miércoles, 13 de marzo de 2019

S LA SOCIEDAD CIVIL EN LA ACTUALIDAD, REALMENTE LA PROTAGONISTA. Por CESAR GUILLEN CITTERIO

Resultado de imagen para venezuelaAnte los tensos y angustiantes momentos que la sociedad de este país atraviesa, ante la peor destrucción sin estar en una guerra que país alguno haya experimentado en este siglo, y ante una esperanza que avizora un cambio profundo en Venezuela, nos preguntamos qué hacer y que tener en cuenta para la reconstrucción del país. Todos sabemos el porqué de lo que nos ha pasado y las consecuencias de tantos errores cometidos.
Siempre hemos sido una sociedad acostumbrada a vivir bajo el cobijo de un estado dispensador y en su mayoría despilfarrador. Esto último demostrado por la Revolución Socialista Bolivariana. El último “lujo” que nos dimos los venezolanos de experimentar y hasta de exportar pues EL PETRO-DINERO financio ese gusto “estrafalario y grotesco” Aquí Lo ideológico es intrascendente, aquí la obtención del dinero fácil es producto de la corrupción o del vicio criminal.
Son muchas los hombres sensatos, que advirtieron de lo perjudicial que era vivir del estado benefactor y de los administradores de toda esa riqueza, únicos autorizados a repartirla a su real saber y entender. Los consejos se obviaron porque la abundancia no los permitía. Nunca apreciamos las experiencias de otros países y de aquellos que promovían el trabajo honesto y productivo. Inmersos en el populismo de la riqueza fácil, no percibimos hacia donde nos dirigíamos, pues teníamos “la barriga llena”. No sabíamos lo que era la necesidad, hasta conocer de cerca su “verdadero rostro”.
Sin embargo, hay que tener absoluta y entera confianza de que se puede sacar el país adelante. Hay el recurso material y humano, hay el dinero disponible, hay muchas propuestas, estrategias y hombres capaces tanto nacionales como internacionales de llevarlas a cabo y que tienen planes concretos, aunque esto sorprenda a los incrédulos. Saben lo que debe hacerse en un plazo razonable, para conducirnos por el camino del progreso y del bienestar, sin duda alguna.
Pero también creo y estoy más que convencido, que todo pasa por una redimensión del estado y de la nación, vale decir “hacer todo lo contrario a lo que acostumbrábamos hacer” que son las causas de nuestra actual tragedia, y que no nació en el 1999, pues la historia no se puede segmentar, ella es continua. Que se haya agravado es otra cosa, era imposible que no sucediera. Como imposible era el triunfo de algo diferente en las elecciones donde Chávez arrasó. "El ccmesias salvador" costumbre inveterada de nuestra sociedad.
Era la reacción al modo de hacer política, que en su momento estelar enrumbó al país a la modernidad, pero que hipertrofió al estado, debilitando a los factores productivos y sociales, bases de la democracia con las consecuencias harto conocidas por el país. El agotamiento era inminente y sus síntomas más que visibles. Oportunidades se tuvo de detener esta locura y las desaprovechamos, precisamente por querer dar una respuesta dentro de la política tradicional venezolana “hija única del estatismo“ y que pretendió los cambios con sus métodos ya superados, una vez que el monstruo disfrazado de rojo comenzó a mostrar sus fauces.
En su juego particular, apartaron y menospreciaron al resto del país “la sociedad civil” esa a la que algunos líderes políticos tradicionales se referían despectivamente “La sociedad civil, con qué se come eso”. Pues para regocijo de toda esa sociedad civil, que puso los muertos, los heridos, los arruinados, los encarcelados, los humillados, los expatriados, los emigrados, a todos ellos les debo decir, ¡ESTE TRIUNFO ES DE USTEDES!
No podemos bajo ninguna circunstancia dejarnos arrebatar este terreno ganado, por los intereses que todavía están a la sombra y que temen se devele su complicidad. Hay que apartar las emociones, válidas en tiempos de desesperación, pero debemos hacer las cosas por una vez en la vida, con madurez, coraje y mucha inteligencia. Abordar este reto, no con la inmediatez y el cortoplacismo tradicional, que luego nos sume en el desespero y la decepcion. No mas mesias, ni salvadores de la patria, solo lideres responsables modernos y alineados con la economia liberal del mundo occidental y desarrollado, capaces de afrontar el reto de erradicar: El estatismo nacional, unico responsable de este desastre, el es el germen de todo lo producido en consecuencia. Ya basta de los prejuicios del nacionalismo patriota y de la identidad originaria de los pueblos latinoamericanos, con esa baina casi que desaparecemos como republica.
No somos asiaticos ni mucho menos musulmanes. Nuestra religion,costumbres y amigos se encuentran en el mundo occidental, America y Europa principalmente. Con ellos debemos alinearnos "sin temor" mas aun que son los que nos han apoyado y defendido. De los otros,ustedes saben el comportamiento adoptado.
El camino es largo, pero hay que transitarlo. ¡Venezuela ya no se detiene y mucho menos se devuelve!
ENVIADO POR SU AUTOR

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