EL
DÍA DESPUÉS
Luego del aleccionador “18 A” la clase
política toda enfrenta un verdadero desafío con final abierto. Gobierno y
oposición. Es que lo gestado en la noche del 18 de Abril, amén de haber
reflejado un acto de madurez política por parte del Pueblo Argentino, pone
virtualmente en un brete tanto al elenco gobernante como a la desdibujada
oposición política.-
Existe una manifiesta crisis de
representatividad, no solo de los partidos políticos como institución
republicana, sino de la dirigencia política en sí misma. Es una crisis
institucional y dirigencial a la vez. Es profunda e intensa. El que no lo
alcance a vislumbrar y comprender de este modo, se arriesga y expone a que este
virtual tsunami popular se lo lleve puesto.-
Los actores sociales siguen siendo los
mismos. El escenario, por el contrario, es diferente y con un guión más cargado,
más intenso.-
Es un Pueblo que se está haciendo oír, pero
su clamor no es canalizado por ninguna fuerza política de la tibia oposición.
Ningún partido político lo instó. Ningún dirigente lo fogoneó. El motor
impulsor de esta tremenda queja es solo el hastío generalizado. La bronca
masticada en soledad que casi mágicamente encuentra compañía en las calles y
que como un reguero de pólvora se desparrama a lo largo y a lo ancho de todo el
País.-
Es pacífico. Por ahora este reclamo es
pacífico y quiero que lo siga siendo, pero mi anhelo en ese sentido guarda un
temor. El mismo que puede sentir cualquier ser humano ante las incontenibles
fuerzas de la naturaleza.-
Esa hora negra no debe llegar. Todavía hay
tiempo. Como Pueblo no solo necesitamos que nos escuchen, sino que los
dirigentes obren en consecuencia. Que estén a la altura de los acontecimientos.
Esto es grave. No es un chiste de mal gusto. Deben captar las necesidades que
el Pueblo grita y no mirar para otro lado. La indiferencia nos puede costar muy
caro a todos. Si no cumplen con su función de dirigir no tendrán luego el
derecho a queja alguna. Por favor, no nos roben la ilusión de vivir en un
genuino estado de derecho y en paz.-
Como decía Sardou: ¡Que cosa tan simple la
política! De un lado, los que tienen todo, dinero, honores y cargos; del otro,
los que nada poseen. Aquellos todo lo encuentran bien. Estos lo encuentran todo
mal. A la derecha la digestión; a la izquierda el apetito.-
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