En Argentina el discurso marxista se caracteriza por su lenguaje cambiante. Se apropian de palabras y les dan otra interpretación para confundir, es el caso del término “represión”, que desde hace años la han hecho sinónimo de violencia. Es cierto que solo su mención da una sensación de negatividad, en contra de la palabra libertad, que suena más próxima a anti represión, a poder hacer lo que se quiera. Es harto conocida la actitud, sobre todo del marxismo clásico, donde todo lo que no le conviene a sus actitudes maliciosas, lo llaman represión, y con ello alteraron su significado para sus solapados fines. Vg: En Formosa lo vivimos con el Caso La Primavera, y el uso político de un sector de la dirigencia nacional para combatir al gobierno justicialista local.
Represión, es una palabra que proviene del Latín y significa, contener, detener, refrenar o castigar, para cohibir ciertas actuaciones políticas o sociales. Es una de las posibles acciones reguladoras que los Gobiernos adoptan para el control de los individuos o grupos que desafían las relaciones existentes del poder. Actúan cuando un grupo de ciudadanos invade, obstruye, corta rutas, agrediendo la libertad de vivir, motorizada por cualquier agrupación, por más pequeña que sea, las que se manifiestan y provocan enormes problemas al resto de la población de manera totalmente impune. En suma, el objetivo de la represión es impedir que un grupo de personas cercenen los derechos de otros sujetos, o incurran en prácticas ilegales. La represión legal es el conjunto de mecanismos dirigidos al control y sanción de las conductas desviadas. Thomas Hobbes fue el referente pionero del concepto: "La Sociedad es una forma de Orden, impuesta por unos hombres a otros y entre sí."
En nuestro país, en forma equivocada se ha adoptado la definición de represión como la actitud violenta de los que intentan controlar lo ilegal con lo legal. Es un error muy extendido, y en la actualidad son numerosos los piquetes, manifestaciones, etc. que ni la Justicia los puede frenar. Ellos se vuelven víctimas y la ley se transforma en delictuosa. Los perturbadores actuales tienen un sin fin de formas de "expresarse", rara vez sin violencia de parte de ellos y casi siempre complicándole la vida a los demás ciudadanos, que sufren de maneras indistintas, y que a veces llegan a la desesperación ante situaciones de emergencias. Lo más común es que ellos sean los que agreden, llevan palos, máscaras y también armas. Los que cuidan el orden (Policía /Gendarmería/ Prefectura) deben protegerse y para evitar ser heridos, necesitan medios que los ayuden a lograr a frenarlos, y deben reprimir con medios apropiados a la intensidad de su agresión.
Tener la misma libertad que otro no justifica la acción ilegal o abusiva que termine menoscabando los derechos de los demás:
“Bienvenida la represión para los antisociales”. Con esta frase seguramente estoy describiendo algo que podría causar ofensa o ser rechazado por la ortodoxia política o cultural de un determinado grupo, por usar un término “políticamente incorrecto”, para ellos.
ENVIADO POR SU AUTOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario