El 12 de junio está a solo tres semanas.
Ese es el día en que el Comité Federal de Mercado Abierto (o FOMC), la rama de la Fed dedicada a los asuntos de tasas de interés, probablemente aumente sus tasas de interés de referencia en un 0,25% -el séptimo aumento desde el “despegue” de las tasas en diciembre de 2015.
En este momento el mercado considera que las probabilidades de una suba en son de un 95%.
Se trata del aumento de tasas más agresivo llevado adelante por cualquier banco central de las economías importantes, y pone el nivel de tasas de Estados Unidos a niveles significativamente más altos que los del Reino Unido, Japón o la Eurozona.
Ahora, la problemática que aqueja a los inversores es si la Fed está incrementando las tasas de forma demasiado agresiva considerando la fuerza de la economía estadounidense. Tasas más altas implican un dólar más fuerte, así como deflación importada y vientos en contra para el crecimiento.
Pero si la economía estadounidense es vulnerable, entonces las medidas de la Fed podrían desencadenar una recesión y una ola de ventas en la Bolsa –a no ser, claro, que la Fed cambie de rumbo rápidamente.
Mi postura aquí es que lo más probable suceda lo segundo.
La Fed está endureciendo y creando debilidad, razón por la cual cambiarán el rumbo de la economía mediante una pausa en los aumentos de los intereses más adelante este año.
Cuando eso ocurra, las tendencias importantes en las acciones, bonos, divisas y oro experimentarán un completo revés.
La postura de la Fed hacia el público es bastante positiva en cuanto a los pronósticos de normalización monetaria. Tanto Janet Yellen como el nuevo Presidente de la Fed, Jay Powell, han dicho que los incrementos en los intereses serán firmes y graduales.
En términos prácticos, esto se traduce en cuatro incrementos por año en los intereses, cada uno de 0,25% cada marzo, junio, septiembre y diciembre, con pausas ocasionales producto de las fuertes señales de deflación, mercados desordenados y una baja en la creación de empleos.
Últimamente la creación de empleos ha sido fuerte. Por su lado, la inflación ha tomado impulso. Pero no es constante en lo absoluto. La Fed aún tiene por delante varios vientos en contra que enfrentar antes de alcanzar su meta de inflación.
Ese índice de inflación no ha cooperado con los deseos de la Fed, y con todo y las ganancias recientes, no ha podido mantenerse por encima de un 2% de forma consistente.
Esto ha sido una tendencia persistente y no debería considerarse un tema menor para los dirigentes del banco central, ya que esto dictará las medidas que se tomarán en la próxima reunión de la FOMC, a celebrar el 12 y 13 de julio.
He advertido en varias oportunidades que el endurecimiento de la Fed está generando debilidad económica. El banco de la Fed de Atlanta está proyectando una tasa de crecimiento del 4,1% para el segundo trimestre de este año. Sin embargo, la institución es famosa por sus proyecciones súper-optimistas que casi siempre terminan retrayéndose una vez que llegan las estadísticas.
El banco tuvo que recortar sus proyecciones para el crecimiento en el primer trimestre, pasando de un 5% a un 1,8%. Es casi una garantía que esta proyección la reducirán también.
La economía ha estado atrapada en este ciclo de crecimiento lento por años ya. La actual recuperación económica no ostenta esa expansión de 3% o 4% que las recuperaciones anteriores sí mostraron.
Mientras tanto, la Fed está llevando adelante sus políticas de endurecimiento cuantitativo (QT) o recortando sus balances.
Mientras tanto, la normalización de los balances es más automática que los aumentos en los intereses. Ahora la Fed no se deshará de sus tenencias de securities. En vez de eso, se abstendrá de refinanciar los securities con fechas de vencimiento próximas a llegar. Cuando el Tesoro le paga a la Fed una vez llegada la fecha de vencimiento de una de sus notas, el dinero simplemente desaparece.
Este es el opuesto a la impresión de dinero, y se conoce como “endurecimiento cuantitativo” o “QT” –el contrario directo de la QE. Es exactamente como si la Fed estuviera quemando dinero.
La Fed ha sido transparente sobre el ritmo al que quiere ir recortando sus balances forma, aunque la transparencia no debería llevar a los inversores a adquirir una postura conformista.
La Fed quiere que pienses que el proceso de QT no tendrá ningún efecto. Los dirigentes del banco central hablan en código, y tiene una palabra para esto: “segundo plano”. La Fed quiere llevar adelante este proceso en segundo plano.
Y esto no tiene sentido alguno.
Las contradicciones que emanan de la charlatanería optimista de la Fed están hechas para hacernos pensar que el endurecimiento cuantitativo no es una política contradictoria –pero la realidad es que sí lo es.
Siguen afirmándole al público que las condiciones actuales son estables cuando hay impresión de capital, pero que cuando el dinero desaparezca, esto no tendrá ningún impacto. Este enfoque se cae sobre sus cimientos –y tendrá un impacto importante sobre la economía.
Mis estimaciones son que cada US$ 500.000 millones de endurecimiento cuantitativo podría ser el equivalente a un aumento del 0,25% en las tasas de interés. Algunas proyecciones son incluso más altas, de un 2% por año. Eso no es nada más ruido “de fondo” –es música rock de las más estridente, ensordeciéndote.
Para una economía adicta al dinero fácil, esto será un duro balde de agua fría.
La decisión de la Fed de no comprar nuevos bonos será tan dañina para el crecimiento económico como las crecientes tasas de interés.
Mientras tanto, las ventas de retail, los ingresos reales, las ventas de autos e incluso la participación laboral muestran señales de debilidad. Todos los indicadores económicos importantes señalan que la economía estadounidense no puede generar tanto crecimiento como la Fed quisiera.
Cuando sumas a esto el endurecimiento cuantitativo, podría fácilmente inducir hacia una nueva recesión.
Luego la Fed tendrá que recortar los intereses una vez más. Ahí volvemos al QE. Podrías llamar eso QE4 o “QE1 parte 2”. De todas maneras, los años de intervenciones colosales en esencia han atrapado a la Reserva Federal en un estado de manipulación perpetua –y de aquí la situación se acentuará aún más.
¿Y qué pasa con la Bolsa?
A pesar de la corrección de febrero, la Bolsa sigue sobrevalorada debido a una combinación de intereses más altos y crecimiento más lento.
Lo más importante que tienes que saber sobre las burbujas es que duran más de lo que uno espera, y revientan cuando menos lo imaginas. Ante tales condiciones, generalmente la burbuja no revienta hasta que la última persona no tira la toalla. La corrección de febrero sacó algo de aire de esta burbuja, pero la misma dinámica sigue aplicando. Esto nada más dio un poco más de tiempo.
Pero hablando en serio, ¿esta burbuja realmente podría reventar?
Por supuesto que sí, y puede que el QT sea la gota que rebalse el vaso y lo haga. Diría que el mercado está condicionado fundamentalmente para una caída importante. Tomando en cuenta que la Fed sigue sin tener idea de lo que está haciendo y que ahora el banco central ha tomado un rumbo peligroso, anticipo una corrección bursátil severa llegando más temprano que tarde.
La Fed se dará cuenta por las malas que incrementar los intereses y reducir los balances ralentizará la economía. Creo que al final del día esto llevará a otro cambio en la postura del banco central, volviendo así a la flexibilidad.
Espera un aumento en la volatilidad –y más correcciones– una vez que el mercado se percate de que la Fed ha decidido cambiar de políticas de endurecimiento a relajación.
La respuesta está en el oro.
Saludos,
Jim Rickards Para El Inversor Diario
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