sábado, 9 de marzo de 2019

Los errores en campañas electorales. Por María Celsa Rodríguez

Por: María Celsa Rodríguez | Abogada y Analista Político
Hay muchos errores que se cometen en las campañas electorales y que se convierten en la causa de quedar fuera de la contienda. Es como si el mensaje que debió llegar a los electores se va como una hoja que lleva el viento y termina entre un montón de hojas, perdiendo individualidad.
La oleada de mensajes de todos los colores confunde, y el elector, quien solo piensa en sus problemas, solo quiere que el candidato por el que va a votar se los solucione. Por ello, el punto de conexión es encontrar esa llave que despierte su atención; por ejemplo: reducir la burocracia en sus trámites; reducir la cantidad de impuestos que le hace aumentar sus costos y le quita posibilidad de más producción y mayores inversiones; conectarse con el elector que se ha quedado sin trabajo o con el comerciante al que se le han caído las ventas por la alta inflación y la desocupación, etc.
Si despierta el interés de esa persona se ganará su voto. Los problemas de la gente común deben estar en el discurso político y este debe ser creíble; debe ser expresado con autenticidad, manteniendo la sensibilidad, exponiendo sus emociones y su descontento ante esa realidad que vive la gente. Ponerse en los zapatos del otro es fundamental para sustanciar una postura sincera.
¿Cuáles son los errores que se cometen en campaña?
Gritar en los discursos atacando al contrincante: esto genera enojo y rechazos.
Ignorar a los más jóvenes y sus problemas
Entregar un plan de gobierno en forma de revista o diario, algo que el elector no va a leer. Ya no lee un panfleto -que termina tirado en el suelo a metros de donde le fue entregado-, menos lo hará con algo de gran tamaño.
Exponer sus proyectos en una radio donde son invitados varios políticos al mismo tiempo.
Dejar para el final de un discurso o de una entrevista las mejores iniciativas y proyectos cuando están en cierre de campaña. Lo primero que se debe contar es lo más importante y novedoso.
Hacer un largo preámbulo para luego responder la pregunta en forma concisa: justamente la larga introducción quitó importancia a la respuesta.
Generar dramatismo, hablar rápido y de forma irreverente.
El cuerpo también habla en un discurso y, a veces, las palabras son arropadas por los gestos.
Una comunicación muy retorcida y con muchas vueltas, donde los conceptos son confusos. Exponer un pensamiento ahogado en la neblina de las ideas se queda ahí, perdido.
Frases largas e interminables que no generan claridad.
Aceptar entrevistas en un programa de chimento (chismes), de música o deportivo, que nada tiene que ver con política.
Poner spots televisivos en horarios y en canales que no son los apropiados.
Banners en Facebook o en páginas de Internet.
Poner vallas que alejen al candidato del elector (cuando lo muestran cual estrella de rock, por ejemplo).
Pegar carteles en la calle donde ya existen carteles de otro candidato, generando una mezcla de imágenes que confunden al elector.
Ser antipático y responder con mal humor.
Todos estos errores son horas de campaña perdida y plata desperdiciada.
@MaraCelsaRodri1

Publicado en Polemos Politic 

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