sábado, 3 de junio de 2017

La eterna promesa de la Realidad Virtual...se cumplió

alt_textMis peores recuerdos de infancia son mis visitas al médico.
Nunca tuve alguna enfermedad en particular, pero además del miedo que me provocaban las agujas y los aparatos que usaba, su sala de consultas era lo que más me desagradaba.
La razón para eso era que, en mi mente de niño aficionado a la tecnología, era el lugar más aburrido del planeta: no había ni una sola computadora en esa sala.
Así funcionaban los médicos en esa época. Pero hoy en día, una escena como esa sería imposible de encontrar en el mundo, porque la tecnología de la información ha transformado todos los aspectos de la industria de la salud.
Y aún sigue progresando.
La última innovación en cambiar las reglas del juego en el mundo médico es la Realidad Virtual (VR), específicamente su variable llamada Realidad Aumentada (AR).
Esta tecnología consiste en la capacidad de ubicar elementos virtuales en un escenario real, mezclando ambos mundos y convirtiéndolos en uno.
El ejemplo masivo más famoso de la aplicación de esta tecnología es el videojuego para celulares Pokémon Go, en donde los personajes de la serie coexisten con los humanos en puntos específicos de la ciudad, pero son creados desde una plataforma virtual.
Pero un videojuego móvil es sólo un uso posible para esta innovación.
En los próximos años, esta tendencia se transformará en un mercado de US $3 trillones gracias a su entrada al rubro de la salud.
La Realidad Aumentada permitirá a los cuerpos médicos monitorear de manera más eficiente a los pacientes, entrenar a los doctores a menor costo, intervenciones quirúrgicas sin margen de error humano, e incluso tratamientos a larga distancia.
Realidad Virtual: La eterna promesa
La verdad es que, en 2017, confiar en la Realidad Virtual no es sencillo.
Esta tecnología ha rondado a la humanidad desde hace al menos 20 años, y siempre parece ser una cosa del futuro. Esos inventos que están a punto de llegar, pero que jamás terminan materializándose o volviéndose masivos.
De hecho, me atrevería a decir que los que más dinero han hecho en este último tiempo con la Realidad Virtual son los directores de cine y TV, que han realizado muchas series y películas sobre el tema, casi siempre mostrando escenarios catastróficos o ridículos.
Pero fuera de bromas o comparaciones odiosas, existe una razón técnica por la cual la VR no ha logrado explotar como todos esperan: hasta el momento, la tecnología existente no tenía la capacidad suficiente para crear una experiencia 100% inmersiva.
Los procesadores no eran lo suficientemente pequeños o poderosos, la capacidad de modelación 3D no era óptima, y la alta resolución necesaria estaba en pañales.
Y aún si hubiésemos tenido todo eso, se habría necesitado una interfaz rápida, para que el escenario virtual que experimentamos se reprodujera a la misma velocidad que el mundo real.
Con todos esos obstáculos en contra, la VR y la AR no tenían posibilidad de tener éxito…
Hasta ahora.
El momento clave de la tecnología VR
El año pasado demostró ser muy importante para la tecnología de la Realidad Virtual.
En 2016, esta innovación dio un salto cualitativo importante gracias al incremento de su poder de performance en un paquete mucho más pequeño.
Porque hoy en día, la miniaturización de la tecnología es la fuerza que mueve este mercado.
Piénsalo así:
Nuestros celulares pasaron de ser ladrillos sin otra función que la de hablar por teléfono, a dispositivos delgados, elegantes, livianos e hiper inteligentes que caben en nuestro bolsillo.
En un principio, los primeros smartphones no se masificaron, pero luego, cuando la industria encontró el equilibrio perfecto entre poder, diseño y comodidad – El iphone de Apple en 2007- el mercado se despertó y el futuro de las comunicaciones llegó.
Lo mismo sucederá esta vez con la VR.
Si vas a usar un dispositivo de Realidad Virtual o Realidad Aumentada en tu cabeza, de seguro vas a querer el más liviano y confortable que pueda existir.
Hoy en día es posible hacer de los dispositivos de VR algo tan liviano como un par de anteojos, gracias al gran avance en fabricación de semiconductores, que permiten chips de almacenamiento de información cada vez más pequeños.
Al mismo tiempo, se ha mejorado en la capacidad de producción de energía y eficiencia de las baterías, y todo esto cubierto por carcazas ultra livianas y casi imperceptibles.
Esto significa que la tecnología VR finalmente está lista para convertirse en un dispositivo de todos los días, especialmente en el rubro de la salud, donde podrá ser utilizada sin problemas en escuelas de medicina, hospitales e incluso, quirófanos.
No sólo cambiará la calidad de vida de los pacientes, sino que, además, se convertirá en un negocio altamente lucrativo.
Si bien las proyecciones de ventas de dispositivos VR este año serán acotadas, los mercados de la VR y AR podrían transformarse en negocios de US $150 mil millones antes del fin de esta década.
Y estimaciones recientes de medios como Forbes estiman que el 25% de ese dinero provendrá del nicho de la tecnología de la salud.
Por eso, es fundamental estar al tanto de que esta tecnología ya llegó a la humanidad, y está en condiciones óptimas para salir de las “fantasías del futuro” y transformarse en asunto de todos los días. Y al mismo tiempo que transforma el quehacer de todos los médicos, y mejora la salud de todos los seres humanos, podría convertir en millonarios a sus inversores tempranos.
Y quién sabe. Tal vez para los niños fanáticos de la tecnología como yo, ir a la consulta del médico puede pasar de un paseo aburrido al día más divertido del mes.
Siempre mirando al futuro,


Ray Blanco
para El Inversor Diario

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