Ayer me pesé y solo tengo 56 kilogramos; poco para un hombre con una estatura de 1.80 metros como yo.
Pensaba que era el único pero mi amigo llamado ”El Cóndor Cumanés” me comunicó sentir el mismo arrebato con los panes y pesa 50 kilogramos. Me ganó; pues deberíamos tener mínimo 70 kilos.
Como nosotros hay mucha gente en Cumaná, todo Sucre y Venezuela. No llegamos a los “tres golpes” de comida; y si en el país somos 30 millones de personas, entonces diariamente se producen NOVENTA MILLONES DE GOLPES a los estómagos venezolanos.
Me pregunto como hará el Vicepresidente de la república quien preside “el comando antigolpe” para detener el ejercito de ciudadanos obstinados y dispuestos a todo por satisfacer la primera necesidad del ser humano como es la alimentación.
Por cierto, el señor vicepresidente es muy nombrado en Los Estados Unidos y no es por su conducta amigable con el ambiente.
Las autoridades norteamericanas consideran a Venezuela un estado narcotraficante y podrían radicalizar las sanciones económicas como no comprarle petróleo o desplegando una operación comando al estilo “Noriega” en Panamá.
El hambre es la oposición conspiradora del Gobierno de Maduro y la generan intencionalmente para culpar al fantasma de la guerra económica inventada por ellos mismos.
Secuestraron el dólar, el control de cambio y trancaron la economía nacional. El comunismo está gobernando sobre los cadáveres de la población sostenido por la represión de las Fuerzas Armadas, los cubanos, cuerpos policiales, colectivos y el poder judicial. Por eso nadie los quiere. De cada 10 venezolanos 8 detestan el régimen.
Este gobierno dictatorial y comunista con mentiras y trampas legales aprobó una ley para prohibir la pesca de arrastre desapareciendo tres mil empleos en el estado Sucre y gran cantidad de pescado en la mesa de los venezolanos.
Igualmente, al imponerle restricciones a la pesca de altura los armadores dirigen sus barcos a puertos internacionales como Panamá, Puerto Rico, México, Republica Dominicana y al océano pacifico, dejando sin materia prima la industria enlatadora nacional pero abriendo el camino al gran negocio de los boliburgueses: la importación de atún con jugosas comisiones en dólares.
De la misma forma cercaron la pesca artesanal. Es un vía crucis conseguir gasolina; los altos precios convirtieron los motores fuera de borda en incomprables así como el nylon, plomo, redes, boyas; y lo que no tiene precio: la vida de los pescadores está en manos de los piratas del mar.
Desde ya debemos “fajarnos” a reconstruir nuestro país ayudado por la providencia divina y el esfuerzo de cada quien para liberarnos de este bacalao y babalao socialista que nos atormenta la vida.
En Cumaná por ejemplo “debemos comenzar inmediatamente” a recuperar la industria enlatadora LA GAVIOTA expropiada y robada por el chavismo; estructurar la Escuela de Pesca; crear escuelas de mecánica marina con énfasis en construcción y reparación de motores fuera de borda; escuelas de carpintería de ribera para construir embarcaciones; redimensionar la carrera de Ingeniería Naval de la UNEFA, Ingeniería Industrial de la UNA; todas las escuelas de Ingeniería de la Universidad Politécnica Clodosvaldo Rusián, así como apoyar emprendedores del sector pesquero por cuanto es nuestro mayor potencial.
Para todo ello y más, los Cumaneses saben que cuentan conmigo… (Un abrazo, reenvíalo)… ¡CANDELA!
ENVIADO POR SU AUTOR DESDE VENEZUELA
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