martes, 4 de septiembre de 2018

Hacia una educación abierta. Por Horacio Fernando Giusto Vaudagna

Imagen relacionadaSalvo comentarios aislados, como “alpargatas si, libros no” que expresara el peronismo en tiempos pasados, la educación es un interesante botín, al que se puede llegar a calzar de distintas maneras y con diferentes perspectivas. Por eso ha sido y es apreciada por ideologías y por facciones políticas. Es posible afirmar lo antes dicho porque la transmisión de conocimientos al alumno es siempre una transmisión sesgada, de segunda mano. Es aceptado que todos los saberes de la Humanidad no se pueden transmitir en forma íntegra y total. Lo que se transmite, la forma y el momento de hacerlo, siempre es resultado de una decisión política, es decir, por un acuerdo realizado dentro de una comunidad. Imaginemos una biblioteca universal, donde Borges diría que están todos los conocimientos de la humanidad. A esa biblioteca acuden especialistas, agencias de gobierno, instituciones, y en respuestas a políticas educacionales, determinan los contenidos a enseñar, seleccionan qué saberes se transmitirán y cómo se transmitirán, hacen una construcción de lo que se debe enseñar. Basil Bernstein, sociólogo inglés especialista en educación, refiere a esta actividad como un proceso de descontextualización y recontextualización, donde construyen el conocimiento que le trasladan a los docentes, para que éstos se lo transmitan a su vez, a los alumnos. Estos saberes en manos de los docentes son modificados, adecuados al nivel de comprensión de los estudiantes, y cuando llegan a los mismos constituyen los contenidos enseñados. Los que eligen los saberes originarios que están en esa biblioteca universal, que luego descontextualizan y recontextualizan, transforman los saberes originarios. Esta transformación puede ir cargada de ciertas ideologías lo que permite que adolescentes y jóvenes de una población sean educados bajo ciertos paradigmas. Esta formación por años (primario, secundario, universitario) termina en muchos casos haciéndolo al sujeto un simpatizante, y cuando no, un fanático, de la ideología que sutilmente se le fue impregnando; basta con recordar el desdichado ejemplo ocurrido en una puesta en escena al público protagonizada por niños de un Jardín de Infantes de La Cumbre, Prov. de Cba., vestidos con ropas similares a las de las fuerzas de seguridad, mataban a tiros a personas civiles, celebrando el “24 de marzo”. Más peligroso se torna el tema ya que las políticas educativas que vienen desde la estructura coercitiva del Estado no pueden ser modificadas cualitativamente.
En Argentina el currículum de la educación es absolutamente cerrado. La educación es siempre pública por ley, aún si la gestión es pública o privada. Esto es motivo de la decadencia cultural que atraviesa la sociedad actual. El respeto a la diversidad y el pluralismo se hace imposible en un sistema en el que la educación se encuentra atravesada por una ideología totalitaria. Allí se observa el falso dilema que sostienen los progresistas respecto a la laicidad de la educación.
La educación nunca será perfectamente neutra, mas nada impide que se implementen sistemas de educación que permitan la existencia de centros educativos privados a la par de las escuelas públicas. Es totalmente falaz considerar que los educadores formados bajo corrientes marxistas posean mayor autoridad moral e intelectual que un maestro cuya formación se centró en una universidad confesional. Por ello es posible concluir que, si el Estado no puede asegurar una educación totalmente objetiva, mínimamente debería permitir la educación privada sin injerencia en sus currículas educativas, donde el individuo decida bajo qué valores e ideas formarse. Se sostiene que el Estado debe separarse en todos los aspectos de la Iglesia, pero si hubiera una sinceridad seria y adulta en el reclamo, también debería separarse todo sesgo marxista en la educación. De no ser así lo único que termina subyaciendo es que ciertos sectores ideológicos desplazan unas ideas para imponer otras, convirtiéndose en aquello que dicen criticar: unos meros dogmáticos con ansias de poder para adoctrinar niños.
ENVIADO POR SU AUTOR

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ARCHIVOS DE TEMAS DEL BLOG

Buscar articulos