lunes, 29 de abril de 2013


BRECHA DEL DÓLAR ENTRE LAS MÁS ALTAS EN 50 AÑOS
La diferencia entre la cotización del dólar paralelo y el oficial sigue aumentando. En el diagnóstico oficial subyace la idea de que es un fenómeno transitorio y de poca importancia. Sin embargo, la historia argentina brinda evidencias concretas de que brechas de este nivel no son sostenibles y que su reducción nunca se produjo vía baja del tipo de cambio paralelo sino fuertes aumentos sobre el tipo de cambio oficial. La mega devaluación del tipo de cambio oficial corrige las distorsiones producidas por las malas políticas económicas, pero con ajustes sociales muy costosos ya que involucran la caída del salario real.
Más allá de los controles y prohibiciones, el dólar paralelo se ubicó en los $9,34 y sigue aumentando. Como el dólar oficial cotiza en $5,18, la brecha cambiaria llega al 80%. Esta diferencia es creciente desde finales del 2011 cuando se puso en práctica el “cepo” cambiario. Al principio, el argumento oficial era que la brecha se producía por la presión ejercida por especuladores, luego por una minoría que demandaba dólares para vacacionar en el extranjero y posteriormente que estaba asociada a la estacionalidad de las cosechas. Mientras tanto, desde diferentes organismos del Estado se desplegaron promocionados controles y prohibiciones. 

No es la primera vez en la política económica argentina que se apela a controles cambiarios generadores de diferencias entre el dólar oficial y el paralelo. Por ello, resulta interesante observar otros momentos de la historia argentina para analizar las consecuencias que tuvieron asociadas altas brechas cambiarias. Apelando a datos históricos extraídos de la publicación “Dos Siglos de Economía Argentina” de la Fundación Norte y Sur y más actuales del Ministerio de Economía se observa que:

En 29 de los últimos 50 años no hubo dólar paralelo o sea no hubo brecha entre un dólar no legal y el dólar oficial.

En los 21 años restantes hubo dólar paralelo, y el promedio histórico de brecha se ubicó en alrededor del 46%.

El récord de brecha se observa en el período 1973 – 1975 cuando la diferencia entre el dólar paralelo y el oficial alcanza en promedio a 146%.

Estos datos muestran que en el último medio siglo en poco menos de la mitad (40%) del período hubo controles de cambio y, derivado de ello, diferentes cotizaciones para el dólar. Seguramente no ayuda a la memoria colectiva que la mayor cantidad de años sin controles de cambio se concentra en los últimos 20 años, en la década de los ’90 y la década del 2000. Mientras que los años donde hubo dólar paralelo se acumulan en las décadas del ’60, ’70 y ’80. Las brechas en las cotizaciones fueron en promedio relativamente altas, del orden del 46%, aunque no tan grandes como la actual que está próxima a duplicar ese nivel
Las evidencias históricas también muestran que los controles de cambios tienden a asociarse con períodos de alta inflación, inestabilidad y estancamiento. Fenómenos que se están observando con creciente intensidad desde la vigencia del “cepo”. Esto no es casualidad ya que el control de cambio trata de ocultar las consecuencias de los desordenes fiscales y monetarios. El Estado puede regular transitoriamente el precio del dólar oficial pero no puede evitar que frente a la persistencia de los desequilibrios la demanda de divisas presione la cotización en el mercado no oficial o paralelo.

Los datos históricos muestran que las brechas más altas se dieron entre los años 1973 a 1975 y en la actualidad. Son dos períodos que presentan muchas coincidencias. En ambos prevalecen políticas internas caracterizadas por crecientes controles de precios y salarios, déficit fiscal, emisión monetaria, regulaciones poco racionales y mucha burocracia administrativa con subsidios indiscriminados. Pero también ambos períodos coinciden en ser de excelentes precios internacionales. En los años 1973 y 2012 los precios internacionales de las exportaciones primarias argentinas fueron un 32% superior al promedio de los últimos 50 años. Dicho de manera simple, son dos períodos de grandes oportunidades perdidas por la mala calidad de las políticas internas aplicadas
La brecha cambiaria delata una inconsistencia que en algún momento se torna insostenible. Factores circunstanciales, especialmente los altos precios de las exportaciones, pueden darle alguna perdurabilidad, pero nunca eternidad. El dato relevante es que nunca se salió de una brecha cambiaria persistente con una reducción nominal del tipo de cambio paralelo, sino con mega devaluaciones del tipo de cambio oficial. Es decir, ajustes que corrigen las distorsiones acumuladas, pero con importantes caídas del salario real.
Fuente: Publicado en www.idesa.org

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