo, la Asamblea Nacional Venezolana procedió a retirarle la inmunidad a una diputada de la oposición, María Mercedes Aranguren, y a reemplazarla por su suplente, el diputado Carlos Flores, quien, de la noche a la mañana (y mediante generosas prebendas) se volvió chavista y votó a favor de la ley de marras.
Las rebajas impuestas en Venezuela acelerarán el desabastecimiento y el mercado negro crecerá
En suma, pasada la ilusión que estas operaciones han creado en una opinión pública desesperada por la corrupción, el empobrecimiento y la anarquía creciente que vive Venezuela, el precio que el país tendrá que pagar por la demagogia irresponsable de estos días será muy alto. Sin duda, contrariamente a los cálculos del Gobierno, se traducirá en una nueva y más aplastante derrota del Gobierno en las próximas elecciones del 8 de diciembre, lo que obligará a aquél, al igual que en las presidenciales, a un nuevo fraude monumental a fin de mantenerse en el poder pese a su descrédito y a la ruina a la que precipita cada día más a su desdichado país.
Venezuela nunca tuvo una agricultura floreciente, a la altura de las enormes posibilidades agrícolas con que cuenta; pero con el chavismo, sus expropiaciones e invasiones, las tomas arbitrarias de fincas y la asfixiante burocratización imperante, la producción agraria en ciertas regiones se redujo a mínimos y en otras simplemente desapareció. El resultado de todo ello es que el país debe importar casi el 95% de lo que consume, algo que en la época del apogeo del petróleo, apenas se advertía. Pero el control revolucionario implantado por Chávez y Maduro en la industria ha rebajado la producción petrolera venezolana de manera radical, a la vez que la política de control de divisas, una de las fuentes más prósperas de la corrupción, ha convertido la obtención de dólares para los comerciantes y empresarios que necesitan importar materias primas y productos del extranjero en una verdadera pesadilla. Sólo los enchufados en el Gobierno consiguen divisas, o los que están dispuestos a pagar por ellas comisiones millonarias. Los otros deben obtener las divisas en el mercado negro, donde el dólar vale diez veces el precio oficial.
Esa es la explicación de la subida desmedida de los precios y del desabastecimiento generalizado. Las valientes rebajas impuestas manu militari por Maduro sólo servirán para acelerar el desabastecimiento generalizado —los anaqueles se quedarán vacíos, en efecto—, y el mercado negro, que crecerá de manera elefantiásica, estará sólo al alcance de los privilegiados, es decir, los favorecidos por el régimen o por la vertiginosa corrupción generada por la política intervencionista en la economía. En otras palabras, la política del socialismo chavista habrá contribuido a agravar las diferencias económicas y sociales que se proponía abolir.
Mientras tanto, el Partido Comunista chino decide ampliar los mercados libres ya existentes
Al mismo tiempo que ocurrían estas cosas en Venezuela, en Pekín, el Comité Central del Partido Comunista Chino, anunciaba una nueva política económica, ampliando los mercados libres ya existentes para asegurar una mejor distribución de los recursos y permitir una participación de empresas privadas, tanto chinas como extranjeras, en las industrias de Estado. (Advertía también, eso sí, que esta apertura económica no tendría su correspondencia política, pues el Partido Comunista seguirá siendo el árbitro supremo de la vida social). Es improbable que el Partido Comunista chino adopte estas medidas de inequívoco sesgo capitalista por una conversión ideológica y que las emprenda con felicidad. No, se resigna a ellas porque, fiel al pragmatismo tradicional de su cultura, ha comprendido que el colectivismo y el estatismo económico llevan a la ruina a los países y, además de empobrecerlos y atrasarlos, multiplican las injusticias sociales, creando una distancia creciente entre los funcionarios privilegiados de la nomenclatura, y los ciudadanos comunes y corrientes que, además de padecer la inseguridad y el temor, viven haciendo colas, ganando salarios miserables y sin la menor igualdad de oportunidades. Estas verdades elementales, que ya llegaron a la Unión Soviética antes de su desplome, y que empiezan a apuntar, aunque muy tímidamente todavía, en Cuba, parecen fuera del alcance intelectual y del olfato político del presidente Maduro y sus asesores económicos.
No es difícil prever, por eso, lo que depara el futuro inmediato a Venezuela, un país que dada su cuantiosa abundancia de recursos debía tener los más altos niveles de vida de América Latina. En vista de que el desabastecimiento y la carestía —que obedecen a leyes económicas y no a ucases políticos— se agravarán, el siguiente paso del régimen será proceder a la estatización progresiva de las tiendas y comercios que “conspiran” contra la revolución, especulando y hambreando al pueblo. Los pequeños espacios de economía privada se irán cerrando hasta desaparecer y caer en manos de una burocracia inepta y corrompida, de modo que la racionalización de los productos de la canasta familiar, que en buena parte ya existe, se irá extendiendo como una hidra por todos los resquicios de la economía hasta hacer de Venezuela un país tan estatizado como Cuba o Corea del Norte. Corolario inevitable de esta hegemonía estatal: la desaparición de los escasos medios de comunicación independientes que a costa de enormes sacrificios y valentía resisten todavía el acoso gubernamental.
¿Habrá valido la pena todo lo que ha significado en ilusiones, esfuerzos y violencias la revolución chavista? Es verdad que la democracia que ella trajo era ineficiente, derrochadora, demagógica y bastante insensible a los grandes problemas sociales. Y había generado por eso un gran descontento en un pueblo que ingenuamente vio —una vez más en la desgraciada historia de América Latina— en un caudillo carismático y lenguaraz a su salvador. El resultado está a la vista: una Venezuela empobrecida, enconada, devastada por la demagogia y la corrupción, llena de nuevos ricos mal habidos, que, una vez que recupere la libertad y la sensatez, tardará muchos años en recuperar todo lo que perdió con el desplome de su democracia.

Fuente: © Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2013.

Negación, necedad, evasión o estafa.

Alberto Medina MéndezPor Alberto Medina Méndez (*)
Frente a la realidad se pueden asumir diferentes actitudes. Los hechos están allí, pero es cierto que pueden ser interpretados, observados desde miradas distintas, y hasta abordados de modo singular.
Es un denominador común de este tiempo que ciertos gobiernos prefieran no reconocer los problemas por los que atraviesan, que decidan ignorarlos o hasta relativizar su magnitud.
Ante este panorama, algunos ciudadanos se inclinan por creer que se trata de un fenómeno propio de la psicología, el de la "negación", ese mecanismo de defensa por el que, en este caso un gobierno y sus partidarios, se enfrentan a un conflicto negando su existencia, o al menos su relevancia.
La negación implica rechazar sistemáticamente aquellos aspectos de la realidad que resultan incómodos. De cara a las amenazas que significa admitir lo que está sucediendo, la negación actúa como una coraza que protege y ayuda a superar el mal momento, omitiendo lo que ocurre.
Para otros solo es necedad, cierta imposibilidad para comprender lo que acontece y así la respuesta natural para rechazar la crítica pasa por construir argumentos que refuten cada embate, recurriendo a comparaciones con el pasado, relaciones con el contexto y hasta recursos extremos desde lo intelectual como la equiparación del apoyo popular que deviene de las mayorías numéricas con la verdad absoluta.
La obstinación, su terquedad y hasta su ignorancia definen al necio, ese que ante lo evidente, opta por insistir en sus justificaciones y cuando ya no los tiene reaccionar infantilmente apelando al berrinche.
Cierto sector de la sociedad también apegado a una interpretación más bien patológica desea creer que los gobiernos y gobernantes solo repiten lo que muchos individuos hacen en sus vidas personales; la evasión. Como la realidad no les ofrece lo que quieren ver, la eluden invocando conspiraciones en las que confabulan contra sus nobles intenciones y así los fracasos son el producto de endemoniados intereses que destruyen todo.
Mucho de lo que explican, hasta puede resultar verosímil, porque mencionan incidentes aislados que pueden parecer funcionales, pero siempre asumiendo que los inconvenientes detectados son consecuencia de responsabilidades ajenas. Plantearlo así, elusivamente, les permite no tomar decisiones, ya que lo que sucede tiene que ver con errores de terceros y no con desaciertos propios que merezcan ser subsanados.
Un grupo numeroso y cada vez más importante, piensa que solo se trata todo de una simple estafa. Los gobernantes saben de la existencia de los problemas, pero conviven con ellos porque les resulta funcional su presencia. En algunos casos no saben cómo solucionarlos, no tienen idea alguna de por dónde empezar, pero en otros, las recetas que tienen a mano, las necesarias, los obligaría a tomar determinaciones que les resultan muy antipáticas y de un elevado costo político.
Bajo esas circunstancias, deciden sostener sus teorías a rajatablas, aguantar hasta donde se pueda y apostar al optimismo de que la fortuna que suele acompañarlos permanecerá al menos durante algún tiempo.
Saben que algún golpe de suerte siempre puede extenderles el plazo, y que mientras tanto la gente creerá en sus retorcidas historias y su cada vez más endeble relato. Así, podrán estirar el presente, casi hasta el infinito.
Tienen siempre a mano un plan de salida. Ese que les permitirá convertirse en las víctimas de algún complot y construir su leyenda cuando no pueda dilatarse más. Por ahora recorren el hoy como les sale, aprovechándose de la ingenuidad de muchos y sobre todo estafando a una sociedad siempre vulnerable a los encantos de los embaucadores profesionales.
Saben muy bien lo que ocurre, pero eligen el engaño, el fraude y lo hacen a conciencia. La insistencia en razonamientos que permitan sustentar esa farsa no es más que la confirmación de su perversidad y de su falta de respeto a la inteligencia de las personas a las que intentan engañar a diario.
No preocupa tanto la actitud de los gobiernos y los gobernantes. Después de todo, cualquiera sea la causa que los motive a hacer lo que hacen, solo tiene que ver con su propia supervivencia y la prioridad de seguir en el poder. Equivocados desde lo estratégico o no, intentan retener el mando a cualquier precio y frente a su indiscutible ineficacia para resolver situaciones, el camino de hacer de cuenta que no existen parece un recurso excesivo, pero transitoriamente útil y por lo tanto aplicable.
Lo difícil de comprender es como tantos individuos, los mas de ellos sin recibir nada a cambio, defienden genuinamente posturas que no tienen asidero. Se pueden entender simpatías, afinidades y hasta preferencias ideológicas y políticas, pero la alternativa de aplaudir errores no parece ser de personas inteligentes o de bien.
Si solo se tratara de negación, pues la terapia psicológica podría ser un camino de solución, aunque en este caso al ser tan numerosa por la cantidad de personajes involucrados sería mejor un grupo de autoayuda.
Distinto sería el caso de la necedad o la evasión. Más tarde o más temprano, el proceso decantaría y la realidad los impulsaría a entrar en contacto con el mundo concreto.
Ahora, si se tratara de una despreciable estafa, realmente es grave, porque significaría que la comunidad está en manos de delincuentes, de gente que permanentemente manipula al resto para conseguir lo que pretende, acudiendo al embuste como dinámica natural, al fraude como lenguaje estable, y en ese caso, solo cabe que la sociedad despierte para hacer lo que corresponde cuando de tramposos se trata.
No hay que descartar casi nada. Puede que se trate de negación, necedad, evasión o simple estafa, aunque es probable que cada uno ya haya elegido su interpretación de los acontecimientos.
Mientras tanto vale la pena repetir aquella frase que se le atribuye a Ayn Rand cuando decía que "podemos evadir la realidad, pero no podemos evadir las consecuencias de evadir la realidad".
(*) www.albertomedinamendez.com.ar
FUENTE: INFOBAE http://opinion.infobae.com/alberto-medina-mendez/2013/11/17/negacion-necedad-evasion-o-estafa/
ENVIADO POR SU AUTOR

¿Generosidad o Estupidez?

clip_image002
POR ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO
“Lo que nuestra generación ha olvidado es que el sistema de propiedad privada es la más importante garantía de la libertad”. Friedrich A. Hayek

Gracias a Dios, la Conferencia Episcopal en conjunto, y muchos obispos individualmente, han puesto el tema del narcotráfico al tope de la agenda nacional, a despecho de personajes como Anímal Fernández, Perdedor Puricelli, Lancha Scioli, y tantos otros. La Corte, siempre tardíamente y como si fuera un mero espectador y no un poder del Estado, también se hizo eco, pero sin proponer soluciones que excedan su competencia. ¿No hubiera debido hacerlo ya cuando trascendió y se probó que los laboratorios importadores de efedrina habían financiado la primera campaña presidencial de Cristina Kirchner?
El tema, como es obvio, tiene múltiples frentes para el ataque. El primero se vincula a la radarización de las fronteras, a su vigilancia por la Gendarmería y la Prefectura dotándolas de medios y personal, a la creación de nuevos juzgados y cárceles, a la necesaria ley de derribos cuando dispongamos de los aviones de combate necesarios, etc. El segundo es la educación y la integración de los consumidores, para evitar que continúen siendo víctimas del flagelo.
Hoy quiero referirme al tercero, tan eludido por todos por su incorrección política. Me refiero a la política inmigratoria, un arma fundamental que permite a todos los países del mundo –creo que somos la única excepción- decidir cómo quieren ser en el futuro desde el punto de vista demográfico. Pero, tal vez, reclamar un diseño por el estilo en un país que carece de planificación de largo plazo (nadie parece pensar, en la Argentina, más allá del próximo año) resulte una quimera.
Nosotros, en general, carecemos de problemas raciales, religiosos, sexuales o políticos que generen discriminación de ningún tipo. Es más, mayoritariamente tenemos por nuestros hermanos latinoamericanos un cariño enorme, generado por una historia común, por lazos culturales indisolubles, y hasta por el idioma.
Además, es cierto que el preámbulo de la Constitución, cuyo respeto a ultranza predico y exijo permanentemente, habla de los “hombres de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino”, pero ni siquiera ese mínimo requisito es exigido hoy para autorizar la residencia en el país; simplemente, dejamos que cualquiera, aún cuando se trate de un criminal buscado o condenado en su país de origen, ingrese libremente, compre propiedades rurales de importancia, resida en Puerto Madero o en los countries más caros, instale laboratorios de drogas, practique el contrabando de estupefacientes, lave su dinero y envenene a generaciones enteras de argentinos.
Esa política inmigratoria que reclamo –que de ningún modo puede calificarse de xenofóbica, es decir considerar al extranjero un enemigo- tendrá, además de permitir controlar los antecedentes de quienes tengan interés en convivir con nosotros, otros subproductos. La incoherencia de la izquierda, que se manifiesta en contra cualquier limitación al acceso gratuito a la salud, a la educación, a la vivienda y a planes sociales de los extranjeros, que se planifican –o, al menos, debieran serlo- para una determinada población y no para una demanda creciente, incontrolada y desmadrada y, a la vez, se opone al aumento de los impuestos necesarios para financiar esos disparates, es una prueba fehaciente de la esquizofrenia de nuestra sociedad; tampoco en esta área conozco países que apliquen esta forzada generosidad que aquí se impone a los contribuyentes.
Lamentablemente, los países de alrededor sufren, en algunos casos en forma más grave, de problemas sociales parecidos a los nuestros. Y la política de subsidios y de planes sociales implementado, sin filtro de ningún tipo y con mucha intencionalidad política, por el Gobierno nacional, hace que la ciudad de Buenos Aires y hasta el Conurbano actúen como un imán para quienes, en Bolivia, Perú, Paraguay, etc., sufren por la pobreza, la indigencia y, sobre todo, por la falta de un sistema de salud idóneo.
Todos sabemos ya que nuestros hospitales, especialmente los de la ciudad de Buenos Aires, colapsan diariamente por la afluencia de pacientes que provienen de nuestros países vecinos, transportados en los ahora llamados “tours de salud”, similares a los que los argentinos del “deme dos” practicamos a Miami. Esas multitudes, que reciben la asistencia sanitaria de calidad que la excelencia de nuestros médicos habilita, nada pagan por ella, ni siquiera en los costosos tratamientos oncológicos. Sin embargo, cuando viajamos al exterior, descubrimos con asombro que no podemos atendernos gratuitamente en ningún lugar del mundo ante un mero accidente.
Otro tema importante que ha signado los últimos dos meses y sigue haciéndolo hasta hoy es la salud presidencial, y la posibilidad –poco probable quizás- de que su postergado retorno finalmente no se produzca.; si fuera así veríamos entonces como comienza otra vez -¿recuerda la renuncia de Cámpora, el forzado viaje de Díaz Bialet, la asunción de Lastiri?- el juego de las sillas, que se llevará puestos, al menos, a Guita-rrita y a Mueca Rojkes de Alperovich para dejar al frente del Ejecutivo a Julián Domínguez, que cuenta con el consenso de la Iglesia y hasta del grupo Clarín. Qué harán el Vicepresidente o Jaimito cuando sean, por fin, entregados a la picadora de carne de Comodoro Py -¿irán presos pacíficamente o encenderán serios ventiladores?- es un tema que inquieta seriamente a la Casa Rosada.
Mientras tanto, el Gobierno avanza, a paso redoblado, hacia un abismo cada vez más profundo. El proyecto de reforma de los códigos civil y comercial, que la bancada oficialista en el Senado pretende aprobar antes del 10 de diciembre mediante un trámite express en el Congreso, terminará la tarea que la Corte inició, hace pocos días, con la declaración de constitucionalidad de la Ley de Medios Audiovisuales.
Así como la magra mayoría de 4 a 3 que falló así puso en tela de juicio los derechos individuales, la inseguridad jurídica recibirá –si los tristes tigres opositores no consiguen abroquelarse en un rechazo total al proyecto, que obligue a los legisladores oficialistas que aún dudan a votar en contra- su consagración total y definitiva cuando el texto, como se supone, sea aprobado.
Desaparecerá la garantía constitucional al derecho de propiedad, ya que lo subordinará, del mismo modo que hicieron los jueces supremos con los derechos adquiridos de los licenciatarios de medios, a la voluntad política de las mayorías políticas circunstanciales. En esas condiciones, ¿qué demente querrá venir a invertir a la Argentina?; sin esas inversiones, ¿cómo haremos para recuperar el crecimiento? ¿No sabe el Gobierno que el mundo entero conocerá esta nueva catástrofe de un país que se llamaba Argentina?
Desde su entrada en vigencia, si el Congreso decidiera que nuestra propiedad afecta ¡el paisaje!, por ejemplo, podrá quitárnosla sin que podamos efectuar reclamo civil alguno, ni contra el Estado mismo ni contra los funcionarios que lo hubieran dispuesto, que hoy son responsables personalmente por sus actos.
A partir de ahora, si el Gobierno así lo quiere, todo cuanto poseemos y todo cuanto acordemos con terceros estará sujeto a su voluntad y a su demencial arbitrio. Inclusive, el Estado se inmiscuirá más aún en las relaciones entre particulares, aún cuando éstas no violen la ley; como ejemplo, cuando acordemos obligaciones en moneda extranjera, serán canceladas en pesos, al cambio oficial. En un país con la historia financiera del nuestro, cuyos registros sólo son superados por Venezuela o Sudán, ¿quién contratará en estas condiciones?
No conozco en detalle las cuestiones civiles que el proyecto pretende modificar en lo que al régimen personal se refiere –uniones libres, divorcio express, etc.- y opinaré de ello tan pronto acceda al texto que será ¿discutido? en el Congreso.
Desde el año pasado, la ciudadanía ha salido a la calle, masivamente, por distintas razones; creo que ya mismo deberíamos movilizarnos, pero unificando esta vez nuestro reclamo para evitar este nuevo y terrible dislate. Está en juego toda nuestra forma de vida en sociedad, y si no tomamos conciencia de ello y lo impedimos, habremos firmado nuestra partida de defunción como nación independiente. No se producirán invasiones externas, ni siquiera pacíficas, pero la Argentina se habrá caído del mapa para siempre.
La caída de las reservas, aún de las inventadas por Sonrisitas Marcó del Pont, marca el final de un ciclo económico –la década desperdiciada- que nuevamente llevará a la Argentina a una crisis terminal. El aceleramiento de la inflación, que llegará este año al 30%, hará que cuanto más nos acerquemos a las fiestas de fin de año, la marginación –esa que, según el Indec, puede vivir con $ 8 por día- vuelva a manifestarse con grandes conmociones sociales, y las fuerzas de seguridad no están –ni quieren estarlo- preparadas para enfrentarlas.
En fin, deberemos seguir esperando, al menos hasta mañana, para saber si “Ella” reasume o no la Presidencia. De todas maneras, vuelva o no vuelva, el “modelo” seguirá dando, al borde del abismo, pasos al frente.
Bs.As., 17 Nov 13
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado

Blog: http://egavogadro.blogspot.com.ar
Facebook: Enrique Guillermo Avogadro
Skype: egavogadro
Skype: ega1avogadro
Twitter: @egavogadro

ENVIADO POR SU AUTOR

sábado, 16 de noviembre de 2013

Los "beneficios" del estado "benefactor"

Foto del perfil de Gabriel S. BoraginaPor el Dr. Gabriel Boragina(*)
Columnista  
La idea de que el "estado debe mejorar" la condición de la gente no es, por cierto, nueva, pero ha ganado mucho impulso en las últimas décadas entre personas –incluso- que tienen una cierta "cultura". Claro que, poseer una cierta "cultura" no es sinónimo de ser depositario de ideas claras, y menos aun de las ideas correctas. Se dice que el mal llamado "estado benefactor" ha de ocuparse de tratar de igualar las rentas y patrimonios de las personas. Pero no ha sido infrecuente en la historia, y aun en la época actual, que detrás de la máscara del "estado benefactor" se esconda un "estado" totalitario, como explica el Dr. A. Benegas Lynch (h):
"Es cierto que no es posible hacer un tajo en la historia separando el antes y el después como si en nuestra época se hubiera abandonado el sistema empobrecedor. Lamentablemente, a partir de la primera guerra mundial, han aflorado sistemas socialistas y socializantes que parieron sistemas totalitarios, autoritarios, algunos de los cuales se ocultan bajo la fachada de aquella contradicción en términos denominada “Estado Benefactor”. Hoy día, tal vez el ejemplo más repugnante de una gigantesca y hedionda cárcel queda plasmada en la Cuba de Castro."[1]
La propia dinámica de los "estados benefactores" los lleva a convertirse en "estados" totalitarios, ya que la pretensión de satisfacer todas las necesidades de los individuos conduce inexorablemente a tal resultado. Es por esa razón que, muchos países donde este tipo de "estados" han tenido gran promoción, han debido de detenerse y -en muchos casos- dar marcha atrás a la pretensión de constituir y afianzar tal clase de "estados".
También existe una gran mitología respecto a estados "benefactores" como Suecia, país donde se pudo establecer tal tipo de política simplemente porque previamente se siguieron mecanismos pro-capitalistas:
"Para 1950, antes de que se forjara el Estado Benefactor sueco, la economía sueca se había cuadruplicado. La mortalidad infantil había sido reducida en un 85 por ciento y la expectativa de vida había aumentado milagrosamente en 25 años. Estábamos en camino a abolir la pobreza. Nos habíamos globalizado."[2]
Para repartir lo que el "estado benefactor" "generosamente" distribuye es indispensable e inexcusable que antes se haya creado una riqueza suficiente que lo permita, lo que sólo es posible y viable bajo un sistema capitalista de producción, y no en ningún otro. En diferentes palabras, el "estado" sólo puede regalar lo que antes otro u otros han producido. Y siempre es mucho más fácil ser "dadivoso" repartiendo lo que otros han elaborado, que haciéndolo con los bienes propios de cada uno de nosotros.
Lo cierto es que, el estado "benefactor" empeora la condición de los pobres:
"el “estado benefactor” -que siempre se comportó como un elefante en un bazar- ha hecho mucho por denigrar el concepto de caridad (que siempre es un acto voluntario realizado con recursos propios), ha generado más pobreza y ha intentado pasar el mensaje que es responsabilidad del estado el ocuparse del prójimo. Ahora amenaza con producir nuevos desastres pero en el terreno ecológico. Es hora de rescatar el imperativo moral del singular y no dejarse engañar por la hipocresía del plural. Y cuando se recurre al singular debe estarse alerta que no se trate del uso cínico del singular falso al que echan mano políticos en campaña o en ejercicio machacando el tedioso “voy a resolver los problemas del hambre, la pobreza y la marginación”. Este es un singular falso porque significa el uso coactivo del fruto del trabajo ajeno. Tras esto se esconde la verdad: el plural que sólo está disfrazado para que los mequetrefes del poder puedan ocultar sus fechorías."[3]
El "estado de bienestar" es el mecanismo por el cual se práctica la mal llamada "justicia social", que consiste en despojar por la fuerza a unos lo que les pertenece para darles a otros lo que no les pertenece. En pocas palabras, es la consumación del "estado" ladrón, o del "estado" delincuente, en términos lisos y llanos.
"El Estado Benefactor moderno ¿realmente ayuda a los pobres? La noción generalizada, la idea que impulsó al Estado Benefactor y lo mantuvo vigente es que, en esencia, redistribuye ingresos y riqueza de los ricos hacia los pobres: el sistema de impuestos progresivos recauda dinero de los ricos mientras que numerosas agencias y otros servicios lo canalizan hacia los pobres. Pero incluso los (seudo) progresistas PPSD, los grandes defensores e impulsores del Estado Benefactor, están comenzando a darse cuenta de que cada parte y cada aspecto de esta idea no es más que un mito. Los contratos gubernamentales, en particular los militares, encauzan los fondos tributarios hacia las corporaciones favorecidas y los trabajadores industriales, que reciben sueldos sustanciosos."[4]
Este tipo de "estados" no son más que fuente de corrupción, como se observa en los populismos latinoamericanos (Argentina con los Kirchner, Bolivia con Morales, Ecuador con Correa, Venezuela dominada por el comunismo castrochavista, Nicaragua sandinista, etc.) donde los gobiernos tejen y manejan fabulosos negociados, siempre a costa de los que menos tienen. Así ya había ocurrido en EEUU como explica Murray N. Rothbard:
"Las leyes estatales o federales de prorrateo de combustibles determinan límites máximos absolutos para la producción de crudo, con lo cual elevan los precios del petróleo, que además se mantienen altos por las restricciones a la importación. Y el gobierno concede en todo el país un monopolio absoluto en cada área a compañías de gas, electricidad y teléfonos, protegiéndolas de la competencia, y establece sus tarifas para poder garantizarles un ingreso fijo. En todas partes y en todas las áreas ocurre lo mismo: el despojo sistemático de la mayoría de la población por parte del "Estado Benefactor"."[5]

[1] Alberto Benegas Lynch (h). El juicio crítico como progreso. Editorial Sudamericana. Pág. 189-190
[2] Johan Norberg - La Globalización y los Pobres, Fundación Friedrich Naumann (FFN) pág. 11
[3] Benegas Lynch (h) A. El juicio ...Ob. Cit. pág. 204
[4] Murray N. Rothbard. Hacia una nueva libertad. El Manifiesto Libertario. Pág. 185.
[5] Rothbard M. Hacia ...Ob. Cit. Pág. 187

Ideas para un manifiesto liberal

La propuesta de debate que lanza Luis desde Desde el exilio, es un caramelo demasiado sabroso como para dejarlo pasar. Si lo entiendo bien, la idea es llegar a unos mínimos en los que cualquier liberal pueda sentirse cómodo, construir un texto y que todos los liberales podamos decir "ahí está, míralo, no tiene cuernos ni rabo".

La primera idea que se me vino a la cabeza es recordar qué manifiestos liberales ya están hechos y comprobar si han perdido o no vigencia. El más célebre de estos probablemente sea el Manifiesto de Oxford de 1947, actualizado 50 años después con Una agenda liberal para el siglo XXI. Primer problema que veo a bote pronto: son manifiestos hijos de su tiempo. El segundo problema es de otra naturaleza: hay cuestiones como la del papel del estado que crean una división total, dogmática entre dos familias de lo que entendemos por liberalismo. Es esta división el nudo gordiano del asunto.
¿Liberales o anarquistas? Liberales
Nicolás Salmerón
Por resumirlo mucho y para quien no esté al tanto del asunto, digamos que unos liberales heredan una tradición del pensamiento político occidental que tiene doscientos años (a su vez con unas raíces mucho más antiguas) y que ven en el estado una herramienta, necesaria pero no suficiente, para garantizar la libertad. Otros, sin embargo, ven en el estado la tentación de la tiranía. Las dos ideas tienen buenos argumentos, sin embargo forman conjuntos disjuntos. El enfrentamiento entre estos conjuntos levanta barreras para el que viene de fuera. Es más, el estado forma parte del día a día de la gente de tal manera que simplemente ponerlo en cuestión es situarse en la marginalidad política. Y supongo que no queremos eso.
El liberalismo funciona (y todo el mundo lo sabe)
Si el liberalismo es un pensamiento político hay que llevarlo al ágora o al foro y conseguir que sea la base de la organización de la convivencia entre las personas y también, cómo no, que nos sirva de herramienta útil para explicar la realidad presente y pasada. Dicho de otro modo, aquí se trata de política, no de debate académico, y la política es tratar de convencer y sumar fuerzas. En política se trata de ganar, yo quiero ganar, no quiero levantar la estatua más bonita del templo. Destiérrese por tanto la idea de partir de una situación de marginalidad o debilidad política. Los sistemas políticos y económicos de mayor éxito (éxito medido con cualquier variable, desde esperanza de vida y consumo de calorías, hasta tiempo de ocio y viabilidad de nacimientos prematuros) son deudores de principios que asumimos los liberales como propios. Estos principios que llevan a la humanidad a vivir mejor que nunca, como pueden ser la igualdad ante la ley, la dignidad de la persona o la libertad de cátedra, son el regalo que el liberalismo hace a la humanidad. Si somos liberales y recogemos esta tradición de pensamiento para actualizarla y que continúe siendo el muro de contención frente a la tentación de la tiranía (la tiranía no descansa, se adapta y acecha) no podemos limitarnos a la pelea en el barro sobre la financiación pública o privada de una carretera (no dejando de ser esa pelea en el barro algo necesario en un centro de toma de decisiones, como liberal no dejo de desear que se rompa el consenso servil de decir "esto siempre se hizo así").
El liberalismo no puede ser presentado como una opción marginal
David Lloyd George
Bien, la primera idea creo que va quedando clara: los liberales no somos marginalidad política. Los principios políticos del liberalismo no sólo no son un extremo político o algo excéntrico en la política sino que forman parte del pilar esencial de la organización de la sociedad. No es casualidad que hablemos de "estado liberal" o "democracia liberal". Todos los partidos o asociaciones democráticas están obligados a asumir y hacer suyos ciertos principios liberales. Ya ni hablo del Código Civil o de la Constitución. Lo que ocurre es que la tentación de la tiranía sigue ahí. Por eso los liberales somos necesarios. No sólo somos necesarios porque tenemos razón o porque hablando de liberalismo te has ligado a una rubia, somos necesarios porque hoy hay una serie de retos que ponen en cuestión el papel del individuo como parte del cuerpo de la sociedad política.
Ya venga de acuerdos internacionales que erosionan la soberanía nacional, ya venga de aquellos que se inventan nuevos derechos que agreden derechos de terceros, ya venga de la motivada apatía general; la tentación por la tiranía está ahí. No nos podemos dar por satisfechos y dejarlo todo en manos de quienes no hacen suya la causa de la libertad.
Libertad
Emilio Castelar
Si los liberales somos partidarios de la libertad, habrá que saber qué es libertad. Hay correosas interpretaciones para un término que todas las escuelas filosóficas han tratado de definir y sobre el que ni siquiera sé si está todo dicho. La forma de enfocar la definición de libertad, será práctica en este caso. Tomemos por definición lo que cualquiera puede responder por la calle: la libertad es hacer lo que uno quiere. Es evidente que esta definición es inútil. Todos los niños que no llegan a ser astronautas, serían esclavos toda su vida. También es inútil porque la libertad así entendida sería aplicable al náufrago solitario de una isla o a los monos titi. El liberalismo no tiene nada que ver con los monos titi. Esta es una etiqueta que nos cuelgan por la torticera interpretación de algo llamado individualismo metodológico, pero la libertad para los liberales no es ese mecanismo filosófico de análisis, sino algo que sólo se encuentra en sociedad. En una sociedad que tiene una tradición y un contexto.
La libertad de la que creo que hay que hablar es aquella referida a las relaciones que tenemos con los demás (libertad política). Así, podemos hablar de libertad para organizarte con otros compañeros de trabajo y formar un grupo que presione por mejoras en las condiciones laborales. Podemos hablar de la libertad de matricular a tus hijos en un colegio y no en otro. Podemos hablar de la libertad de publicar tus locas ideas en libros y prensa, etc. Incluso podemos hablar de la libertad de comprarte un Ferrari. Problema: la libertad tiene límites. A veces no eres libre de enviar a tus hijos a otro colegio porque no hay más colegios y en ocasiones no eres libre de publicar lo que quieras en un libro porque dañas el honor de otra persona. Para resolver los conflictos que suscitan los límites de la libertad tenemos por un lado al mercado como vieja institución de provisión de servicios y bienes y por otro lado a los tribunales para arbitrar disputas entre derechos en conflicto. Pero ni el mercado ni los tribunales son mónadas flotando en un éter desconectado de la historia y de la gente.
Mercado
Salamanca
Como en los años 20 del siglo XX los bolcheviques ganaron la guerra civil rusa, toca hablar del mercado. Los liberales no hablaríamos del mercado si no estuviera en funcionamiento la moderna y anómala idea de que el estado puede sustituir al mercado. Es más, antes de que las ideas socialistas tuvieran fama, lo normal era ver al mercado como una institución natural más, como puede ser la familia. Ciertamente los llamados fallos del mercado ya estaban siendo identificados y los gobiernos liberales aprobaban leyes antimonopolio y leyes laborales según se iban sofisticando las relaciones de poder y los conflictos entre quienes tienen más y quienes tienen menos. Hoy en día ya resulta obvio para cualquiera que existen externalidades, información asimétrica y situaciones de falta de competencia que son consustanciales a los mercados. Sin embargo, el mercado como institución de producción y distribución de bienes y servicios sigue siendo, en general, más eficiente que la alternativa estatal y, sobre todo, la opción moral preferible para quienes tenemos presente que la actividad del estado se financia detrayendo riqueza de la gente (comúnmente detrayendo mucha más riqueza de la clase media que de la clase alta).
Cuando el estado trata de corregir un fallo del mercado corremos el riesgo de que el coste sea más lesivo que el error a corregir. Es por ello que el estado debe actuar representando los intereses generales, plurales, de todo el cuerpo de la sociedad política. Para ello necesitará controles y equilibrio de poderes.
República
Berlín, 1955. "De aquí no pasáis". Y no pasaron.
Si todos los ciudadanos somos iguales ante la ley y disponemos de los mismos derechos y deberes políticos, todos debemos poder participar en las instituciones de gobierno (bueno, no todos: quienes quieren destruir el sistema representativo de gobierno o atentar contra la soberanía nacional, no pueden aprovecharse del sistema). Estas instituciones de gobierno deben estar dirigidas por una representación de la gente. Para evitar la tentación de crear oligarquías, la representación debe ser renovada con frecuencia y además, tiene que haber varias representaciones que entren en conflicto para que ningún cuerpo legislativo tenga el control total sobre el estado. Es decir, controles y equilibrio de poder. Entiendo que esto ya entre dentro de un campo especializado pero las líneas generales han de ser esas: legislaturas con funciones delimitadas, compuestas por legisladores que realmente sean representativos de su circunscripción, instituciones independientes que auditen su actividad, transparencia de hasta el último céntimo público (excepto lo relacionado con los servicios secretos) y sobre todo que haya una Constitución que diga claramente lo que compete a cada cámara y a cada gobierno.
Hacia un primer borrador
Si soy pesado hablando de todas estas ideas previas, es porque existe una filosofía anterior a la política. Si alguien me dice "la libertad es buena", salgo corriendo. Para evitar caer en metafísicas es necesario estar de acuerdo previamente en definiciones. Dicho esto, una aproximación a un manifiesto podría contar con ideas sobre el hombre, la sociedad, la nación y el fin de la acción política liberal. Esta enumeración es sucesiva. Creo que el manifiesto debe empezar por ideas básicas y acabar explicando por qué la nuestra es la opción óptima.
  1. Ninguna diferencia entre los hombres constituye razón para ser discriminados ante el poder público.
  2. Todo hombre nace con una dignidad consustancial a su persona. Esta dignidad significa que nadie puede ser privado de libertad de movimiento, de su propiedad o ser agredido sin que medien poderosas razones reflejadas en leyes reconocidas por la comunidad en la que vive.
  3. Cada persona es responsable de llevar su vida como le plazca, siempre y cuando no inicie la agresión contra otros si no es en respuesta a una agresión previa.
  4. El hombre vive en una sociedad depositaria de una tradición y una costumbre susceptible de modificación con el refrendo de una mayoría tras un debate informado.
  5. El ciudadano tiene derecho a ser informado y a participar en el proceso político.
  6. El poder político es reflejo de la voluntad mayoritaria de los individuos. 
  7. Debe haber una Constitución que limite de forma clara la acción de gobierno, que establezca contrapesos a su acción y que disponga los equilibrios de poder necesarios para prevenir la tiranía que puede surgir de la sociedad o del propio estado. La opción mayoritaria no siempre tiene razón. La representatividad política constituye un método, no un fin.
  8. El mercado es una institución natural construida sobre la base del intercambio voluntario. La participación del estado en el mercado debe ser limitada y específica.
  9. Sin detrimento de la iniciativa de las personas, el estado ha de cumplir una función de ayuda subsidiaria ante circunstancias sobrevenidas, no anticipadas y que exijan movilizar recursos complejos.
  10. Para el buen hacer de las instituciones políticas el ciudadano y sus representantes deben observar un pulcro sentido de la responsabilidad sobre los bienes públicos y una cauta distancia sobre los bienes privados ajenos. El diseño institucional debe hacerse teniendo en cuenta esta responsabilidad y esta distancia.
  11. El liberalismo es el sistema de pensamiento filosófico y político que promueve la limitación del poder público, la dignidad de la persona y los derechos civiles que han logrado la época de mayor libertad y prosperidad de la historia. 
  12. Ninguna alternativa al liberalismo ya sean las bienintencionadas tentaciones socialistas o las nostálgicas involuciones reaccionarias son capaces de ofrecer formas de convivencia y de acción política acordes con la dignidad humana, los derechos de las minorías, el respeto a la propiedad ajena y el principio de no agresión.
  13. El liberalismo político está ligado a la existencia de la nación. Las mismas razones que llevaron a los primeros liberales en Cádiz a proclamar que la soberanía reside en la nación, son hoy aplicables contra quienes desde dentro y desde fuera quieren quebrar esa soberanía.
  14. Defender la soberanía nacional que propugna el liberalismo político, no entra en conflicto con formas de gobierno que supongan la existencia de varios centros de poder siempre y cuando exista una Constitución común y al menos una cámara en la que ésta soberanía quede reflejada y pueda garantizar las previsiones constitucionales.
Hay algunas ideas mágicas, pero en general el principio de límite constitucional y de sacralidad de la esfera privada quedan reflejados. Es importante hacer hincapié en que no se puede tener igualdad ante la ley sin leyes que reflejen voluntades mayoritarias (en el debate liberalismo vs. democracia, yo me sitúo en la república liberal, es decir, soy de los que piensan que no son incompatibles). Como no hay peor tiranía que la de la turba, se hace necesaria una Constitución que diga que en ocasiones la mayoría no tiene razón. Para esto es necesario limitar la acción del estado y además que haya varias instituciones políticas que puedan vetarse.
Sospecho que todo esto es parte de una conversación más larga.
FUENTE: Publicada en Crónica de un mundo felíz.com  http://www.cronicasdeunmundofeliz.com/2013/11/ideas-para-un-manifiesto-liberal.html

jueves, 14 de noviembre de 2013

8910 - Nicolás Márquez: Las Banderas de madres de Plaza de Mayo fue siempre una usina de terrorismo

Nicolas Marquez, Abogado de UNMDP, articulista de medios, Docente graduado en Ciencias de la Educacion de FASTA, premiado en el 2004 y en el 2005 y ha dado cursos sobre terrorismo y contraterrorismo, narcotrfáico, crimen organizado, conferencista y escritor de 9 libros, su ultimo trabajo escrito en compañia de Agustin Laje "Cuando el relato es una Farsa respuesta a las mentiras kirchneristas". Refiere a su publicacion y la realidad de lo que es el Kirchnerismo, entre una farsa y una tragedia. Data desde el matrimonio Kirchner, los derechos humanos como bandera y otros detalles de esa epoca. FUENTE: YouTube- CTLV1º Canal Toda La Verdad Primero
ENVIADO POR SU DIRECTOR Lic. JUAN MANUEL SOAJE PINTO

República Indefensa - J. R. Spadaro: Tenemos expertos contra el narco, falta voluntad política

Lic. Emilio G. Nani y Lic. Jorge Mones Ruiz, analizan las genialidades del Ministro de Defensa en referencia a: la radarización de las fronteras norte y noreste, el despliegue de aviones para el control aéreo de los narco-vuelos y la exclusión de las FFAA Argentinas en las maniobras conjuntas con los países Iberoamericanos. Cte. Grl. (R) VGM José Ricardo Spadaro, Abogado, Posgrado en Defensa Nacional, Cursos y seminarios en el exterior, docente, consultor internacional, Ex Subsecretario de Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR) y Cte. del Escuadrón "Alacrán" de la Gendarmería Nacional en la Guerra de las Malvinas en 1982. Tcnl. (R ) Carlos Lencinas, experto en Estupefacientes y Narcotráfico. Desarrolla el significado del efecto "Globo" y el efecto "Cucaracha" de los narcos en el crimen organizado. El tema del narcotráfico que jaquea al país y las diferentes etapas del crimen organizado. Fuente: YouTube- CTLV1º Canal Toda La Verdad Primero
ENVIADO POR SU DIRECTOR Lic. JUAN MANUEL SOAJE PINTO

El Tribunal de las Américas retrocede en la libre expresión En el caso Mémoli sobre la condena penal contra un periodista tras denunciar evidentes manejos irregulares de bienes públicos se dictó un fallo lamentable


De un plumazo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos presidida por Diego García-Sayán acaba de poner en jaque la libertad de expresión y el respeto de garantías penales básicas. En una región donde la debilidad institucional es la norma, este gravísimo retroceso no sólo vulnera derechos y libertades fundamentales, sino también dificulta la lucha contra la corrupción, una batalla que seguimos perdiendo.
En una reciente sentencia --adoptada por una estrecha mayoría-- la Corte revierte importantísimos precedentes que defendió durante años. Los valiosos votos salvados de tres de los siete jueces ponen de manifiesto las profundas discrepancias que felizmente subsisten en la Corte.
El lamentable fallo se dictó en el caso Mémoli v. Argentina, que trata sobre la condena penal contra un periodista tras denunciar evidentes manejos irregulares de bienes públicos. Pablo Mémoli, director de un periódico en una pequeña ciudad de la provincia de Buenos Aires, denunció que una sociedad privada había vendido bienes públicos pertenecientes a la municipalidad. Gracias a la denuncia, la justicia intervino, los afectados se enteraron que los contratos de compraventa eran inválidos y recuperaron su dinero. Sorprendentemente, el juez que invalidó los contratos decidió que los directivos de la sociedad habían actuado sin conocimiento de que no podían vender bienes públicos que no les pertenecían.
Curiosamente, los únicos condenados por estos hechos fueron quienes los denunciaron. Mémoli fue condenado por injurias a cinco meses de prisión. Su padre, quien era miembro de la sociedad y había denunciado los hechos ante las autoridades competentes, a un mes de prisión. Como si fuera poco, a raíz de la condena penal, los Mémoli están hace más de 16 años con sus bienes embargados y procesados civilmente.
En 2008, la Corte Interamericana decidió (caso Kimel v. Argentina) que el delito de injurias en ese país era incompatible con la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Para la Corte, la definición del delito era ambigua y violaba el principio de legalidad, que obliga a tipificar conductas ilícitas en términos precisos. Producto de esta sentencia, en 2009 Argentina despenalizó las calumnias e injurias cuando las expresiones ofensivas se refieren a asuntos de interés público.
La Corte, al conocer este caso, debió exigir que los Mémoli -- condenados por un delito inexistente hoy día en Argentina -- se beneficiaran del principio que supone la aplicación de la ley más favorable al acusado de cometer un delito. Sin embargo, sin ninguna explicación razonable y contrariando su jurisprudencia, la Corte da marcha atrás y convalida la condena penal y todos sus efectos.
El derecho a la libertad de expresión --aspecto central del caso-- fue redefinido por la Corte en términos que palidecen frente a sus precedentes. Por ejemplo, para esta mayoría de jueces, los malos manejos de bienes públicos no constituyen una cuestión de interés público; o, quizás aún más grave, a partir de ahora el delito de opinión cuenta con la bendición del máximo tribunal de derechos humanos del continente. Los cuatro jueces ni siquiera se preguntaron si las denuncias de los Mémoli eran veraces, cuando según su jurisprudencia es una causal justificativa de expresiones que puedan ser "ofensivas". Para la Corte, no se violó la libertad de expresión y el periodista no merecía amparo.
Catalina Botero, Relatora para la Libertad de Expresión de la OEA, alegó en audiencia ante la Corte que la condena de los Mémoli "ha generado inhibición e inseguridad jurídica" y también sostuvo que esto afecta a "cientos de periodistas regionales que se encuentran en la mayor indefensión".
Afortunadamente -- quizás porque no era objeto de este litigio -- la jurisprudencia interamericana que protege las expresiones críticas sobre funcionarios públicos y aquella sobre la despenalización del desacato sigue en pie.
Es muy triste que la Corte García-Sayán haya tirado por la borda jurisprudencia construida con el sacrificio de muchos que se han arriesgado para limitar los abusos de las autoridades y de quienes manejan asuntos de interés público. En este continente, donde es habitual que quienes pueden hacerlo intimiden a los jueces, la Corte ha privado a la región de una herramienta clave para luchar contra el abuso de poder y la corrupción.
Fuente: Publicado en El Pais.es http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/11/actualidad/1384198105_138110.html

GRAVE: CREARÍAN UN IMPUESTO CONTRA LA AGROINDUSTRIA UN GRAVAMEN “AMBIENTAL” EN EL PRESUPUESTO 2014 DE SANTA FE

Por Arturo Navarro (*) 
Considerado inconstitucional, discriminatorio, violatorio de la ley provincial sobre el medio ambiente y causante de importantes perjuicios a la propia economía provincial, el proyecto de presupuesto de Santa Fe pretende crear un nuevo gravamen que considera contaminante cualquier actividad productiva de la agroindustria exportadora.
El Gobierno de Santa Fe presentó en la Legislatura el pasado jueves 7 de noviembre un proyecto de presupuesto provincial que incorporó un nuevo gravamen, denominado Impuesto por Presión sobre el Ambiente Natural y Construido, que afecta seriamente a la agroindustria que ya afronta una elevada capacidad ociosa, causante de que se hayan paralizado algunas plantas; la falta de devolución del IVA (más de 1.000 millones de pesos); quebrantos por demoras en los puertos debido a normas de la Aduana y la pérdida de competitividad internacional, por mayores costos internos.
En medios empresarios se analizaba que, de aprobarse ese impuesto, se pondría en riesgo las nuevas inversiones en el polo agroindustrial del Gran Rosario, las que podrían derivarse a otras provincias donde no se aplican impuestos a la actividad productiva específica.
La inclusión de la mencionada gabela en el proyecto de ley presupuestaria santafecina es calificada por especialistas tributarios como “inconstitucional”, por cuanto contradice e ignora a la propia Constitución Nacional, donde se define el enfoque hacia el medio ambiente, y también la Ley Provincial de Fondo 11.717 sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable.
Ambas normas se caracterizan por coincidir en defender y procurar la preservación del medio ambiente y, si se produjera una afectación, promueven y obligan a la recomposición o la recuperación del perjuicio.
Además, el gravamen que se pretende aplicar es considerado discriminatorio, violando el precepto constitucional que postula que “la igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas”. La norma que busca crear el impuesto “ambiental” establece una fórmula de la base de cálculo del impuesto en la que sólo hace referencia a las actividades vinculadas al mercado de granos (transporte, acopio, acondicionamiento y despacho de cereales) como si la comercialización de cereales fuera contaminante y aquella, la única actividad que incurriría en esa supuesta conducta.
La Ley Provincial de Fondo 11.717 sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, en sintonía con la Constitución Nacional, obliga a realizar un estudio de impacto ambiental para aquellas personas que realicen obras o acciones que afecten o puedan afectar el medio ambiente, por lo que la creación del impuesto “ambiental” contradice aquella ley provincial, que busca evitar las consecuencias nocivas de una obra o acción en el medio ambiente, y desconoce validez alguna a ese estudio, vaciando de contenido legal a la preservación medio-ambiental.
El resultado del estudio de impacto ambiental, exigido por esa ley provincial, otorga a la autoridad de aplicación elementos técnicos que posibiliten la aprobación de un proyecto productivo, reclamar modificaciones si es evaluado perjudicial para el medio ambiente o, incluso, rechazarlo.
En cambio, el proyectado impuesto “ambiental” desconoce lo dispuesto por la ley específica y busca hacer tributar a una actividad por el sólo hecho de funcionar, lo que en el derecho tributario es considerado, lisa y llanamente, como irrazonable e inadmisible.
“Con el criterio de ese gravamen seudo ‘ambiental’, en el futuro el gobierno provincial puede reclamar un impuesto a cualquiera que utilice computadoras para su actividad o respire oxígeno,” reflexionó un analista tributario al referirse a la “externalidad negativa generada por toda actividad productiva”, según reza el proyecto de nuevo gravamen.
A diferencia de otras legislaciones como la española, la ley Provincial de defensa del medio ambiente rechaza el criterio de admitir la contaminación a cambio del pago de un impuesto al establecer sanciones específicas para quienes afecten el medio ambiente.
“La creación de un impuesto que tolere en cierta medida algún grado de contaminación está en contra de la lógica del legislador y del medio ambiente, que es lo que justamente se busca preservar al pretender que no se contamine y que quien lo haga responda por ello,” opinó un especialista.
Adicionalmente, el texto del Proyecto de Ley del impuesto “ambiental” supone que cualquier tipo y cantidad de vertido daña al medio ambiente, cuando está en vigencia una normativa que prevé y contempla que la naturaleza dispone de mecanismos para la autodepuración de vertidos, siempre que no se superen determinados valores de concentración y caudal.
La citada resolución subraya que si las empresas cumplen con los parámetros de vertido no estarán alterando nocivamente la pureza del medio ambiente, dado que éste tiene la capacidad natural de regenerarse.
Finalmente, el proyecto de gravamen descarta de hecho cualquier posibilidad de ser eximido de pagar el tributo, al evitar incorporar un mecanismo que permita al contribuyente que cumple con las normas medio-ambientales –bajo parámetros que podrían haberse establecido específicamente aunque ya está en plena vigencia la obligatoriedad del estudio de impacto ambiental- ser excluido del pago del impuesto en cuestión (más allá del sistema de deducciones que se crea). De ese modo, se consagra el criterio de gravar a una actividad productiva sólo por el hecho de existir y operar, lo que es manifiestamente inconstitucional.
(*) www.arturonavarro.com.ar
ENVIADO POR SU AUTOR

ARCHIVOS DE TEMAS DEL BLOG

Buscar articulos