Desde los 90, China viene desarrollando una exitosa política de inserción en la región Asia-Pacifico a través de crecientes vínculos comerciales. Una participación activa que hasta ahora parece cada vez más confiable indican que la región ya no podrá considerarse de forma aislada, por otra parte es cuesta arriba que China y Japón alcancen un alto grado de cooperación debido a sus conflictos históricos.
La alianza defensiva nipona-americana y la incidencia política de la competencia con china dificultan establecer un liderazgo compartido en esa importante región. Así mismo China y Taiwán compiten para mantener el reconocimiento político, ambos utilizan la estrategia de la cooperación comercial y financiera con otros países para lograr ese respaldo. (Por ejemplo, en Centroamérica y el África)
China ya no es el enemigo de USA, es su rival comercial. En el futuro, se avizora un gran campo de batalla entre las dos economías más grandes del planeta, este estará situado en aquellas regiones del mundo que posean material energético. Otro factor es la aspiración china a ampliar su influencia en el sistema internacional a medida que construye y afianza su poder político, económico y militar.
El asunto no es solo que los recursos pesqueros y petroleros que se encuentran en un espacio marítimo de 2,2 millones de kilómetros cuadrados son por si solos muy apetecibles para sus vecinos: Japón, Vietnam, Indonesia, Malasia, Brunei, Filipinas y Taiwán. Las recientes devaluaciones indican que no se puede crecer permanentemente, el Japón lo hizo durante 20 años hasta que se estancó, pero creó una poderosa clase media y un sistema de empleo casi permanente.
Hasta ahora se ha sacado de la miseria a 500 millones de chinos, pero quedan 800 a la espera del beneficio del nuevo modelo. Se observan efectos de la lucha por la dirección de la política económica entre la nueva poderosa inversión privada y el intento del gobierno postcomunista por fijar las pautas, esto es un escenario difícil por las situaciones que puedan llevar a China a deponer su política pacifista.
Recientemente ha habido intentos de presencia militar naval en la zona y realiza maniobras conjuntas con los neo-imperialistas Rusos, ha soportado siempre a Norcorea y además interviene indirectamente apoyando al régimen sirio. El incremento de su poderío militar puede reforzar su actitud nacionalista y utilizarlo para obtener concesiones en las regiones energéticas y la de reconquistar territorios históricos, (Vietnam, Corea y Taiwán). Ya lo hizo recién con algunos islotes.
Otro objetivo geoestratégico es el recuperar las islas en manos del Japón, su odiado enemigo ancestral que le causó tantas desgracias en la invasión de su territorio. Los chinos no olvidan el agravio y las grandes matanzas de sus ciudadanos, el uso de armas biológicas y lo que le enseñaban los japoneses a sus niños en sus escuelas: Mata a un “Chink” despectivo de chino y serás glorioso.
A veces resulta ridículo y cómico el de que algunos izquierdistas le coloquen el nombre de “Hiroshima” a sus hijos, por el resentimiento contra USA. Habría que preguntarle a la sociedad China su opinión al respecto, ya que fue Norteamérica quien los ayudo a liberarse. Se tendrá que esperar que el comportamiento lógico de nueva súper-potencia no prevalezca sobre la necesidad de mantener la paz. Difícil de predecir, ha habido ya intentos de amedrentamiento de fuerza contra sus vecinos. ¡Veremos!
ENVIADO POR SU AUTOR DESDE VENEZUELA
La alianza defensiva nipona-americana y la incidencia política de la competencia con china dificultan establecer un liderazgo compartido en esa importante región. Así mismo China y Taiwán compiten para mantener el reconocimiento político, ambos utilizan la estrategia de la cooperación comercial y financiera con otros países para lograr ese respaldo. (Por ejemplo, en Centroamérica y el África)
China ya no es el enemigo de USA, es su rival comercial. En el futuro, se avizora un gran campo de batalla entre las dos economías más grandes del planeta, este estará situado en aquellas regiones del mundo que posean material energético. Otro factor es la aspiración china a ampliar su influencia en el sistema internacional a medida que construye y afianza su poder político, económico y militar.
El asunto no es solo que los recursos pesqueros y petroleros que se encuentran en un espacio marítimo de 2,2 millones de kilómetros cuadrados son por si solos muy apetecibles para sus vecinos: Japón, Vietnam, Indonesia, Malasia, Brunei, Filipinas y Taiwán. Las recientes devaluaciones indican que no se puede crecer permanentemente, el Japón lo hizo durante 20 años hasta que se estancó, pero creó una poderosa clase media y un sistema de empleo casi permanente.
Hasta ahora se ha sacado de la miseria a 500 millones de chinos, pero quedan 800 a la espera del beneficio del nuevo modelo. Se observan efectos de la lucha por la dirección de la política económica entre la nueva poderosa inversión privada y el intento del gobierno postcomunista por fijar las pautas, esto es un escenario difícil por las situaciones que puedan llevar a China a deponer su política pacifista.
Recientemente ha habido intentos de presencia militar naval en la zona y realiza maniobras conjuntas con los neo-imperialistas Rusos, ha soportado siempre a Norcorea y además interviene indirectamente apoyando al régimen sirio. El incremento de su poderío militar puede reforzar su actitud nacionalista y utilizarlo para obtener concesiones en las regiones energéticas y la de reconquistar territorios históricos, (Vietnam, Corea y Taiwán). Ya lo hizo recién con algunos islotes.
Otro objetivo geoestratégico es el recuperar las islas en manos del Japón, su odiado enemigo ancestral que le causó tantas desgracias en la invasión de su territorio. Los chinos no olvidan el agravio y las grandes matanzas de sus ciudadanos, el uso de armas biológicas y lo que le enseñaban los japoneses a sus niños en sus escuelas: Mata a un “Chink” despectivo de chino y serás glorioso.
A veces resulta ridículo y cómico el de que algunos izquierdistas le coloquen el nombre de “Hiroshima” a sus hijos, por el resentimiento contra USA. Habría que preguntarle a la sociedad China su opinión al respecto, ya que fue Norteamérica quien los ayudo a liberarse. Se tendrá que esperar que el comportamiento lógico de nueva súper-potencia no prevalezca sobre la necesidad de mantener la paz. Difícil de predecir, ha habido ya intentos de amedrentamiento de fuerza contra sus vecinos. ¡Veremos!
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