La Argentina feudal existe y crece Argentina tiene bolsones de pasado que abochornan. Zonas del Chaco, de Formosa, de Tucumán, de Catamarca, de Salta, que no permiten avizorar un final feliz a la sociedad.
por RAÚL ACOSTA
ROSARIO (La Capital).
 Aparecen libros, ensayos sobre la sociedad ciudadana, la de las grandes
 capitales del país que avergüenzan. Uno debe sospechar, por rigor 
intelectual, si no se trata de una especulación del comercio de las 
grandes editoras. Enfurece a la honestidad que hablen de libertades en 
mitad de la más oprobiosa ignorancia a la que facilitan con su 
ocultamiento. Cualquier ensayo chapucero sobre el kirchnerismo y el 
progresismo encierra una matriz de asesinato del futuro de los pobres, 
los olvidados, esclavizados, desaparecidos con vida.
Los trabajos de investigación, como cuentas de un collar, enhebran 
denuncia tras denuncia, perlas, mugrientas perlas que la televisión 
exhibe entre un show de bailarines, una pelea gremial y un discurso de 
la señora presidente enojándose con alguien. A los investigadores de la 
Big Manzana su insensibilidad les permite el sueño de los justos en 
mitad de la injusticia social. Investigan para chantajear, no para 
denunciar.
Cristina es el ejemplo a seguir. Para la pobreza, la 
inflación, el narcotráfico, las denuncias de corrupción, denuncias que 
ya atacan a su círculo íntimo; hijo, choferes, vicepresidente, 
secretarios, la señora parece Herminio Iglesias. La señora mira desde 
fuera su intimidad. Podría decir tranquilamente la famosa frase del 
dirigente peronista, como ella. La corrupción es sin migo parece decir 
la señora, feliz en los remilgos y regates por televisión. El coro de 
propios y extraños, tal la condición de buena parte de la oposición, no 
le corregirá el lenguaje para que la frase sea más cercana. La 
corrupción es conmigo. Con Usted, señora. Nadie la advierte. No tiene 
sentido.
Los corredores de auto se bajan, luego del fracaso en la carrera y 
dicen: falló el carburador. No se encontrará un corredor de autos que 
diga conduje mal. Los médicos luego de la cirugía fracasada sostendrán: 
le falló el corazón. No hay tantas denuncias por mala praxis como 
muertos por esa razón. Los traductores comerciales de todas las 
confesiones tienen frases similares: Dios lo ha querido así. Argentina 
padece el egoísmo del corredor, insensible a su propia  incapacidad;  el
 desparpajo del cirujano que atribuye la muerte al órgano que debía 
salvar y la estudiada resignación de los sacerdotes. Tenía que suceder. 
Revuelve el alma la resignación. Es demasiado imperial la actuación del 
cristinismo como para aceptarla después de la Revolución Francesa. Chau 
libertad, igualdad, fraternidad. Estamos por llegar al 18 brumario de 
Bonaparte. Y será peor. Mucho peor.
Argentina no ha entrado en la era moderna. No ha entrado 
buena parte de su territorio. La edad media y los señores feudales 
tienen su sitio. Que diferencia a los Romero, los Juárez, los 
Saadi, los Gioja, los Alperovich, los Insfram, los Capitanich, el 
caudillaje atomizado de Catamarca y el caudillaje ilustrado de Salta. 
Nada los diferencia, sólo fechas en el almanaque. 
Parecen realmente chistes de humor negro, de torturadores 
progresistas que se hable de pueblos originarios en las grandes 
ciudades. Que se les entregue radioemisoras y no vivienda, agua, 
vacunas, comidas. Parece una tortura, una súper mentira impiadosa.
 Corrientes, cada vez mas extraña y Misiones, cada vez más brasilera, ya
 están fuera de circulación. No están integradas a la Argentina central.
 En ninguno de los territorios mencionados hay justicia. Ni igualdad. 
Hermandad. Esperanzas. Los filósofos, aprendices de vendedores de 
cuentas de colores, describen la realidad que los envuelve pensando vaya
 a saber qué. En la venta de su alma y en la cátedra sesgada, con 
seguridad.
Cuando esos esclavos encubiertos llegan a las grandes ciudades el 
costado más espantoso los pone en un mundo mejor. La historia de 
cualquiera que fue esclavo en un bosque chaqueño y es feliz muriéndose 
de hambre en el fondo de la Villa 31 nos deja desnudos de dignidad. 
Kirchnerismo infeliz. Malvado. Incompetente para explicarlo en una mesa 
redonda de seis, siete, ocho contertulios obligados, que en el estudio 
de televisión piden agua fresca y aire acondicionado. 
 
Corrección: incompetentes no. Cómplices del olvido de la verdadera revolución demorada.
 Agua potable, vacunas, comida para todos ya. Educación mañana a la 
mañana. Dignidad para siempre. Fin de los señores feudales. Si no 
solucionan eso no han solucionado nada, excepto sus economías 
familiares.
Es necesario entender el  paisaje, la escenografía, la cruel 
realidad que envuelve cada caso de violación, esclavitud, trata de 
blancas. Por una cuestión de formación, en pueblos de la provincia de 
Santa Fe sin agua potable, con energía eléctrica de 
cooperativas, no del Estado, sin cloacas, con el baño fuera (excusado) y
 el pozo con el aljibe, la tierra tapando el camino y el pan de ayer,
 muchos entenderán que el pasado está cerca, pero lejísimo el mañana si 
depende de estos señores feudales. Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Entre 
Ríos (en parte, hay un costado explotador en ésa provincia) Buenos Aires
 y Ciudad Autónoma  parecerían alejarse del feudalismo. 
En estos parajes y con estos pueblos se gestó Alcorta, la Liga del Sur, el irigoyenismo, el peronismo, las ideas socialistas.
 Sus comunidades parecerían despegarse de la sodomización. Depende.  Si 
ofertan el mañana con el mentiroso discurso del ayer vendrá el 
feudalismo, el diezmo y el derecho de pernada. Si el gobierno central no
 se define y apaña a los señores feudales el mañana traerá una frase 
oriental, atribuida por la leyenda a Lawrence Arabia. Si no puedes 
impedirlo gózalo. Ni el designio de Cristina ni el de un bere bere 
humillándonos es bueno. Nada. No es lo mejor. No señor.
 Fuente: Urgente24
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