lunes, 26 de junio de 2017

La recesión está más cerca de lo que se cree

La definición convencional de producto interno bruto o PBI tiene 4 componentes: consumo, inversión, gasto público y exportaciones.
Esta definición usualmente se expresa en forma de ecuación, donde PBI es: consumo + inversión + gasto público + (X – M)
alt_textLa operación que acabas de ver es la más común, pero no refleja de manera verdadera la importancia de cada componente: el consumo es por lejos el componente más importante.
El consumo es casi el 70% de la economía total en la mayoría de los países.
Por ejemplo, en el último reporte trimestre del departamento de comercio de Estados Unidos, el PBI anual de EEUU fue US $19 trillones y el consumo fue de US $13 trillones. El 68% del total del PBI.
Y la importancia de este factor no termina ahí.
Si el consumo disminuye, también lo hace la inversión. Los negocios no invertirán en ningún proceso productivo o industria a menos que los consumidores finales tengan disposición de comprar ese bien o servicio, para justificar la inversión.
Dicho de forma de coloquial: cuando el consumidor estornuda, la economía completa se contagia de neumonía.
Eso es precisamente lo que está ocurriendo en estos momentos en el mundo.
Las ventas en el rubro del retail están bajando de manera vertiginosa debido a un crecimiento muy débil de los ingresos de estas compañías, los crecientes gastos asociados a las tiendas físicas, y las expectativas pesimistas en términos deflacionarios.
En medio de todo esto, la confianza de los consumidores ha caído a su nivel más bajo desde 2008 y el gasto en consumo cayó en mayo, al igual que la inflación.
Sumado a todo esto, la Fed está creando más inestabilidad con alza en las tasas de interés y reduciendo la cantidad de dinero circulante, gracias – o por culpa de – su nuevo programa llamado: reducción cuantitativa o QT.
Por último, los índices financieros están por las nubes, y el precio de las acciones está llegando a máximos históricos cada día de los últimos 2 meses. El mercado metió 5° velocidad y está a punto de estrellarse.
¿Cómo llegamos a este punto de caos?
Durante los últimos 7 años, los Bancos Centrales más grandes del mundo han creado más de US $15 trillones de nuevo dinero, por medio de la compra de bonos gubernamentales.
A este nuevo dinero impreso, junto a los programas de compra de bonos se les ha llamado QE1, QE2 y QE3. Además, existen variantes regionales como el Euro QE y el QQE en Japón.
Todos estos programas y sus variaciones exóticas han sido rotundos fracasos de management económico, pues no han sido capaces de ser modelos sustentables de crecimiento para sus países, y tampoco han llegado a la meta de un 2% de inflación que buscan los Bancos Centrales.
LO peor de todo es que el mercado de las acciones y el de los bonos están enviando dos mensajes diferentes.
El Dow está alcanzando cifras por sobre los 21.500 por primera vez en su historia, y el S&P rompió sus propios récords sólo 3 días después de la última suba de tasas. Al mismo tiempo, el Nasdaq está en el mejor momento de la década.
Las acciones están en la zona sagrada. La inercia positiva en donde todo les sale bien.
Pero el mercado de los bonos está contando una historia mucho más gris. La ganancia del Bono del Tesoro de EEUU a 10 años ha caído de 2,4% a un 2,1% en los últimos días. Esto siempre es una señal de estancamiento en el crecimiento económico, y una señal inequívoca de recesión.
Es decir, todo lo contrario a lo que expresan las acciones.
Si las ganancias de los bonos están cayendo, es porque la deflación está arruinando los planes de la Fed de “re-inflar” la economía ¿Es esa la razón por la cual las acciones están subiendo tanto?
O dicho de otra manera: Si las bajas en la ganancia de los bonos avisan la llegada de una recesión ¿Debería el mercado estar apostando tan fuerte a las acciones hoy en día?
Esta actitud desafía toda teoría económica, e incluso, la propia historia del mercado de valores…y sin embargo, es lo que estamos viendo hoy.
En algún punto, probablemente muy pronto, la realidad que reflejan los bonos hará “despertar” a las acciones de su lindo sueño, la recesión llegará y el mercado de las acciones va a colapsar. La caída será violenta, quizás hasta de un 30% o más antes de fin de año.
Para cuando ese momento llegue, los inversores que tengan sus portafolios compuestos exclusivamente por acciones serán los más perjudicados.
Pero no sólo los “fanáticos” de las acciones sentirán el impacto. También se verán afectados los inversores en real estate comercial, residencial y todos quienes tengan su dinero en mercados emergentes, como las bolsas indias o las acciones mineras australianas.
Después de todo, sólo hace falta que uno de esos mercados periféricos colapse para que el efecto dominó comience…Wall Street se hundirá en cuestión de horas.
Los inversores minoristas, como nosotros, pagaremos las mayores consecuencias de la ineficiencia de los Bancos Centrales para enfrentar una crisis, y la pérdida masiva de confianza que se ha generado en las entidades regulatorias en la última década.
Sólo para tener en cuenta: en las últimas dos crisis de liquidez a nivel mundial – Rusia 1998 y la crisis sub-prime de 2008 – los Bancos Centrales del mundo realizaron un salvataje a las grandes empresas, y, además, imprimieron dinero para agilizar la economía.
Sin embargo, este esfuerzo titánico de las instituciones por preservar el orden tuvo un costo: las arcas quedaron vacías para enfrentar un nuevo golpe. Además de eso, está el descontento popular con estas medidas. La mayoría de los contribuyentes a nivel mundial rechazo con furia el salvataje que el Gobierno de sus países realizó a grandes empresas con dinero público.
Y eso fue en 2008, cuando los movimientos sociales a nivel mundial no estaban tan agitados como ahora, y los nacionalismos proteccionistas de ultra derecha aún no tenían la potencia que ostentan hoy en Europa o Norteamérica.
El mercado está ad portas de una recesión, sin ninguna herramienta disponible para enfrentarla. Su ingenuo plan de subir las tasas para luego bajarlas artificialmente y paliar el colapso les explotará en la cara.
La crisis que se avecina será de deuda soberana. Todos los países del mundo están demasiado endeudados, y ninguno está creciendo al ritmo necesario para solventar ese dinero.
Sólo como dato, China, que por años fue el único país creciendo a ritmo saludable en todo el planeta, se estancó hace ya 4 años, y su deuda total ya corresponde al 250% de su PBI.
Por todas estas razones, estoy recomendando a todos mis lectores a nivel mundial que no confíen en los bancos, en la política monetaria gubernamental, ni en el optimismo que reina el mercado de las acciones hoy en día.
Te mantendré informado,


Jim Rickards
Para El Inversor Diario

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