jueves, 21 de marzo de 2019

Idlib (Siria), la manzana de la discordia; por Denis Korkodinov

Resultado de imagen para denis korkodinovEl principal problema que enfrentan Rusia y Siria en torno a la escalada del conflicto en Idlib es el hecho de que este territorio es un sangriento campo de batalla en el que varios grupos armados que se oponen al régimen se enfrentan los unos a los otros. Bashar al-Assad. A su vez, el gobierno sirio es consciente de que este problema no puede ser a largo plazo. Este problema debe resolverse rápidamente para no exponer al estado sirio al peligro. Después de largas batallas en los alrededores de Al-Qusayr, los militantes de varios grupos terroristas se concentraron en Idlib. La concentración de fuerzas extremistas en la ciudad ha sido tan grande, que Hezbolá y los líderes de la oposición armada siria tuvieron que considerar la suscripción de varios acuerdos durante el período de “limpieza” de la región de Kalamoun. Estos acuerdos se extendieron a los militantes que estaban en el Líbano. Los militantes que anteriormente habían sido derrotados en Palmira, Aleppo, Deraa y Tel-Rafaat comenzaron a encontrarse nuevamente en Idlib. Debido a esto, la ciudad comenzó a representar un gran peligro para Siria, ya que en esta, según algunos reportes, se ha acumulado entre 50 mil y 100 mil de militantes de organizaciones antigubernamentales. Y esta cifra podría aumentar si el problema no se resuelve rápidamente. La posición del grupo Hayat Tahrir al-Sham es un enorme reto. Por un lado, el gobierno Turquía lo ha incluido recientemente en la lista de organizaciones terroristas, pero no cierra la oportunidad de negociar con estos grupos, sobre todo por intereses económicos. Y el grupo no tiene la intención de disolverse; busca participar activamente en las batallas. Khayat Tahrir al-Sham fue el responsable de preparar la provocación química en Idlib, mientras Ankara protestó formalmente por ello. Sin embargo, las partes en el concierto internacional tienen la misma intención de designar su participación en Idlib. Ahora, aparentemente, solo están ocupados coordinando objetivos. Sin embargo, si Rusia y Siria pretenden, en caso de una escalada del conflicto, derrotar los objetivos controlados por Washington, entonces los países de la OTAN tienen tareas totalmente opuestas: la Casa Blanca y sus aliados están listos para bombardear Idlib por el objetivo ilusorio de dar un golpe irreparable a Bashar Assad. El uso de armas químicas es una estrategia peligrosa para justificar el ataque demente de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia en Siria, aún cuando esto no tiene gran sustento, ya que el 23 de junio de 2014, todas las armas químicas de Siria fueron destruidas. La situación puede salirse realmente de control, dadas las relaciones extremadamente tensas entre Rusia, Turquía y los Estados Unidos. En este contexto, Siria tiene una posición muy inconveniente, en el medio de todos los lobos. Es probable que los actores internacionales prefieran destruir el Estado de Siria y desmembrarlo, puesto que la conciliación y la negociación no han sido posibles. Y la principal “manzana de la discordia” sigue siendo Idlib. Es poco probable que Washington tome medidas cobtundentes contra Damasco, como sí lo hizo contra Irak y Libia. Esto se debe principalmente al peligro que representa que Israel sea atacada por Hezbolá y los asaditas. Vale la pena señalar que Donald Trump pone en primer plano la seguridad de Tel Aviv y, por lo tanto, no pondrá en peligro a Israel. Un ataque contra Damasco pone en situación de vulnerabilidad a la seguridad de las fuerzas navales estadounidenses concentradas en el Mediterráneo. Donald Trump entiende que las fuerzas gubernamentales del SAR están bien equipadas, su sistema de defensa aérea funciona perfectamente y Rusia les ha dado asistencia militar. Trump no tiene prisa y no desea profundizar el conflicto, ya que la medida de represalia puede salir mal y traer como resultado la derrota de los buques de la Armada de los Estados Unidos. Washington no se atreverá a burlarse del “oso ruso”, y no se meterá en el ámbito de su influencia. Trump evitará tomar acciones que podrían desagradarle a Moscú. Lo más probable es que la Casa Blanca decida no organizar una gran operación militar especial en contra Siria. Estados Unidos se limitirá a unas pequeñas escaramuzas, que no tendrán efecto estratégico. Ahora Rusia y Siria están preparadas para cualquier provocación militar. Basta con decir que, para contrarrestar los intentos de Washington de lanzar un ataque con cohetes en el territorio de la provincia de Idlib en Siria, Moscú fortaleció el sistema de defensa aérea de la base aérea de Khmeimim. Es poco probable que esta instalación se utilice de forma plena. Es más bien un arma disuasiva, más que de respuesta rápida. Sin embargo, en el caso de la agresión directa de Washington, es muy posible que esta infraestructura le dé un duro golpe a los enemigos de Siria y Rusia.

*Denis Korkodinov es uno de los politólogos mas importantes en Rusia, con importantes conexiones en el gobierno ruso y el sector privado nacional de ese país. Korkodinov trabaja además para el equipo editorial de la unidad de investigación de la World Community. Especialista en relaciones públicas corporativas y de comunicación masiva, activista de derechos humanos y experto internacional reconocido en el campo de la política de los estados del Cáucaso. Estuvo cerca de convertirse en el alcalde de Ulyanovsk. Sus análisis son frecuentemente publicados en Europa, Rusia, Turquía y otros países
ENVIADO POR SU AUTOR DESDE RUSIA

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