El nacionalismo es parte de la estrategia para mantener unidas a sociedades heterogéneas y poco ilustradas con altos grados de pobreza, manteniendo vivo el pasado épico de la resistencia indígena, las guerras de independencia y de los héroes libertadores. Se utilizan los símbolos del patriotismo para mantener al país adverso a cualquier intento de apertura y quien mejor utilice estos recursos emocionales en un momento de crisis, asume sin obstáculos el poder nacional.
Por otro lado, en América Latina, la energía es inseparable de la política, el nacionalismo energético sumado a viejos conflictos territoriales y a la falta de inversión genera dificultades en la consolidación de un mercado energético común. Sin embargo es partir de la década de los 80, cuando el sector energético comenzó a tomar tímidamente otra dirección.
El neoliberalismo fue la respuesta a la corrupción de muchos países latinoamericanos, la banca modificó su estrategia de financiamiento y la orientó hacia el sector privado a fin de promover la integración energética. Las empresas y los recursos energéticos comenzaron a ser privatizados en muchos casos con enriquecimiento ilícito de políticos corruptos, lamentablemente una causa para justificar que los caudillos emerjan de tanto en tanto como salvadores y reivindicadores del bien nacional.
Fue esa necesidad de captar inversiones y mantener los capitales en el país que llevó a los gobiernos a dejar de lado las “razones de estado” pero el resultado en algunos casos fue la sustitución de oligopolios públicos por oligopolios privados, unidos a ese particular manejo del gobierno en nuestros países, donde el poder económico financia al liderazgo político a cambio de prebendas y de negocios.
Los escándalos en la actualidad son patéticos, Los Kirchner, Lula Da Silva, ODEBRECHT, Venezuela, PDVSA, PEMEX, PETROBRAS y pare usted de contar, nada diferente al tradicional modelo endémico de corrupción e ineficacia en el manejo del tesoro nacional producto de los energeticos, a la que ahora se le suma la dependencia económica extranjera en manos de Rusia y China, y en lo político de Cuba. En la actualidad no se sabe contra que imperialismo es que luchan, los degenerados socialistas latinoamericanos.
ENVIADO POR SU AUTOR DESDE VENEZUELA
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