Algunos meses atrás se reconoció que era imposible confiscar una empresa privada y no pagar a sus dueños. El Gobierno negoció con Repsol un valor por las acciones de YPF apropiadas y terminó pagándole US$ 6.000 millones.
Luego, el Gobierno reconoció que era imposible vivir con una inflación del 25% anual y un tipo de cambio fijo y devaluó un 20% en un día. El tipo de cambio pasó de $ 6 a $ 8 y se acercó a los $ 11 que dice el mercado que tendría que valer.
Luego, el Gobierno reconoció la inflación que se esmeraba por ocultar y empezó a declarar una que estaba más en línea con las consultoras privadas. Siguió mintiendo, pero ahora empezó a hacerlo menos, reconociendo que había inflación de una vez por todas. Este reconocimiento de la inflación por supuesto trajo aparejado el reconocimiento implícito de la pobreza que estaría en un orden del 30% de la población, no del 10% como decía el Gobierno.
A partir del reconocimiento y la negociación de la deuda con el Club de París que se dio esta semana, otra mentira empezó lentamente a caer: el desendeudamiento. La deuda teóricamente está en US$ 200.000 millones pero durante los últimos dos meses la misma creció casi US$ 10.000 millones por los acuerdos con Repsol y el Club de París. Y todavía falta arreglar con los fondos buitres que reclaman otros US$ 10.000 millones; nadie sabe aún qué puede pasar con eso. Y como si esto fuera poco, todo hace pensar que el Gobierno está buscando endeudarse para llegar al 2015.
Todas estas mentiras cayeron durante los últimos meses. Pero aún quedan muchas más por descubrirse.
- La mentira del déficit fiscal que el Estado oculta con transferencias del Banco Central y la Anses y que denunciamos con el informe El Fin de la Argentina en 2011.
- La mentira de la estatización de las AFJPs que el Gobierno vendió como "ganar independencia" en el manejo de nuestras jubilaciones y terminaron desapareciendo. También la denunciamos en 2011 y hoy casi no queda dinero en las cajas de jubilación, todo se está usando para financiar el déficit.
- La mentira de la energía. Nos estamos quedando sin energía y el Gobierno lo oculta importando cada vez más de todas partes del mundo, pagando miles de millones de dólares en forma directa sin licitación.
- La mentira del crecimiento, que con estos números de inflación se reduce sustancialmente y que tarde o temprano se va a reconocer.
Son muchas, pero no tengo dudas de que seguirán cayendo durante los próximos meses.
Pero ésta es la mentira que con más fuerza debe caer, la que le haría mejor aún a nuestro país: la mentira de la corrupción. ¿Cuánto tardará la justicia en empezar a poner presos a los corruptos funcionarios kirchneristas? ¿Actuará alguna vez o será neutralizada como le está pasando al fiscal José María Campagnoli que está siendo desplazado de su cargo?
Ayer viernes fue un día importante porque la justicia finalmente se animó a llamar a declaración indagatoria al vicepresidente Armando Boudou que con sus amigos se quedaron con la imprenta Ciccone. ¿Será una pista que la mentira de la corrupción comenzará a caer también?
Lo paradójico es que mientras la Justicia argentina avanza muy lento en el caso Boudou y no avanza en el caso del amigo de la presidenta Lázaro Báez, Uruguay y Suiza sí avanzan sobre este caso. La Justicia Suiza acaba de reconocer que Báez movió US$ 22 millones de dólares de Panamá a Suiza que luego fueron bloqueados. Uruguay reconoció movimientos similares. La Justicia argentina mira de atrás la Justicia de estos dos países...
Ahora, uno se pregunta, ¿qué falta para procesar y luego condenar a Báez? Recuerde algo: Báez, antes de que Néstor Kirchner fuera Presidente, trabajaba como empleado de un banco y no tenía un solo dólar en su bolsillo. Luego de que Néstor llegará al poder, se convirtió en un mega empresario y mega millonario. ¿Hay alguna duda de que se enriqueció solo porque se aprovechó de su amistad con el Presidente?
Hasta un chico de diez años lo procesaría... en fin, son las locuras de nuestro país. Todos los políticos del mundo mienten, están entrenados para eso, pero el nivel de mentira en la Argentina llega a niveles asombrosos y nunca vistos.
Mientras esas mentiras constantes continúen, nuestro país no tiene posibilidad de prosperar. ¿Quién invertiría en un país donde los funcionarios se apropian de empresas importantes y la Justicia está tomada por el Gobierno de turno? Ni los argentinos invertimos en este contexto...
Algunos pensamientos adicionales
Mientras los poderosos argentinos se reparten el botín que logran apropiarse cobrándonos impuestos cada vez más altos, otros ciudadanos eligen construir su propio futuro. La globalización y las comunicaciones permiten que muchos puedan generar sus ingresos en el exterior y los tengan a salvo de la máquina de destruir argentina. El diario El Cronista hizo eco de esta noticia el jueves pasado:
Ya son cerca de 120.000 los argentinos que trabajan desde el país para el resto del mundo. Y ya no sólo en los rubro más conocidos, como desarrollo de software, proyectos de ingeniería, auditoría, servicios contables o producción audiovisual. En el último tiempo se sumaron profesionales de otras áreas que trabajan desde la Argentina para empresas multinacionales ubicadas en otros mercados: abogados, secretarias y médicos -a través de las nuevas tecnologías de telemedicinason algunos de los ejemplos.
"Hoy, una empresa que cuente con abogados que conozcan las normas de compliance globales puede asesorar desde la Argentina a cualquier compañía en el mundo. Es algo muy buscado"", ejemplificó Roberto Álvarez Roldán, presidente de Argencon, una asociación creada hace apenas un año para fomentar la exportación de talento local e integrada por empresas como Grupo Assa, HP, IBM, Fox, ExxonMobil, HSBC, Accenture, Telefónica y KPMG, entre otras.
Y cuidado que este estudio solo toma en cuenta los argentinos que trabajan "en blanco" con el exterior, pero, ¿sabe la cantidad de personas que lo hacen por fuera del circuito formal? Son cientos de miles también: estoy hablando de fotógrafos, periodistas, diseñadores, programadores y otros profesionales que trabajan para el exterior de la Argentina pero no ingresan el dinero al país, lo dejan en cuentas en el exterior.
Si ingresan ese dinero por los bancos argentinos sus dólares se convierten a pesos a un tipo de cambio de 8 pesos por cada dólar. Si lo hacen por el circuito informal lo pueden hacer a $ 11 o $ 12, ¿tiene sentido? Ninguno... por ello, y como consecuencia de todas las trabas que hay en la Argentina para el emprendedor, son cada vez más los ciudadanos que aprovechan de la globalización y las comunicaciones para su beneficio sin ingresar su dinero al país...
Le deseo un excelente fin de semana, Federico Tessore
FUENTE: PUBLICADO EN INVERSOR GLOBAL - Newsletter semanal - Enviado por mail
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